04. ☠︎
Hyungwon
—¿Puedes cerrar la boca? —dijo Min a mi lado—. Te gustó el boxeador, ¿eh?
No respondí. Estaba demasiado abrumado por la hermosura de ese hombre.
Kiki se aclaró la garganta.
—Es demasiado grande para mi gusto —dijo— me gustan más elegantes y delgados.
—¿Como Wonnie? —preguntó Chang riendo. Desperté del trance y le di un puntapié bajo la
mesa.
—Bueno, a decir verdad —dijo JooHeon— el tipo se carga un cuerpazo, pero coincido con
KiHyun, me gustan más delgados.
Min intentó no sentirse tan orgulloso, pero falló estrepitosamente y dirigió toda su atención a mi socio.
—¿Ah, si? —le preguntó desplegando todos sus encantos—, y dime, ¿ya tienes a alguien
en la mira?
Chang se echó a reír por el descaro de nuestro amigo.
JooHeon sonrió mostrando unos hoyuelos que hicieron que Min se mordiera los labios.
—De hecho sí —dijo mi socio inclinándose hacia Min y acomodándole un mechón de
cabello rubio cobrizo detrás de la oreja— esperaba que me lo pudieras presentar, es alto, rubio, con una sonrisa hermosa y unos labios rosados que son un sueño —Min jadeó y asintió. JooHeon tenía un magnetismo dual tan especial que era casi imposible resistirse a su encanto. En un momento parecía un tierno osito de peluche y en otro era un depredador con una mirada fatal. Me reí porque Min estaba perdido. JooHeon recorría el pómulo de Min con un dedo mientras lo miraba a los ojos con tanta intensidad que YeonJun se removió incómodo y nosotros apartamos la mirada.
—¿Por qué siento que hacemos un mal tercio? —nos preguntó a Kihyun, a Chang y a mí.
—Wow —Chang se abanicó con la mano—. Esa mirada que le echó tu amigo a Min me hizo
hasta sentir acalorado. Necesito un novio yo también.
—¿Quién no? —YeonJun miró al escenario—. ¿Creen que bailarían para nosotros si lo
pidiéramos?
Min estiró una mano sin dejar de mirar a JooHeon y nos alcanzó la llave que le dio la chica de la recepción.
—Tenemos una sala reservada para bailes privados. Solo toquen en la pantalla. Él o los
bailarines que quieran y ellos nos harán un show privado —dijo.
Chang se apresuró a agarrar la llave y YeonJun empezó a leer los nombres de los
bailarines.
Kiki me miró y sacudió la cabeza. Nos acercamos a los otros dos mientras por el rabillo del ojo veía que por fin JooHeon se animaba a dar el siguiente paso con Min y ahora se besaban en la oscuridad.
—Veamos —dijo Chang leyendo la lista de nombre de los bailarines—. Tenemos a Shownu, el vaquero... a MoonBin, el bombero, a Wonho, el boxeador, a MinGyu, el que se roció champagne... Wow... los quiero a todos...
—Quiero al vaquero, al boxeador y al bombero —dijo YeonJun apretando los botones en el
monitor—. Somos cuatro... falta uno...
—No importa —dije impaciente— si solo nos van a bailar.
—¡Dios, qué aburrido eres, Wonnie! Tienes que soltarte más, total, es solo por hoy, no es
como si fueras a verlos de nuevo.
—Bien, bien... elige uno más y listo.
Cuando el show terminó, un muchacho de negro nos indicó que los siguiéramos por un
pasillo. Min y JooHeon se levantaron sonriéndose y los seis seguimos al muchacho en silencio. Nos hizo pasar a una habitación con una mesa negra redonda y unos sofás
igualmente negros y mullidos. Había un bar a un costado y todos nos sentamos. KiHyun se
apresuró a agarrar un champagne y sirvió en las copas.
—¡Por el cumpleañero! —dijo alzando la suya.
—¡Por el cumpleañero! —gritamos todos.
Min tenía los ojos rojos y agradeció a todos antes de echarse a los brazos de JooHeon.
Entonces una puerta se abrió y los cuatro bailarines entraron en fila. Rápidamente mis ojos gravitaron hacia el boxeador que ahora vestía solamente una túnica color azul. En el
escenario era imponente, pero tenerlo ahí, a unos pocos metros, sencillamente quitaba el
aliento. Su piel era tan pálida que por un momento pensé que estaba completamente
maquillado. Tenía un rostro dulce que contrastaba con el cuerpo de gladiador que tenía. Sus ojos oscuros y pequeños, su nariz recta y perfecta, su boca llena. Era un hombre muy hermoso. Tragué con fuerza y me obligué a apartar la mirada cuando levantó la cara y
nuestros ojos se encontraron.
Uno de ellos, el bombero, fue hacia un panel en la pared y tocó un botón. La música
empezó a sonar en toda la habitación y los cuatro comenzaron a moverse, acercándose a
nosotros. KiHyun estaba mudo de sorpresa cuando el vaquero, Shownu, lo arrinconó contra el sofá y comenzó a mover su enorme cuerpo dorado suavemente, sonriéndole y
agarrándole las manos para ponerlas en sus caderas. KiHyun se sonrojó violentamente y
esto pareció agradar al bailarín que rio y lo hizo parar. Mientras tanto yo quise reír por las
caras que ponía Kihyun cuando una mano bajo mi mentón giró mi cara y me encontré con el hermoso rostro de Wonho. Abrí la boca para decir algo, pero él apoyó un dedo sobre mis labios y negó con la cabeza. Se movía demasiado bien, con movimientos ondulantes
precisos y limpios. Mis ojos bajaron por ese torso perfecto y carraspeé cuando agarró una
de mis manos y la apoyó en sus abdominales, invitándome a que los recorriera con mis
dedos. No supe qué hacer. Su sensualidad era apabullante y yo soy un simple mortal que
estaba a dos velas. Estiró una mano, sin dejar de moverse frente a mí y barrió mi cabello
hacia atrás y luego bajó hasta mis labios, su dedo delineándolos suavemente. No podía
romper el contacto visual. Estaba profundamente concentrado en su belleza viril y tenía miedo de romper el hechizo diciendo alguna estupidez. Así que lo dejé hacer su número. Pronto lo tenía moviendo su pelvis en mi regazo. Cerré los ojos intentando concentrarme en otra cosa porque sentía que mi excitación crecía y no quería tener una erección delante de mis amigos.
—Eh... no sigas, por favor —dije en un susurro, pero que él oyó bien. Frunció el ceño, algo
confundido por mis palabras. Volteé a mirar a mis amigos que estaban muy ocupados
bailando con los bailarines como para prestarme atención y volví a mirar al mío.
—¿No te gusta lo que hago? —preguntó inclinándose para ronronearme al oído—. Puedo bailar lo que tu desees.
—Yo... no... —bien, mi sentido común había decidido irse de paseo con las únicas neuronas que me quedaban—. Te mueves bien.
¿Te mueves bien? Me pateé mentalmente por mi estupidez.
Sonrió y su nariz se arrugó con el gesto. De verdad que era lindo.
—¿Te gusta cómo me muevo? —dijo haciendo un movimiento ondulante con la cadera, sus
músculos tensándose bajo su piel lechosa.
—Sí, claro. Parece un movimiento difícil de hacer.
¡Dios mío, que alguien me calle! Volvió a reír.
—Lo siento —dije apesadumbrado—, yo no estoy acostumbrado a esto.
—¿Y qué sería esto? —Su pelvis serpenteando era algo fascinante de ver.
—El baile. Nunca nadie me había bailado así... —mis ojos recorrían cada centímetro de ese
cuerpo glorioso.
—Tienes una boca muy linda —dijo volviendo a pasar un dedo por mis labios. Mi entrepierna estaba dando saltos de gusto. Me removí en el sofá y me crucé de piernas.
Tenía que salir de allí. Me levanté de un salto y vi que le sacaba algunos centímetros.
—Wow —dijo levantando una ceja— vaya que eres alto.
Sonreí apenas y busqué con la mirada la salida. Mis amigos estaban en otro planeta.
KiHyun sonreía al vaquero que movía la pelvis en su regazo, YeonJun reía y conversaba
con el bombero, Chang estaba con las manos el trasero del chico del champagne. Quise ir
hacia la puerta, pero una mano fuerte me lo impidió.
—¿Qué pasa, muñeco? —preguntó Wonho— ¿Hice algo mal?
—No, no... Yo creo que necesito un poco de aire.
Asintió y me agarró de la mano para arrastrarme hacia la puerta por dónde habían entrado.
Él caminaba aferrado a mi mano y me hizo pasar a un camerino amplio y muy blanco. Miré alrededor y luego lo miré a él.
—Aquí estaremos más cómodos —dijo haciéndome sentar en una butaca.
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