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◈ 28

❝Silencio en la oscuridad❞

La situación logró ser más que incómoda, pero de alguna forma terminamos yendo a la casa de aquella mujer para pasar la noche ahí. El pequeño Jungkook había insistido en que no nos fuéramos y de esa manera nos vimos obligados a seguirlos a pesar de que mi compañero de viaje se notaba raro con todo lo que estaba pasando.

Yo no me quedaba atrás. No sabía qué pensar sobre todo lo que estaba pasando.

Ella había raptado al pequeño, yo lo había visto con mis propios ojos aquella vez que había ido a conseguir algo con lo que poder curar a Jungkook grande. Quien, por el momento, me había pedido que me refiriera a él como Joohyuk. Sentí que tal vez estaba avergonzado por ser llamado por otro nombre cuando también estaba el pequeño y la mujer que lo había cuidado un tiempo. No le pregunté, no menos pensando en que se podía sentir humillado si es que llegaba a formular la pregunta.

Pasamos todo el día junto a madre e hijo. Almorzamos como no habíamos almorzado hace mucho y sentí que la panza me podría explotar por la cantidad de alimentos que habíamos recibido. Y comprendí la razón por la que aquella mujer trabajaba en la cocina, pues sinceramente todo lo quedaba delicioso. Sabía ganarse a las personas por el estómago.

—Disculpen, chicos. Nuestro hogar no es muy grande, pero nos la podemos arreglar bien. Sunbin puede dormir en la cama de Jungkook, Jungkook conmigo y Joohyuk en el sofá.

El orden que había dicho sonaba como lo más sensato, pero seguía sin convencerme. No me podía quitar de la cabeza que ella tenía que ser como una extraña para el pequeño Jungkook. ¿Era posible ganarse su confianza en tan poco tiempo? ¿Qué le había dicho? ¿Qué pasaba por la cabeza del más pequeño? La llamaba por mamá, le hacía caso y no se quejaba... Pero algo me decía que estaba incómodo. ¿Alguna vez ya habría dormido antes con ella? Me sentí paranoica formando tantos escenarios en mi cabeza, pero es que me parecía algo imposible dormir junto a alguien que en verdad no se conocía.

Dormir dejaba indefenso... Vulnerable a no más poder. ¿Cómo podía aquella mujer estar tan tranquila y convencida de que las cosas se harían de esa forma?

Tan solo me quería ir, pero tenía una corazonada de que no podíamos dejar a Jungkook solito. Aunque estaba más grande y casi de mi tamaño, seguía viéndose pequeño. No había forma de irnos y que mi mente quedara tranquila.

Quise hablar, preguntar si podíamos dormir los tres juntos aunque solo fuera enrollados en mantas en el piso, pero el chico a mi lado se me adelantó en hablar.

—Está bien. No debe preocuparse, ya ha hecho mucho por nosotros.

Su tono fue dulce, su voz sonó tranquila. Me sorprendió que estuviera tan sereno. Esa mujer le había puesto Jungkook cuando nadie más lo había querido dar un nombre... Pero de repente lo estaba llamando por Joohyuk con total normalidad. ¿Era porque Jungkook pequeño estaba ahí? ¿Sería un acuerdo del cual no estaba enterada?

Tenía muchas ganas de hacer un montón de preguntas, pero ya me estaba mareando con tantos pensamientos y preguntas sin respuestas. Me tenía que guardar todo mientras intentaba analizar la situación solo para mí misma.

El repentino orden que había conseguido mi vida, desapareció por completo, y en su lugar se puso una rara incertidumbre de no saber qué era lo que estaba pasando. Había logrado acostumbrarme a solo tener a un Jungkook en mi vida, sin embargo, otra vez estaba con los dos.

Jungkook.

A mi mente venían los rostros de ambos. Era tan confuso. Busqué apoyarme un poco en el mueble más cercano, de repente pensar tanto había logrado que mi mente se agotara y se lo traspasara a mi cuerpo.

—¿Podría ir a dejar mis cosas en la habitación? Estoy un poco cansada —Jungkook grande puso una mano en mi cintura para sostenerme, pero me enderecé enseguida.

Los ojos brillantes del Jungkook más pequeño no se apartaban de mí, no quería que las cosas fueran todavía más incómodas.

—Yo la llevó —saltó el más pequeño. Su madre, o quien se hacía llamar como tal, lo observó un momento en silencio.

—No olvides sacar tu pijama y lo que necesites. No demores tanto para que Sunbin pueda descansar —puso una mano sobre su hombro y luego se giró hacia mi compañero de viaje—. Joohyuk, ¿podrías ayudarme a traer algo de leña?

Era Jungkook.

¿Por qué no lo llamaba por Jungkook?

Me parecía sumamente desagradable sentir que me había perdido alguna parte de la historia. Había imaginado a una mujer con un corazón de oro y de repente tenía frente a mí a alguien que me inquietaba. Necesitaba saber lo que había pasado, pero estando ella todavía en la misma habitación, hacía que la tarea de indagar fuera difícil.

—Sun, ven por aquí —el menor se dio media vuelta para comenzar a caminar. Inmediatamente fui detrás de él—. ¿Necesitas que lleve tu bolso?

—Estoy bien, Kook. Pero gracias por el ofrecimiento.

Cuando llegamos a la habitación, dejé el bolso sobre la cama y me senté un momento. Él se movió por la habitación buscando algunas cosas, pero sentía su mirada sobre mí. Caí en cuenta de que seguramente mi corte de cabello era muy extraño de ver. Todo el tiempo había visto mi cabello largo e incluso había jugado con él, verlo tan corto en comparación a lo que había conocido durante gran parte de su vida tenía que ser toda una sorpresa.

—¿Qué opinas de mi corte de cabello? ¿Me veo muy extraña?

Su atención se centró en mí, dejando de lado las miradas de reojo.

—Te queda bien, igual de bonito que el cabello largo... —hizo una pequeña pausa y se acercó hasta donde estaba sentada— Cuando te vi, te reconocí enseguida. La verdad ni siquiera me había fijado mucho en tu cabello.

—Gracias. Al principio me sentí un poco rara después de cortarlo, pero me gusta. Es fresco para cuando hace calor.

Aunque estábamos hablando con normalidad como si hace poco hubiéramos tenido nuestra última charla, podía sentir una ligera tensión en el ambiente. De repente se sentía como si fuéramos un poco extraños, habíamos cambiado con el tiempo y estar frente a frente nos lo estaba demostrando.

—Cuando haga más frío, vas a sentir que tu cuello se siente desprotegido. Ahí puedes usar un pañuelo o algo similar —acomodó todo lo que llevaba y me regaló una suave sonrisa—. Descansa, Sun. Es bueno verte otra vez.

—E-espera, Kook —le detuve. No podía desaprovechar el momento en que ambos estabamos solos—. Tu mamá... ¿No se supone que ella era tu maestra? ¿Por qué estás con ella si tienes a tu familia adoptiva? ¿Qué sucedió?

Sentí que lo había bombardeado con todas esas preguntas seguidas, pero tuve la esperanza de que podría obtener aunque sea alguna respuesta de su parte. Hubo un pequeño silencio en el que me quedé observándolo en espera de que dijera algo. La espera se sintió eterna, realmente estaba expectante por lo que diría.

—Ella es mi mamá, Sun. No hay mucho más que decir. La familia con la estaba era buena, pero ella es mucho mejor. Pasamos todo el día juntos y no me deja solo nunca. Es todo lo que... siempre quise. Ten una buena noche.

Y sin más que decir, se marchó de la habitación dejándome con otras preguntas en la punta de la lengua.

Lo último que había dicho caló con fuerza en mi mente. No quería parecer egocéntrica y decir que todo tenía que ver conmigo, sin embargo, no pude evitar pensar en cómo se habría sentido cuando lo dejé solo. Tal vez había esperado que lo buscara más, tal vez había deseado con todo su ser que no lo dejara estar con extraños... Pero en su lugar incluso ya me había empezado a hacer la idea de dejarlo atrás para seguir con mi vida.

El estómago me dolió gracias a la culpa que sentí. ¿Qué más había podido hacer para seguir con él? ¿Acaso le había fallado y estaba resentido por las decisiones que había tomado?

Llevé una mano a mi pecho, intentando calmar mi repentina angustia, solo para acrecentarla al darme cuenta de que bajo mi ropa estaba escondida la cadenita que le pertenecía a esa mujer. La saqué de su escondite y la observé por un par de segundos, solo para luego sacarmela y guardarla en un pequeño bolsillo que tenía mi bolso. Necesitaba descansar un poco, el día había estado lleno de emociones fuertes y mi cuerpo todavía seguía bastante débil.

Había sufrido un impulso de energía, pero ya había desaparecido por completo.

Me quedé unos minutos sentada sin hacer nada, solo esperando que el tiempo pasara y Jungkook grande volviera. No quise ir detrás del más pequeño, me sentía como una extraña invadiendo su nuevo espacio.

Y fue raro.

Recordé todas esas veces que habíamos estado juntos acurrucados en el techo viendo el amanecer, o aquellas veces en que nos permitimos estar un rato juntos sin tomar en cuenta lo que Padre decía. ¿Cómo es que todo había cambiado hasta llegar a esa situación? Al parecer ambos nos seríamos ajenos, como un recuerdo bonito que ya estaba más que enterrado en el pasado.

Cuando sentí la puerta trasera abrirse, me levanté para ir a ver si Jungkook grande había regresado de buscar leña. Quería hablar con él, realmente necesitaba estar un momento a solas para preguntarle cómo estaba y contarle cómo yo me sentía. No podía esperar a que la noche siguiera avanzando, incluso si probablemente esa era la decisión más acertada.

No hice mucho ruido y ni siquiera sabía bien lo que estaba por hacer. Tampoco sabía si aquella mujer lo había acompañado o si tan solo se había ido a su habitación y él había ido solo. Puede que en el fondo por lo mismo estaba siendo tan cuidadosa en no llamar la atención con pasos ruidosos. Me moví como una pluma; lenta y liviana.

Me detuve cuando finalmente escuché la voz del chico al que le había dado mi primer beso.

—¿Por qué él está aquí? Pensé que no iba a seguir insistiendo. Él ya tenía una familia, un buen hogar... —estaba hablando en susurros, pero pude sentir como parecía que quería elevar su voz—. Yo la busqué por tanto tiempo, y cada vez que estaba más cerca de encontrarla, parecía que la tierrra se la tragaba.

—Las cosas cambiaron. Él es mi hijo; mi verdadero hijo. Te quise y te quiero mucho, te lo juro por Dios, pero solo con él siento que por fin llené ese vacío enorme que tenía en mi corazón —sus voz era tan baja y suave que a ratos sentí que la dejaría de escuchar.

¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué estaba a escuchando a escondidas? Me quise dar la vuelta para regresar a la habitación, pero sentí que mis pies estaban anclados al piso.

Quería saber más, incluso si eso significaba escuchar a escondidas una conversación que no me correspondía.

—Sunbin estuvo buscando a Jungkook al punto de arriesgar su vida y pasar por cosas horribles... ¿Acaso no le parece que los lazos de amor pueden ir más allá de los lazos de sangre? ¿Por qué... Por qué no puede entender eso? ¿Jungkook realmente es feliz junto a usted o simplemente lo está obligando a aparentar?

Sentí como mi corazón nuevamente estaba intranquilo, y recordé la expresión de Jungkook pequeño al verme y la que había puesto cuando se había marchado de la habitación. Sin duda, aquella mujer no me daba buena espina, y que Jungkook grande la abordara de esa forma solo hizo crecer más mis sospechas.

—Un hijo debe estar donde está su madre. Ahora dejemos la conversación hasta aquí —su tono fue más duro. Pude sentir sus pisadas más cerca—. Aunque ya no seas un niño, todavía te falta crecer. Cuando tengas un hijo vas a entender que el amor hacia la persona que creaste va más allá de todo el mundo que te rodea.

—Es injusto, yo la veía como una madre... Y usted me cuidó como si fuera su hijo.

—Lo sé, y lo lamento. No tuve que darte esperanzas y me da tristeza que lo tengas que escuchar venir de mí, pero ya encontré a mi verdadero hijo. No hay necesidad de seguir viviendo de mentiras. Jungkook quería verlos y le cumpliré su petición, pero espero que después cada uno pueda seguir con su vida, ¿si?

Estuve a punto de dar un paso para encararla. ¿Por qué estaba siendo tan cruel con alguien que la tenía en un pedestal? Sin darme cuenta, tenía mis ojos al borde de las lágrimas solo por la rabia, pero no fui capaz de humillar más a Jungkook grande apareciendo en la habitación cuando seguramente tenía que tener su corazón encogido por lo que había escuchado.

Regresé a la habitación antes de que alguno apareciera, y tomé la cadenita para regresarla a su dueña. No me importaba lo que luego hiciera con ella, lo único que quería era deshacerme de algo que definitivamente nos iba a seguir uniendo. Había sido un lindo detalle en el momento de mi cumpleaños, pero no iba a permitir que nos siguiera atormentando.

Esperé a escuchar los pasos de la mujer hacia su habitación. Se demoró más de lo que hubiera esperado, pero fui paciente.

Siempre era paciente, no tenía problemas con quedarme parada en medio de la oscuridad que ya se había apoderado del hogar.

Fui hacia la sala de estar, distinguiendo la figura de quién tanto quería ver parado a un lado de una de las ventanas, viendo hacia el exterior que estaba ligeramente más iluminado. Me acerqué con cuidado dejando la cadena en una pequeña mesa que tenía un florero. La oscuridad no me permitió ver del todo bien si había quedado a la vista o no, pero no me importó con tal de seguir avanzando hasta donde quería llegar.

Apoyé una mano en su hombro provocando que diera un pequeño brinco de la sorpresa. Cuando su rostro se giró hacia mí, pude ver gracias a la luz que venía del exterior que sus ojos estaban llorosos, pero al ver que se trataba de mí, se los limpió enseguida.

—Pensé que estabas durmiendo, Sun. ¿Cómo te sientas?

—Estoy cansada, pero mi cuerpo no se quiere ir a dormir todavía. La verdad es que... quería verte.

Verlo triste no me gustaba para nada. Busqué sus manos para poder tomarlas, estaban frías, pero me iba a asegurar de abrigarlas un poco.

—Tú nos escuchaste, ¿no? De alguna forma logras escuchar lo que menos quiero que escuches y eres tan mal ocultando lo que sientes —su tonó fue dulce aunque pensé que estaría un poco molesto. Afianzó el agarre de nuestras manos y automáticamente sonreí por su tacto—. Me alegra que estés conmigo. No sé qué haría sin ti.

—Sabes que estoy para escucharte cuando quieras hablar, pero por ahora está bien si quieres qud nos quedemos en silencio de esta forma.

Y así lo hicimos.

Había sido un día muy incómodo y con muchas emociones, pero pareció que tomados de las manos en medio de la oscuridad, logramos calmar un poco nuestros corazones.

Estábamos en una situación confusa, pero algo era seguro: estando junto al otro podíamos sentirnos más tranquilos.

●▬▬▬▬08/04/24▬▬▬▬●

Viva la confusión y que no se entienda nada ajbsksbskhdj #bromitanotanbromita.

¿Y... qué cuentan? ¿Les gustó el capítulo a pesar de todo?

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