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15.☠︎

-Wonnie, hijo... -Ya podía empezar a planear el funeral de su madre. La mataría lentamente por haber interrumpido una sesión de caricias con esa escultura viva que, aún, tenía entre sus piernas, con la boca en su dolorosa erección.

-No te muevas -susurró a Hoseok- si no nos escucha, se irá.

Hoseok reprimió una risita. Toda la situación de alto voltaje que se había creado hacía unos momentos, estaba cayéndose a pedazos rápidamente.

-Es tu madre, Wonnie, no un velociraptor
-dijo también en un susurro.

-No le veo la diferencia, aunque creo que el velociraptor es menos peligroso que esa señora... Dios, ¿cuándo me dejará en paz?

-Wonnie, sé que estás ahí, abre la puerta, tu tía está algo achispada por los cócteles que se tomó y no creo poder soportarla esta noche.

Hoseok y HyungWon se miraron.

'No seas ridículo, tu madre no va a dormir con ustedes dos...'

La voz chillona de MinHyuk se le vino a la cabeza.

-¿Tu madre dormirá aquí? -Hoseok se incorporó lentamente y se sentó. HyungWon estaba mortificado.

-Lo siento, te dije que era insufrible... -dijo con pesar mientras se cerraba la bata. Su erección se había evaporado.

Hoseok le sonrió y se levantó para ponerse algo de ropa.

HyungWon abrió la puerta y fulminó a su madre con una mirada que poco tenía de comprensiva ante la situación y mucho de Ed Kemper *.

-¿Qué quieres, mamá? Estábamos por dormir... -dijo en un tono que intentó sonar severo, pero que la señora ignoró olímpicamente haciéndolo a un lado con un movimiento de su pequeño pero fuerte brazo.

-¿Dormir? Wonnie, ¿tienes un novio candente y tú ibas a dormir? Dios santo, he parido una tortuga. Más lento y no naces... -la mujer se precipitó a la habitación mientras Hoseok intentaba no echarse a reír por la situación descabellada.

-¿Candente? -HyungWon se ruborizó violentamente y miró a Hoseok, pidiendo disculpas de antemano por su impresentable madre-. No puedes dormir aquí, mamá.

-¿Cómo que no? -la señora se sentó en uno de los sofás y sonrió a Hoseok que estaba sentado en la cama.

-Mira no sé qué diablos le sucede a la tía, pero no es mi problema. Vine porque prácticamente me amenazaste y tuve que arrastrar a Hoseok a todo este circo. Ahora vete a tu habitación, tira a la tía en la habitación de alguna de sus hijas y déjanos descansar en paz.

-Pero hijo... -empezó a decir la señora pero HyungWon levantó una mano y la señaló.

-Pero nada. O te vas o te juro que agarro nuestras maletas y nos marchamos de aquí.

-¡Ah, quieres tener un poco de acción con tu chico! -la señora se levantó y se acercó a su hijo, rebuscó algo en su cartera y sacó varios sobrecitos plateados-. Ten, toma, en el baño hay unas maquinitas que los escupen, pensé que eran mentas, pero tu tía me dijo lo que era... -a HyungWon casi se le salen los ojos de las órbitas. Su madre no tenía límites y mucho menos vergüenza.

Se los sacó de la mano de un tirón y los guardó rápidamente en un cajón.

-Y tú Hoseok, querido, si este muchacho mío te da muchos dolores de cabeza, no dudes en avisarme. Lo pondré en vereda enseguida. Verás, cuando era niño...

-¡Mamá, AFUERA! -abrió la puerta de un tirón y le hizo una seña con la mano.

-Bien, bien, ya entendí, no entiendo por qué te pones así, yo solo pasé a ver cómo estaban, mañana a las once los quiero abajo así que si van a jugar esta noche no se estiren demasiado.

HyungWon no la dejó terminar, solo la empujó suavemente hacia el pasillo y la despidió sin mucha ceremonia. Cuando la puerta se cerró, Hoseok largó una carcajada y se echó en la cama a reír.

-Tu madre me agrada -dijo riendo mientras miraba la cara de absoluta resignación de HyungWon.

-No sabes lo que dices... Juro que en este momento me tiraría bajo un tren. ¡Qué vergüenza! ¿Tu madre es así también?

Una sombra de tristeza cruzó la hermosa cara de Hoseok.

-Ojalá lo fuera... Ella está... -su cara se transformó en una mueca de dolor.

HyungWon se acercó sin saber por dónde empezar a disculparse. -Hoseok, lo siento. Yo no quise... No sabía...

Hoseok se sentó y movió la cabeza. HyungWon no estaba al tanto de su situación familiar. Le costaba aún hablar de la enfermedad de su madre por lo que las veces que salía a colación algo relacionado con ella, él cambiaba de tema rápidamente.

-No te preocupes, pero tu madre tiene razón, creo que deberíamos descansar.

HyungWon relajó los hombros y asintió. Si, estaba ligeramente decepcionado porque lo que habían estado a punto de hacer se había ido por el caño, pero por otro lado sería cargar a Hoseok con un problema extra. El sexo no estaba incluido en el trato y aunque él lo deseaba (estaba seguro de que Hoseok también pensaba igual) era mejor separar las cosas. Se había dejado llevar, dios sabe cuánto lo necesitaba. Quería sacarse el polvo que tantos años de represión personal le habían hecho acumular sobre sus hombros. Pero esa no era la manera. Secretamente deseaba tener una relación normal como todo el mundo, pero estaba empezando a pensar que no estaba hecho para tales fines. Su ridícula y aburrida personalidad era un problema que a la larga alejaba a sus potenciales parejas. Él quería romance, seducción, mimos. Que alguien lo amara aún con su horrible forma de ser. Pero si a sus casi treinta años no lo había logrado, había optado por descartar todo tipo de situación romántica. Algún compañero ocasional de cama, pero nada resultaba en algo a futuro así que, simplemente se había preparado para convertirse en eso que su madre más temía, un solterón.

-Eh, Hoseok -dijo antes de meterse en el baño- siento mucho lo de esta noche... No quiero que tengas una impresión errada -Hoseok lo miró, abriendo las sábanas para acostarse.

-No entiendo...

-Lo que estuvimos a punto de hacer -sus mejillas se encendieron (diablos, en serio que parecía una doncella virgen y patética) y volteó la cara hacia la pared-. Yo, me dejé llevar... ya sabes... normalmente no me comporto así.

-Wonnie -Hoseok se acostó y cruzó los brazos tras su cabeza-. Escucha, eres adulto, no entiendo por qué debes disculparte cada vez que estés caliente.

Los ojos de HyungWon se abrieron tanto que casi saltan de sus órbitas. Hoseok se echó a reír.

-Bien, bien... San Wonnie... ahora ven a la cama, tenemos una boda que atender y familiares a los que deslumbrar.

Cuando volvió a la cama unos minutos después, Hoseok estaba dormitando, con una mano sobre la cabeza y la otra descansando en sus pectorales renacentistas. Era una hermosa imagen para capturar y eso hizo. Sacó su celular y sacó una foto que cuidó de esconder en su galería. Se acercó a la cama en puntitas de pie, no quería alterar el sueño del adonis durmiente.

La alarma resonó en sus oídos. HyungWon lanzó un profundo quejido y estiró un brazo hacia la mesa de luz agarrando su celular. Las 09:00 a.m. ¡Demonios! Tener que enfrentarse a su horrenda familia no era un buen plan bajo ningún punto de vista. Se removió bajo las sábanas y entonces la sintió. La dureza entre sus nalgas. Soltó un jadeo por lo bajo y giró apenas la cabeza para encontrar la cara de Hoseok pegada a su cuello. Intentó moverse una vez más, pero eso solo hizo que Hoseok aferrara su brazo a su cintura y su gran bulto se presionara más fuerte sobre su trasero. ¡Ah, quién pudiera despertarse así todos los días!

Hoseok se removió y murmuró algo que HyungWon no llegó a descifrar.

-Hoseok -susurró dando unos suaves golpecitos en el dorso de su mano.

-Mmm, buenos días, bebé -murmuró y se apretó un poco más contra su cuerpo. ¡Dios santo!

-Hola... Em... Tu amigo me está golpeando el trasero.

-Lo sé -la voz ronca contra su nuca lo hizo estremecerse- me parece que quiere que terminemos lo que empezamos anoche. ¿Qué dices? Aún tenemos tiempo para jugar un rato... -HyungWon dió un respingo cuando sintió una mano en su entrepierna.

-Hoseok... yo...

Se giró hasta quedar boca arriba y Hoseok suspiró. Saltó de la cama, con una poderosa erección y se metió en el baño. HyungWon se llevó las manos a la cara. Nunca había conocido a alguien tan directo como Hoseok y no sabía cómo comportarse a su alrededor. Escuchó la ducha y se levantó.

-¡Wonnie! -escuchó desde el baño. La voz sonaba estrangulada.

-¿Pasó algo? -preguntó preocupado

-Necesito que vengas aquí, tengo un pequeño un problema...

HyungWon se apresuró a entrar al baño, asustado.

-¿Qué pasó?

-Mira esto -dijo Hoseok

HyungWon frunció el ceño. Quizás había algún insecto, una araña enorme o algo y Hoseok le tenía miedo. Se acercó a la ducha y se asomó. Bien. Había algo enorme y no era ningún bicho. Más bien una anaconda. HyungWon abrió los ojos y la boca al mismo tiempo, pero Hoseok fue más rápido y alargando una mano, lo tomó del brazo y lo metió adentro de la ducha, inmovilizándolo con su gran cuerpo musculoso contra los azulejos resbaladizos.

-Hoseok... ¿qué...? -no alcanzó a decir nada porque la boca de Hoseok se cerró sobre la suya quitándole el aliento.

-Deja de resistirte. Quiero hacer esto desde el primer momento en que te ví -susurró contra sus labios hinchados- y se que tú también lo quieres...

HyungWon sintió que la bata de escurría por sus hombros mientras Hoseok le apretaba las nalgas y pegaba la boca a su cuello.

-Oh, sí... -fue todo lo que alcanzó a decir antes de verse arrastrado en una ola de placer bajo el agua.


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