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◈ 20

Mala hierba

Dormí, dormí y dormí hasta que los primeros rayos de sol hicieron presencia. Era la primera vez en mucho tiempo que dormía sola y se había sentido raro, pero también era algo que necesitaba.

Me senté en la cama y por costumbre fui a cepillar mi cabello con mis dedos. Rápidamente me di cuenta de que ya no estaba tan largo como antes, en su lugar estaban los cortos mechones que habían quedado tras pasar la tijera. Antes de dormir había pensado en todas las cosas buenas de llevar cabello corto, y llegué a la conclusión de tres buenas razones para tenerlo así: Primero, mi cabeza se sentía más liviana y para el calor que hacía era bastante conveniente; segundo, sería más fácil lavarlo y no me tomaría tanto tiempo; y tercero, un cambio de apariencia estando tanto tiempo de la misma forma no le venía mal a nadie.

Observé a Jungkook grande, quien seguía durmiendo en su cama.

Habíamos estado hablando por mucho rato durante la noche sobre lo que haríamos respecto a la situación de su madre y Jungkook pequeño, y llegamos al acuerdo de que teníamos que conocer bien el lugar si es que queríamos permanecer ahí y tener otro acercamiento con ellos. Además, todavía teníamos a nuestro favor el espacio para ingresar si es que no lo habían cerrado por mi aviso, y esperaba que no, que de otra forma encontrar otro lugar por el cual ingresar nos llevaría mucho tiempo. Ese rectángulo irregular había sido como un milagro.

Finalmente, tras uno minutos sentada en la cama, me puse de pie y caminé hacia la gran ventana, la cual tenía en su orilla inferior dos macetas extendidas con unas lindas flores de color amarillo. Era la primer vez en mucho tiempo que sentía que el mundo volvía a tener más colores, y aquello hizo que mi corazón se sintiera cálido. Había dormido en una habitación decente, con luz artificial y con unas bonitas flores que me saludaban por la mañana, ¿podía pedir más?

Frente a la casa y cruzando la calle había una linda panadería, y más abajo una barbería. La zona era mucho más bonita en comparación a la que estábamos antes. Jungkook grande realmente estaba siendo muy bueno conmigo al conseguir un lugar así, pero la espinita de saber qué daba a cambio me tenía en un constante pensar.

Me giré para ver al chico que seguía durmiendo, y como todavía no se había levantado, me iba a tocar tener que despertarlo yo mismo.

—Jungkook... —Un quejido fue su respuesta. Me estaba dando la espalda, así que moví suavemente su brazo derecho— Es hora de despertarse. Dijimos que íbamos a ir a revisar la gran casa a las afueras del pueblo.

Otro quejido.

¿Qué tenía? Él no era así. Generalmente se despertaba antes que yo, y eso que desde pequeña había tenido la manía de despertarme antes de que sonara el despertador. Era muy extraño que siguiera durmiendo, mucho más cuando ya habíamos acordado los planes del día.

—¿Tienes algo? ¿Por qué te está costando despertar?

—No me siento muy bien...

Su voz de recién despertar estaba bastante grave, incluso más de lo común. De alguna forma logré que se diera vuelta para poder ver su rostro. No tenía buena pinta, y claramente tampoco se debía a que recién estuviera despertando. Conocía su semblante apenas los rayos del sol salían, y la expresión en su rostro me dejaba en claro la concordancia entre sus palabras y su semblante.

—¿Qué tienes? ¿Qué te duele?¿Pasó algo mientras dormía?

A mi cabeza llegaron flashbacks de cuando Jungkook pequeño se había enfermado. Y si bien Jungkook grande era mucho más grande que cuando le había pasado al pequeño, no pude evitar preocuparse y tener una sensación parecida. No estábamos en medio del bosque ni era un día lluvioso, pero esa molestia en mi pecho se instaló para no irse.

Las cosas nunca podían ir bien por siempre, al menos tenía que pasar algo para perturbar la aparente tranquilidad.

—Creo que tengo fiebre. No estoy seguro... Pasé mala noche, no pude dormir como correspondía.

Solo me duelen un poco los ojos. Déjame dormir un ratito más. No pude dormir muy bien por vigilar la puerta...

Juré que podía escuchar esa voz de niño pequeño como si lo estuviera escuchando en ese preciso momento.

Tenía miedo de que alguien viniera y me alejara de ti, Sun.

La molestia en mi pecho se acrecentó.

En serio tenía mucho miedo... Si alguien venía mientras dormía... No pude cerrar los ojos pensando en eso.

¿Por qué se sentía tan vivido cuando habían pasado años desde eso?

—To-todo va a estar bien, ¿si? No te preocupes ni hagas lo mismo que el otro Jungkook, te lo pido, por favor.

Me puse nerviosa y mi voz lo demostró. No quería revivir la situación cuando no podía contar con nadie más. En ese momento Joohyuk había estado para mí, pero con él estando enfermo, no podía contar con nadie más.

La verdad era que no tenía a nadie más.

Jungkook pequeño se había marchado de mi lado luego de enfermar, si el grande me hacía lo mismo... Definitivamente no estaba preparada. La situación me estaba tomando por sorpresa y mi corazón no hacía nada más que acelerarse por la preocupación. Había costado mucho sanar esa herida como para volver a abrirla.

—Hey, tranquila —como pudo se sentó en la cama. El malestar en su cuerpo era evidente, pero de igual forma hizo un esfuerzo—. No es nada muy grave, tan solo necesito descansar un poco. Así que no hagas esa expresión con tu rostro.

¿Pero cómo no hacerla si estaba preocupada por su salud? Me era imposible ser indiferente. Lo podía intentar mil veces, pero mi frágil corazón terminaba cediendo. Aunque me costara aceptarlo, tenía que admitir que él se me había vuelto mi todo luego de que Jungkook pequeño se marchara. Y sin importar todo lo que había hecho, tanto bueno como malo, había una conexión que me ataba a él.

Tal vez ya solo era dependencia.

Tal vez había algo más oculto.

Pero si algo era seguro, era que necesitaba que estuviera bien. Ya me bastaba con ver la herida en su labio y recordar que me había defendido de ese tipo asqueroso.

Acerqué la palma de mi mano a su cabeza y el pobre hervía en temperatura. No podía hallar la razón por la cual estaba así, pero necesitaba idear soluciones. Los días constantemente estaban siendo calurosos y se notaba que ese no iba a ser la excepción. Rápidamente fui hacia la ventana y cerré la cortina para dar un ambiente más fresco, luego regresé hasta donde estaba él para destaparlo un poco. Si me fijaba bien se notaba que estaba sudando bastante, no me había percatado de ello por estar pendiente de otras cosas.

—Deberías cambiar tu ropa. Te buscaré ropa fresca y seca.

Caminé esta vez hasta el armario donde habíamos ordenado nuestra ropa y busqué lo más fresco que pude hallar. Él realmente no había traído mucho, pero entre las prendas que Sangho me había dado, había una camisa bastante delgada que parecía ser perfecta para Jungkook. La tomé junto a unos finos pantalones y de mi bolso saqué un pañuelo el cual esperaba que sirviera un poco para que se secara el sudor. Por el temblor en su cuerpo se notaba que tenía escalofríos, pero no podía abrigarlo por mucho que parecía un polluelo con pocas plumas.

—¿Necesitas ayuda? —me quedé observándolo unos segundos mientras comenzaba a desabotonar la parte superior de su pijama.

No respondío enseguida, siguió en lo que estaba hasta que su torso quedó al descubierto. Con la misma tela del pijama se sacó un poco de sudor, pero cuando fue la hora de secar su espalda, se notó que no tenía las suficientes fuerzas para hacerlo. Sus ojos chocaron con los míos, y sin necesidad de una mediación por medio de palabras, comprendí que necesitaba ayuda con esa parte. Así fue como, suavemente, fui secando el sudor con el pañuelo que había sacado de mi bolso. Cada toque era lo más delicado que podía para no causarle mayor malestar. Sabía que no mucho tenía que ver la fiebre con si eran toques delicados o fuertes, pero era mejor prevenir.

—Lo lamento un montón, por mi culpa no vamos a poder ir a inspeccionar el sector.

Estaba haciendo lo posible por usar un tono amigable, y agradecí su gesto a pesar de que en verdad había sonado un tanto lamentable. Pero se entendía, estaba enfermo y su tono de voz no podía ser muy animado aunque lo intentara.

—Solo debes descansar para mejorar. Tenemos mucho tiempo para ir a ver el lugar, simplemente preocúpate de cuidar tu salud.

Asintió despacio, justo cuando ya había logrado secar su espalda por completo. De terminó por poner la camisa que le había entregado, y me di la vuelta hacia una esquina para que siguiera con los pantalones. Él siempre respetaba mi espacio saliendo de la habitación, pero sentí que necesitaba estar alerta, y detrás de una puerta me podía perder de muchos detalles que podía escuchar estando dándole la espalda. Cuando ya estaba cambiado lo ayudé a cambiarse a mi cama, la cual estaba un poco más ventilada y fresca para que se pudiera acostar. Y aprovechando eso, eché las mantas de su cama hacia atrás para ver si de esa forma su cama se vintalaba un poco.

La ventana de la habitación estaba abierta, y bajo una manta delgada estaba lo suficiente protegido a pesar de que los escalofríos hicieran de las suyas y le dieran ganas de estar bajo un montón de gruesas mantas.

—Sunbin, muchas gracias por no odiarme y cuidar de mí. A veces pienso que no merezco estar tan cerca de una persona buena como tú.

Sus palabras me llamaron la atención, pero siendo un chico con fiebre podía esperar cualquier cosa. De por sí a veces le daban sus momentos sentimentales, no era una sopresa que dijera eso tras mis pequeños cuidados.

Cualquier tipo de muestra parecida al amor maternal lograba hacer que se convirtiera en una masita. Momentos así me hacían pensar en todo el cariñuque le había faltado cuando niño y que había rellenado por completo con esa mujer a la cual llamaba madre.

—No digas boberías y descansa. Necesito que estés bien para seguir con esta aventura.

—Está bien, lo intentaré.

Y si bien no me quería dejarlo solo, no se iba a mejorar solo con palabras dulces o mi atenta mirada. Necesitaba bajar la temperatura de su cuerpo. En algún libro de hierbas había visto algunas hierbas para bajar la fiebre, si lograba conseguir alguna pensé que podría ser de gran ayuda. Más allá de la barbería había visto a una señora la cual las vendía, tan solo necesitaba tener algo para pagarselas. Lamentablemente en mi poder no tenía nada de dinero y desconocía si mi acompañante tenía. Llevé una mano a mi pecho sintiendo la cadenita que me había entregado Jungkook grande.

Sabía que estaba mal lo que iba a ser, pero era mi único recurso en ese momento.

Aproveché que se había quedado dormido y en silencio salí de la habitación para dirigirme hacia la pequeña tienda. Todavía era muy temprano, pero había visto que el movimiento en el pueblo no se hacía tardar luego de que salieran los rayos de sol, y de eso ya había pasado por lo menos una hora entre que me había despertado, lo que había pasado con Jungkook y él tiempo que demoraría en llegar a conseguir las hierbas

Para mi suerte la pequeña tienda estaba abierta, y aún con mis nulas habilidades par interactuar como correspondía. Logré intercambiar la cadenita por unas  cuantas hierbas medicinales más un par de paños para utilizarlos a modo de compresas tibias tiradas para frías en la frente de Jungkook grande.

De regreso a casa una punzada en el vientre me tomó desprevenida. Por tener la mente en cualquier parte había olvidado por completo que mi periodo iba a a llegar, y como si aquello no fuera suficiente, se le sumó el hecho de que frente a mí juré haber visto pasar al Jungkook pequeño en compañías de una mujer, la cual una corazonada me decía que se trataba de la madre de mi acompañante.

Me quedé parada un momento intentando procesar todo lo que había pasado en tan poco tiempo, cuando de repente detrás de mí una voz se sumó a la de mi cabeza.

—Disculpa, chico. Tienes tu pantalón manchado.

Me giré como en cámara lenta. Esa voz la había escuchado en alguna parte, y lo confirmé cuando finalmente vi al dueño. ¿Tan mala suerte se me había tenido que juntar? La sangre se me puso lo suficiente fría como para que por poco se me cayeron de las manos las cosas que había conseguido.

Ese era Padre. No había forma alguna de confundirlo con alguien más.

¿Qué hacía ahí? ¿Tenía algo que ver la mujer que había pasado tan solo minutos atrás frente a mí? Aparté rápidamente mi cara deseando que no me hubiera reconocido. Si bien me había llamado por "chico", temía que hubiera sido otras de sus mentiras que lograban hacer caer.

Como pude salí de ahí lo más rápido que pude, discúlpame sin razón y dando alguna vuelta tonta por algunos pasajes en caso de que me siguiera. Todo era muy surrealista, tanto hasta el punto de hacerme pensar que tal vez era yo la que estaba enferma y era tan alta mi temperatura que llegaba a alucinar. Ni siquiera se lo podía contar a mi compañero de habitación, pues cuando llegué todavía seguía durmiendo, y yo solo pude permanecer de pie dándome cuenta de que realmente había manchado mis pantalones con mi propio color.

Y pensar que mi falda manchada había comenzado todo...

En ese momento tan solo pide pensar en que mi pantalón manchado comenzaríamos un nuevo ciclo que no parecía nunca terminar. ¿Cuándo acabarían todos los misterios? ¿Realmente habría un momento en el que podría vivir tranquila sin miedo de nada más?

Como pude intenté acallar todos esos pensamientos. Mi prioridad iba a ser cuidar de Jungkook grande, luego tendríamos ver qué haríamos con toda la información que había logrado reunir, y eso que todavía faltaban un par de horas para el mediodía...

Tal vez al final había tenido razón y era mejor ser ignorante. Estaba descubriendo tanto que no sabía qué hacer con toda esa información. La mala hierba nunca moría, por algo la mala suerte Patricia perseguirnos.

●▬▬▬▬25/07/23▬▬▬▬●

Este capítulo también se me olvidó subirlo antes 😅

Capítulo dedicado a: fer_army613 lazafiro26 y Valecandy_2018

Estuvo intenso 👁️👄👁️ Y con esto se da por finalizada la segunda parte de la historia. ¡Nos vemos en la tercera!

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