Capítulo 7
Sí, eso se sentía como un verdadero beso. ¿Qué era exactamente un verdadero beso? No lo sabía pero podía asegurar que era ese que estaba compartiendo con Jungkook.
Por un momento creyó que lo alejaría sin permitirle avanzar o permanecer con sus labios unidos por más de un segundo. Eso fue un reto que se vio obligado a asumir frente al miedo de perder la oportunidad para confesarse. Mientras más esperara, más alejarían e incluso el castaño podría encontrar pareja porque un hombre como él no iba a estar mucho tiempo soltero.
Mas difiriendo de su pensamiento inicial, este se contuvo los primeros segundos pero luego se dejó llevar, dominando su beso de forma exquisita, tanto que la noción de tiempo y lugar se fueron de su mente.
La presión de sus dedos sobre su cabello y cintura mientras se sentaba torpemente en su regazo haciendo rodar la silla, su respiración... La urgencia con que lo besaba incluso lo hacía sentir posesivo como si intentara comunicarle algo o plantar su huella en sus labios para que nadie más lo besase.
Pudieron haber sido segundos también minutos pero no estaba seguro de ello, no cuando lo único en que podía concentrarse era en la elasticidad de su boca que por momentos parecía devorarlo. Su felicidad se sintió esporádica, como un sueño que al abrir los ojos se olvida en el instante que fue separado y alejado.
Con confusión miró al castaño que sutilmente se limpiaba la comisura de su boca, peinaba y levantaba de su puesto sin dirigirle correctamente la mirada. ¿Estaba molesto? ¿No le había gustado su beso? Quería preguntárselo pero el valor obtenido se había vuelto a escapar cuando hicieron contacto visual y vio su gélida mirada.
— No te voy a preguntar qué estás haciendo porque es evidente, lo único que te voy a decir es que no lo vuelvas hacer. — Sentenció serio con una mirada cargada de lo que parecía ser repugnancia pero no estaba seguro. — Como compañeros, amigos, con todo lo que no envuelva un acercamiento físico o sentimental de esta índole estoy bien pero no te me acerques nuevamente con estas intenciones.
— ¿Ya estás saliendo con alguien? ¿Sinceramente te desagrado tanto para que te limpiases la boca y me mires con repulsión? — No sabía si estaba indignado o dolido, decepcionado, quizás era todo junto.
— Lo que hagas con tu vida personal no me interesa pero no me arrastres a mí a esa envoltura de toxicidad porque no estoy interesado. Terminé una relación y no quiero ir de mal a peor. No estoy saliendo con nadie y no me desagradas, creo que lo pudiste sentir en ese beso pero no significa que esté dispuesto a ser tu premio de consolación cuando no te puedas ver con Park.
¿Park? Taehyung frunció el ceño sin entender por qué lo mencionaba a esas alturas cuando hacía poco más de un mes que terminaron absolutamente todo, meses desde la última vez que estuvieron juntos. El contrario suspiró socarrón al ver como el rubio se hacía el desentendido pero no dijo nada.
Caminó hacia su mesa para recoger los documentos y guardarlos en carpetas para llevarlos a su casa y ahí terminar su trabajo o al menos intentarlo. No miraba a su superior aún cuando sabía que estaba centímetros de él mirándolo, simplemente recogió todo y pasó de él hacia la puerta.
— Espérate, — logró decir saliendo de su trance — dime qué quisiste decir con que no estás dispuesto a ser mi premio de consolación.
— ¿En serio estás actuando como si no lo supieras? — Negó confundido haciendo que Jungkook exhalara con frustración.
De acuerdo, él era un hombre civilizado que hablaba las cosas, que ponía de lado su estado de ánimo y se sentaba a conversar tranquilamente cuando su molestia se apaciguaba. Aunque estuviese ligeramente molesto tenía que hablar con Taehyung y así evitaría que la escena de minutos antes se repitiera.
Dio varios pasos más hacia la puerta haciendo que el rubio se moviera de su puesto para detenerlo pero se detuvo cuando vio que Jungkook lo único que hizo fue cerrar completamente la puerta, cerrar las cortinas y caminar nuevamente hacia su escritorio dejando ahí su portafolio. Atrajo la silla del contrario para colocarla frente a la suya y seriamente le indicó que tomara asiento.
— Taehyung, tu relación con nuestro jefe es algo de lo que me percaté desde mi entrada a esta televisora y no la critico porque no soy quién para hacerlo. Por mucho que no comparta tu opinión, no tengo potestad para dar mi voz sobre ello. Por mucho que me enoje saber que sigues con él luego de todo lo que te ha hecho, saber que no te estás dando el valor que mereces me enfurece pero aún así no puedo decir nada. Ahora, esa es tu vida y te la respeto pero no pienso permitir que me inmiscuyas en todo eso.
El rubio comenzaba a entender todo pero tenía una sopa de confusiones burbujeando en su cabeza. Una mezcla de emociones lo recorrían porque en esas palabras se encerraban muchas cosas. Su piel se comenzó a erizar con el tono de su voz, su corazón se aceleró al saber que causaba enojo en el castaño aunque este no fuera el mejor de los sentimientos porque eso significaba que le importaba lo suficiente como para preocuparse por él. Por otra parte no comprendía por qué él creía que aún estaba con Seojoon.
— No me gustan los juegos, estoy soltero y sí te mentiría si dijera que jamás te he mirado con ojos libidinosos, lujuriosos e incluso soñadores. Eres físicamente hermoso y tu personalidad no se queda atrás. No me agrada tampoco tu trabajo como plañidero pero a día de hoy lo comprendo y acepto, me gustan muchísimas cosas de ti pero no estoy dispuesto a permitir que mi vida se llene con la toxicidad de tu relación con Seojoon.
— Pero es que yo no tengo ninguna relación con Seojoon. ¿Por qué sigues diciendo lo mismo todo este tiempo? — Preguntó exasperado levantando sus brazos, corriendo la silla hacia atrás con cierta frustración porque si Jungkook gustaba de él y no se acercaba por el simple hecho de que pensaba que tenía algo que ver con el imbécil de Park, debía arrancarse los pelos. — Continúas insinuando que yo tengo algo con él y que quiero tener algo contigo aún cuando alguien más está en mi vida. Me estás diciendo que no lo he superado y continúo nadando dentro del mismo lodo cuando no es así.
— ¿Ah, no es así?
— No, no es así. Desde días antes de que me enterara de su compromiso entre él y yo no ha vuelto ha pasar nada y de eso hacen meses. No tengo nada que ver con él.
Replicó molesto, mirando con seriedad a Jungkook que parecía no creerle, tenía una sonrisa en su rostro que quería borrar con un agresivo beso que disipara todas las basuras que podrían estar vagando por su mente.
— Entonces permíteme preguntarte algo... Cómo es que hace meses no estás con él cuando yo vi como lo jalaste hacia el baño cuando fuimos a esquiar y cuando me acerqué, ambos estaban besándose apasionadamente.
Los ojos de Taehyung se ensancharon incrédulos, porque lo que menos se imaginó fue haber sido visto por el castaño en esa situación.
— Los dejé solo y te tardaste tu tiempo en salir. Realmente no me importa saber qué hicieron porque no soy quién para exigirte explicaciones, no soy nada tuyo pero, no me digas que hace meses no tienes nada con él. Incluso los he visto marchar justos de la oficina disimuladamente como solían hacerlo cuando se escapaban entre horas hacia la escalera o cualquier otro lugar. Siempre con el mismo índice de tiempo, como si estuvieran perfectamente sincronizados. — Exhaló al ver su rostro, acomodándose en su silla. — Taehyung...
— Estás en un error, las cosas no son como las piensas. — Lo vio rodar sus ojos y se acercó al punto en donde el castaño tuvo que echarse un poco hacia atrás para evitar accidentes. — Comprendo ahora u reacción y postura pero estás confundiendo las cosas. Sí, bien sabes que tenía que ver con él y sí solíamos coordinarnos para salir pero hace mucho eso dejó de ocurrir, mucho antes de que yo me percatara de su compromiso porque lo que nosotros teníamos ya venía fracturado desde hace muchísimo tiempo. A decir verdad ni siquiera sé si realmente puedo decir que hubo un nosotros...
Jungkook se levantó de su asiento y el rubio lo imitó tomando su brazo para detenerlo, le dio la vuelta y se apoyó en su mesa, dejando un leve espacio entre el objeto, el contrario y él.
— Ese día en el baño lo que viste fue un ruin y mezquino intento de Park para reanudar lo que sea que tuvimos, esa noche lo único que sucedió fue que finalmente logré terminar todo lazo que no fuera profesional con él y desde entonces apenas cruzamos palabra al no ser estrictamente necesario. Realmente entre él y yo no queda absolutamente nada. Me atreví a decirte que me gustabas porque estoy seguro de lo que siento, tuve que ir superándolo lentamente, cosa con la que me ayudaste sin darte cuenta. — Sonrió — así me fuiste gustando y por eso es que ahora con total firmeza puedo asegurarte que realmente me gustas y si me lo permites, si lo deseas al igual que yo, me gustaría que nos diéramos la oportunidad de ir intentando algo.
Las manos que se posaron sobre los brazos del castaño fueron retiradas por este con sutileza, observando los dígitos del rubio antes de elevar su vista y admirar su belleza física, buscando en sus ojos la confirmación de todo lo dicho. La encontró, sabía que lo que le decía era cierto.
— Me alegra saber que lo hayas superado, que no estés envuelto en algo que solamente te hacía daño. Me siento de alguna forma agradecido de saber que te gusto pero aunque igual gusto de ti, no puedo aceptar lo que me propones. Realmente lo siento, Taehyung pero no estoy buscando una relación e intentar algo que no quiero puede hacer más mal que bien. Te sigo ofreciendo mi amistad si es que puede existir alguna entre dos personas que saben que se gustan, te ofrezco a un compañero de trabajo eficiente, excepcional pero, nada más.
De acuerdo, ahora estaba más confundido que antes. ¿Por qué demonios no podían estar juntos si se gustaban? ¿Por qué lo alejaba y rechazaba de esa forma?
— Jeon, yo no te pedí una relación.
— Lo sé, no lo hiciste pero es lo que buscas, lo que deseas y aunque sepa que mis ideas estaban equivocadas, que ambos somos hombres solteros, no creo que sea bueno entrar en una relación sentimental de forma apresurada. Tampoco quiero algo que se limite a lo sexual así que esto es lo único que puedo ofrecerte, mi amistad y compañerismo. — Tomó nuevamente su portafolio y palmeó su brazo antes de salir de la oficina sin darle siquiera tiempo a responderle su despedida. — Buenas noches.
Fueron varios meses en los que no lloró realmente, es decir, derramó lágrimas como plañidero pero su persona se sentía alegre. Estar en compañía de Jungkook le ayudó mucho con su autoestima, su estado de ánimo en general y tuvo el tiempo para encontrarse nuevamente con el Taehyung que vivía reprimido en su interior. No se atrevió a decirle que le gustaba hasta que no volvió a quererse él y estuvo listo para ello sin embargo, toda esa situación lo volvía a hacer llorar.
Se sentía impotente por alguna razón, como si le fuera imposible estar con alguien que valiera la pena. Porque debía ser sincero en una ciudad donde la comunidad gay era bastante restringida, dividida en algunos pasivos de clóset, "heterosexuales" como Seojoon que simplemente utilizaban el primer agujero que se le presentara, un por ciento de los llamados activos y cientos de pasivos que se pasaban los hombres de unos a otros porque no había de a dónde más agarrar, hacía todo sumamente difícil para personas como él.
Esa fue una de las razones principales por las cuales cuando creyó haber encontrado una pareja en Park lo hizo aferrarse tanto. Porque difícilmente se encontraba a alguien con quien se pudiera tener algo más allá de un encuentro por una de esas malditas aplicaciones o los mismos clubes con las mismas gentes.
Hombres como Jungkook, escaseaban. Hombres que lo hicieran caer por sus cualidades, su personalidad y madurez estaban en extinción. Nunca se sintió tan atraído por nadie como por ese castaño que se acababa de ir.
Sería loco decir en voz alta que se había enamorado de él aunque realmente eso hubiera sucedido. Le dijo que le gustaba para no espantarlo pero bien sabía que no era así, sus sentimientos por él iban mucho más allá y aunque le gustaba respetar las decisiones de los demás, simplemente no podía darse por vencido tan fácilmente. No cuando su corazón estaba en juego, no cuando estaba seguro de que la persona con la que deseaba tener una relación también sentía cosas por él.
Si Jungkook le hubiera dicho que no gustaba de él, que le era indiferente, se hubiera resignado por mucho que su interior se fragmentara como cristal pero no era así, el castaño también gustaba de él y no lo iba a dejar ir. Secó sus lágrimas con sus manos, mismas que limpió en su traje y tomando sus pertenencias abandonó la oficina, pensando en la mejor forma de ir a por el menor.
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Lo que verdaderamente vale la pena cuesta conseguirlo, eso se había estado repitiendo el último mes. Pasaron cuatro semanas desde que se le confesó al castaño. Treinta días en los que había intentado acercarse a él sutilmente en la oficina y fuera de esta, un café, un almuerzo, algún proyecto o investigación que los obligara a salir a la calle para pasar un poco más de tiempo con él. Lo había estado intentando todo, eso sí, sin atosigarlo bruscamente o volver a mencionar el tema.
Ahí estaba él, observando enternecido a Jungkook mientras este hablaba con el gerente de un pequeño restaurante al que le harían algunas preguntas para su nuevo proyecto. Sus gafas, su castaña cabellera perfectamente peinada, su traje, sonrisa, sus gestos, su cuerpo, sus labios... Todo era demasiado hermoso.
El menor sentía la pesada mirada sobre su persona, sabía de a dónde provenía mas evitaba pensar en ello. Aún así, era tanto el peso que no pudo evitar mirar de soslayo, notando como el rubio sentado con sus piernas cruzadas se apoyaba sobre la mesa, dejando descansar su rostro sobre su puño sin disimular la mirada lo observaba. Relamió sus labios y sonrió ante esto aunque parecía que su sonrisa se debía a algo dicho por aquel hombre al que no lograba prestarle mucha atención.
¿Por qué se había estado privando de aceptar los sentimientos del rubio, luchando consigo mismo cuando a él también le gustaba? Gustar, bueno, eso y algo más porque desde que este le respondió en el funeral de su amigo se había quedado cautivado por él, preso mental y emocionalmente de su persona.
Lo que comenzó como una curiosidad e intriga fue variando con el pasar de los días. Verlo en un ambiente tan diferente donde podía mostrarse tal cual era, sin llorar falsamente y desenvolviéndose con tanta soltura le había agradado en demasía.
A eso debía añadirle algo que notó desde que lo vio en el funeral de sus propios padres a pesar de estar lleno de dolor y rabia cuando lo vio, su belleza. ¿Un hombre hermoso? Kim Taehyung, podía dar esa respuesta sin tomarse un segundo para pensarla.
Le atrajo más de lo pensado pero cuando lo vio besando a Seojoon en la escalera y se percató de su relación, se obligó a sí mismo a frenar su interés por él. Sin embargo, ese interés se reanudó el día que lo vio perdido en aquel restaurante porque estaba ahí, mas era notable que su alma no, lo vio desmoronarse a la distancia y por eso corrió hacia él.
Verlo tan desvalido emocionalmente lo caló profundo, tanto que todo su ser se resistió a dejarlo ahí solo y desamparado, llevándoselo a su casa. Sus interacciones se volvieron tan frecuentes, fluyeron de forma tan natural que le fue imposible no dejarse arrastrar con la marea de su relación.
Sin darse cuenta se encontró pensando en él día y noche, queriendo pasar cada segundo en su compañía hablando de cualquier tema porque ellos sabían cómo hacer fluir las conversaciones sin dejar que murieran.
Fue tan fuerte el oleaje que causó en su mar de emociones que se encontró aceptando que se había enamorado de su compañero de trabajo que aún no tenía la estabilidad emocional necesaria para entrar en una relación y él, bueno, tampoco estaba en el mejor sitio.
Lo que sí pudo sacar de ahí y ese descubrimiento fue que era absurdo dilatar más la ruptura con Jung Wooyoung, hermano de su mejor amigo y durante muchos años, su amor. Su relación se empezó a fracturar cuando este puso por delante sus sueños sin siquiera haberlos compartidos con él, avisándole repentinamente que en un mes se iría a vivir a Inglaterra.
No quiso cortar sus alas, quería apoyarlo y aunque se molestó, comprendió su deseo de superarse y cumplir sus sueños. Por ello fue que decidió seguir con esa relación porque seguía enamorado de él y era mucho más importante demostrarle su apoyo que pensar en su propio dolor. La distancia llegó y con ella otra serie de conflictos para los que no estaba mentalmente preparado.
La ausencia de noticia, las llamada que cada vez disminuyeron más y la falta de tema de conversación ya fuera por mensajería instantánea o videollamadas, esas fueron cosas que lo golpearon. Sinceramente no comprendía cómo podías pasarte una semana sin hablar con tu pareja al otro lado del mundo y no tener nada de qué hablar o qué contar.
Al menos podía hablar de su nuevo lugar de trabajo, vecinos, decoración de su apartamento, de la temperatura del agua con la que se bañaba, de cualquier cosa. Pero no, en cada llamada caían en una muda conversación en donde él siempre tenía que romper el silencio haciendo preguntas que eran respondidas sin mucha argumentación, matando la conversación en instantes.
De ahí las ausencias se convirtieron casi en meses, semanas sin siquiera un mensaje de texto. No comprendía que en un mundo actual donde mínimo se revisaba el teléfono tres veces al día, no existiera el tiempo para poner aunque sea que está bien y un saludo.
Así, llegó un momento en donde él también dejó de insistir y procurar salvaguardar su relación, quedándose sentado mientras la veía hundirse, cosa que terminó de ocurrir cuando murieron sus padres. No le pedía correr y sacar un pasaje para volar a otro continente para que estuviera con él, pero al menos esperaba alguna preocupación, una llamada, un consuelo.
Estuvo tan enojado en ese momento que cuando vio que incluso un extraño como era Kim Taehyung estaba ahí, en un lugar que no le correspondía se volvió loco. Estaba cansado de tanta falsedad que sin querer fue más fuerte de lo debido con un plañidero que estaba siendo contratado para ejercer su trabajo.
Ese hombre que derramaba lágrimas falsas y llegó a su vida en el mismo día en que sus padres la abandonaron fue el que le hizo creer nuevamente en el amor, en los sentimientos. Saberse enamorado de él fue todo lo que le bastó para oficialmente acabar lo que desde meses antes había terminado.
Esa noche en que fueron a esquiar, él tenía pensado declararle sus sentimientos, por eso había estado tan nervioso frente a sus familiares y por eso quería que este se sintiera pleno para que su confesión fuera vista con mejores ojos. Lo único que no esperó fue volverlo a ver besando al hombre por el que tantas lágrimas había derramado.
Sintió que ahí era él que sobraba y por lo tanto, debía poner espacio de por medio porque si continuaban como hasta ese momento, le iba a resultar imposible sacarlo de todos los lugares en donde se había colado, cabeza, mente, corazón, alma...
Escuchar al rubio confesarse, aquel beso, prácticamente le hizo volverse loco, querer abrazarlo y besarlo durante toda la noche pero su miedo lo frenó. Miedo a volver ser el que se entregara, quien se quedaba y sufría en silencio. Pensó que se cansaría, que con el pasar de las semanas regresaría con Park o se buscaría a alguien más pero ahí seguía, mirándolo como si él fuera lo más especial.
— Señor, Jeon... — Lo volvió a llamar el señor al notar como sin disimulo el castaño se había quedado mirando fijamente a su acompañante que estaba un tanto confundido porque no sabía si lo miraba a él o era una mirada perdida. — Le preguntaba si desea los detalles por escrito. — Reiteró.
— Sí, hágalo todo por escrito y yo regresaré mañana a buscarlos. Lo siento mucho pero debemos marcharnos, tenemos otra reunión pendiente. — Realizó una venia a modo de despedida y se alejó caminando hacia Taehyung, tomando su brazo y saliendo de allí sin mirar atrás.
— Jeon... — Musitó confundido por ser arrastrado. — Jungkook... — Volvió a llamarlo sin obtener respuesta alguna. — ¡Kook! ¡Estoy hablando contigo! — Se liberó del agarre en el medio de la acera, agradeciendo porque esa área no fuera tan concurrida, más en ese momento donde no era horario pico.
— También me gustas. — Soltó sin más volteándose.
— ¿Qué? — A ver, sabía que le gustaba, ya se lo había admitido en la oficina aquella vez pero no comprendía por qué se lo estaba diciendo de la nada.
— Sé que esto es repentino, que no es el momento ni el lugar, por eso te estaba sacando de aquí pero no sé, no puedo seguir pretendiendo que no siento nada por ti o que no quiero tener algo contigo. Sigo creyendo que quizás no es prudente que tengamos algo pero, ¿qué importa la prudencia cuando está haciendo que me enloquezca? Cada vez que te veo mirándome, cada vez que te veo en general siento la necesidad de abrazarte, de volverte a besar. Yo...
Miró a un Taehyung que lo miraba sin parpadear en medio de un trance en donde lo único que hacía era lamer sus propios labios y escucharlo sin entender esa bipolaridad de ideas.
Las palabras que no podía redactar correctamente en su cabeza no le iban a servir de nada, no podría entregar el mensaje que quería. Fue por este motivo que tiró de la corbata del rubio hasta tenerlo a su alcance para rodearlo con sus brazos, sintiendo como pese a la tensión momentánea no buscaba alejarse.
Recibiendo la invisible luz verde que le permitió acercarse con lentitud, rozando sus narices y labios hasta que la necesidad lo hizo morder su labio inferior para abrirse camino con su lengua y fundirse en un profundo beso que solamente se pausó cuando se les dificultó respirar.
— ¿De qué se trata todo esto, Kook?
— No pienses que soy bipolar o que estoy loco. — Muy tarde, realmente lo estaba pensando pero no le importaba mucho. — ¿Me creerías si te dijera que estoy enamorado de ti?
💜💜💜
Ahora finalmente he comenzado con el que estaba supuesto a ser el capítulo seis y final. 😂 Como verán volví a cortarlo con 4000 palabras porque ya debo dormir y estoy cansada de transcribir.
Pronto publicaré la última parte que bien podrían ser dos ajjajaj no lo sé. Eso y pues bueno también el trailer. 🙈😘
Espero que les haya gustado, nos vemos.
💜LORED💜
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