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₂₃

Ropa desparramada en el suelo, sábanas mojadas, olor a sexo. Los ruidos pasaron y ahora todo es silencio como la calma después de la tormenta. La habitación de hotel en la que estábamos -porque sí, a Taehyung no le tembló la mano cuando pagó por ello-, tiene un precioso ventanal pero yace cubierto por cortina oscura, lo que provoca que la iluminación sea un poco escasa, aunque por una esquina se filtre un insignificante haz de luz.

Yo me encontraba sobre su cuerpo en ropa interior. Sus manos en mi cintura y las mías en sus mejillas mientras nos besábamos explícitamente lento, provocando suaves chasquidos. Taehyung rueda su mano hasta una de mis nalgas dejando un apretón. Acabo el beso y él toca mis labios con los suyos mas veces. Entonces utiliza su diestra para apartarme el cabello del rostro tal como si este obstaculizara su vista.

-¿Qué pasa?- hablo, queriendo saber por qué me mira así.

-No sé, tal vez es que estás semidesnuda sobre mí y acabamos de follar.- contesta riendo.

Rodé los ojos, divertida -No te acostumbres, ¿ok?- me le quito de encima, y es un milagro que no lo haya impedido.

-¿Debería decirte lo mismo?- coloca un brazo bajo su cabeza, enfocándome con su mirada mientras me siento en el borde de la cama. Siento mis piernas un poco débiles aún y por eso no quiero levantarme todavía.

-No creo- dije frotando la planta de uno de mis pies sobre la parte posterior del otro.

-No puedes asegurar que no pasará otra vez.- dijo él, con un toque de relajación, usando esa seguridad invasiva que a veces me aconseja no contradecirle.

Tiene razón.

Volví el cuello en su dirección y el ladeó la cabeza, me aseguré de que mi expresión no fuera seria, aunque en realidad no podía estarlo. El extraño buen humor con el que acabo cuando tenemos sexo estaba netamente presente. Me sosegué un poco detallando sus tatuajes, sin pasar por alto su mirada escrutadora.

-Me prometí que esto no iba a pasar otra vez.- mencioné, como si algo se fuese a resolver si lo decía.

Lo miro ocasionando un expresivo intercambio de miradas. Usualmemte me responde a todo lo que digo, pero esta vez suspira de la forma mas breve posible, su lengua se pasea por sus comisuras dejando rastros de saliva. El colchón no hace ruido cuando sienta, entiendo por qué lo hace cuando tengo sus labios justo sobre los míos. Dejo que lo haga, cansada de resistirme a lo que realmente quiero. No tenía caso rechazarlo, y analizándolo desde un punto cualquiera él solo sabe leerme cuando guardo silencio, y entender cuando digo algo quiero decir.

Siempre sabe lo que quiero.

Consigue separar mis labios fácilmente, le correspondo al sentir la movilidad de su parte. Nuestras narices rozan y nuestros labios se abrazan hondamente, activando una viva chispa en mi estómago que pronto se transforma en punzadas en mi vagina. Una de sus manos grandes se aparea sobre una de mis tetas y se contrae entre calientes caricias. Me golpean las ganas de suspirar.

Taehyung se aleja y mi mirada baja a su agarre, veo como rueda su tatuada mano hasta alejarla de mí. No hizo más que mostrarme que puede acercarse, besarme y tocarme si quiere, porque yo lo permitiré.

-Ah- gemí frustrada, sonido que se encierra entre lo poco que nos separa- ya no soy una cría de dieciséis, pero... ¿por qué diablos eres tan irresistible, Kim Taehyung?- el mencionado solo ríe un poco y me roba un beso más, poniéndole restricciones mi capacidad de pensar.

-¿Te soy irresistible?- preguntó con una sonrisa que hizo mi a corazon sacudirse ligeramante.- Wow, en ocaciones también es bueno oirte admitir cosas.

Me permití reir, evitando su mirada. Mis casi imperceptibles hoyuelos van desapareciendo, mi mirada agachándose. Taehyung apoyó su frente de la mía mientras empezaba a sobar de arriba hacia abajo en mi cadera, quiza acariciándome. Nunca lo he dicho pero me encanta que sepa cuando, como, y donde tocarme, si anhelo mentalmente su mano en mi pelo esta aparece ahí, si la quiero entre mis piernas pasa igual. No hay forma de explicar cómo nos entendemos.

-Te extrañé, deseé tanto volver a tocarte y sentirte conmigo- se sincera en un murmuro y yo no hago mas que oirlo, con la mirada perdida en un inexistente punto fijo.

En otra ocasión, si la situación en la que estuviéramos no fuera esta, si no le tuviese tan cerca y yo no estuviera tan jodidamente rendida ante mis emociones ahora mismo, me hubiese envalentonado y de mi boca hubieran salido las palabras de una mujer a la que le fueron infiel y le hicieron daño; pero no, no reacciono como debo.

Mi pecho se infla de forma inevitable.

-Yo también- hablé expulsando el aire retenido, Taehyung me dio espacio para poder girar en su dirección- Lo quise y ahora que pasa... quiero más, quiero más de ti incluso si eso me hace una horrible persona.- confesé, bajo su expectante mirada.

Los ojos contrarios destellan conformidad con mis palabras, distingo fascinación, orgullo, deseo. Me pregunto si mis ojos son tan expresivos como los suyos, me pregunto como se pueden acumular tantos sentimientos ahí y ser tan bien leídos. Sonríe sin mostrar sus dientes, entonces deja un beso en mi mandíbula, subiendo a mi boca luego.

-Ven- me ayuda a sentarme sobre él con mis piernas a sus extremos, mis muslos se ven tan diferentes a los suyos. Mientras los míos son un poco mas pálidos y delgados los suyos son más morenos y voluptosos, hasta puedo asegurar que resalta algun músculo.

Ya sentada en plena comodidad nos dedicamos a seguir explorando nuestras cavidades bucales, algo imposible porque no hay absolutamente nada que conocer.

Sentí el enganche de mi sostén ser safado, mis pesones duros se liberan de ser ser presionados, y cuando las manos del hombre que me tenía en su regazo deslizaban la prenda por mis brazos, dejé que saliera.

Se interpone el sonido de un celular, rápido sé que no es el mío porque no es el tono que recuerdo tener. Las vibraciones se extendían por la mesita de cristal junto al cabecero de la cama. Taehyung parece querer ignorarlo pero yo le hablo entre besos.

-Responde, puede ser importante- mis palabras se entrecortan.

-¿Y?, lo que estoy haciendo es importante.

-Podemos seguir, primero mira- insistí

Fue así que alcanzó el aparato, extendiendo su brazo. Le da un vistazo corto, su cara es neutral, no sé si le disgusta o le da igual la llamada. Aprieta el botón de apagar y lo deja en donde estaba volviéndose hacia mí.

-Como dije, nada importante- me dice desinteresado, pegando su boca en un rincón de mi cuello. Disfruto de ello, sonriendo medianamente. Su iniciativa hace que tenga una también, y la mía trata de arrimarme a su polla dura y alargada. Él gruñe contra mi piel y yo sonrío jadeante, haciendo un pequeño movimiento circular. Y mi mirada viaja hasta su celular cuando la pantalla se enciende, pongo la atencion que la vez pasada no puse, agudizando mi vision para leer "Tayle" en la parte superior. No estaba el emoji que tanto me molestó la otra vez...

Eso mantiene mi sonrisa, los besos de Taehyung siguen siendo agradables en mi cuello.

-Tal vez debamos tomar prestada esa media hora.- susurró, su aliento en mi oído.

-Sí, tal vez debamos.

(...)

No alcancé a almorzar más que un poco de fruta pero no había cabida a mis propias quejas si yo había estado de acuerdo a emplear mi tiempo en otras cosas. Recogí a mi hijo por la tarde luego de trabajar unas cuatro horas después de mi intenso descanso -que en sí no fue un descanso, ya que no salí de él completamente reconfortada. Para cuando guardé mi auto en el estacionamiento eran las cinco y media de la tarde. Bajé y ayudé a bajar a mi pequeño para después dirigirnos a nuestro departamento.

En la sala, Eun-Sang está de rodillas sobre uno de los cojines del sofá jugando con el pelo de su tío mientras el mismo se entretiene en su celular.

-¡Estamos aquí!- digo alto mientras cierro la puerta cuando hemos entrado Dae-hyun y yo.

Dae ni siquiera se quita la mochila antes de ir corriendo a saludar a quienes están a la vista.

Al parecer mi saludo es oído por Lisa ya que sale de la cocina a recibirnos, y entiendo por qué hay un delicioso olor a carne en el ambiente.

-¡Pero si llegó el sobrino favorito!- Jin deja su movil de lado.

-Tío tíoo!- exclama Dae dejando que lo abracen.

-Yo soy la favorita- susurró mi hija con un puchero, mirando con envidia a los varones de la casa. Reí negando, esta niña no cambia nada. De pronto me miró y sonrió soltando un sonidito de impresión, bajó y a prisa se me acercó- Mamá!

-Hola preciosa- le beso la frente y la mejilla pero ella me extiende los brazos moviendo los dedos de sus manos. Ya no tiene cinco años pero esa petición tiene el mismo efecto en mí.

Entrecerré los ojos.

Su puchero vuelve- Venga, mami, que me pinchaste esta mañana y me dolió, discúlpate.

Solté una incontenible risa y acabé de cargarla- ¿Disculparme? Pero si ya estás bien,  pequeña sinvergüenza- toco  su nariz con mi dedo- ¿que pasa si mami no te pincha eh?

-Nada, Lisi me hubiera cuidado igual.- dijo orgullosa sin admitir que tenía yo la razón.

-Pues no, hubieses vomitado y defecado hasta ponerte escuálida.- opina mi amiga sacudiendo sus hombros graciosamente. Yo asentí obvia hacia Eun, quien ponia una cara confundida.

-¿Escu... qué?.

-Escuálida- corrige la mayor- significa estar muy muy flaca.

-Oh- dijo Eun y luego encogió sus hombros.

-Tengo hambre- oimos hablar a Dae-hyun, mirando a su tío como si quisiera que él resolviera su problema.

-Ow, todavía no está la comida, bebé, espera un rato.- le habló Lisa, yéndose a sentar al lado de mi hermano para acariciarle el pelo a mi hijo.

-Mi vida, ven, vamos abañarte y luego venimos a comer- dije y bajé a Eun-Sang al suelo.

-Pero yo quiero comer.

-Sí, cuando te bañes- le hice saber de nuevo, sutilmente, fui a buscarle pero él abrazó el cuello de mi hermano cuando le extendí mis manos para que viniera a mí.-Vamoos- presioné sobre sus costillas para hacerle cosquillas.

-Pequeño ve a que te bañen- Jin habló pero Dae siguió igual.

Suspiré y lo bajé del mueble sujetándolo de las axilas. Él lloriqueó tendiendo los brazos hacia Seokjin.

-No no no nada de pataletas- lo cojo entre mis brazos y me lo llevo a la habitación

-No te quiero- dijo adorablemente molesto.

-¿Ah, sí?, pues no te daré el caramelo que te compré hoy.- menciono mientras me adentro a nuestro cuarto.

Sorbió su nariz - Caramelo- mostró interes en seguida.

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Graciasxleer ❤

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