Capítulo 2
Temió por un momento derramar la bebida, motivo por el cual luego de varios segundos en blanco dejó de lado aquella botella que tanto le pesaba.
Intentaba beber mientras procesaba todo pero se le dificultaba. ¿Años? Según le había contado Seojoon ella había llegado a su vida luego de conocerlo y si no la rechazó fue porque no pudo. Justamente con el pretexto de que sus padres lo estaban forzando pero que la soportaría durante un tiempo, hasta encontrar la excusa perfecta para deshacerse de ella sin que ellos le pusieran peros.
— ¿Ellos llevan saliendo tanto tiempo? Pensé que no llevaban más de cinco o seis meses. — Jimin sintió el cambio en su tono, su copa pasando de una mano a la otra mientras frotaba sus muslos con ansiedad.
— Mi hermano ha estado enamorado de ella desde que la conoció hace unos, ¿cuatro o cinco años? La conocimos por casualidad y debido a ella entró a trabajar a esa empresa aún cuando no lo necesita pero fue hasta hace dos años atrás que ellos empezaron a salir oficialmente. Incluso...
— Iré a traer algo para picar, se han acabado las chips. — Interrumpió levantándose pero el pelirrojo lo detuvo. — ¿Qué sucede?
— ¿Te gusta mi hermano? — No maquilló la pregunta, quizás no era el hilo de conversación que debía de crear con su recién conocido cuñado pero no quería que este se hiciera ilusiones. — Entiendo que ustedes se lleven bien pero no debes gustar de él, no es gay como nosotros, Seojoon no... — ¿Qué era esa mueca en el rostro de Tae? — Espera, ustedes...
— Nosotros, nada. No te confundas, simplemente te hice una sencilla pregunta. — Su defensiva fue una respuesta tan clara que Jimin no pudo evitar sentir cierta pena por él.
Podía ver con claridad que aquello era algo más que un simple gusto de Taehyung por su hermano mayor y temía por él aunque no lo conociese, después de todo sabía que era una buena persona. A eso, debía agregarle que era el menor de los Kim y como su cuñado aquello lo molestaba. Sinceramente pensó que lo suyo era un enamoramiento y que él sabía lo que ocurría entre su hermano y Jiwon.
— Por favor no te ilusiones con él. Mi hermano y su novia...
— Ya regreso.
Se levantó y marchó a su habitación sin mirar atrás. No quería pensar, no quería darle vueltas a las palabras de Jimin, no quería percatarse del castillo de naipes que amenazaba con derribarse. Si Seojoon con quien ya llevaba un año, tenía una relación de dos con Jiwon, significaba que desde el día uno le había estado mintiendo y jugando con él.
Siempre hablaba con indiferencia de ella, como si realmente no le interesase y exceptuando la vez en que los vio comiendo juntos en un restaurante, nunca los veía u oía hablar, ni dentro ni fuera de la empresa.
Se encerró en su cuarto revisando el último mensaje recibido y agradeció por ello. Le serviría salir de su casa y desahogarse en otro lugar. Tenía que enfrentar a Seojoon pero no era el día, debía organizarse mentalmente. Quizás era todo un mal entendido y él sólo se estaba haciendo ideas erróneas en sus cabezas, no quería perderlo por sus inseguridades.
— ¿A dónde vas? — Jin se interpuso entre la puerta de salida y él. — ¿Piensas irte sin despedirte?
— Tengo que trabajar y prefiero evitar que Namjoon me haga preguntas y se incomode. Tú invéntales cualquier cosa por mí y yo te recompensaré cuando regrese. ¿Sí? Debes ser un buen hyung, hyung.
— Soy un buen hyung cuando te conviene. — Negó haciendo una mueca pero terminó sonriendo. — Váyase a derramar sus lágrimas falsa que yo lo cubro, plañidero Kim.
Jin palmeo la espalda de su hermano mientras lo abrazaba, siendo visto por un Namjoon que prefirió en ese momento no interferir o decir algo inadecuado que pudiera tensar el ambiente lo que quedaba de noche.
El camino a la funeraria parecía hacérsele eterno cuando no quedaba a más de veinte minutos de distancia, para él era como una hora de viaje. Eso no le gustaba porque en la tranquilidad de su vehículo sus pensamientos lo estaban zarandeando. Estaba cansado de sentirse con ese miedo de no ser suficiente o de que en cualquier momento podía perderlo.
Desde el momento en que Jimin le dijo que su hermano tenía una relación con Jiwon de más de dos años, fueron muchas las cosas que pensó. Pasó por varias facetas pero por mucho que pensó no pedir explicaciones y simplemente dejarlo, tenía miedo de hacerlo, de perderlo y no encontrar jamás a alguien que pudiera sustituirlo, alguien mejor o simplemente alguien en verdad lo amase como Jin decía que era posible encontrar.
Estacionó una vez llegado a su destino y controló que todo estuviese bien con su aspecto. Se maquilló un poco más para aparentar tener un peor semblante que el que ya tenía — como si eso fuera necesario,— buscó varios pañuelos y se dispuso a adentrarse en aquella funeraria que emanaba tristeza con solo de verla.
Chequeó el número de la sala donde estarían velando a los difuntos por los que tenía que llorar y se adentró luego de comprar algunas flores blancas en la florería del lugar. Por respeto, cortesía y por su propio trabajo solía siempre dejar en el altar una rosa cuando eran incinerados, cuando velaban en ataúdes las colocaba siempre junto a este y cuando asistía a algún entierro las dejaba caer junto a las demás en el hoyo donde los colocaran.
Para su sorpresa, allí habían solamente cuatro personas que velaban a los dos fallecidos. Una mujer junto a un hombre que eran evidentemente pareja y otros dos que se abrazaban. Los cuatro estaban sentados a un costado de la estada donde se debían hacer las reverencias y el altar, llevando dos de ellos el distintivo que dejaba ver que eran los dolientes principales de la familia.
Estaba algo desconcertado puesto que era la primera vez que estaba en un funeral tan vacío pero comprendía perfectamente por qué solicitaron sus servicios. Se detuvo en la puerta sin ser visto, respiró profundamente parpadeando con rapidez para preparar sus ojos.
Cubriendo su rostro con un pañuelo negro, se acercó estallando en un fingido llanto mientras caminaba hacia el altar con aquellas flores blancas en su mano bajo la mirada de los presentes. Colocó las flores frente a cada una de las fotos para luego arrodillarse a brindar sus respetos. Estaba fingiendo como era costumbre, sus lágrimas eran falsas porque no estaban dirigidas los fallecidos, pero eran reales.
Taehyung no esperaba que alguien tirara de su ropa y lo levantara del suelo, encontrándose con unos ojos enrojecidos y llorosos que lo miraban de forma despectiva. El chico que sostenía a su novia se levantó para detenerlo pero el sujeto simplemente lo arrastró hacia fuera de la habitación, lanzándolo contra la pared.
— ¿Cómo te atreves a venir a un lugar como este fingiendo dolor? — Los ojos contrarios se abrieron incrédulos porque nunca nadie había estado en esa situación, nadie se había dado cuenta que su llanto era fingido y, de haberlo descubierto, jamás le dijeron nada. — ¿Quién eres y por qué vienes al funeral de mis padres como si los conocieras derramando lágrimas falsas? Es una falta de respeto de tu parte, no estás respetando el dolor de la familia y mucho menos la memoria de los fallecidos.
— N-No es lo que cree, señor Jeon. Yo vine aquí para despedirme adecuadamente de sus padres. Claramente que respeto su dolor y en ningún momento he intentado burlarme de ello o realizar cualquier mala acción.
— ¿De dónde los conoces? — Interrogó sosteniéndolo nuevamente por su ropa, confundiendo al mayor que no sabía qué decir.
La información recibida horas antes no era tan amplia y detallada, sabía sus nombres, edad, la causa de su muerte y pequeños detalles más pero nada que le permitiera falsificar una respuesta. Estar bajo el escrutinio de ese hombre lo tenía nervioso, no podía pensar nada con claridad.
— Ni siquiera puedes responder eso. — Lo agarró con mayor fuerza pero fue sostenido por el hombre que contrató a Taehyung.
— Kook, suéltalo. ¡Suéltalo! — Demandó serio y el aludido abrió sus manos liberando al rubio que tenía frente a él. — Está aquí por mí, yo lo contraté.
— ¿Lo contrataste? ¿Para qué demonios contrataste a este farsante, hyung?
— Para despedir a nuestros padres. Ellos merecen que su alma sea elevada correctamente y por eso contraté los servicios de un plañidero. — Jungkook bufó molesto, tapando su boca con el dorso de su mano volteándose para enfrentar a su hermano mayor. — Lamento no habértelo dicho.
— Despídelo, quiero que se vaya de aquí en este instante. Mis padres no necesitan las lágrimas falsas de un desconocido que en su vida los ha visto. Solamente precisa de una despedida honrada y sincera por parte de sus seres queridos.
Le dedicó una mirada llena de desprecio a Taehyung que se había quedado en silencio sin querer interferir en esa discusión familiar. Vio como el otro sujeto que había estado abrazándolo se acercó para llevarlo adentro junto con la chica que miraba todo con cierta confusión. No le pudo quitar la vista hasta que no desapareció completamente, dejando escapar el aire retenido, recostándose contra la pared aliviado por no haber sido golpeado como pensó que sería.
— Lo lamento, no esperaba que mi hermano reaccionara de esta forma. Siento haberte hecho venir hasta aquí y pasar por esto. — El hombre se disculpó realizando una venia, buscando acto y seguido su billetera para pagarle por los honorarios. — Aquí está lo acordado.
— El acuerdo no se completó, así que no debe pagarme, no se preocupe.
— Aún así, acéptelo, por favor. No me sentiré bien si no lo hace, incluso le ha traído flores a mis padres. — Colocó el dinero en las manos de Taehyung y desapareció regresando a la habitación donde velaban a los difuntos.
Miró su mano confundido, exhalando con pesar. Tenía un mal sabor de boca que no sabía cómo borrar, se sentía mal todo eso. Por primera vez ese trabajo le resultó impropio, incorrecto.
Su teléfono comenzó a vibrar y tras chequear su pantalla pudo darse cuenta de que se trataba de Seojoon, su pareja. Dejó perder la llamada porque no se encontraba en condiciones de hablar con él, no luego de lo que acababa de ocurrir y mucho menos después de lo que le había dicho Jimin. Quería ir y refugiarse en sus brazos pero todo lo que rondaba en su cabeza se lo impedía.
Le echó un último vistazo a aquel lugar y a pasos apresurados salió de allí sin mirar nuevamente hacia atrás.
Quizás su corazón podía pertenecerle a una persona pero sus ojos... Esos eran otra cosa, eran animales libres con vida propia que no seguían sus órdenes. Fue por eso que el trabajo de plañidero le llegó como anillo al dedo, llorar era algo que se le daba con facilidad quisiera o no.
+++
— Buenos días, Kim. — Le saludó su compañero y amigo Wooshik al llegar a la oficina, entregándole su café. — ¿Has estado llorando nuevamente o no pudiste dormir bien? Tienes los ojos hinchados. — El menor simplemente negó mostrando su mejor sonrisa mientras le daba un sorbo a su café.
No le gustaba beberlo pero se le había hecho costumbre en el trabajo. Llegó un momento en que se cansó de rechazarlos y simplemente los aceptó. A veces, justo como ese día, le venían bastante bien.
— Espero que hayas podido descansar porque he visto al jefe y creo que está de malas. Eso significa que Park nos estará atosigando todo el día, llenándonos de trabajo.
— Me imagino... — Fue lo único que dijo.
Su pareja lo estuvo llamando todos los días durante la última semana y él había estado ignorando todo ese tiempo. No se habían visto más que en la oficina por cortos minutos en los que intentó evitar mirarlo y aunque sabía que este lo odiaba, simplemente no pudo evitarlo.
— Kim, a mi oficina.
— Convocamos al demonio. — Musitó Wooshik una vez que Seojoon se retiró.
Como si hubiera sabido que estaban hablando de él se apareció en la oficina para ordenarle a Taehyung que fuera hacia su despacho. El Rubio sabía que era cuestión de tiempo para que utilizara su posición para llamarlo pero realmente esperaba que se tardara un poco más. Se recostó a su silla suspirando con pesadez antes de ponerse en pie, recibiendo palabras de buena suerte por parte de su compañero.
— ¿Puedo saber por qué has estado evitándome todos estos días? — Cuestionó señalándole la silla para que se sentara. — Te he estado llamando y has ignorado cada una de mis llamadas, no me has respondido los mensajes. Te vas del trabajo antes de que tenga la oportunidad de acercarme a ti. A la hora de almuerzo estás rodeado por todos los del departamento cuando sabes que ese es nuestro horario para poder encontrarnos. ¿Qué sucede?
— He estado ocupado. — Una respuesta escueta pero era todo lo que le nació decir.
— ¿Ocupado? — Asintió viendo como bordeaba su escritorio para acercarse a él y levantarlo tirando de sus manos. — Ya veo... — Buscó sus labios para un beso que el rubio no negó aunque tampoco correspondió como veces anteriores. — ¿Te espero en mi apartamento esta noche? Te extraño.
— Aún no te puedo asegurar nada ya que tenía planes previos con mis hermanos pero haré todo lo posible para ir. — Le sonrió buscando poner espacio entre ellos. — Debo regresar a mi oficina, nos has dado demasiado trabajo que tengo que terminar.
— Bien. — Lo besó nuevamente a modo de despedida. — Te espero esta noche entonces.
Taehyung volvió a asentir con una amplia sonrisa que desapareció en el instante que cerró la puerta tras de sí. Se dirigió al baño intentando controlar sus deseos de llorar porque ni siquiera tuvo la valentía para decirle todo aquello que lo estaba atormentando. No era el mejor lugar o momento pero bien sabía que quizás no le pudiera decir aunque estuvieron ellos solos en terreno neutro.
Limpió su rostro con agua fresca y regresó a su oficina que estaba sumida en un revuelo que lo desconcertó. Fue entonces que vio el nuevo escritorio que colocaron a su lado con dos nuevas cajas, recordando que ese día se unía un nuevo integrante.
Se sentó en su asiento centrándose en su trabajo, ignorando todas las preguntas de Wooshik, le encantaba el chisme y no paraba de hablar sobre el nuevo que debería estar en ese momento reunido con Park.
No fue hasta media hora después que frente a él cayó un bolígrafo lanzado por el parlanchín de su amigo para que viese al nuevo una vez que la puerta de la oficina de Seojoon se abrió. Suspiró cansado, levantando la mirada en dirección al sujeto de castaña cabellera que estaba de espalda. Le restó importancia porque ya tendrían tiempo para conocerse pero justamente en ese instante se volteó revelando su rostro, dejando completamente paralizado a Taehyung.
¿Por qué la vida era así con él? De todas las personas en el mundo tenía que ser el hombre que una semana atrás casi lo golpeó. Nunca había tenido ese tipo de contratiempo o situaciones mientras ejercía de plañidero, jamás se volvió a encontrar con nadie fuera de aquellos funerales o entierros pero justamente con ese en donde todo salió mal, venía a encontrárselo nada más y nada menos que en su oficina.
Bajó la vista en cuento sus miradas se cruzaron, tratando esconder su rostro detrás de su ordenador aunque sabía que era algo absurdo porque tarde o temprano terminarían viéndose cuando sus escritorios estaban uno al lado del otro.
Sus manos se tornaron trémulas y sudorosas, su garganta se le resecó y su corazón comenzó a latir desenfrenadamente. No obstante, el castaño pasó por su lado ignorándolo completamente como si aquello no hubiese sucedido, como si no lo hubiese reconocido.
No sabía si debía sentirse aliviado o no pero agradeció enormemente que este no le dijera infinidades de cosas frente a todo el departamento. Sopesó la idea de hablarle y pedirle de favor que no comentara lo ocurrido, fue por eso que lo esperó a la hora del almuerzo pero este no se movió de la oficina y lo tomó como una señal. Si él estaba pretendiendo o realmente no recordaba lo sucedido era mejor para su persona. No debería remover las aguas, era mejor dejarlo todo tal cual estaba.
Esa noche volvió a estar con Seojoon, este estuvo mucho más atento que en veces anteriores y no pudo evitar relajarse y sentirse agradecido por ello. Según sus cuentas estaba a punto de terminar su relación con Jiwon, esa quizás era la razón por la que volvía a ser el hombre que lo había conquistado.
El resto de la semana transcurrió casi normal y tranquilamente puesto que el nuevo, Jeon Jungkook, seguía sin dirigirle la palabra. Cuando le daba alguna orden o le hablaba este se limitaba a asentir y obedecer sin decirle absolutamente nada. Cada vez que tenía una duda era a Wooshik a quien buscaba y no a él a pesar de ser el líder del departamento.
Se molestó e incluso se incomodó porque se sintió inmaculado en su área de trabajo pero bastaron tres días para que todo aquello le empezara a importar bien poco.
— ¿Dónde trabajabas anteriormente? — Le preguntaba Wooshik a Jungkook mientras almorzaban juntos. — No recuerdo haberlo escuchado antes.
— Trabajaba para Zamzung, estuve allí durante cinco años. — Respondió observando a la distancia como Taehyung se levantaba de su asiento y salía por las escaleras, siendo seguido segundos más tarde por el jefe del departamento.
— Oh, esa es una gran empresa, no comprendo qué haces aquí entonces. — El castaño se encogió de hombres centrándose en su comida.
En la semana que llevaba trabajando ahí, pudo notar que entre Park y el farsante existía una relación que iba más allá de subordinado y jefe. Quizás muchos pasaran cosas por alto pero él era no solo perspicaz sino también muy buen observador, fue por ello que no le costó reconocer la falsedad que emanaba aquel sujeto que se atrevió a ir al funeral de sus padres.
Asimismo, la relación que ellos parecían mantener no le pasó desapercibida. Eran discretos pero no lo suficiente como para que se le escapase, además, los había visto irse en el mismo auto un día atrás. Hubiera parecido normal si se hubiesen ido desde la empresa pero ver como lo recogía a varias cuadras del edificio fue lo que se le hizo sospechoso. Le pareció verlos besarse pero no estaba seguro.
Podía parecer un cotilla pero realmente no lo era, no le interesaba la vida personal de nadie pero evitar aquello que entraba en su campo de visión resultaba un tanto difícil.
— ¿Cómo es el carácter de nuestro compañero de oficina? — Preguntó intentando sonar lo más casual posible.
— Es un buen tipo, a veces demasiado aunque debo admitir que su carácter no es ningún juego. — Lo miró enarcando una ceja porque había estado esperando por esa pregunta.
Jungkook y Taehyung apenas intercambiaban palabras pero desde afuera, él podía ver como se miraban mutuamente de vez en algunas ocasiones cuando el otro no estaba observando. El ambiente se había vuelto verdaderamente tenso, al punto que llegó a creer quesos dos se conocían de atrás. No obstante, parecía ser que no lo hacían debido a que Jeon le estaba preguntando por él como si nunca lo hubiese visto.
Habían personas que a primera vista no se soportaban y quizás ellos dos eran de esas personas que aún sin conocerse no se toleraban muy bien.
— ¿Y nuestro jefe?
— ¿El señor Park? — Asintió. — Bueno, no se le conoce mucho es un tanto cerrado, a veces prepotente y altanero pero al no ser que se haga algo mal, no se tiene problemas con él.
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https://youtu.be/HL0CpVprb9U
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