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17.☠︎

HyungWon intentaba prestar atención a lo que decía su tía pero los ojos se le iban en dirección a Hoseok que estaba acodado en la barra, moviendo su culo hermoso mientras el barman le sonreía. Se veía divino con la camisa gris con los botones superiores desprendidos, el pantalón negro que le calzaba como una segunda piel y su piel ligeramente bronceada. Las imágenes de la mañana bajo la ducha se agolparon en su cabeza y un tenue rubor le coloreó las mejillas. Había sido increíble. Hoseok era un amante de primera. Sexy, complaciente, pendiente de su placer... Y ahí estaba empinando ese trasero fabuloso para que todos lo admiraran. No quería sentirse así. Las mujeres pasaban por su lado mirándolo descaradamente, las más osadas hasta se acercaban a sacarle conversación. Al barman le faltaba ponerse un moño de lo regalado que estaba. No los culpaba pero poco le faltaba para acercarse y mear a su alrededor. Hoseok era suyo. Y de nadie más. Al menos por ese día.

-Wonnie, veo que tu novio está llamando mucho la atención. Mira al barman. Yo que tú me aseguro de ponerlo en su lugar... -dijo una de sus primas en tono malicioso.

HyungWon sonrió y resopló algo molesto. Cuando pasó uno de los mozos con las copas de champagne, agarró dos y las vació de un golpe.

-Igual hay algo que no me cierra de todo esto. ¿Dónde dices que lo conociste? -dijo Hye Jin acercándose a la charla. HyungWon intentó obviar el comentario, su prima siempre intentaba sacarlo de quicio.

-Ya te dije, vino a mi estudio para una consulta -respondió mirando a Hoseok.

-Debo decir que hasta estoy un poco envidiosa -HyungWon la miró y chasqueó la lengua-. Lo que más me intriga es saber cómo hiciste para pescar semejante pez gordo. -La morena lo miró y sonrió-. No me mal entiendas, primito. Tú eres lindo, pero ¿no crees que Hoseok está muy fuera de tu liga?

-¿Disculpa? ¿Qué quieres decir con eso?

-No te hagas el tonto. El hombre es un adonis y tú... bueno, eres tú.

HyungWon resopló y la hizo a un lado para ir hacia Hoseok que seguía siendo todo sonrisas con el imbécil del barman. Se paró a su lado y lo miró. Hoseok le sonrió y le acomodó el pelo.

-Hola, bebé... ¿divirtiéndote?

-No tanto como tú -respondió. Miró al barman con cara de pocos amigos-. Un tequila.

El muchacho asintió y se retiró a preparar el pedido.

-¿Pasó algo? -Hoseok se acercó y lo tomó por la cintura-. ¿Qué pasa que tienes esa carita?

-¿Qué crees que haces? Me haces quedar en ridículo, Hoseok.

Hoseok frunció el ceño y se alejó un paso.

-¿De qué hablas?

-Mira yo entiendo que seas soltero y todo. Pero te contraté para que fingieras ser mi novio y acá estás, coqueteando con el barman. Soy el hazmerreír de todas mis primas -se giró y se cruzó de brazos, mirando hacia el parque donde la gente iba y venía.

-¿Eh? Oye, no exageres. Sólo estábamos hablando.

-Si, como sea... -vio a sus primas cuchichear entre ellas y mirar en su dirección-. Disculpa, tienes razón. Estoy exagerando. Tú no tienes la culpa... No somos nada y yo estoy comportándome como un noviecito celoso. Lo siento. -El barman llegó con su tequila y HyungWon se lo tomó enseguida-. Diviértete...

-Wonnie.

-No. En serio... iré a caminar. Me duele un poco la cabeza.

Se alejó a pasos agigantados, pero Hoseok lo siguió y lo agarró del brazo.

-Hey, hey... vamos. No seas así, Wonnie.

-Lo siento -Hoseok apoyó un dedo en su barbilla y a HyungWon no le quedó más remedio que mirarlo a los ojos.

-Yo siento haberte hecho sentir mal. ¿Si? -Se acercó y apoyó la cara en el cuello de HyungWon, aspirando con fuerza-. Sabes... esta mañana estuviste estupendo. No pude dejar de pensar en ti en todo el maldito día...
-HyungWon se estremeció-. Hoseok dejó un beso en su cuello. -Quiero hacerte tantas cosas que siento que no me va a alcanzar la noche.

HyungWon se aclaró la garganta intentando mantener la compostura. -Hoseok...

-¿Tú no sientes lo mismo? -preguntó haciendo pequeños círculos en la parte baja de su espalda con el pulgar. A HyungWon le temblaban las rodillas-. ¿Quieres saber lo que te haría si me dejaras? -presionó la cadera contra la suya y HyungWon notó la prominente erección de Hoseok contra la suya. Carraspeó y miró alrededor.

-Ho... Hoseok, hay gente... -susurró cerrando los ojos casi dejándose llevar.

-Lo sé, bebé. ¿Qué dices si nos escabullimos a nuestro cuarto?

La propuesta era a todas luces, tentadora. Maldición, demasiado tentadora.

-Vamos, bebé, ¿nos escapamos? -miró hacia los invitados- no creo que nadie nos extrañe.

-¿No pensaste en ser abogado? Tienes un poder de persuación bastante importante. Ganarías todos los casos.

-Y probablemente también me ganaría unas cuantas demandas por acoso sexual si le hablo así a los clientes.

HyungWon rio, aunque imaginarse a Hoseok hablándole en ese tono cachondo a los clientes del buffet no era algo muy agradable.

Las manos grandes de Hoseok se movían con suavidad por toda su espalda, haciéndolo sentir relajado. Podía sentir como su enojo iba desapareciendo de a poco.

-Ewww, ustedes dos, búsquense una habitación.

Abrió los ojos para encontrarse con su primita Yeji cruzada de brazos a unos pasos de donde estaban. Los miraba como si les hubieran crecido tentáculos en la espalda.

-Hola, enana -saludó alejando a Hoseok de su cuerpo. Ese hombre le hacía olvidar de todo. Dios santo.

-Te está buscando el tío Choi... dice que quiere hablar contigo.

-¿Sobre qué?

Yeji se encogió de hombros. -Solo me dijo que lo fueras a buscar. Ve, yo me quedo con Hoseok y lo vigilaré. Ví como el payaso de la barra se comía a tu novio con los ojos. Yo que tú se los arranco con la cuchara del helado.

Asintió y sin dejar de reirse fue en busca de su tío.

Hoseok

-Hey, hey... -me eché a reír-. Eres una muchachita de cuidado, ¿no?

-Tú eres de Wonnie. Sabes, él siempre fue el más bueno de todos mis primos. Yo lo quiero mucho.

-¿Si? Se nota que es un sol.

-Lo es. ¿Tú lo quieres?

La pregunta me tomó por sorpresa. Los niños siempre son muy directos con sus sentimientos y no quería decepcionar a Yeji. Después de todo ella adoraba a su primo.

-Claro que sí. ¿No se nota? -le pregunté sonriendo. Sus ojitos rasgados se entrecerraron.

-Solo quiero que lo quieras mucho. Él es una persona genial y le gustas.

Busqué con la mirada a mi 'novio' y lo vi conversar con un hombre canoso de aspecto rígido. Una sensación de tristeza me invadió de golpe. Un día más y tendría que decir adiós a todo. Era increíble como HyungWon se las había arreglado para hacerme sentir así. No quería irme de su lado. ¿Eso estaba mal? ¿Qué estaba diciendo? No estaba mal, estaba muy mal. Nada tenía sentido. Me estaba pagando por fingir una relación y yo solo estaba cagándola a cada minuto que pasaba.

-Mira, lo único que puedo prometerte es hacerlo feliz todo el tiempo que estemos juntos.

-¿Lo juras? -aún sus ojitos desprendían desconfianza.

-¿Quieres sellar nuestra promesa con el meñique? -levanté el dedo y le sonreí.

-¿Qué tienes, doce años? -dijo seriamente pero luego estalló en carcajadas-. Está bien. Prométeme que harás a Wonnie muy feliz mientras estés a su lado o sino... Te sacaré los ojos con la cuchara del postre.

-Me gustan mucho mis ojos como para arriesgarme. Ahora vamos a buscar algo para comer, de repente me dieron ganas de comer helado.

¿Cuáles eran los pasos a seguir? Wonnie me gustaba. Quizás demasiado. Pero por otro lado, ni siquiera lo conocía. No sabía qué es lo que quería él. Habíamos disfrutado de una mañana increíble. Había quedado más que claro que teníamos una química sensacional, mi cuerpo respondía al suyo de una manera demasiado natural como para llamar a todo eso, casualidad. Aún me sorprendía por como mi cuerpo se mandaba solo cuando HyungWon estaba cerca. Sus caricias se sentían como pinceladas, sus besos eran aterradoramente deliciosos, su olor hacía que mi cuerpo se estremeciera por probarlo. No quería pensar en el día siguiente. Quería disfrutar de HyungWon todo lo que pudiera. No importaba la vocecita en mi cabeza que me decía que todo era una fórmula para el desastre. Las oportunidades hay que aprovecharlas y la vida le había puesto a ese hombre increíble en su camino. Y si se algo estaba seguro era de que Shin Hoseok nunca dejaba pasar el tren. Aunque luego cayera debajo. Y además le había hecho una promesa a Yeji, ¿no?

Iba a disfrutar su último día con el hermoso abogado. Iba a disfrutar de cada beso, de cada caricia porque sabía que pronto todo acabaría. Un día más. Era todo lo que necesitaba.

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