Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

₂₁

Disminuí la velocidad hasta por fin detenerme frente a la guardería para dejar a Dae. Eun-Sang no viene porque se ha puesto enferma, la estaría llevando conmigo al hospital pero su pánico por los hospitales relució en cuanto le dije lo que haría. Incluso quiso fingir que se sentía bien solo por no acompañarme, pero de todas formas yo misma le puse  una inyeccion para que mejorara, no por nada soy doctora. Le dejé en casa llorando y enojada conmigo pero seguramente cuando llegue a la tarde lo habrá olvidado.

Deshice mi cinturón de seguridad y y procedí a quitar el de mi hijo, quien tenía en manos un par de juguetes, específicamente un avión y un dinosaurio.

-¿Llegamos, amma?- me preguntó Dae con esa vocecita irresistiblemente dulce.

-Sí mi vida, hay que bajar. Espera ahí- le dije para luego bajar del auto e ir a su puerta. La abrí y tomé su pequeña mochila. Lo agarré de las axilas y lo bajé.

Tomé su mano para dirigirnos hacia la entrada del luegar. Buscaba su salón cuando tropecé justo con su maestra, lo que agradecí porque estaba algo perdida. La señorita me saludó amable y me comentó algunas cosas sobre mi hijo que me importaban saber. Antes de marcharme me agaché frente a él y di un enorme beso en su mejilla sacandole esa sonrisa enamorada suya que amo. Le recordé comérselo todo y portarse bien, aunque esas eran cosas que el hacía.

-Da un beso a mamá- puse mi mejilla y el pego sus pequeños y mojados labios haciendome feliz - Te amo.

-Te amo- canturreó sin mencionar bien, y yo reí por lo tierno que es.

Otro beso y lo dejé irse junto a la mujer, miró hacia atrás un pequeño instante y yo agité mi mano.

Me marché por donde vine con la tranquilidad de que Dae estaría siendo bien cuidado ahí. Me metí al asiento conductor una vez más y  emprendí marcha hacia mi trabajo, tengo quince minutos para llegar en tiempo.

Conducía normalmente cuando vislumbré algo que me hizo bajar un poco la velocidad y fruncir el ceño. Las calles de Londres no son tan concurridas como las de Seúl, pero no dejaban de serlo, no sé como pude darme cuenta de ello.

Había una señora -anciana- iba en la acera a mi derecha vestía con una bata parecida a las de hospital, su pelo completamente blanco por las canas. Por como miraba a todos lados y trastabillaba en el lugar se entendía lo perdida que estaba. Cuando pude ver su rostro tuve que agudizar un poco la vista porque me parecía haberle visto antes.

-¿Señora Sarah?- murmuré mirándola más para comprobarlo.

Espabilé y bajé de mi auto rápidamente. Por supuesto que la conozco, es la madre del señor Jack, sin dudas es ella. Según tenia entendido estaba ingresada en una clinica debido a su enfermedad, Alzheimer. Y bueno verle ahí desubicada me hizo pensar lo peor. No podia irme sin haber actuado bien antes.

Dudosa, coloqué mi mano en el hombro de la señora haciendo que me mirara rápido y con susto. No es facil tratar con personas en este estado.

-Señora- atiné a sonreír, incómoda. - venga conmigo ¿si?- encerré mi mano en su antebrazo y ella se soltó mirándome como a una extraña.

-¿Quién eres? Vete- me dijo groseramente y continuó observando a su alrededor, inquieta, dio unos pasos hacia la derecha pero frenó son saber adonde mas caminar. Se llevó la mano a la boca como si pensara.

-Oiga, oiga por favor- la perseguí dando un pequeño trote- usted debe venir conmigo.

-Shh!- me manda a callar bruscamente y yo me impresiono un poco- por aquí era mi casa, estoy segura...- siguió caminando-

-¿Qué?- hablo para mí, un paso detrás de ella.

-Oh!, aquí es! Mi casa!- corrió en dirección a una de las viviendas y empezó a tocar las paredes, frotando tambien las mejillas contra el pavimento.

-No no no- dije aproximándome a ella, buscando que se detuviera- Señora Sarah, escuche. Esa no... esa no es su casa- hablé. Pude ver que se borró su sonrisa y volteó a verme, y ahí si no supe que hacer, me pregunté si hice bien o mal en decir eso.

Se me arrimó y agarró mis dos brazos dejandome indefensa. Observé su mano venosa alrededor de mí y subí a su rostro, esperando lo peor. -Quiero a mi casa- me mira desde abajo y yo ahora no sé que hacer. De repente me abraza y al ser mas baja su cabeza queda sobre mi pecho- no quiero volver, no quiero, no quiero ir otra vez a ese lugar, ellos... Ellos son malos conmigo- negaba frenéticamente

Me exigí reaccionar y poner preceptivamente las manos en sus hombros para que se alejara. Esbocé una sonrisa con la que quería insuflarle confianza- Vale, vale voy a llevarla a su casa.

-¿Mi casa?- movió la cabeza diciendo que sí, emocionada.

-¿Si?- dije- Acompáñeme, todo está bien. No dejaré que la lleven a ningun sitio- pasé mi brazo por su espalda y le hice seguirme hacia mi auto.

Cuando pude hacer que se subiera al asiento copiloto, entré al asiento conductor, poniéndome mi cinturón y con cuidado el suyo. Antes de que otra cosa lamentable sucediera coloqué el bloqueo de las puertas, nadie sabe lo que pueda pasar. Minutos después ya había tomado rumbo a un lugar del que no estaba segura.

**Llamada**

—¿Tn?

—Señor Jack, sí, soy yo.—, respondo sin dejar de manejar

—¿A que debo el honor de tu llamada?– preguntó y yo busqué como empezar a explicarle.

—Ehm, verá, sucede que he... he encontrado a su madre en la calle— dije, hubieron dos segundos de silencio.

—¿Qué diablos? ¿Mi madre? No puede ser,  seguro te equivocaste, ella está en la clínica.

—No, al parecer hubo un problema. Está aquí a mi lado y vamos en mi auto.- le aclaro.

—¿Está bien, al menos?— preguntó y no sé por qué  no le notaba muy poco preocupado. Miré a mi lado, la señora luce tranquila mientras mira a la nada con sus vidriosos ojos claros.

—Ella se encuentra bien. Necesito que me diga que hacer. Usted, uh... ¿salió de casa ya? no sé si ir o...

—Dirígete hacia aquí, a mi casa, aún no me iba al hospital.

—Bien, haré eso...

(...)

-¿Dónde la encontraste?- preguntó Jack mientras veíamos a su madre tocando concuriosidad las flores de un florero, no puedo asegurar que entiendo lo que dice pero si murmuraba palabras sin sentido, lo normal, si hablamos de su enfermedad.

-Yo... solo conducía por la calle y... le vi. Fue una muy buena casualidad, la verdad no sé que hubiera sido si estuviese por ahí sola todavía.- adentro mis manos a los bolsillos traseros de mis jeans y roto el cuello hacia Jack, quien me miró también con esos ojos azul claro que usa para intimidarme.

Se tarda unos segundos y reacciona -Eh, sí, si no fuera por ti...- me sonrió un poco- gracias por eso, ya veré como arreglo este asunto.

-Me parece raro que - pauso- no le hayan avisado de esto.- frunzo un poco el ceño.

-Sí, también lo creo, llamaré a la clínica y que me den una explicación- dijo y yo asentí.

-Bien ya voy bastante tarde. Debo irme- miré brevemente la hora en mi reloj de pulsera.

-¿Te vas?, claro que no, quédate a tomar algo antes- dijo, y por alguna razon sabía que me lo iba a proponer en cuanto mencionara que me iría. No sé si porque es lo tipico o porque simplemente trata de él. Jack Brawn, el que siempre tiene la última palabra, el tipo de actitud enigmática.

-Uh, no, no quiero molestar. Además usted querrá pasar tiempo con su mamá.- dije apenada, esperando en vano que sirvieran mis excusas.

-Me ausentaré hoy, tendré mucho tiempo con ella. Así que te tomas un café conmigo y dejo que te marches- y se acabó. No dije nada más, luego de que le hizo un llamado a su empleada pidiéndole que se encargara de su madre, abandonamos la habitación de su progenitora.

El aspecto peculiar de la casa estaba directamente relacionado con él. Paredes blancas y gris claro, cortinas grises, cuadros, sobre todo eso, habían muchos y el arte plasmado en ellos era sorprendente. Vale no sé nada de pinturas pero digo lo que diría una persona qje si sabe.

-Gracias- digo cuando me entrega la tasa, sentada cómodamente el espacioso salón principal. No me apetece nada tomar café ahora mismo, pero ya qué, no puedo negarme a nada de lo que Jack quiere que acepte.

Jack por su parte ocupa mi lado en el sofá, con su bebida en manos. Yo soplo un poco el líquido antes de beber un sorbo, aunque no dejaba de estar caliente.

-¿Estás bien?- me pregunta.

-Sí, está caliente, solo eso- respondí.- Sabe bien.

-Me alegra que te guste, lo hice yo mismo- comentó y pensé en algo.

-Tiene afinidad por el café ¿no?.

-Sí, lo bebo a diario.- dijo

-¿Qué pasará con su madre ahora?. Es decir... ¿le dejará en la clínica otra vez?- indago a pesar de que no debería ser de mi incumbencia, no quisiera meterme en lo que no me compete pero creo que por lo que he hecho hoy merezco saber una nimiedad de lo que pasará con ella. Pero como lo veo, no le pronostico mucho más estando aquí.- Sería una pena, me convenció de que no quiere volver...

-No puedo cuidarla- respondió Jack negando, me miró y vio ese "¿por qué?" en mi expresión, por lo que siguió hablando- no tengo tiempo, ademas me recuerda durante pequeños intervalos de tiempo, no sirve de nada que se quede. Está mejor en donde tiene que estar.

¿Y tus hermanos? ¿Nadie puede hacerse cargo? ¿No quieres pasar tiempo con ella? Contrata a una enfermera, tenla en casa, tal vez que te alegre verle cuando llegues de trabajar, consientela mientras esté viva.

Apreté los labios ahorrando mis opiniones.

Estuvimos en silencio hasta que Jack decidió dispersar su voz en el vacío y silencioso ambiente que nos cubría.

-¿Puedo hacerte una pregunta?- dijo- es personal- especificó.

-Claro- asentí viéndolo de soslayo mientras daba otro trago al café, el sabor amargamente dulce siendo captado por mis papilas gustativas.

-¿Cuando es que ibas a casarte?.

Su pregunta me disloca un momento, lo miro confusa.

¿De donde lo sacó? ¿Quien se lo dijo? Nunca le he comentado nada acerca de mi vida personal, ni de mi prometido, ni mucho menos que pronto contraeré matrimonio.

-¿Qué?

-Sí. Tu boda.

-¿Y usted como... lo sabe?- reí incómoda.

-Lo escuché- contesta breve, y calla, supongo esperando a que le diga lo que quería saber.

-Uh, al rededor de un mes y medio, no llevo la cuenta pero, no falta mucho.

Al verle con la mirada puesta mas abajo de mi mandíbula  me miré. No vi nada en particular pero acomodé mi blusa para cubrir bien mis clavículas, lo que sirve para que sus ojos suban a mi cara.

Maldición, prefiero que haya estado viendo mi escote y no los chupones que dejó ayer Taehyung por ahí.

Me dio una media sonrisa y eso convirtió utópica mi segunda proposición.- Que bien, espero pronto llegue el día. Estarás ansiosa- dijo, yo hice un inaudible sonido afirmativo murmurando después un flojo "sí".

Próximo capítulo...

-Porque yo- dejé de hablar cuando me di cuenta de que terminaría contradicíendome a mí misma. Además no tengo por que responder a sus estúpidas preguntas.

Taehyung me observa , su rostro adoptando una ostentosa expresión de suficiencia- Porque tú estás celosa... ¿o me equivoco?.

Parpadeé lentamente- ¿Qué te hace creer que ahora voy a admitirlo?

.

.

.

.

Graciasxleer❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro