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◈ 27

❝Puerta al pasado❞

Me iba a perder es sus ojos. Estaba segura de ello.

—Si no quieres seguir, lánzame arena en el rostro o golpéame lo mas fuerte que puedas.

No tuve tiempo de responderle, no cuando su boca envolvió la mía y cualquier rastro de suave roce desapareció. ¿Así eran los besos? ¿Siempre hacía falta tanto aire? Al principio me asusté un poco, pero rápidamente le intenté seguir el ritmo lo mejor que pude.

Y me gustó.

Todos los malos pensamientos que había tenido, desaparecieron como por arte de magia. Mi mente quedó en blanco y solo se llenó de él y lo que estábamos haciendo. El pequeño roce del principio había sido agradable, pero el roce más fuerte tampoco estaba mal.

—Espera... El corazón me va a explotar... —aproveché de susurrar cuando dejó de besarme por un par de segundos.

Sentí como su sonrisa rozó mis labios y me dio un corto beso. El corazón me estaba chocando con fuerza desde adentro, estaba segura que por poco él lo podía escuchar a pesar del ruido del ambiente.

—A mí también —algunos mechones de su cabello me provocaron cosquillas en la frente cuando se acercó de nuevo—. No deberíamos estar haciendo esto, está tan mal... Pero se siente tan bien —me acurruqué en el tacto de su mano que sostenían mi mejilla, disfrutando las pequeñas caricias de su parte—. Ya te tuviste que dar cuenta de que no tenías ninguna araña. Mentí con tal de poder ver tu rostro sin que te pusieras incómoda.

Levanté mi cabeza como pude para volver a sentir sus labios sobre los míos. Fue un completo desastre tomando en cuenta que no sabía besar para nada, pero él no se quejó y me ayudó a encontrar un ritmo que me hizo suspirar y sentir miles de mariposas en el estómago.

Tal vez sí había sido un error traspasar esa fina línea que hasta ese momento nos mantenía alejados, pero no le prestamos atención. Solo escuchamos las olas del mar de fondo mientras no dedicamos a perdernos en los labios del otro. Jungkook no se atrevió a ir más allá de tocar mis mejillas. Sin embargo, sentí que de a poco estaba dejando atrás a esa niña asustada en mi interior.

Había experimentado algo nuevo, algo que me había hecho sentir una sensación que nunca antes había percibido en mí.

Le había entregado mi primer beso.

Le había permitido traspasar todas esas cadenas invisibles que me había puesto para protegerme.

Y, aunque sonara como algo imposible, entre sus brazos me sentí tan protegida como siempre deseé.

—Perdón por ser tan torpe.

Mi cabeza tocó la arena otra vez. Me había sido imposible aguantar más entre la falta de aire y el esfuerzo por sostener mi cabeza para tener mis labios pegados a los de él.

—No, en realidad estuviste muy bien... —la sonrisa que tenía en su rostro me hizo sentir que al final no había sido un total desastre—. Pensé que querías que solo te robara tu primer beso... Pero al final tú terminaste robándome el mío también.

No quería apartar la mirada de sus labios y al parecer él tampoco quería dejar de ver los míos. ¿Qué habíamos desatado? No podía terminar de procesar cómo un roce de pieles podía provocar tantas sensaciones.

—Fue una reacción automática. Ni siquiera tuve tiempo de pensar con claridad... —por instinto elevé mi mano derecha y rocé su labio inferior.

Él cerró sus ojos unos segundos. Sentí que mi acción fue demasiado osada, tomó mi mano y la apoyó en la arena. Cuando su cuerpo volvió a bajar hacia mí, cerré mis ojos sabiendo lo que eso podía significar.

—Te creo. Ahora vamos a ponernos de pie antes de que estés más llena de arena —susurró despacito en mi oreja.

Sentí como mis mejillas se volvieron a poner rojas. De repente me golpeó fuerte lo que acabábamos de hacer. Y, peor aún, pensé en seguir ahí junto a él, dejando de lado todo lo demás. ¿Qué hacían las personas luego de besarse? No tenía ni la idea más mínima. Con suerte acababa de descubrir cómo es que se sentía un beso... Claramente no había pensado en lo que venía después.

Se puso de pie bajo mi atenta mirada y luego me ayudó a ponerme de pie a mí. Cada uno sacudió su ropa y de a poco los granitos de arena fueron cayendo a dónde pertenecían.

—Esto que pasó... —le comenté en una especie de balbuceo. Quería poder hablar tranquila, pero mi mente no lograba encontrar las palabras para empezar una charla.

—No lo voy a olvidar y lo atesoraré en mi corazón por siempre —su semblante dulce me hechizó por completo—. Por ahora dejemos que las cosas se calmen un poco. Observa el mar o recoge caracolas mientras yo recojo la ropa. De otra forma me vas a tener que terminar echando arena en la boca.

Asentí y empecé a caminar para alejarme un poco. Sentí que mis rodillas estaban temblando, ¿cómo tenía que interpretar lo que había dicho al final? ¿Él también quería que nos siguiéramos besando? Llevé una mano hasta mi boca, estaba caliente como si la hubiera apoyado en una superficie que quemaba un poco, aunque la realidad no estaba muy alejada... Al final sus labios habían sido muy cálidos.

Me agaché y con uno de mis dedos empecé a formar dibujos en la arena. Para cuándo me di cuenta, ya tenía un montón de corazones esparcidos por el lugar, de la vergüenza los borré y me quedé mirando el mar. ¿Desde cuándo me había empezado a sentir de esa forma por él? De reojo lo observé levantando las prendas que habían quedado tiradas. Las sacudía con fuerzas para eliminar cualquier rastro de arena para después doblarla la mejor manera que podía.

Era tan atento y amable... Claro que mi corazón en algún momento había caído ante su encanto. Podía parecer muy frío y desinteresado, pero en el fondo era muy cálido y se preocupaba inmensamente por mi bienestar.

Lo quería, ya era un hecho. Además, era todo lo que tenía en el mundo... Solo quería aferrarme a él tanto como podía.

Ya una vez había dejado ir a alguien, no quería que la historia se repitiera. Mucho menos cuando lo que estaba sintiendo era muy diferente al amor que alguna vez había entregado.

Y cielos, ¡en serio nos habíamos besado! Todavía podía sentir en mi mejilla el tacto de su mano.

Unos cuantos minutos después, sentí como se puso a mi lado. Me tensé ligeramente, pero se me pasó enseguida. Por suerte había borrado los dibujos que había hecho, así que no vio nada que no quisiera. Sin embargo, mi pensamiento me pareció tonto. después de todo, le había pedido que fuera mi primer beso. ¿eso no era como una especie de confesión?

Aunque una confesión sonaba como algo importante, algo serio. ¿Un beso era suficiente para poder interpretar cómo se sentía él si todavía no podía descifrar sus palabras? 

—¿Te parece si buscamos un lugar donde comer algo? Creo que ya me está dando hambre.

—Claro. Vamos, yo también estoy sintiendo algo de hambre. 

Regresamos a caminar por las mismas calles que habíamos caminado el día anterior. La única diferencia es que ya no estábamos tomados de la mano y parecía que cada uno estaba en su propio mundo. Pensé en que tal vez se había arrepentido, incluso cuando me había dicho que atesoraría el momento en su corazón. No obstante, no quería que mis pensamientos se centraran en ello, mi primer beso había salido muy bien como para opacarlo con los pensamientos que vinieron antes o después.

Llegamos a un pequeño lugar con un cartel que indicaba que vendían desayunos. No era un lugar que parecía ostentar mucho, pero nunca antes habíamos ido a comer a un lugar de ese estilo. Antes habíamos almorzado en el restaurante de ese lugar con oscuros recuerdos, pero no era lo mismo. 

Tomamos asiento en una pequeña barra, sentí nervios por no estar segura de si podríamos pagar. Gracias a que no había estado trabajando y Jungkook había cuidado de mí, claramente nuestros ingresos se habían visto afectados. Y como si eso no fuera suficiente, el que tenía las cuentas más claras era él, yo con suerte estaba cargando un par de monedas que esperaba que siguieran en mi bolso.

Definitivamente luego iba a poner más orden en mi vida. Era algo necesario. 

Una chica apareció y nos indicó lo que tenían para ofrecernos. No había mucho que elegir, así que ambos terminamos pidiendo lo mismo. Se fue por una puerta que estaba detrás de la barra, pues al parecer la cocina estaba allí. Cuando la puerta estuvo abierta, pude ver otra mujer que estaba de espaldas haciendo algo, aquello no llamó mucho mi atención, pero lo que sí lo hizo fue ver una figura que conocía a la perfección. 

Me puse inquieta, ¿había visto bien? Mi compañero de barra pareció no darse cuenta. Estaba concentrado viendo hacia otro lado. Toqué su brazo para llamar su atención. Estábamos los dos solos sin ninguna trabajadora ni ningún otro cliente. Él se giró en mi dirección después de un toque más. 

—¿Qué pasó? ¿Te arrepentiste de tu pedido? ¿Del beso?

—No, nada de eso —contesté con mis orejas algo calientes por lo último que había dicho—. Detrás de la puerta está Jungkook pequeño. Te juro que lo vi. 

—¿Qué?

Su expresión cambió drásticamente. La sorpresa lo invadió de la misma forma que me había invadido a mí. Era de esperarse, ninguno había pensado que nos toparíamos con alguien que ya estábamos dejando en el pasado. Su vista se dirigió a la puerta, buscando asegurarse de lo que le había dicho. ¿Había exagerado al decirle enseguida? ¿Y si había visto mal? Mi mente había quedado flotando en el vacío luego del beso, y no quería quedar como una mentirosa, pero algo en mi interior me decía que en serio era él. 

Mientras estaban preparando nuestro pedido, con suerte se podía ver algo hacia adentro. Esperamos paciente a que la chica regresara para poder observar mejor. El momento pareció eterno, casi como si hubiéramos regresado a estar tirados en la arena con nuestros labios rozándose. Cuando la chica finalmente regresó, pude sentir mi corazón latiendo con fuerza. Mis ojos buscaron la figura que había visto momentos atrás, pero no logré verlo por ninguna parte que permitía la perspectiva. 

¿Había sido mi imaginación?

—Espera, se te quedó una porción.

Sentí que el mundo se detuvo cuando frente a nosotros apareció la mujer que había estado de espaldas en la cocina. Ella era igual a mí, era como si hubiera habido un espejo que me estaba mostrando cómo sería en el futuro. Dejó el platillo con comida y elevó su vista para sonreír, pero no pude salir de mi estado de sorpresa, solo atiné a girarme para ver al chico a mi lado.

Él la conocía, no había forma de que su mirada fuera tan brillante si se trataba de una extraña.

—Usted... —su voz tembló. Era increíble escucharlo de esa forma cuando momentos antes había estado tan alegre.

—Hola ¿Cómo has estado? Veo que ya eres todo un hombre.

Sentí que me estaba perdiendo de algo grande, algo que no podía entender por más que mi mente se pusiera a trabajar, pero de repente algo hizo clic, si antes había visto al pequeño Jungkook... Definitivamente ella era la mujer que el chico a mi lado había estado buscando con tanto esmero, pero sin querer, había terminado apareciendo ante nosotros sin tenerlo planeado.

¿Por qué el universo estaba jugando de esa forma? ¿Por qué las puertas del pasado se estaban abriendo cuando ya estábamos avanzando aunque fuera lento? Por fin nos habíamos propuesto seguir, pero verla ahí me dio mala espina.

Sentí que lo poco que me quedaba iba a desaparecer en cualquier momento.

La otra trabajadora desapareció hacia la cocina, de esa forma quedamos los tres solos. Quien estaba a mi lado no podía salir de su estado de shock.

—Ho-hola. Me llamos Sunbin —intenté interrumpir el repentino silencio—. Nosotros somos amigos.

—Oh, discúlpame. Un gusto —su sonrisa me inquietó. Aunque se veía muy amable, su sonrisa parecía un poco...

—¡Sunbin! —mi vista viajó de la mujer hasta la figura que apareció detrás de ella.

Era el pequeño Jungkook. Al final no lo había imaginado. ¿Pero qué estaba pasando? ¿Todo era real? Era difícil de creer tomando en cuenta que era tan inesperado. Tan imposible.

—Kook, hijo, te dije que no salieras de forma tan abrupta. ¿Qué pasó?

—Es que los conozco. Yo le he hablado de ellos, de Sunbin y Joohyuk.

Joohyuk. Hace bastante que no había escuchado aquel nombre. Por poco se sintió como un extraño, como alguien que solo había conocido alguna vez. Miré a mi lado, viendo lo pálido que se había puesto. Pensé que cuando encontrara a esa mujer estaría más feliz que nunca, pero en su lugar lo sentí como un niño asustado y perdido.

—Hola, Kook. Estamos muertos de hambre, pero después de comer nos podemos poner al día, ¿te parece?

Intervine como pude. El más pequeño no puso mucha resistencia y agradecí que así fuera. Necesitaba un momento para pensar y comer había sido la mejor excusa. De repente el pasado y el presente habían chocado, ¿cómo íbamos a seguir?

Tenía tanta preguntas, pero no sabía por dónde empezar.

●▬▬▬▬30/03/24▬▬▬▬●

Capítulo dedicado a: https_LUISAF


¡Jungkook chiquito apareció!

¿Se lo esperaban? Yo no 🤣 (mentira, esto estuvo más planeado que mi nacimiento).

Quería publicar el capítulo antes, pero la universidad me tiene de esclava y no se pudo skdjdljd Espero que la próxima actualización no demore tanto, aunque lo veo difícil :c

Por cierto, dije 40 capítulos, pero siento quiere aumentar a 50. Solo en el camino veremos qué sucede.

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