Extra 2
Nota: chichis, les aclaro que el capítulo anterior fue un extra sobre la luna de miel (que se debieron haber dado cuenta, claro) pero ya estos dos caps que quedan son a continuación del epílogo ¿vale? :)
Pd: ahora sí, lean. 💆♀️❤
Taehyung.
Cierro los ojos permitiéndome disfrutar de la exquisita sensación de su lengua caliente haciendo maravillas alrededor de mi glande. Su mano masturba lento el tramo de mi pollla que no consigue meter en su bendecida boca, y me muerdo el labio inferior, ya no sé cuántas veces lo he hecho desde que entré a la habitación y le encontré con la lencería que aún lleva puesta.
Abro los ojos para ver como se atraganta con mi longitud y... Joder, no sé si es que lleva tiempo que no me hace un oral o es que en serio lo está haciendo muy bien. Últimamente hemos estado intimando bastante. Tn me despierta en la madrugada para hacerlo, o me pide que le acompañe al baño, o quiere que nos bañemos juntos, tiene un hambre de sexo insaciable. Y aunque no debemos, llevamos cinco noches seguidas haciendo el amor, con esta serán seis.
Suelto un fuerte sonido gutural y tomo un puño de su pelo pidiéndole que abarque más de mí, lo que ella hace sin pensarlo. Consigo que se le salgan las lágrimas por el esfuerzo que ejerce, pero no le puedo tener lástima con la mirada que me da.
-Joder, ven acá. -le pido, no aunando las ganas de más contacto.
Su boca y la mía se unen, sus piernas a cada lado mío no pueden faltar. Rompo el beso, y me tomo un momento para mirarla, incluso se ha maquillado, su pelo está precioso a pesar de que se ha despeinado un poco chupándomela. Deslizo la mano por el espacio entre sus cenos admirando cómo de sexy le queda el conjunto que se ha puesto para sorprenderme, a pesar del ligero bulto en su vientre. Sus tetas se han hinchado ligeramente por el embarazo, y esto no es lo único que le hace ver más hermosa, es algo más; en su cara, en el brillo de su piel...
Enfoco sus labios rojizos y me acerco a besarle de nuevo, con el principal objetivo de morderle el labio inferior. Tn se frota contra mi polla, y casi ni tengo que correr las bragas que lleva para lograr irrumpir deliciosamente en su interior. Sus paredes me aprietan de forma acogedora sin ningún tipo de problema, y eso me roba un ruidoso suspiro. Tn no tarda en empezar a moverse.
Tomo sus caderas, y me deleito con el delirante olor que lleva. Le muerdo, beso y succiono la piel del cuello mientras mis manos recorren su espalda. Me deshago del broche de su sostén cuando lo encuentro. Tn quita las manos de mis mejillas para dejar que la prenda salga, y así nos volvemos a besar morbosamente.
-¿Sabes que no deberíamos estar haciendo esto? ¿eh, golosa?- mi voz es un murmullo ronco.
Nuestras risas se diluyen entre besos.
-Lo sé.- dijo sonriendo descaradamente mientras ralentizaba un poco el movimiento de sus caderas.
-Quieres follar todo el tiempo ¿Que debo hacer contigo, uh?- le aparto el pelo de la cara, ella no ha dejado de moverse en ningún momento, y yo estoy hablando a duras penas.
Tn sonríe con excitación.- ¿Atarme?
-Nena, estás embarazada.- le recuerdo, gruñendo inevitablemente.
-Lo sé, joder. -repite maldiciendo, está vez volviendo a besarme.- Pero no puedo controlarlo, lo deseo.
-No lo haremos.- advierto mirándola a los ojos.
-Por favor.- susurra pegando su frente con la mía.
-Tn...
-Por favor.- insiste.
Acepto enredarme en su convincente beso profundo, y cuando me doy cuenta ya le estoy colocando debajo de mí. Nuestros sexos se separan, entonces me levanto de encima suyo para ir por algo que me ayude a sujetar sus manos con el tubo de la cama. Registro en un gavetero dentro del vestidor y encuentro una cinta delgada de cuero. Tn junta las manos cuando llega el momento de amarrarle, y busco sus ojos un momento antes de hacerlo, aunque estoy seguro de que lo está deseando. Hago un amarre fuerte en sus muñecas y luego lo adhiero al tubo de la cama.
Me pongo a la altura de su rostro y beso sus labios, luego voy deslizando la mano entre sus senos, estimulando brevemente sus dos protuberancias. Despliego besos por su abdomen y su vientre, tratando de olvidarme de que tiene a mis hijos ahí dentro. La quito las bragas y separo sus piernas para tener un encuentro íntimo con su jugoso coño, enterrando los falanges medios en su carne, atendiendo su clítoris reiteradas veces, mis dedos no son nada pequeños. Ella lo disfruta, como siempre.
Acerco un poco su orgasmo, pero no le permito llegar y me sostengo en mis rodillas.
Aguanto sus piernas con ambas de mis manos y me dejo ir entre sus labios con ayuda de su lubricación.
Tn hace las manos un puño y cierra los ojos, jadeando y gimiendo de gusto. Beso su pierna izquierda mientras me hundo lentamente en ella y de paso me deleito con la vista. Su rostro dice mucho de lo bien que lo está pasando, y sus gemidos más. Espero que los niños estén bien dormidos o nos irá mal mañana.
Sus paredes comienzan a contraerse con fuerza, apretándome. Apresuro un poco la penetración como usualmente hago con tal de estimular la llegada de su orgasmo, Tn abre los ojos y me mira, luego baja la mirada a nuestra unión, seguro que pensamos igual acerca de lo excitante que es ver mi base separando sus labios.
Me vuelve a mirar. Me lo tomo como una invitación, y suelto sus piernas para colocarme encima suyo. Es que me encanta tenerle cerca. Escondo el rostro en su cuello en lo que sigo sigo estirando su apretada entrada con mi grosor. Sus sonidos de placer se sincronizan con los míos. Un calambre recorre mi columna vertebral completa como un corrientazo, pero muy leve, entonces empiezo a sentirme llegar también, y mi débil control de la situación se ve un poco afectado.
De esta manera puede que me haya dejado llevar un poco y haya vuelto algo más bruscas las embestidas.
Desato el nudo que le hice en las muñecas torpemente, y sus manos caen resentidas en mis hombros. De repente sentir su cuerpo se siente tan jodidamente bien, mis gruñidos aumentan, crecen, y me vuelvo loco.
-¡T-Taehyun... Uhm...!
No me detengo hasta que siento que me moja con sus fluidos, y unos segundos más tarde me derramo yo. Aunque somos un desastre de respiraciones agitadas y temblores busco su boca y le doy un beso.
-¿Estás bien?- pregunto, peinando su cabello, siempre lo tiene por toda la cara.
-Sí... estoy bien.- a penas me responde, me tumbo en el colchón y descanso la cabeza en la almohada.
Siento el cansancio intentando cerrarme los ojos, pero lo hago esperar. Tn coloca una pierna encima mío, además de acomodar su cabeza en mi hombro. Pienso en cubrirnos con las sábanas pero creo que estamos bien así, hace calor.
-Gracias.- oigo que murmura, y sonrío sobando su espalda. Su respiración poco a poco normalizándose en mi cuello.
-Lo dices como si hubiese hecho un sacrificio.- digo riendo.- yo también disfruté.
-¿Descansamos y nos bañamos juntos?
-Oh, por Dios, ¿no te cansas?
Ella se regodeó- No...
-Pues yo sí. Así que más te vale dormirte y no despertarme en toda la noche. Tengo que trabajar mañana.
-Mhm, porque sabes que siempre caes.- dijo con voz melosa, sé que está sonriendo.
-Y porque eres una tramposa, fundamentalmente.
Pasamos un minuto en silencio.
-Amor- me llama, yo ya tengo los ojos cerrados.
-¿Qué?
-¿En serio no habrá ni segundo mini-round?- pregunta dándome besos en el cuello.
-Nena, duérmete.
-Ash.
(...)
Día siguiente.
Tn.
Viernes.
Taehyung se va a la empresa, los niños a la escuela, y yo a lo mío, todavía no me corresponde pedir la licencia de maternidad por mi embarazo, por lo que continúo yendo al hospital a cumplir con mis horarios laborales. El hospital en el que trabajo esta vez en Seúl no es en el que solía hacer mis prácticas antes, sino otro, en el que de hecho no corren las influencias de Taehyung, lo que de cierta manera es mejor para mí.
No fue difícil conseguir trabajo, pues no tengo muchísimos años de experiencia ni nada por el estilo, pero soy graduada y llevaba algo de tiempo trabajando como doctora oficial en Londres. De esta forma me asignaron un local propio, el cual me vi obligada a modificar porque no era nada mi gusto. Acomodé los muebles como quería, y de paso eliminé algunos objetos que no me agradaban comprando nuevos que vendrían siendo los míos. Con fotos enmarcadas mías y de los niños en mi escritorio el lugar terminó siendo agradable y cómodo.
Tengo compañeras y compañeros estupendos de trabajo, el director del hospital es un señor agradable, de poco hablar, y lo bastante formal. El salario es muy bueno, también. Todo parece estar como debe estar.
El día fue largo como normalmente. Supongo que por concentrarme tanto en mis labores no me percaté de como fue cayendo la tarde, y el día se me fue entre una cosa y la otra.
Me muerdo los labios mientras espero a Tae en la acera con el bolso en el hombro. Me quedo sumida en mis pensamientos, y los recuerdos del pasado no se hacen esperar. Me invade una sensación extraña de deja-vú, pero me olvido de ello al recordar que la vida que tenemos hoy en día es mucho mejor.
-¿Tn?
Me quedo tiesa cuando escucho que me llaman, pero no por oír mi propio nombre, sino por reconocer esa voz.
Volteo a mi derecha y me encuentro con... ¿Jungsok?
Lleva unos pantalones de vestir y un abrigo de cuello largo. Su cara está completamente igual. Y hay algo más... no está sólo. Mirando más abajo, me encuentro con la mirada tímida de un niño de aproximadamente uno o dos años recién cumplidos.
-Te has quedado en shock.- se ríe un poco, y eso me saca un poco del trance.
-Jungsok... Es decir, hola.- me inclino de forma leve con las manos en las rodillas para dirigirme al pequeñín- Hola, guapo.- digo con cariño, él solo se queda en silencio.
-Cuánto tiempo ¿no? Estás un poco cambiada.- ladea la cabeza mirándome con una sonrisa amena.
Sonrío y asiento levemente.- Tú igual...
‐¿Cómo has estado? ¿Cuándo volviste de Londres?
-Ahmm... - me quito el cabello de los ojos cuando el viendo me despeina.- la primera pregunta es una larga y historia, la segunda es: hace unos meses.
-¿Te estás quedando aquí?
-Vivo cerca del centro de la ciudad, con Taehyung y los niños.
-Oh, vaya... - murmura, y su mirada se desvía a mi barriga, supongo que nota la protuberancia y se da cuenta de lo obvio.- cuántas sorpresas, también estás embarazada.
-Dije que era una larga historia.- digo con cierta obviedad.
A pesar de que a penas le he visto he recordado aquello que me dijo Taehyung acerca del supuesto pacto entre él y Rachel de separarnos, ese tema no sale a relucir.
Nos decimos par de cosas más como si de dos viejos amigos se tratase, y él se despide unos minutos antes de que el todo terreno de Taehyung aparezca a la orilla de la acera justo frente a mí.
(...)
-¡Pero... ¿Por qué? ¡Devuélvemelo!
Alzo la mirada para ver como Taehyung le ha quitado la tableta a Eun-Sang y esta exige con mala cara tenerla de vuelta.
-¿Memorizaste lo que habíamos acordado?
-¿El qué?- pregunta molesta, pero parece acordarse unos segundos después- Ash, sí sí lo hice.- se cruza de brazos.
Tae deja la tableta apagada en la mesita al lado del sofá en el que estoy sentada con las piernas levantadas y un bowl de malvaviscos en los muslos.
-Ve a tu habitación y quiero que me lo recites cuando suba. Después de eso tal vez te devuelta la tableta.- se sienta en el espacio vacío del sofá.
-Pero papi...- lloriquea.
-Nada de peros.
-¡Pero si mañana es fin de semana, me lo puedo aprender!- protestó pataleando.
-Mañana vas a querer jugar y tampoco vas a tener ganas, es ahora. Busca el libro y léelo hasta que te lo aprendas.- dijo con voz autoritaria señalando a alguna parte con su índice
-¿De qué trata?- pregunto sin saber de que hablan, claro también hacen cosas de las que ni me entero, ya es normal.
-Los productos, la maestra me informó que no se los sabe muy bien. Y no puede ser, ya tiene casi diez años, se los tiene que aprender como debe ser.
-Eun, pero ¿cómo no te vas a saber los productos, mi vida? Si eso es lo más fácil. Pensé que te los sabías.- ella se quedó callada y cabizbaja
-Busca el libro, Eun-Sang. - le dice Taehyung algo cansado.- búscalo y ven, anda.
Nuestra niña simplemente se baja del mueble y va en busca del objeto todavía con la cabeza baja.
-Tenemos que quitarle un poco los juegos y hacer que se preocupe más por los estudios.- Tae me mira preocupado- tiene un rendimiento académico muy malo, y no solo en Matemáticas, la profesora dice que en casi todo. Ella nunca ha sido la mejor, pero tampoco puede caerse tanto ¿no crees?
-Claro que no, eso no puede ser.- concuerdo pensativa.- Esto también es un poco mi culpa, tenía que haberle presionado un poco más desde el principio.- dije. él me atendía mientras me ponía las piernas sobre sus muslos.- . Pero es que en Londres también era la presión del idioma y... ya sabes no quise exigirle tanto, me conformaba con lo que podía dar de sí misma.
-Sí, tiene sentido, lo del idioma y todo eso... Pero no te preocupes, me haré cargo de eso ahora. - me da palmaditas en las piernas y luego un beso en el pie haciéndome reír.- Epa ¿de dónde sacaste estas medias, eh?- dice mirando las plantillas que llevo.
Encojo los hombros con una sonrisita ladina.- Me las encontré.
-¿Te las encontraste? Que raro, a mí se me desaparecieron unas igualitas.
Me río a carcajadas y le toco el torso con la planta del pie , chantajista. Mientras tanto me voy comiendo par de malvaviscos.
-Venga ya, que ni te habías dado cuenta de que no las tenías.
De repente sentimos la suela de unas sandalias plásticas picar contra las escaleras de madera pulida, y es Eun-Sang, quien trae un libro entre manos algo grande.
-Ay, amor mírala, le has hablado muy duro.- hablo ablandando el gesto viendo la carita de perrito regañado que tiene.
Él solo alza las cejas diciendo de mi exageración.
-Eun, nena, ven, es aquí. - la llama cuando parece caminar hacia el sofá en el que estaba sentada antes. Yo encojo las piernas cruzándolas en forma de indio mientras veo a Eun acercarse.
Ella sin decir nada se sienta entre ambos.
-A ver, ¿cuál es la que más te sabes?- Taehyung le habla con dedicación.
-¿Qué cosa?- pregunta bajito y sin ánimo.
-De las tablas.
-Pues la del cinco es la mas fácil. - dice sorbiendo la nariz.
-A ver, dímela.- le dice quitándole el libro de las manos, él de todas formas no lo abre, pues obviamente no va necesitar mirar las tablas para saber si lo está diciendo bien.
-cinco, diez, quince, veinte, veinticinco, treinta y cinco-
-Treinta.- Tae le corrige.
-Sí, me equivoqué.
-Vale. Ahora dime la del seis.
Ella hizo por hablar pero levantó la cabeza y miró hacia Tae.- Es que esa no me la sé, papi.
-¿Cómo que no? Sí te la sabes, haz memoria.
-Que no que no. No me acuerdo.- negó mirando al suelo.
-¿seis por uno?
-Seis.
-¿Por dos?
Eun pensó un segundo.- ¿Doce?
-¿Por tres?
-Dieciocho, porque tres por seis es dieciocho- razonó mirando a su papá.
-Claro.- Tae asintió.
-¿Por cuatro?
-Veintiatro, treinta, treinta y seis ... cuarenta y dos, cincuenta y seis, y sesenta y tres.- dijo dejándonos a mi y a Tae un poco asombrados.
Sonreímos, y Tae la miro orgulloso.- ¿Ves que si te lo sabes?
-La del siete no.- dijo no muy contenta.
-Pues ten.- le abre el libro en la primera página. - léelo unas veces y verás que te vas a acordar como te has acordado de la tabla del seis.- le puso el libro delante.
-Si recitas la siete te devolvemos la tableta, ¿de acuerdo?- sobé su cabello y ella me miró con una media sonrisa.
-No no no, hasta el nueve. - dijo Tae. A nuestra hija se le borra la sonrisa.
-Amor...- le digo.
-Pero si ella se lo sabe. ¿Verdad que sí, princesa?
-Vaaale.
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