◈ 11
❝Mariposa de libertad❞
—Vamos, Sun, toma mi mano. No te quedes atrapada. No dejes que te encuentre. Te lo ruego por lo que más quieras, sal de ahí antes de que sea muy tarde.
Me desperté todavía sintiendo rastros de la calidez de aquella mano que había tomado la mía en medio de una espesa niebla que había ocupado cada lugar al que había observado. Tan solo había sido un sueño, pero mi corazón seguía intranquilo, incluso cuando me senté de a poco observando que a mi lado descansaba una figura conocida en la que ya me podía apoyar cada vez que era necesario.
—¿Cómo estás? Pareciera que ni siendo tu cumpleaños esa cabeza tuya deja de pensar, eh. Pensé que estabas llorando y me desperté.
—Lo lamento. Otra vez tuve ese sueño que no me ha dejado tranquila. Me gustaría saber de quién se trata, pero pareciera que la niebla es cada vez más densa y es imposible ver.
Al igual que yo se sentó en la cama. Ya estaba siendo verano y el sol cada vez pegaba más fuerte. Lo bueno era que en la casita del bosque parecía que el tiempo estaba a nuestro favor, por lo que los árboles eran de gran ayuda para combatir con las altas temperaturas. De todas formas, entre el mal sueño y el calor, podía apostar cualquier cosa a qué estaba sudada como si hace un momento hubiera estado corriendo. Y él no se quedaba atrás, podía ver cómo algunos mechones de su cabello parecían querer pegarse a su frente.
—Olvida eso por un momento. Te tengo un regalo.
—¿No es Jungkook o sí? —una sonrisa ingenua se coló en mi rostro.
Ya había pasado bastante tiempo desde que Jungkook se había marchado, probablemente casi tres años, pero algo en mi interior todavía tenía la esperanza de volver a verlo. ¿Cómo estaría? Si yo ya había cumplido los diecisiete, él ya tenía que estar llegando a los once.
—Todavía no logro dar con su paradero, pero he recolectado más información y creo que cada vez falta menos para saber algo de él —se puso de pie y empezó a caminar hacia uno de los muebles del lugar—. Lo siento por demorar, en verdad tenía la esperanza de que no sería tan complejo.
No odiaba a Joohyuk por todo lo bueno que había hecho por mí, pero tenía que admitir que al principio había tenido un gran resentimiento hacia su persona. El día que Jungkook se marchó me dio unas pastillas que me dieron mucho sueño y me quedé dormida el tiempo suficiente para que mi chico pequeño ya no estuviera en el lugar. Incluso llegué a pensar que había muerto, ya que tras caer enfermo parecía nunca mejorar, pero con el tiempo y una buena discusión, terminó confesando que la familia se lo había llevado y solo había querido que dejara de sufrir y que no fuera tras él.
Me enojé por su actuar por varios días. No lograba comprender cómo había podido jugar con mi dolor de esa forma, pero comprendí... Qué alguna parte de sus acciones tenía cierto sentido si pensaba en cómo había reaccionado en cada oportunidad que Jungkook estaba por irse. No lo había podido soltar y su mejor manera de hacer que lo dejara ir había sido realmente nefasta y fatalista, pero vaya que lo había logrado. Esos días en medio de mi habitación solo había recordado cada lindo momento, pensando en que todo eso definitivamente había llegado a su fin más allá de una barrera de distancia.
—Cierra tus ojos un momento. Aquí no hay muchas maneras de dar una sorpresa.
—Está bien —asentí cerrando mis ojos.
El año anterior había recibido de regalo una carta que Jungkook me había dejado, así que mantuve la esperanza de que tal vez podría ser otra. Ese chico era pequeño, pero realmente se había preocupado por mí hasta con detalles que ni siquiera a mí siendo más grande se me habían ocurrido. Había sido tan minucioso... Era imposible olvidarlo aunque el tiempo siguiera pasando.
Parecía que cada año se iba a repetir lo mismo. Incluso mi periodo se hacía presente justo cuando estaba de cumpleaños. Y coincidencia o no, mi vida estaba pareciendo ser un ciclo de nunca acabar. Todos los meses con Joohyuk escapábamos hasta ahí, pues al parecer el gusto de Padre con el periodo y lo que aquello conllevaba era algo mucho más serio de lo que podía haber llegado a pensar.
El hombre tenía un serio problema con la fertilidad y la vida. Ya ni siquiera parecía algo raro que le gustara cuidar de un montón de niños, pues ahí estaba la verdadera vida.
—Ya puedes abrir los ojos.
No fue necesario que dijera algo más, casi de forma automática dejé que mis párpados se abrieran para ver de qué se trataba.
—¿Un collar?
Habría esperado cualquier cosa menos un collar. Era muy bonito y realmente no había visto muchos en mi vida, pero tan solo con verlo podía admitir que era una joya preciosa. Al final de la cadena colgaba una pequeña mariposa que a pesar de su tamaño tenía uno detalles muy claros. Joohyuk la balanceó delante de mis ojos, y justo cuando la estaba por tomar, la alejó dejándome confundida.
—Date la vuelta para que te ayude a ponértelo, por favor.
Él sabía que seguir todo lo que me decía no era precisamente lo mío, pero me terminé dando la vuelta por sus palabras más suaves de lo normal. El chico se estaba esforzando por ser amable, y más al saber que era mi cumpleaños.
—¿De dónde rayos lo sacaste?
—¿Acaso importa?
Hice mi cabello a un lado mientras él hacía el intento por poder ponerlo bien. Se estaba demorando, pero no lo quise apresurar.
—Dijimos que no habría secretos entre nosotros. Claro que importa, Joohyuk.
—Bien. Es... Un recuerdo que tengo de mi madre. Pensé en que lo podría ocupar, pero es demasiado lindo como para que yo lo tenga, así que... Pensé que tú le podrías dar un mejor uso. Estas cosas les quedan mejor a las chicas, ¿no?
—Si es de tu mamá... ¿Estás seguro de que quieres que yo lo tenga? Debe ser algo muy importante. No estoy segura de si es buena idea...
Su mamá era la persona más importante de su vida, y lo que tenía de ella literalmente tenían que ser algo así como reliquias. Que me diera alguna de sus cosas era algo que nunca había pensado. Y tenía razón en que era muy bello. Teniendo la pequeña mariposa entre mis dedos la volví a observar con detenimiento. Era un detalle muy bonito de su parte, pero me preocupaba cargar con algo tan valioso. Quién sabe desde hace cuánto lo tenía, si lo llegaba a perder fácilmente sería el fin del mundo.
Estaba bien que estuviéramos los dos contra las adversidades, pero no creía que a ese nivel tan grande de confianza. ¿O tal vez sí? Me era difícil de saberlo. Era verdad que ya estaba confiando mucho más en él, sin Jungkook él estaba ocupando un papel muy importante, pero si hubiera tenido un recuerdo preciado de alguien que amara, no creía posible entregárselo así como así.
—Solo cuídalo lo mejor que puedas. Si llegamos a encontrar a mi madre, no creo que le importe si tú lo tienes ahora, de seguro ni siquiera lo debe recordar. Ha pasado mucho tiempo.
Dudé. Dudé como si fuera la última hoja de un árbol en invierno, aferrándose hasta último momento a seguir sujeta a la fría rama. Pero tal y como si una brisa pasara, las palabras de Joohyuk fueron suficientes para que terminara por ceder.
—Lo cuidaré con mi vida —le dije ya dándome la vuelta.
Sus ojos estaban brillando y su cabello ya más corto me permitió ver tal espectáculo. La forma en que observaba a la mariposa... Estaba claro que recordaba a su madre con una intensidad que no se podía igualar. Y, por un momento, su mirada también me recordó a los ojos brillantes de Jungkook.
No era correcto y probablemente nos hacía daño, pero estaba segura de que de alguna forma, en el otro estábamos viendo reflejada a la persona que más queríamos en el mundo. Por lo que mientras yo veía a Jungkook, él en mí veía a esa mujer que lo había cuidado y le había entregado el cariño más puro que podía haber.
—¿Y qué se siente tener diecisiete años? ¿Algo cambió?
—Para mí todo sigue igual.
—Mmm —me observó con detenimiento —. En realidad pareciera que sí te ves un poco más madura. En serio me sorprende que cada día me recuerdes más a mi mamá.
—No digas eso, que me haces querer decir un comentario que te puede molestar.
—¿Trata sobre ese hombre? —asentí, aunque no quería que se molestara—. Está bien, no me molesta. La genética tenía que hacer lo suyo en algún momento, lo importante es que no me ponga tan loco como él, si llega a pasar, prefiero tirarme por un barranco que ser esa clase hombre.
Lo despreciaba. De eso no había duda.
Miré hacia la ventana viendo que todavía era temprano. Mi periodo ya estaba por acabar su fase más notoria, así que podíamos regresar con el resto. Nuestra falta se hacía más notoria a medida que pasaban los años, de estar entre el montón del medio, ya estábamos siendo unos de los más grandes. Muchos chicos mayores se habían ido, pero por estar tan ocupada pensando en Jungkook y en un plan para hallar lo que queríamos, ni siquiera le había prestado mucha atención a aquellos que ya no estaban. El sentido de seguir ahí ya no tenía que ver con la felicidad, en su lugar era descubrir todos esos secretos que todavía seguían ocultos.
Me puse de pie para poder estirarme un poco, y Joohyuk en su lugar se volvió a recostar observando el techo. Tenía sus brazos tras su cabeza y su cabello se abultó gracias a su acción. Definitivamente se parecía a su padre, pero había un algo distinto que lograba diferenciarlo. Tal vez eran sus ojos, pero no podía estar del todo segura. Hace mucho que no veía a su padre a los ojos, y desde que Jungkook se había ido, estaba siendo cuidadosa en no encontrarme con él.
Aunque sabía que en algún momento nos tendríamos que encontrar cara a cara. Era algo inevitable. Al menos tenía que ser así si queríamos lograr nuestro cometido, por lo que no me quedaba más que actuar con ingenuidad hasta que logramos resolver todos los cabos sueltos. Joohyuk no me había traicionado luego de que Jungkook se fuera, más allá del incidente que ya estábamos dejando atrás, por lo que contaba con él a toda costa cuando fuera el momento de actuar.
—Ahora que lo pienso... Tu padre hace sus cosas raras cuando las chicas cumplen los dieciocho... ¿Pero sabes exactamente qué hace?
—Eso tampoco he logrado descubrirlo del todo.
—Entonces cuando llegue el momento lo tendré que descubrir por mi cuenta. Solo espero que no sea algo muy malo... Alguna chica habrá quedado, no lo sé... ¿embarazada? Como luego se van me da miedo pensar en que la respuesta puede ser positiva.
—Él no te pondrá ni siquiera un dedo encima —decretó poniéndose de pie de una sola vez—. Y si lo hace, nos veremos en el infierno. Quiero encontrar a mi madre, pero no te pondré en riesgo a ese nivel.
—¿Sabes? Hay algo que no te he dicho —su atención se centró completamente en mí, incluso aunque está yendo hacia una de las ventanas—. Como tú quieres encontrar a tu madre... Yo también tengo un objetivo, ya que lo de Jungkook es muy importante, pero hay algo más.
—Cuéntame. Como es tu cumpleaños puede ser que se cumpla tu deseo.
—Quiero salvar a todas las niñas que sea posible. Estuve sacando cuentas... Y de quienes quedamos, creo que soy la primera en cumplir dieciocho. Así que espero poder contar con tu ayuda. Todavía no sé muy bien cómo se puede lograr, pero algo se me va a ocurrir.
Me observó en silencio procesando lo que acababa de decir. Es verdad que tiempo atrás tan solo había velado por mi bienestar y el de quienes quería, pero realmente ya no me creía capaz de abandonar a todas esas niñas que quedaban. Y no solo a ellas, aunque tenía que admitir que eran mi prioridad. Todos los niños más pequeños vivían en una burbuja de ignorancia, confiando en ese hombre como un héroe... Cuando en realidad nadie tenía claras sus verdaderas intenciones.
Podía tomar más tiempo, e incluso podríamos necesitar de más aliados, pero por algo se tenía que iniciar, y la iniciativa ya era algo muy importante. Si tenía la ganas de lograr un cambio, consideraba que estar motivada para hacerlo podría ser de mucha ayuda.
—No es por ser malo, Sunbin, pero suena como algo muy difícil. Incluso encontrar a Jungkook o a mi madre parece menos difícil. ¿Dónde podríamos conseguir espacio para tenerlas? Aquí con suerte podemos estar tú y yo.
—Lo sé, por eso mismo es que te digo que algo se me va a ocurrir. Todavía falta un año, es tiempo suficiente para pensar en algo. Además... Nos creo capaces. Quiero decir, en mi caso, casi escapé con Jungkook, y tú sabes un poco más del mundo. Debe algún lugar al que podamos llegar.
Suspiró y pensé que me volvería a contradecir, pero en su lugar, una pequeña sonrisa se formó en su rostro.
—Todavía sigues siendo muy soñadora, pero está bien. Voy a ayudarte en lo que pueda para lograr eso también. Y por mientras regresando al presente, ¿qué te parece si intentamos dormir un poco más? No deben ser más de las seis, unos minutos más no le hacen daño a nadie.
No estaba segura de si podría seguir durmiendo, pero tenía razón en que no perdía nada intentándolo. Así que caminamos hacia la cama y nos acostamos cada uno en su lado sin siquiera cubrirnos con algo y dándonos la espalda. Subí un poco la falda del camisón para estar algo más fresca. Ya tenía diecisiete, que la falda me llegara un poco más arriba de lo normal no tenía que ser algún problema.
Y, tras tomar la pequeña mariposa entre mis dedos, cerré mis ojos esperando que el sueño me venciera para dormir un poco más. En mi mente habían mil pensamientos dando vueltas, pero no sacaba nada con sobrepensar las cosas.
—Hasta más rato, Joohyuk. Y muchas gracias por el regalo.
Sentí una suave palmada en mi cabeza. Por lo visto, ya se había cansado de hablar, pero su gesto se me hizo parecido a un no es nada, tan solo duérmete. Y no era quien para interrumpir su sueño, después de todo, ni siquiera era su obligación cuidarme a cada momento y aun así lo hacía.
—Ya verás que en algún momento seremos libres como unas mariposas... —dijo tras unos minutos, con su voz ya más de dormido que de despierto— Solo espera un poco más.
●▬▬▬▬18/11/22▬▬▬▬●
Y crecieron :")
Se te extraña Jungkook, pero sabes que eres clave para que todas las cosas se desarrollen u.u
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