◈ 14
❝Secreto del corazón❞
—Ya, ya. Todo está bien. Tranquilo —no estaba segura de que acariciar su cabello fuera la mejor forma de contenerlo, pero era todo lo que se me había ocurrido.
El pobre había estado llorando durante unos diez minutos, y sus sollozos y respiraciones cortadas habían quedado grabados en mi mente de una forma tan fuerte, que sentí que no podría olvidar ese momento incluso si pasaban un montón de más cosas.
Su rostro permaneció escondido unos minutos más entre la tela de mi falda, tal vez recuperando un poco la compostura tras haber cedido ante aquel secreto que había guardado en el fondo de su corazón, o tal vez solo escondiendo la vergüenza que le había dado al haberse mostrado de esa forma tan vulnerable frente a mí. Sin importar la razón, no interferí y dejé que tomara todo el tiempo que necesitaba para poder volver a ver su rostro.
En medio del caos que estábamos viviendo, tenía que admitir que tenerlo a mi lado lograba hacerme sentir un poco más tranquila. No me importaba su nombre, no me importaba estar en ese edificio abandonado de la mano de Dios, tan solo haber conocido el mundo real era más que suficiente para sentir que era capaz de hacer lo que quisiera si es que me esforzaba. Si había pasado de estar entre esas murallas blancas a un pueblo con tantos colores, no dudaba en que siempre podría haber algo más allá de lo que mis propios horizontes mostraban.
Y por lo mismo... Sentía la necesidad de apoyarlo.
—Sunbin, yo... Lamento haberte ocultado esto —no me miró. Seguía de rodillas en el piso aferrandose a la tela de mi ropa—. Es un tema muy delicado para mí, ¿pero sabes? Se siente un poco liberador haberle contado todo esto a alguien... En algún momento pensé que me llevaría el secreto a la tumba, pero realmente sentía tanto peso entre mis hombros. Llegué a pensar en que terminaría aplastado, la sensación era tan real...
Su voz estaba ligeramente más ronca. El haber llorado por varios minutos había aportado en eso. Y lejos de darme gracia, me produjo un poco de ternura ver que podía ser tan humano como cualquiera. Al principio había pensado que tal vez no podía sentir emociones. Era tan serio y parecía que esas cuestiones no eran de su agrado, pero pensándolo mejor, tal vez solo tenía miedo de agrandar esas miles de grietas que tenía en su interior, y la única forma de haberse mantenido completo había sido con esa coraza que lograba mantener la forma y cada cosa en su lugar.
—No te disculpes. Sé que dijimos que no tendríamos secretos entre nosotros, pero comprendo que esto era algo complicado y también necesitabas tiempo para ver qué revelar... Aunque tengo una duda, y espero que me puedas responder —finalmente pude ver su rostro. Sus ojos estaban rojos y algo hinchados, pero no se veía tan destruido como había pensado—. El Jungkook que conocimos, el pequeño...¿Él es hijo de la mujer que buscas o es solo una coincidencia de nombres?
—Tengo la sospecha de que es él, pero no tengo nada con lo cual lo pueda respaldar. Solo estoy seguro de que se puede tratar de él por la edad que tiene y el nombre que no es muy común. En la oficina de mi padre hay algunos registros donde puede haber más información, pero llegar a ellos no es muy fácil.
—Bueno, aunque no estés del todo seguro, pareces bastante convencido de ello. A veces las corazonadas no se equivocan... —me acomodé suavemente en mi lugar cuando se levantó para sentarse a mi lado— Esto es tan raro. Pensaba que solo tenía un Jungkook en mi vida, pero repentinamente son dos.
Una suave risa se me escapó. Por lo visto aquel nombre tan inusual estaba destinado a permanecer cerca de mí, de otra forma no podía encontrar pensamientos lógicos para comprender del todo la situación. Recordaba de manera algo confusa la oportunidad en dónde él me había comentado que su madre postiza había estado embarazada y le habían quitado a su hijo, también que ese era el nombre que quería para su pequeño... Pero todo seguía siendo un enredo. Por un momento incluso dudé de mi propia identidad, y es que la situación me estaba haciendo pensar muchas cosas a la vez.
—Espero que esta revelación no cambie las cosas entre nosotros —me confesó secando su rostro—. Me puedes seguir llamando Joohyuk, después de todo, tu imagen sobre Jungkook se basa en ese pequeño, así que tampoco me gustaría que se contamine con mi persona.
—Pero... ¿A ti cómo te gustaría que te llamara? Digo, más allá de eso que has dicho, me imagino que también te debes sentir más identificado con un nombre, el otro solo de debe ser como una máscara, ¿no?
—Bueno, por "Jungkook" solo me llamaba ella, así que no estoy del todo acostumbrado a ese nombre, pero en el fondo se siente más real que "Joohyuk". Me identifico como Joohyuk y el resto también lo hace, pero sería mentira decir que es mi nombre favorito.
—Los chicos de aquí te llamaron por "Jung". ¿También es por Jungkook o tiene que ver con algo más?
Guardó silencio un momento.
—Ellos me alcanzaron a ver con ella, por lo que escucharon cómo me decía, pero son tan llevados a sus ideas que me dicen así más por apodo que por saber mi nombre.
—En ese caso... Mientras estemos aquí, te llamaré por "Jung". Y si quieres cuando estemos solos te puedo llamar por "Jungkook". ¿Te parece? No seré la mujer que te crio, pero me parezco un poco por lo que dices, así que lo puedes tomar como un pequeño sustituto hasta que demos con ella.
Una suave sonrisa se instaló en su rostro, y aquello me hizo sentir genuinamente feliz. Estaba segura de poder decir que su alivio hasta se me había contagiado un poco.
—Gracias, Sunbin.
—No es nada. Es tu nombre real al final, así que...
—No solo por eso —me interrumpió—. Fui egoísta cuando te pedí que te quedaras y permití que Jungkook se fuera, y aún así tú me diste una oportunidad y te quedaste conmigo —limpió su ojo derecho, aunque ambos estaban brillantes—. Recuerdo cuando una vez en mi habitación me dijiste que no tenía a nadie porque estaba en mi propio mundo, y tenías razón. Desde pequeño intenté mantener la distancia con el resto, no estaba seguro de necesitar de alguien más, pero al final del día también soy una persona y de vez en cuando me gusta compartir con alguien más. Por eso estoy muy agradecido de que estés aquí conmigo.
Sus palabras me conmovieron, y me giré en su dirección para tomar su rostro entre mis manos. Sequé sus lágrimas una vez que empezaron a caer, pero fue raro, porque aunque esperaba una mueca triste en su rostro, en su lugar seguía esa pequeña sonrisa, y sus ojos brillosos no se apartaron de los míos. Me pregunté si en su cabeza me seguía agradeciendo por más cosas, pero tal vez ya solo era algo egocéntrico de mi parte pensar de esa forma.
Después de un rato sus manos cubrieron las mías y sus ojos se cerraron mientras su cabeza se incliniba ligeramente más hacia un lado. En serio estaba muy sensible y parecía un niño pequeño buscando el amor de su madre. No lo culpaba, llevar una máscara de indiferencia y actuar serio a cada momento también tenía que ser agotador. Ni siquiera éramos mayores de edad, pero estaba segura que ninguno se sentía del todo como un adolescente, nuestros niños interiores siempre iban a salir a flote buscando un poco de cariño y atención, y no nos quedaba más remedio que satisfacer aquello para suplir todas las faltas de nuestras infancias.
—Por lo visto tomar la decisión de quedarme al final no ha resultado tan catastrófico. Aunque en ese momento sí que se sintió como el fin del mundo.
—Y bueno... —se separó de mi tacto tomando algo de distancia. Yo llevé mis manos hacia mi falda, sintiendo un poco la humedad que había quedado gracias a sus lágrimas— ¿Qué deberíamos hacer ahora? ¿Quieres dormir, comer o tal vez cambiar tu ropa?
—¿Te gustaría dormir un rato? Esta es la cama más grande que he visto en mi vida, y se ve bastante cómoda. Bueno, todo va a ser más cómodo si lo comparamos con un tronco de un árbol.
—Es verdad. No sé si mi espalda esté muy agradecida de cómo la he tratado. Le hace falta descansar en una parte decente.
—Bien. Está decidido. Dormiremos un rato y después veremos qué hacer.
Me puse de pie y fui hasta mi bolso para tomar algo de ropa limpia. Tenía que admitir que estaba lo suficiente cansada como para acostarme tal y cómo estaba, pero no podía ser tan descuidada. Dormir con ropa limpia siempre se iba a sentir mejor.
—Saldré un momento para que te cambies tranquila.
—Está bien —estiré las prenda que había elegido sobre la cama mientras él iba hacia la puerta. Hacía calor, por lo que había elegido algo más fresco para ponerme, y un vestido ligeramente más corto y un poco más descubierto de las clavículas se veía como una buena opción—. Eh, Jungkook, muchas gracias por todo también. Me alegra ver todo esto que es nuevo junto a ti. Es bueno tener a alguien que conozco, ni siquiera he tenido tanto miedo.
—Solo quédate cerca de mí para que te cuide y todo irá bien —no podía acostumbrarme del todo a su sonrisa, que estaba siendo tan seguida, pero era bueno verlo así.
—Lo mismo digo.
Salió de la habitación y me cambié lo más rápido que pude para no hacerlo esperar tanto. Sostuve entre mis dedos la pequeña mariposa que colgaba de mi cuello, y me dirigí hacia un espejo que estaba en una de las paredes. Arreglé mi cabello con mis dedos, acomodándolo un poco mejor tras darme cuenta de que estaba hecho todo un desastre. Cuando terminé incluso pude asegurar en mi reflejo que me veía un poco más femenina que momentos atrás. Y aunque no confiaba en salir así al exterior habiendo tanto chico raro, mientras solo estuviera con mi acompañante estaba segura de que no había ningún problema en ello.
Esas cuatro paredes por el momento serían nuestro pequeño mundo, y sintiéndome un poco más lejos de todos los problemas y dificultades, incluso me relajé un poco.
Era consciente de que dormir junto a un chico no era del todo moral, incluso si habíamos sido criados como hermanos, ya estábamos en una edad en la cual nuestras diferencias eran más que notorias, aun así, disfrutaba tenerlo cerca a la hora de descansar. Y si bien él se podía ver cómo un niño pequeño cuando mostraba sus sentimientos y se abría a contar sus inquietudes, una parte de mí también tenía presente que no dejaba de ser un chico; un hombre. Y en ocasiones ser tan consciente de eso me lograba poner algo nerviosa. Cuando pensaba en ello, por un momento me sentía volver a nuestras primeras interacciones, en dónde de forma atarantada le había preguntado si es que acaso yo le gustaba.
Recordarlo me dio tanta vergüenza que sentí mis orejas calientes, y apartando la vista del espejo, caminé hacia la cama para acostarme y luego avisarle que ya podía ingresar a la habitación.
Cuando ya estuvo de vuelta, me giré hacia la pared contraria para no verlo. Otra vez le había puesto pestillo a la puerta y podía escuchar la tela de su ropa que estaba siendo bajada para ponerse algo más cómodo y limpio también. Había un armario al fondo de la habitación, y estaba segura de que había sacado algo de ropa de ahí. Él no sé preocupaba tanto como yo de llevar consigo mudas por si eran necesarias, incluso podía apostar que tenía un montón de ropa repartida por las partes a las que iba, y por lo visto el lugar al que habíamos llegado no era la excepción.
Cuando ya me estaba por quedar dormida, sentí un poco de peso en mis piernas. Me giré un poco para ver de qué se trataba, y era una pequeña manta lo suficiente grande como para cubrir el cuerpo de una sola persona.
—Sé que hace calor, pero ten cuidado. Él vestido se te puede levantar, así que es mejor prevenir.
Él colchón a mi lado se hundió indicando que ya se había acostado. Era la primera vez cada uno tenía tanto espacio personal en una cama sin necesidad de estar prácticamente colgando de alguno de los lados.
—Estuve pensando que después me podrías mostrar un poco el lugar... —le sugerí con mi voz ya algo adormilada.
—Está bien, pero siempre debes estar cerca de mí. En todos lados hay algún degenerado que hace cualquier cosa por llamar la atención, así que es mejor evitarlos para no tener problemas. Aunque creo que lo primero que debemos hacer será comer algo para tener energía.
—Está bien. Si tú lo dices...
Y luego me quedé dormida.
Mi cuerpo estaba realmente cansado aunque al principio no lo notara tanto. Solo podía pensar en todo lo que había pasado en tan poco tiempo.
Jungkook, Jungkook, Jungkook...
No le podía dejar de vueltas a ese nombre, así que mientras mis pensamientos iban desapareciendo, fue en lo único que pude pensar. La mariposa tampoco me dejaba sola, y agradecía aquel detalle que últimamente me gustaba mucho sostener entre mis dedos.
Sobre el chico a mi lado... Ni siquiera supe en qué momento se quedó dormido. El sueño me había vencido mucho antes de ser totalmente consciente de todo lo que estaba pasando a mi alrededor. Solo tuve presente por un pequeño momento mi falda húmeda por sus lágrimas. Había sido tan triste... Pero esperaba que le hubiera servido para desahogarse. Aunque quién sabe que otros secretos habrían por ahí esperando a ser descubiertos.
●▬▬▬▬06/06/23▬▬▬▬●
Nuevo capítulo
Personitas a las que se los dedico: todas las que comentaron antes (wattpad no me dejas mencionar sus usuarios:c)
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