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₃₀

Taehyung.

He empezado a odiar mi propio dormitorio. Han sido pocas las veces en que ella estuvo en esta cama, pero me veo solo aquí y es como si fuese algo insólito cuando debería ser normal. En tan pocos malditos días y horas estando juntos aquí dentro, conseguí recuerdos que me han hecho hacer rechazo a este lugar.

Bajé la pantalla y dejé la laptop en la mesa redonda a mi derecha. Me estiro, sentándome en el borde del colchón ,y cojo la diminuta cápsula rosa que yace sobre el mármol. La miré un segundo sobre la palma de mi mano y seguidamente la introducí en mi boca. Mi vicio nunca desapareció. Y con Tn no las necesito, pero aun así las bebo en calladamente, mi cuerpo me las pide después de todo.

Desvío mi mirada, mi ceño tenso, siento el rastro que dejó la pastilla al bajar por mi garganta en seco. Visualizo todo a mi alrededor, viendo lo mismo de siempre, objetos sin vida. Estoy solo. La soledad había dejado de molestarme. Se supone estoy acostumbrado a mirar a mi alrededor y verlo vacío la mayoría del tiempo, pero como dije, está empezando a ser insoportable y deprimente. La extraño como un loco ahora mismo.

Flashback.

-¿Me amas?- mi pregunta es un auténtico cubo de agua fría para ella, soy consciente, lo empeoro, pero estoy desesperado, ella está confusa y me da tanta rabia porque yo lo tengo todo tan jodidamente claro.

Una lágrima rueda por su mejilla, luego otra, y se las limpió -¿Cómo... cómo te atreves a preguntarme eso? ¿Cómo puedes?- preguntó, exaltada, empujando mi pecho, yo no me muevo mucho de lugar, y cuando va a golpearme por segunda vez, detengo su muñeca.

-Respóndeme.- me pongo un poco mas serio, y la acorralo contra el sofá, sus pantorrillas tocan el almohadón.- háblame, Tn. - pido.

-¡Lo hago!- respondió, mirándome. Me quedo impactado.- ¡Y justamente por eso quiero que te vayas! ¡No quiero verte! ¡No quiero sentir esto más!- su voz suena quebrada, y me entristese, porque en momentos como estos me pregunto cómo es que siempre termino haciéndola llorar- ... Lo que acaba de pasar ahora... no es sexo de amantes... no fue solo follar, no lo negaré, maldita sea.- me evitó la mirada, limpiándose el rostro con las manos.

Yo estaba petrificado con sus confesiones, no me esperaba oírla admitir todo aquello.

Reaccionando, acuné su rostro enrojecido entre mis manos, y cuando estaba a punto de estrechar la distancia, me sujetó e hizo que dejase de tocarla.

-Vete, por favor.

No es la única vez en el día en la que he recordado esas palabras. Las cosas sucedieron con tanta autenticidad ayer que, ella no pudo negarlo, no pudo mentirme esta vez, tuvo que admitirlo. Quiero llamarla ahora, escucharle hablar aunque su voz suene tajante. Humedezco mis labios con mi lengua, mi estado de ánimo ha subido, de pronto ya no me siento tan pesimista, de pronto quiero volver utópica posibilidad de ver a Tn en este preciso instante.

Cansado de lamentarme inútilmente con lo que sucedió, despegué mi culo de la cama y caminé hasta mi vestidor en busca de otra ropa. Lo hago rápido, solo tengo que cambiarme a unos zapatos y cojer una casadora. Me llevé mi teléfono y las llaves de mi vehículo, y en menos de cinco minutos ya estaba saliendo del cimiento de mi casa.

Más tarde, el reloj en mi muñeca marca las ocho y quince. Vuelvo a observar en dirección al edificio desde la oscuridad de mi auto. No estoy del todo tranquilo, por no decir que estoy nervioso. No sé si deba solo ir directamente a su departamento, me pongo a pensar en como sería cuando la puerta sea abierta.

Sigo pensando en como hacer, pero antes de que se me ocurra otra cosa, un auto aparca frente al edifico, no presto mucha atención, pero puedo reconocer a quienes salieron de él. La dirección de mis ojos se ques estática. Desde mi ángulo no puedo verlo todo a detalles, pero reconozco las zandalias de Eun y los pequeños pies de mi hijo más pequeño. Luego ella, su pelo negro estirado y su flequillo en su frente, tiene un vestido pegado al cuerpo y unas zapatillas a juego. Todo es colo rosa hasta que veo a Hoseok.

Mi corazón late con fuerza, y no sé con exactitud a qué se debía. ¿rabia? ¿tristeza?, ¿celos?, ¿todo?. Hoseok pone una mano en su cintura cuando se van, los niños siendo vigilados por ellos yendo detrás. Aprieto mi mandíbula y mis labios con fuerza en una mueca de absoluta molestia, y cambio la mirada, anuando las ganas de bajarme de aquí  e ir alli a romperle la boca a ese imbécil, a gritarle toda la verdad, tomar a Tn y a los niños y llevarlos conmigo a Corea.

Le pegué al volante fuerte y desplegadamente, varias veces, apretando mis manos a su alrededor. No espero ni siquiera unos minutos, agarro la llave y la giro prendiendo el auto. Y con la rabia creciente en mis venas, pisé el acelerador.

(...)

Tn.

Hoseok me ayuda depositando a Dae con delicadeza a un lado de la cama de Lisa. Han estado jugando videojuegos por horas y finalmente se ha dormido. No lo mencioné antes pero, la relación de Hoseok y los niños es muy asequible. Con Eun fue un total problema al principio, pues ella recordaba ver a sus padres juntos y este hombre claramente no era su papá. Pero Hoseok logró hacer que congeniaran, y ahora se llevan bien a pesar de que ella sigue siendo un poco orgullosa. A Dae... a Dae se lo gana cualquiera, juegas un poco con él y le demuestras confianza y ya está, lo tienes de amigo por siempre.

-¿Segura estarás cómoda? Sigo diciendo que puede dormir con nosotros- hablo en murmullos, aunque ni con la más fuerte de las sacudidas se despertaría.

Lisa me mira como si estuviese bromeando- Pero si es como una almohada- comentó y reímos- ustedes usen tu habitación y a mí déjenme al pequeñín aquí.- nos mira a mi y a Hoseok, quien no se ha movido del borde de la cama.

-Uhm, bien entonces- dice una masculina voz a mi lado- ¿vamos al dormitorio o...?- me habla.

-¿Vas tú primero?- lo miro mientras se lo pido- me quedaré un momento con Lisa...

-Oh, como quieras, te espero- dijo- no tardes ¿ok?-y besó mi frente antes de salir, empujando la puerta detrás.

Mi mirada encuentra la de Lisa cuando mis muslos tocan la sábana. Mi amiga restriega un poco su mano por su frente.

-Lo llevas mal, ¿no?.

-¿Tanto se nota?- pregunté desanimada. Lisa hace una mueca obvia

-Se vieron ayer ¿no?.

Yo levanto la mirada, no tiene que ser mas específica para que lo entienda, habla de Taehyung  -¿Cómo lo sabes?, no te lo dije.

-Cuando ayer veníamos lo vimos.

-¿Qué?, ¿SeokJin también...?- me alarmo.

-No, no, tranquila, solo yo, tampoco dejé que los niños lo vieran.- su respuesta me alivia gradualmente.

Libero el aire en mis pulmones, pero es un suspiro frustrado. Me paso la mano por el rostro.

-¿Hablaste con él?- preguntó sin dejarme de ver.

-Sí...- contesto, recordándolo todo.

-Y por lo visto no se resolvió nada- planteó. Guardé silencio- si no le dices a Hoseok y se entera por otra parte será terrible, lo sabes ¿no?

-Lo sé- admito, al punto de lloriquear- sin embargo... no hay forma, no puedo decirle.

-Me imagino que además sepas que tú misma te colocaste en esa situación- me dice, o mejor dicho: me recuerda. Se va de la cama, acercándose a la ventana para cerrar la cortina. Sus palabras no me infunden ánimos, aunque en realidad no hay nada que me pueda animar en estos momentos. Lisa me mira junto a las cortinas, cruzando los brazos sobre su pecho- ¿También lo sabes?

Asiento, luego de unos segundos. Mi amiga viene hacia mí, rodeando la cama para sentarse a mi lado. La miro atenta.- Teóricamente eres mas madura, ¿por qué siempre te debo yo los consejos?

Lo que dice tiene lógica y gracia.

Ella piensa-Díselo a Hoseok.- recomienda- Lo de estas semanas, lo de que ...Taehyung es el padre de los niños también... Pero decídete antes. Si queres a Taehyung, a Hoseok, a ambos o tal ves a ninguno...- cambia la mirada, pensativa otra vez- ¿Sabes?, si desistes de Taehyung y quieres seguir con Hoseok, tendrás contárselo, y si quieres a Taehyung y te rindes con Hoseok... tendrás que contárselo también.- dice y ladea la cabeza, con una sonrisa de esas que pones a pesar de que todo es lamentable.

Muerdo el interior de mi mejilla, sopesando su razonamiento. - Sí, eso tiene sentido- digo haciendo un mohín con mis labios al final.- Bien yo... lo pensaré bien esta noche.

Lisa asintió.

-Me voy a mi cuarto ya - me pongo de pie- Hoseok debe estarme esperando para dormir.

Entonces beso la mejilla de mi amiga en despedida, agradeciéndole por oírme por millonésima vez y salgo de ahí.

(...)

No puedo conciliar el sueño, hace unos minutos Hoseok me tenía abrazada en cucharita pero al haberse dormido adoptó otra posición. La habitación está oscura, aunque la tenue y azulada luz de la luna brinda iluminación a una parte. No sirve de nada tener los ojos abiertos, pero tampoco puedo cerrarlos. Hoseok suelta leves ronquidos, me giro bocarriba y lo miro dormir profundamente. Termino sentándome en la cama, lanzo una mirada a mis pantuflas en el suelo, y saco los pies del edredón para meterlos en ellas, levantarme y caminar en dirección a la puerta, no sin llevarme antes mi celular.

Me dirigí a la cocina y prendí la luz, dejando mi teléfono sobre la mesa. Abrí el frigorífico y saqué un pomo de leche, llenando un vaso con ella. Regresé el pomo a su lugar y metí mi leche al microondas para calentarla.

Cruzo los brazos a la altura de mi pecho y recuesto mi espalda baja de la encimera, estrujándome el puente de la nariz con dos de mis dedos. En un minuto puedo sacar mi vaso del microondas y sentarme en una de las sillas que están contorneando la mesa. Y ya que tengo mi teléfono a la mano, lo enciendo para ver algo en internet. Mientras bebo de mi leche tibia, reviso mi instagram, me han seguido varias personas desde la ultima vez que lo abrí, no le presto mucha atención a mis redes sociales. Chequeo también las reacciones y comentarios de mi última foto.

El aparato empieza a vibrar entre mis dedos, asustándome. Sufro un escalofrío de nervios y ansiedad en lo que voy asimilado que es Taehyung quien me llama, no puedo evitar ver la hora. Es media noche.

Dejo la silla para dirigirme al balcón del apartamento, salgo, y una vez al intemperie, mi piel nota el cambio de temperatura. No bate mucho aire pero si hace frío. No ladra ni un perro y la calle está imposiblemente vacía, pero eso no me distrae. Bajo la mirada hacia la pantalla de mi celular, la llamada finaliza, y cinco segundos mas tarde vuelve a saltar.

Entonces deslizo el icono verde.

**Llamada**

Escucho el bajo de algún equipo de música, un poco de bullicio y tambien voces alejadas —¿Taehyung? ¿Estás-

—¿Hola?

No es su voz, es un tono mas ligero y me han hablado en Inglés.

Frunzo el ceño.— Un, perdón pero ¿quien habla?— cambio el idioma.

—Señorita, escuche, la llamo porque el hombre dueño de este celular está tirado sobre la barra y necesito cerrar el local. No sé relamente quien sea usted suyo, pero si no viene a hacerse cargo de él, cerraremos el bar y le dejaremos en la calle.

—Uhm, ¿qué?— pregunto, procesando todavía la información.

—¿Que carajos? ¡Suelta mi maldito celular!— Taehyung es quien habla ahora. Sí, está ebrio.— Tn...- su voz se oye mas cerca, guardo silencio al escuchar lo melancólico que se oye—Tn, estabas durmiendo con ese imbécil ¿verdad?— habla con languidez, arrastrando las palabras— Soy infeliz, ¡¿me oyes?! ¡Y tú tienes la maldita culpa!— parpadeo, estoy confundida, me pone mal oirlo en ese estado.

—Taehyung.... — dije atontada, luego reacciono—Debes irte a casa ahora, es tarde y le estas causando problemas al chico del bar.

—¿A casa?— oigo un bufido— en ese maldito lugar estoy solo, ¡al menos aquí hay gente!.

—¡Bueno entonces dime en donde carajos estás!— exijo.

—Ni de coña, deja de fingir que te importa.— escupe y yo me sorprendo.

Apreté la mandíbula, molesta— TaeHyung, dale tu teléfono al otro chico, anda.

Oigo un total silencio, asi que lo llamo por su nombre, pero no oigo nada. Alejo el celular de mi oido y miro que cuelga.

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