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₀₈

Solté un suspiro y sobé mi frente, este día no estaba siendo muy bueno. Tenía guardia en el hospital hasta las ocho de la mañana del día siguiente, estaba agotada, y no harán ni quince minutos que informé sobre un fallecimiento a una familia que quedó devastada. No me gusta en lo absoluto dar este tipo de noticias, pero no siempre puedo salvar vidas. A veces te sientes culpable pero realmente haces lo que puedes así que tienes que estar preparado para ver fallecer a personas, sobretodo tener valor para decirles a sus familiares.

Tomaría un descanso de dos horas dejándole la sala de urgencias a mi otra compañera. Me encontraba en una especie de habitación que fue habilitada para que los doctores la usaran. Había una litera, sillones, el sitio era estrecho y sencillo pero cumplía su función.

Me quité mi bata de doctora y la dejé en el respaldo de la silla del escritorio que había cerca de la litera. La pared que lleva al pasillo está hecha de un resistente vidrio translúcido que permite la entrada de una leve luz, además de que dentro había cierta iluminación.

Me siento en el colchón de la cama de abajo de la litera y mi celular me muestra que son las tres de la mañana. Espero que Dae esté durmiendo bien sin mi.

La almohada no era tan suave como la de mi cama pero servía en gran parte.

De repente me entra una llamada de Lisa, me extraña que llame a esta hora, pues sabe que aquí es de madrugada.

-Hola Manoban.- dije tras aceptar

-Dime que no te desperté.- su voz sale un poco opaca, de inmediato empiezo a entrever que le pase algo.

-Uh, no, hoy tengo guardia.

-Oh, no te habré interrumpido...

-No no, estoy en mis horas de descanso, no te preocupes.

-Mucho peor, aprovecha y duerme, en serio no te llamaba por nada, mañana podemos hacer videollamada.

-Lisa, creí que ya sabías que te conozco bien- dije, oyendo silencio del otro lado.- ¿Estas triste por algo?

-Extraño a mis papás...- me cuenta- ya sabes, mi abuela y eso... También... se han dado algunos casos de robo en la cuadra y...- pausa en breve, yo la escucho con el ceño fruncido- he estado escuchando algunos ruidos fuera de la casa estos días, estoy asustada como no tienes idea, aquí ya empieza a oscurecer y no me gustaría pasar otra noche de terror como la de ayer.

-Que horrible- comenté preocupada.

-Que bueno que estoy hablando contigo, podría hacerlo todo en tiempo pero sé que tienes cosas que hacer.

-Por eso estabas tan triste cuando volvías a Corea, joder ¿como no lo pensé? tal vez era porque ibas a volver a sentirte sola...

-Algo...- murmuró

-Lisa, debiste hablarlo conmigo, no eres una molestia aquí, ¿por qué no te vienes a vivir con nosotros, hm?.- sugerí sonriendo un poco- a mí me encanta la idea, no tengo amigas aquí, tu tampoco las tienes allá, la pasamos hablando por un jodido celular sin necesidad. Piensa en las ventajas de que vivas aquí.

-No puedo aceptar eso, Tn, es tu casa, ¿qué va a pensar Jin?. No, no...

-No seas tonta. Venga, acepta, lo estás deseando.

-¿La verdad?- dijo y reímos -No sabes lo feliz que me haría la idea de volver con ustedes- dijo sincera

Reí- Ven lo más pronto posible, empaca ahora mismo si quieres. No quiero que pases más noches como esas.

-Aw, te amo demasiadooo, gracias, gracias- dijo tierna.

-De nada, tonta, aquí tienes tu casa.

(...)

Mañana siguiente.

Taehyung.

Estaba acostado cómodamente en el sofá de la sala mirando mi celular, con mi mano libre acariciaba el suave pelaje Yeontan, hacia unos minutos se había trepado encima de mi abdomen. El timbre suena por toda la planta baja haciéndome quitar los ojos de mi teléfono. Jimin estaba preparando un delicioso desayuno para ambos que olía hasta aquí. Yo era el único que no hacía nada, me tocaba ir a ver de quien se trataba.

Me senté poco a poco cogiendo a Yeontan del lomo para dejarlo en la alfombra. Me puse las sandalias y me dirigí a la puerta, sintiendo las pezuñas del perro sonar contra el suelo de madera mientras este se iba hacia afuera de la casa. Probablemente a hacer sus necesidades por alguna parte de la hierba alta que hay cuando acaba la terraza. Más le vale que no me encuentre ninguna de sus heces perrunas aquí adentro.

Abro la puerta llevándome la sorpresa del siglo- ¡¿Nam?!

-¡Surprise!- dijo mostrándome sus hoyuelos

-¡Jonnie!- la voz de Jimin me quita del medio para abrazarlo

-¿Por qué yo no estaba informado de esto?- pregunté confundido rascando mi nuca

-¿Qué? Te lo dije y me dijiste que estaba bien y tal, ¿no te acuerdas?- trato de hacer memoria- Aish, deben ser las pastillas esas.

-Como sea, ven acá, dame un abrazo, hombre- comparto un brazo con el recién llegado. Palmeo su espalda y lo invito a pasar.- Bienvenido.

-Gracias, Kim- me dijo.

Pasamos al living de la sala de estar que estaba cerca de la cocina y ahí nos sentamos a conversar a la vez que tomábamos el desayuno. Nam nos estuvo contando a detalle como iban las cosas en la empresa, si habían habido inconvenientes o pasado algo relevante, pero al parecer todo estaba en calma. Aunque no es que yo estuviese desinformado, llamo frecuentemente para saber que pasa en mi ausencia. En sí ya me imagino que todos estén haciendo lo que les da la gana.

-Tu te irías entonces con Nam.

Jimin asintió- Me parece bien, ¿tú cuántos días más te quedas?

-No me pienso extender mucho, pero aún no me puedo ir- dije mientras vertía mas jugo en mi vaso- la cuestión es que si me voy se acabaron los encuentros con los niños, quiero... alargar un poco más mi estadía aquí para así poder seguir viéndolos, ¿me entienden?

-Totalmente- dice NamJoon.

-Tn debería ser un... poco más flexible contigo, Tae, no son solo sus hijos al fin de cuentas.- comentó Jimin

-Lo sé, pero imagina que le reproche sobre algo. Capaz se arrepienta de que pueda por lo menos verlos unas horas.

-Exigente- dijo Nam masticando

-Bastante.- admito.

(...)

Tn.

-Mamá, yo, nonna, papá.- Dae me explica su dibujo.

Me sorprendo y enorgullezco al escucharlo decir el último sobrenombre.- ¿También incluiste a papá?

-Sip- movió la cabeza asintiendo- papá es parte de nuestra familia. ¿No es verdad?

-Sí, mi vida.- acaricié su mejilla y besé su frente.

Lo particular de las noches posteriores a las noches de guardia es que como al llegar a casa duermo muchísimo, a la verdadera hora de dormir no tengo una pizca de sueño. Pasé durmiendo alrededor de cinco horas desde las nueve de la mañana en adelante. El resto del tiempo estuve sola en casa, así que provenche para hacer cosas que no puedo hacer cuando tengo compañía. Tales como escuchar música a alto volumen mientras hacía la limpieza, etc.

-Bien, ahora a dormir.- dije haciendo que Dae abultase sus cachetes- Ve y guarda tu dibujo así luego se lo enseñas a papá.

-Sí- bajó de la cama y fue a dejarlo sobre el escritorio.

Minutos después yo ya lo tenía durmiendo tranquilamente en mi pecho. Es una masita toda adorable. ¿Realmente quería abortar a esta preciosura de niño?,

Descubrí que estaba aburrida ahí sin hacer nada más que tocarle el pelo a Dae. Abandoné la habitación saliendo a la oscura sala-comedor de mi departamento. SeokJin y Eun-Sang seguro ya dormían como dos troncos.

Me senté frente al televisor poniendo una serie que había comenzado a ver hoy al mediodía. Busqué una frazada y acomodé los almohadones de manera tal que pudiese estar acostada e inclinada. Así estuve hasta que se escucharon unos toques en la puerta. Fruncí el ceño y miré la hora, eran las once de la noche. Y yo debería estar durmiendo porque no es como si se me permitiera llegar más tarde mañana a trabajar.

Me acerco haciendo el amarre de mi suave y pequeño albornoz de seda. Miré primero por el orificio que permite ver hacia afuera, reconociendo rápidamente a Hoseok. Me peino un poco el cabello con las manos y le abro con una sonrisa.

Al verme se lanzó a abrazarme sorprendiéndome- Espero no haberte despertado.

-No, ven, pasa- tomé su mano y cerré la puerta con cuidado

-Uh, aquí todos duermen, ¿por qué tú no?- dijo al notar la oscuridad, lo único que alumbra es el televisor.

Sonriente, enrollé mis brazos en su cuello- Porque no, tal vez si estuviera durmiendo no te hubiese recibido así.

Él me muestra su hermosa sonrisa de dentista y me da muchos besos en el rostro, haciendo énfasis en mis labios. Empezamos a besarnos con un ritmo lento y explícito que me hizo caminar de espaldas hacia el sofá, y traerlo conmigo, claro. Una vez mis pantorrillas tocan el mueble. Me siento. Él muerde su labio y no duda en volver a besarme. Cuando el beso va subiendo de tono sus manos se encargan de retirar mis shorts de pijama. Le sonreí sin presentar queja alguna, dándole acceso al comprender que quiere entretenerse un poco con mi cuello. Cerré los ojos y... literal, estaba sintiendo cosas que significaban mucho para mí. Nuestras primeras veces teniendo sexo fueron un desastre, me dolía, fingía mis gemidos, el orgasmo era más falso que la misma palabra. Yo sabía claramente que no era Taehyunge el que estaba haciéndome el amor, Hoseok no tenía su forma de ser, no era su olor, no era su cuerpo, nada era igual. Yo tampoco tenía la disponiblidad de sentir el placer que él estaba dispuesto a darme. Sin embargo, me fui adaptando a las dulces maneras de Hoseok. Pasó la etapa en que el sexo se volvía jodidamente bueno, por fin podía disfrutar. Luego vino la etapa de ahora, en donde hay algo más que eso.

-Te amo demasiado...- me deleito con sus pupilas profundas y sinceras antes de sonreírle levemente.

-Y yo a ti- respondí.

Siguiente Cap

La frialdad del viento nocturno bate golpeándome el rostro. Espero paciente a que los carros desocupen la carretera para poder cruzar a la otra acera, cuando por cosas de la vida me tocó observar algo no muy de mi gusto. Eran Tn y Hoseok, iban en uno de los autos. Me mantengo en mi sitio viendo aquella desagradable escena. Él parecía estar diciéndole algo y ella reía por ello, vi como estiró su mano y le acarició la mejilla.

Esas caricias eran para mí...


Graciasxleer❤

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