Santana miraba a Sebastian, el cual estaba respirando muy rápido e intentaba tranquilizarse después de la pelea con Rachel.

"¿Pero de qué vas, a qué ha venido eso?" Preguntó exaltada la morena.

"Yo no soy el que tiene que dar explicaciones, eres tú." Le reprochó Sebastian mientras le señalaba con el dedo índice.

Santana se quedó paralizada al escuchar eso, no sabía a qué se refería Sebastian. Él al ver que su amiga no respondía intentó aclarar las cosas un poco.

"Te estoy hablando de tu beso con Britt y del numerito de después." Concluyó el ojiverde de brazos cruzados.

La morena se quedó pensativa mientras miraba hacia otro lado. "No... No fue nada." Terminó por contestar.

"Yo creo que sí, estás bastante rara. Cuéntamelo, te puedo ayudar." Respondió el castaño mientras le dedicaba una sonrisa tranquilizadora.

"Fue algo raro... Eso es todo." Comentó ella intentando cambiar de tema.

"¿Te gustó? Porque por la forma en la que evitas a Britt yo diría que sí." Insistió el chico.

"No lo sé, ¿vale? Todo esto es muy raro para mi, nunca pensé que haría eso." Dijo ella dudando.

"Deberías hablarlo con ella, yo pasé por eso y mírame ahora." Contestó él mientras se señalaba a sí mismo y mostraba una gran sonrisa para quitarle importancia al asunto y que su amiga no estuviera tan incómoda.

Santana sonreía mientras conseguía relajarse un poco al fin. "¿De verdad piensas que debo hacerlo?" Cada vez estaba más confundida.

"Sí, habla con ella y aclara todo este asunto. Será lo mejor." Sentenció él.

Santana observó a Sebastian y terminó asintiendo con la cabeza para acto seguido levantarse e ir a buscar a Brittany.

En ese mismo instante se cruzó con Rachel, la cual iba muy rápido hacia el baño y después con Finn, el cual iba detrás de Rachel con cara de preocupación.

Rachel cerró la puerta de un portazo y se dispuso a echarse agua en la cara para intentar calmarse, pero cuando levantó la vista vio a Finn detrás de ella.

"No puedes entrar en el baño de chicas." Dijo enfadada mientras miraba con recelo a Finn.

En ese preciso momento entró una chica al baño que se quedó mirando a Finn con cara extrañada y confusa.

"¿Tienes algún problema?" Le preguntó molesto el chico.

La chica negó con la cabeza y se dirigió hacia la puerta, con la cual se chocó y cayó al suelo. Acto seguido se levantó rápidamente y se fue avergonzada.

Rachel sonrió y luego miró al chico. "Finn, déjame en paz... Ya ves que no puedes estar aquí." Repitió de nuevo la morena.

"Pues hablemos fuera, donde sí puedo estar." Reprochó él.

"No pienso salir." Dijo ella mientras se cruzaba de brazos.

"Pero yo te voy a sacar." Respondió él mientras cogía a Rachel y la ponía en su hombro de forma que no podía moverse.

"¡Ah! ¡Suéltame! ¡Déjame imbécil!" Gritó la morena mientras le daba patadas en el abdomen y puñetazos en la espalda a Finn.

El chico la llevó fuera del cuarto de baño y la acabó soltando en el suelo mientras le sujetaba de los brazos para que dejara de darle golpes.

"¡¿Se puede saber qué diablos te pasa?!" Preguntó Rachel cada vez más enfadada.

Finn se quedó mirándola fijamente con una expresión seria en su cara. "¿Qué hice, Rach?" Le acabó preguntando con la misma seriedad.

Ella le lanzó una mirada muy enojada. "¿Sabes qué hiciste? Me besaste y ahora Sebastian está enfadado conmigo." Le reprochó la morena.

"Bueno, si se ha enfadado será porque tú también me besaste..." Respondió él un poco burlón.

"¿Que yo te besé? No sueñes... Además, el que estaba borracho eras tú." Dijo Rachel muy alterada ya.

"¿Y eso qué tiene que ver ahora?" Preguntó él confuso.

"Pues que los borrachos siempre dicen la verdad." Contestó la chica mientras se cruzaba de brazos y le daba su mejor cara de perra al chico.

"¿Estás insinuando que yo siento algo por ti?" Preguntó Finn entre confundido y sorprendido.

"Hombre... Tú empezaste así que..." Reprochó la morena.

"Tú sí que estás soñando... Ya te gustaría a ti que pasara algo entre nosotros. Lo siento pero yo valgo mucho más." Acabó contestando el chico bastante enfadado.

Rachel ante tal comentario que hizo el chico se quedó con la boca abierta y con tal de no partirle la cara a Finn ahí mismo se alejó de él lo más rápido que pudo. Estaba pasando por el pasillo de las taquillas con las lágrimas amenazando con salir cuando se encontró con Kurt, el cual la paró.

"Hey, ¿qué ha pasado?" Preguntó el castaño preocupado mientras sujetaba a la morena del antebrazo y la hacía parar.

"No quiero hablar, Kurt." Respondió ella de mala gana mientras se soltaba del agarre de su amigo.

Kurt la miró a los ojos sorprendido. "¿Estás casi llorando y no me piensas contar qué te pasa?" Preguntó un poco alterado.

"¿Quieres saber qué pasa? ¡Sebastian me odia porque piensa que besé al idiota de tu hermano, el cual me gusta y me acaba de mandar a la mierda ahora mismo!" Respondió Rachel alterada y casi sin pensar, cuando se dio cuenta de lo que acababa de decir se llevó ambas manos a la boca.

"¿Te... Te gusta mi hermano? ¿Y cuándo diablos pensabas decírmelo?" Preguntó Kurt bastante alterado y sorprendido.

"Yo... Bueno... No estaba segura y tampoco quería hacer un mundo de esto..." Respondió cabizbaja la morena.

"¡Se supone que somos mejores amigos y no tenemos secretos!" Reprochó el castaño.

"Pero es que..." Comenzó a decir la chica, pero no sabía cómo continuar, no sabía qué decirle.

Kurt estaba esperando una respuesta por parte de la morena pero al ver que no articulaba ninguna palabra decidió hablar él. "Ya veo que no merezco ni una mentira tuya..." Dijo cruzado de brazos y muy serio mientras miraba a Rachel a los ojos. "Yo me voy... Paso de esta mierda." Terminó por decir el castaño muy dolido mientras salía corriendo de allí y dejaba a la morena sola con las lágrimas a punto de caer por sus mejillas.

Rachel salió de allí lo más rápido que pudo y llegó a su casa sin ganas de nada. Había sido un día horrible y lo único que quería era relajarse un poco viendo la televisión o quizás leyendo, pero nada más abrir la puerta de su casa escuchó la voz de su madre que provenía del salón.

"¡Rachel Barbra Berry, estás castigada!" Gritó su madre.

"¡¿Pero qué mierda?! ¿Por qué?" Preguntó ella gritando mientras se dirigía al salón para poder ver a sus padres.

"Por mentirnos. Y modera ese lenguaje jovencita." Respondió su padre muy serio.

"¡Pero si no he hecho nada!" Reprochó ella.

"Fuiste a casa de ese amiguito tuyo... Kurt." Dijo la madre mientras hacía una mueca de asco con la cara. "Y acabaste borracha." Terminó la frase.

Ella se quedó paralizada mientras miraba a sus padres, ¿cómo diablos sabían eso? Al parecer pasaron por la casa de Kurt y vieron la que tenían montada. Cómo no, a sus padres nunca les agradó Kurt, siempre les pareció una mala influencia para su hija, aunque el padre de Kurt trabajara desde siempre con el padre de Rachel y conocieran a la familia desde hace muchísimo tiempo... Nunca les acabó de gustar.

"Queremos que dejes de ver a ese chico, es una mala influencia para ti." Sentenció su padre.

La morena no dijo ni hizo nada, tan solo abandonó el salón y se dirigió a su habitación. Estaba harta de este día ya.

Rachel no se podía creer lo que había pasado. El chico que le gustaba le había mandado a la mierda y sus dos mejores amigos no querían ni verla... Y para colmo sus padres la había castigado. ¿Podría ir todo esto a peor? La chica no quería averiguarlo así que subió las escaleras hasta llegar a su habitación, se metió en la cama y se quedó durmiendo mientras lloraba para desahogarse.

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Britt y Puck estaban hablando animadamente en la cafetería del instituto mientras que los demás se habían ido a solucionar sus asuntos, lo que quería decir que estaban ellos solos en la mesa.

"Hey, la fiesta estuvo genial, ¿verdad?" Preguntó el chico sonriente.

"Sí, me lo pasé realmente bien." Respondió ella alegre.

"Lo siento, pero lo tengo que decir... El beso que os disteis tú y Santana fue alucinante." Comentó el chico.

"Ya, bueno... Fue algo raro" Respondió ella algo incómoda.

"Parecía bastante real." Dijo él.

"Bueno, cambiando de tema... Me han dicho que eres artista." Dijo Britt rápidamente y emocionada.

"Sí, se podría decir que sí." Respondió él encogiéndose de hombros.

"Siento parecer atrevida pero, ¿me enseñarías alguna de tus obras?" Preguntó ella alegre y sonriente.

"Claro." Dijo él devolviéndole la sonrisa a la chica.

Puck llevó a Britt al aula de arte, donde estaban todas las obras y cuadros que los alumnos del instituto hacían. Él empezó enseñándole una escultura que hizo hace unas semanas y algunos cuadros que estaban colgados por las paredes. Britt estaba alucinada viendo todo aquello, estaba tan absorta por las obras que acabó tropezando con un cable y cayó sobre Puck, el cual la sujetó y se quedó mirándola fijamente.

"Lo... Lo siento..." Dijo ella casi en un susurro mientras lo miraba a los ojos.

"No tienes por qué hacerlo." Respondió él y acto seguido la besó.

Eso pilló por sorpresa a Britt, la cual le siguió el beso después de percatarse de lo que había sucedido. Después de un rato se separaron y Puck le dijo a la rubia que no quería nada serio y que de eso no podía enterarse nadie. Por desgracia en ese mismo instante pasó por la puerta del aula Kitty, que como buena cotilla que es lo vio todo y se sonrió para sí misma con maldad. Eso no podía significar nada bueno, algo tramaba.

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Era por la tarde y Santana estaba nerviosa en el salón de su casa sin saber qué hacer, quería hablar con Britt pero no la había visto en todo el día, así que se decidió por llamarla. Su hermana Kitty la vio y decidió intervenir para así poder molestar un poco a su hermanastra.

"¿Llamando a tu supuesta mejor amiga?" Preguntó irónicamente Kitty mientras sonreía.

"¿Qué quieres decir?" Preguntó Santana con una ceja alzada, algo confundida.

"¿A caso sabes todo sobre su vida?" Volvió a preguntar la rubia mientras se sentaba y se cruzaba de piernas, todo sin dejar esa sonrisa malvada de su rostro.

"Kitty... Me estás asustando, ¿qué pasa?" Preguntó la morena entre asustada y curiosa.

"Nada... Sólo que he pillado a Britt liándose con Puck. Eso es todo." Respondió mientras se encogía de hombros.

Santana se esperaba cualquier cosa menos eso, estaba perpleja y en estado de shock. En ese mismo instante llamaron a la puerta, como Kitty veía que su hermana no era capaz de moverse tuvo que ir ella a abrir de mala gana. Cuando abrió pudo ver a Britt ahí parada, sonrió de esa forma malvada que ella sabe.

"Hablando de la reina de Roma..." Susurró. "Pasa, Santana está en el salón." Dijo ella con una falsa amabilidad bastante notable mientras se echaba a un lado para que la otra rubia pudiera entrar.

"Gracias... Supongo." Dijo Britt extrañada por la actitud de Kitty.

Brittany pasó al salón donde se encontraba Santana aún procesando lo que le había contado su hermana. Por su parte Kitty se había sentado en las escaleras con la esperanza de poder enterarse de toda la conversación que tuvieran las otras dos chicas.

"Hey, ¿te pasa algo? Estás muy rara..." Preguntó preocupada Britt al ver que ni siquiera la había saludado cuando llegó.

Santana sacudió la cabeza y miró a su amiga, después se decidió a hablar. "Es que... Siento que no me lo cuentas todo... Como antes." Terminó por decir cabizbaja.

"Pero... ¿He hecho algo malo?" Preguntó de nuevo Britt, pero esta vez bastante preocupada y sorprendida, ésta actitud en su amiga no era normal.

Kitty fue hacia la cocina y mientras pasaba por donde estaban las otras chicas decidió comentar algo para así molestar más a su hermanastra.

"Si contaras todo lo que tienes que contar..." Dijo Kitty cuando pasó por su lado, como acusando a Britt de algo.

Brittany la miró extrañada, no comprendía lo que estaba pasando. "¿De qué está hablando?" Le preguntó a Santana ahora mientras la miraba.

"Tú sabrás..." Le respondió la morena mientras se encogía de hombros.

"Mira, no entiendo nada de lo que está pasando ahora mismo..." Dijo bastante nerviosa Britt.

"Olvídalo..." Respondió finalmente Santana, un poco cansada de eso. "Creo que deberíamos hablar del beso del otro día." Continuó diciendo cabizbaja.

"Tan sólo fue una tontería, ¿no crees?" Contestó Britt.

"Bueno... El problema está en que para mí significó algo más..." Terminó por decir Santana mientras jugaba con sus manos bastante nerviosa.

Brittany se quedó paralizada al escuchar eso, ¿ese era el motivo por el que su mejor amiga había estado tan distante y rara estos días atrás? No sabía qué hacer o qué decir, simplemente se había quedado en shock.

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Era ya tarde, casi por la noche y Kurt estaba en la casa de Blaine. Era algo que siempre hacían, pasar la tarde en la casa del otro ya que Blaine siempre estaba solo porque su padre siempre estaba trabajando y lo ignoraba la mayoría del tiempo y Kurt no quería estar solo en su casa ya que Finn casi siempre desaparecía después del instituto.

El moreno estaba jugando al nuevo Call of Duty en la Xbox One mientras que el castaño se movía de un lado para otro de la habitación pegando voces y gesticulando exageradamente.

"¿Cómo es posible que no me contara algo así?" Preguntó alterado el ojiazul. Le había estado contando toda la tarde al ojimiel lo que le había pasado con Rachel, llevaba tanto tiempo gritando y desahogándose que no sabía si Blaine le seguía escuchando y le contestaría.

Blaine estaba concentrado jugando, pero lo había estado escuchando todo atentamente. Cuando notó que dejó de hablar el castaño, decidió responderle. "A lo mejor se sentía vulnerable y culpable por el hecho de que le gustase el hermano de su mejor amigo, que a su vez es una persona que jamás sentirá lo mismo por ella o por lo menos no lo admitiría porque es demasiado orgulloso para eso." Respondió el ojimiel sin despegar la vista de la pantalla.

Kurt se quedó con la boca abierta al escuchar a Blaine, el cual seguía tan tranquilo matando zombies en la consola. "Joder, tienes razón... ¡Qué mal amigo soy!" Dijo el ojiazul mientras se tapaba la cara con las manos. "Pobre Rach... ¡Seguro que me odia!" Terminó por decir el castaño cabizbajo.

Blaine soltó una pequeña risa ante su comentario. "Sabes que Rachel nunca te odiaría... A decir verdad no creo que nadie pueda odiarte, eres demasiado adorable." Respondió tranquilo mientras seguía a lo suyo matando zombies.

Kurt se sonrojó a más no poder ante el comentario del moreno. "No seas tonto, Blaine..." Susurró el castaño.

"Cómo sea... Creo que lo mejor es que hables con ella y le des un poco de apoyo." Concluyó el moreno aún jugando a la consola.

El ojiazul lo pensó todo y se dio cuenta que el ojimiel tenía razón. Se acercó muy emocionado y de forma rápida al moreno, lo cogió de las mejillas y lo besó en los labios, fue un beso rápido pero muy tierno. "Gracias, B. Eres el mejor." Dijo el castaño sin darse cuenta de lo que había hecho por la emoción, para acto seguido salir rápidamente para la casa de Rachel.

Blaine se quedó quieto en su sitio, paralizado e intentando procesar lo que acababa de pasar. Sacó lentamente un inhalador del cajón de la mesita de noche y se lo echó. "Wow..." Fue todo lo que pudo decir ya que aún estaba alucinando por lo ocurrido.

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Bueno, aquí está el capítulo 4 de esta historia, espero que os guste, si no recuerdo mal a partir de ahora empieza lo entretenido xD.

Ya sabéis, dejad en los comentarios vuestra opinión o si me queréis sugerir algo pues igual, no os voy a morder xD. Ah, también podéis darle a la estrellita para saber que os va gustando la historia porque es que no tengo mucho feedback con vosotros y eso me entristece un poco :(

En fin, os dejo leer tranquilos, hasta que nos volvamos a leer ^_^