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Jeon Jungkook

*Advertencia, leer después del capítulo 16 de OFFIL*

Miraba por la ventana del taxi, un pequeño movimiento en sus brazos hizo que bajara la mirada a estos, el pequeño bebé se removía inquieto. La mujer mordió su labio, una lágrima escapando de su ojo izquierdo, la limpio de prisa para que el conductor no la viera llorar.

-¿Que casa es? - preguntó el hombre mirando a su alrededor.

-Esa, la del portón burdeo - dijo la mujer, el hombre asintió y se orillo cerca del lugar - Espereme, vuelvo en un segundo.

Tras decir esto se bajo del vehículo, tomó un pequeño bolso con las cosas del bebé y camino al lugar, toco el timbre un par de veces y espero. Nadie respondía, pensaba que tal vez no había nadie, pero una pequeña puerta que estaba en el mismo portón se abrió, un pequeño niño de no más de dos años apareció por éste.

-Junghyun - dijo una chica, tomó el brazo del niño para que no saliera corriendo - Oh, disculpe, los señores Jeon no están.

-¿No están? - preguntó algo nerviosa la mujer, la chica negó con la cabeza.

-No, el pequeño Jungjin esta enfermo, por lo que lo llevaron al médico - dijo la chica, los ojos de ella cayeron en el bebé que la mujer sostenía.

-Ya veo, creo que es mejor si no están - la chica miró a la mujer sin entender - Necesito que me hagas un favor.

-¿Un favor? - la mujer asistió - ¿Que favor?

-Este... - dijo ahora mirando al bebé, la chica también lo miró - Es Jungkook, el hijo de Jeon Chang Wook.

-¿El hijo? - la chica estaba sorprendida.

-Si, toma, sostenlo - se lo entrego, la chica estaba algo aturdida por lo que estiró los brazos y tomó entre estos al pequeño bebé - Esta es una carta para Chang Wook, por favor, asegurate de que la lea.

-O-Oh, s-si - recibió la carta y el bolso que le ofrecía la mujer, ésta se inclino al bebé y beso su frente.

-Lo siento Jungkook - dijo al borde de las lágrimas, rápidamente se alejo y se subió al taxi que la estaba esperando.

La chica vio perpleja como se iba el taxi, ¿acaso aquella mujer acababa de abandonar a su hijo? Ella estaba anonadada, nunca pensó que vería algo como eso, miró al bebé entre sus brazos y al ver su bello rostro lágrimas escaparon de sus ojos, ¿como era posible que una madre abandonara a su propio hijo?

-Junghyun, vamos adentro - el niño alzo la vista y luego siguió a la chica dentro de casa.

Estando ya sentada en uno de los sofás del living, con el pequeño Jungkook en brazos y Junghyun sentado al lado de ambos viendo fascinado al bebé, tomó la carta. La chica tenía curiosidad, mordía su labio indecisa, sabía que no debía leer la carta ya que era algo privado, pero ésta no estaba sellada y ella quería comprender porque aquella mujer había abandonado a su hijo. Los señores Jeon solían llamarla aveces para que cuidara al pequeño Junghyun, por lo que venía después de clases para ganar un poco de dinero. Sin detenerse a pensar mucho más, abrió la carta y comenzó a leerla.

Para Chang Wook

Chang se que te estarás preguntando porque no te dije nada del bebé, pero debes comprenderme, tenía miedo, sabía lo que me pedirías si te llegabas a enterar, pero yo no soy capaz de quitarle la vida a una pequeña creaturita y no pensaba, ni pienso hacerlo.
No estoy apta para ser madre y eso lo sé, es por eso que te entrego a Jungkook, estoy segura que seras un mejor padre de lo que yo sería como madre.
Por favor, por el amor que dijiste tenerme, cuida de nuestro hijo, por lo menos hasta que yo pueda hacerlo.

Atentamente: Nam So Ra.


☁☁☁

La mujer miró enojada al niño que corría junto a su hijo. Le molestaba el sólo verlo por la casa, cuando por accidente Junghyun se cayo al suelo golpeándose la cabeza, la mujer enfurecida se acercó a los niños.

-Esto es culpa tuya - abofeteó al pequeño niño el cual no entendía porque lo estaban golpeando - Vete a tu habitación Jungkook y no salgas de ahí hasta que yo te lo diga.

-Mamá, Jungkookie no tuvo la culpa - lo trato de defender Junghyun, pero la mujer estaba cegada por su odio hacía el muchacho.

No escucho a su hijo y volvió a empujar a Jungkook para que saliera de su vista. Verlo ahí, vivo y saludable le enfurecía, pensaba que debió haber sido aquel bastardo el que muriera y no su amado Jungjin. Aún recordaba aquel fatídico día, su hijo había dejado de respirar luego de estar un rato en el médico, intentaron resucitarlo pero nada funcionó, ese mismo día que llego a su casa con el corazón partido y apenas caminando, se encontró en su casa a la chica que cuidaba de su hijo con un bebé en brazos, éste era el hijo bastardo de su marido.

Tuvo una pelea muy fuerte con el hombre, su engaño y que ahora le dejaran al bastardo, más la reciente perdida la habían terminado colapsando, por lo que se desmayo. So Yeon al despertar y darse cuenta que nada había sido un sueño, y que su esposo había decidido quedarse con el pequeño bastardo, ella por sobre sus propios sentimientos eligió su estatus.

No muchos habían conocido al pequeño Jungjin y mucho menos conocían su nombre, ella no quería ser señalada, por la infidelidad de su marido, por lo que Jungkook paso a estar en el registro familiar. Pero las cosas no serían fáciles para nadie, menos para el niño, porque So Yeon odiaba con toda su alma a aquel bastardo, también sabía que a su esposo no le importaba del todo el mocoso, por lo que convertiría su vida en un infierno, porque solo eso se merecía el pequeño infeliz.

Junghyun se levanto y camino a su habitación, a pesar de tener solo siete años, podía darse cuenta del odio de su madre por su pequeño y lindo hermanito. Aunque aún no entendía porque lo odiaba, pues Jungkook era un niño tan dulce y tierno, Hyun amaba a su pequeño hermanito y quería protegerlo de su madre, él no quería que esa mujer lo volviera a golpear por algo que no había hecho.

☁☁☁

Jungkook y su hermano estaban jugando entretenidos, sus padres no estaban en casa, ellos estaban a cargo de Han la chica que solía cuidarlos siempre que los señores no estaban. Ahora jugaban a las escondidas, Jungkook se metió al despacho de su padre para esconderse debajo del gran escritorio. Estuvo ahí unos minutos esperando a ser encontrado, escuchaba que su hermano estaba cerca. Junghyun podía ver a Jungkook escondido, reía para si mismo pensando que el menor aún no se fijaba que delante de él había un gran cuadro donde se reflejaba su silueta en el vidrio, estando al lado del escritorio se agacho y asomó la cabeza para ver a su hermano.

-Te encontré - dijo haciendo que Jungkook diera un brinco y se golpeara la cabeza con el escritorio - ¿Estas bien? - preguntó preocupado, el menor asintió y comenzó a salieron de su escondite.

-Eso dolió - dijo sobando su cabeza.

Se apoyo en el escritorio por un momento, cerro los ojos y al abrirlos se posaron en los papeles que su padre tenía regados por el lugar, tuvo la intención de irse pero se detuvo ya que uno de esos papeles llamo su atención, su nombre era mencionado en éste. Bajo la atenta mirada de Junghyun tomó el papel y comenzó a leerlo, su hermano a su lado también leyó lo que estaba escrito en aquel arrugado papel. Cuando acabaron de leer, ambos hermanos se miraron.

-Jungko... - le iba a hablar, pero escucharon la voz de su padre fuera del lugar, se miraron asustados, Junghyun le quito el papel al menor y lo dejo donde iba, tomo la mano de su hermano y lo halo para sacarlo del lugar.

-¿Que están haciendo aquí? -no habían alcanzado a llegar a la puerta antes de que ésta se abriera y dejara ver al hombre castaño - Les pregunte algo.

-Estabamos jugando a la escondida - dijo el mayor de los hermanos, el hombre fruncio el ceño.

-Saben muy bien que no tienen permitido entrar aquí - el hombre estaba molesto y eso ambos menores lo podían notar - ¿Quien fue el de la idea?

-Yo - dijo Junghyun, no le importaba que lo castigaran, después de todo no sería más que una reprimenda.

Pero no era lo mismo para Jungkook y es por eso que Junghyun se hechaba la culpa. Odiaba que castigaran a su pequeño hermanito, había veces que lo dejaban sin comer por días enteros, otras veces lo golpeaban hasta cansarse y lo peor luego de los golpes, era que lo dejaran encerrado en ese sucio almacén. Él no dejaría que le hicieran eso a Jungkook, no cuando podía evitarlo, mucho menos un día lluvioso como lo era ese.

-Jungkook, dejanos sólos a tu hermano y a mi - el tono del hombre era tajante, por lo que el menor salio del lugar.

No le gustaba que su hermano se inculpara de cosas que no hacía, pero sabía el porque hacía esas cosas y le estaba agradecido. Camino de forma mecánica hasta su habitación o más bien al ático. Ahora, tras leer aquello por fin comprendía el comportamiento de sus padres, más que nada el de la mujer, no sabía como sentirse luego de enterarse que su madre no era la misma que la de su hermano.

Al llegar la hora de cenar, Jungkook bajo, fue hasta el comedor y se quedo de pie mirando a los tres presentes, su mirada recayó en su padre que lo miraba alzando una ceja he ignoro a su "madre" que lo miraba enojada.

-¿No te vas a sentar? - preguntó la mujer, Jungkook siguió ignorándola - Hey, te estoy hablando.

-Papá - dijo el menor con voz firme, él quería saber si lo escrito en la carta era verdad - ¿Quien es Nam So Ra?

El rostro de su padre se descompuso al escuchar ese nombre, la mujer parecía más enfurecida que antes y Junghyun miraba aterrado a su hermano. Jungkook empuño sus manos para que éstas dejaran de temblar, estaba asustado pero ya no había marcha atrás, ya había efectuado la pregunta.

-¿Como sabes ese nombre? - preguntó el hombre, su rostro volviendo a ser el del hombre serio.

-Yo... Leí la carta - dijo con miedo, bajo su mirada un momento, sabía que su padre se enojaría por eso, escucho el rechinar de una silla, el hombre se había puesto de pie.

-Si la leíste, entonces ya lo sabes, no se para que preguntas - alzo la vista cuando vio los pies de su padre - Ahora vete a tu habitación, estas castigado por tocar mis cosas, vete ya antes que te mande al almacén.

Jungkook lo miró con miedo y asintió, corrió al ático para esconderse. Lloró por largo tiempo, ahora preguntandose porque su madre lo había dejado en manos de estas personas, la mujer había estado tan equivocada al pensar que su padre sería bueno con él. Diez años de sufrimiento, si, porque desde que Jungkook tenía memoria había sufrido en manos de la que se suponía era su madre y ni hablar del hombre, su único consuelo era su hermano mayor.

☁☁☁

La vida del joven castaño había empeorado luego de descubrir la verdad sobre sus padres, la mujer lo trataba cada vez peor y su padre, bueno, él hombre hacía la vista gorda, solo ignoraba todo. Jungkook ya no tenía permitido bajar a cenar con ellos, por suerte para él, su hermano le llevaba algo de comer siempre, aunque lo hacía a escondida de sus padres.

Ya casi era hora de la cena y él tenía hambre, su estomago gruño y él sólo pudo suspirar. Se incorporo en la cama cuando la puerta fue abierta, la delgada figura de la mujer se dejo ver luego, traía en sus manos un traje negro.

-Toma, en dos días más iremos a la fiesta de los Lee - dejo la ropa sobre la cama, el menor se puso de pie - Recuerda como debes comportarte - dijo la mujer con una severa mirada.

-Lo sé - murmuró el menor, bajo la vista y mordió su labio, había algo que hace tiempo rondaba su cabeza, algo que quería saber - Usted... - la mujer se detuvo al escuchar al joven y se volteo a verlo - ¿Porque me odia tanto?

-¿Odiar? - la mujer se rió, se acercó al chico que miraba el suelo, el joven era incapaz de levantar la vista, porque eso claramente molestaba a su "madre" y siempre terminaba castigado si lo hacía - Esa palabra queda corta para todo lo que siento por ti, eres un maldito bastardo que solo vino a arruinar mi vida.

-¿Porque? ¿sólo por ser el hijo de su esposo y de otra mujer? - preguntó mientras alzaba la vista, una fuerte bofetada por parte de la mujer hizo que girara el rostro, su mejilla dolía y mucho.

-Ni siquiera menciones a esa maldita perra - dijo enojada, Jungkook llevo una de sus manos a su mejilla dañada - Ella es la culpable de todas tus desgracias, ella no debió traerte aquí, mucho menos el mismo día que murió mi hijo - la mujer estaba molesta, recordando lo sucedido hace ya trece años, sin darse cuenta de lo que acababa de decir.

-¿Su hijo? - preguntó Jungkook asombrado al oírla, la mujer lo miró algo perpleja, pues eso no debía saberlo nadie, se regaño internamente por haber hablado de más, pero ya estaba hecho y ella podría seguir descargando su furia en el muchacho.

-Si, mi hijo, tu debiste morir aquel día y no él - dijo con sus ojos llorosos - A ti nadie te hubiese extrañado, nadie te quiere, pero a él, lo amábamos, lo amamos - su ira era más fuerte que sus deseos de llorar - Pero tu estas aquí y él no, por eso me encargare de que tu vida sea una miseria hasta que mueras.

-¿So Yeon? - el hombre había subido a buscar a su mujer, caminaba por el pasillo e iba a ir directamente a su habitación.

So Yeon al escuchar su voz sonrió con malicia, Jungkook no sabía porque la mujer sonreía de esa manera, no lo supo hasta que la mujer se hizo hacía atrás golpeando la pared con su espalda y cayendo luego al suelo. El hombre al escuchar el fuerte golpe y el quejido de su esposa, se encamino a la habitación del menor. Al entrar encontró a su esposa en el suelo y a Jungkook sólo a unos pasos de ella.

-So Yeon, ¿estas bien? ¿que paso? - preguntó mientras se inclinaba y ayudaba a la mujer a levantarse.

-No es nada cariño - dijo ella con un finjido tono dulce.

-¿Como que nada? Estabas en el suelo - el hombre estaba molesto, Yeon miro a Jungkook.

-Es solo que estaba hablando con Jungkook y él me empujo, pero no te preocupes, estoy bien - el menor miró asombrado a la mujer, no podía creer lo que había inventado la esposa de su padre.

-No, yo no... - era tarde, pues a él nadie le creía y su padre estaba muy enojado.

Le dio una bofetada con toda su fuerza al menor, se saco el cinturón de cuero y comenzó a golpearlo. Jungkook lloraba y le suplicaba a su padre que ya no lo golpeara más, pero éste estaba cegado por la furia. Cuando se aburrió de golpearlo con el cinturón, lo tomo por los hombros y lo empujo con fuerza haciendo que se golpeara con el borde de la cama en la espalda, se volvió a acercar al menor que ahora estaba en el suelo y le dio unas cuantas patadas tanto en la espalda como en el abdomen.

-Cariño, recuerda que iremos a la fiesta de los Lee, no le golpees el rostro - fue lo único que dijo la mujer al ver todo eso, ella sonreía por cada quejido y llanto del menor.

-Ven acá - dijo tomándolo del cabello y comenzando a arrastrarlo por el suelo.

Lo llevo así por lo largo del pasillo y bajo las escaleras con el menor golpeándose todo el cuerpo, mientras suplicaba que lo soltara, el hombre apretó más el agarre en el cabello cuando sintió que se le estaba soltando. Junghyun que acababa de llegar a casa, al ver como su padre bajaba a su pequeño hermano halándolo del cabello y arrastrando su cuerpo, se acerco a ellos.

-¡Papá! Dejalo, no lo... - su padre lo empujo cuando estuvo frente a él, Hyun cayo al suelo y lo único que pudo hacer fue ver como su padre arrastraba a su hermanito hasta el almacén que estaba fuera de la casa.

El hombre abrió la puerta que daba al almacén y sin importarle nada, lanzó a su hijo dentro del lugar, para luego cerrar con candado y regresar a dentro. Jungkook se sentía tan adolorido que no se movió del lugar donde había caído, las golpizas de su padre eran cada vez peor, pero ésta le ganaba a todas las otras y por mucho.

Podía sentir el sabor metálico de la sangre, su padre le había roto el labio cuando lo abofeteo. Recordaba haber visto el rostro de la mujer cuando su padre lo estaba golpeando, la satisfacción que mostraba le revolvía el estomago, se preguntaba si todas las madrastras eran así de malas, esperaba que no fuera así. Trato de moverse para acomodarse, un quejido se escapo de su boca, sus lágrimas no cesaban, se sentía mareado y muy adolorido, la oscuridad del lugar le aterraba, el olor a humedad era nauseabundo, perdio la conciencia luego de un rato.

🌥🌥🌥

Sonríe, se amable, sin importar lo que digan, nunca pierdas la sonrisa de tu rostro, no te guíes por los impulsos, vamos, tu puedes. Esas palabras se las repetía una y otra vez aquel muchacho castaño, llevaba un rato en aquella fiesta y ya estaba cansado, no sabía porque sus padres siempre lo llevaban a ese tipo de cosas, si tanto lo odiaban, deberían dejarlo en casa tranquilo. Trataba de no hacer ningún movimiento brusco para que así su maltratado cuerpo no le doliera, a pesar de que la golpiza había sido hace dos días, él la sentía como si hubiera sido ese mismo día. Todo su cuerpo dolía mucho, no sabía como era que podía mantenerse erguido a pesar del dolor en sus costillas y su espalda.

-Hyung - le habló a su hermano que estaba cerca de él.

-¿Si? - dijo el mayor mirándolo, Kookie podía ver aquel destello de preocupación en los ojos de su hermano y eso no le gustaba, no quería que su hermano estuviese todo el tiempo preocupado por él.

-Iré al baño, ya vuelvo - aviso, si no lo hacía y se marchaba a algún lado sin decir nada, sus padres se molestarían y eso, era algo que Jungkook quería evitar por obvias razones.

-Bien - murmuró su hermano, una chica se le acercó y comenzó a coquetearle a su hermano, a lo que Jungkook rodó los ojos y camino al baño.

Iba mirando a las personas que estaban por su alrededor, habían muchos adultos vestidos de forma elegante, y también estaban los hijos de estos, vestidos de igual forma. Sonreía y hacía pequeñas reverencias a los adultos que lo saludaban, a lo lejos vio a uno de sus compañeros de escuela, el joven era tan guapo, era una lastima que fuera un idiota, Jungkook pensaba que el dinero volvía a la gente menos empaticos y más fríos. Otro joven captó la atención del castaño, su cabello rubio, su piel clara, sus ojos oscuros y su bello rostro, hacían que el castañito creyera que los ángeles estaban dejando el cielo. El año pasado Jungkook se había dado cuenta de algo, los chicos le parecían mucho más guapos que las chicas, es más no le gustaba que las chicas se le acercaran.

Dejo de mirar al bello rubio y siguió su camino. Después de una ardua investigación Jungkook supo lo que le pasaba y era algo muy simple, le gustaban los hombres, era gay. A él no le importaba eso realmente pero sabía que no estaba bien visto por los demás, es por eso que no se lo había dicho a su hermano, ni a nadie. Al llegar al baño suspiro algo aliviado, se acerco al lavado y mojo su cara para despejarse un poco,tomo una de las pequeñas toallitas blancas y se seco. Al mirarse en el espejo, solo podía ver a un pobre imbécil, así se sentía él, abrió su boca para ver la herida que tenía en el labio, la hinchazón ya se había pasado y casi no dolía, en cambio su cuerpo.

Tenía un dolor punzante en el costado derecho, con cuidado subió su camisa y miró el lugar, fruncio el ceño al ver los enormes hematomas que tenía en el lugar dolorido, su padre no se había limitado con los golpes, escucho un ruido en la puerta y bajo rápidamente la prenda, fijo la vista en el lugar y pudo ver como un joven de negros cabellos y piel pálida se le quedaba viendo. El joven pelinegro ingreso en el lugar y se paro al lado de Jungkook, dio el agua y lavo sus manos, el castañito arreglo su ropa para volver a la fiesta, cerro sus ojos y respiro profundamente, al abrir los ojos una sonrisa ya estaba plantada en su rostro, ya decidido comenzó a caminar a la salida.

-¿Hacer eso te ayuda? - Jungkook se detuvo al escuchar al joven, se volteo a verlo confundido.

-¿Que? - el joven seco sus manos y se volteo a ver a Jungkook.

-¿Si eso te ayuda? A fingir ser alguien que no eres - puso ambas manos dentro de los bolsillos de su pantalón, Jungkook lo miro algo asustado, pues nunca nadie se había dado cuenta como él fingía felicidad, una que no tenía.

-¿De que hablas? - preguntó nervioso.

-Tu sonrisa me parece forzada, tu poso demasiado rígida, no estas comodo en este lugar y tus ojos... Se ven tristes - lo analizo el muchacho, Jungkook estaba atónito, ¿acaso habían personas en ese lugar que pudieran ver más haya de sus propias narices?

-No se de que hablas - trato de relajarse, su sonrisa volviendo a sus labios, el pelinegro suspiro.

-Creo que no deberías fingir ser alguien que no eres - dio unos cuantos pasos quedando cerca del castaño.

-No deberías hablar así de las personas a las que no conoces - respondió serio, pero conservando su fingida sonrisa.

-No me hace falta conocerte, pero viendo como esta tu torso, puedo imaginar que no la estas pasando nada bien, eso se ve doloroso, pero aún así mantienes esa brillante sonrisa en el rostro - Jungkook lo miro asustado, al final si lo había visto, trato de pensar en que responder, pero no se le ocurrida nada.

-M-Me tengo que ir - dijo dando media vuelta.

-Jungkook - se detuvo, ¿como era que aquel extraño conocía su nombre?

-¿Como..?- iba a comenzar a preguntar mientras volvía a mirar al pelinegro.

-Todos conocen a los Jeon - dijo restándole importancia, se acerco lo suficiente al menor para estar a solo un paso de él - ¿Quien fue?

-¿Que cosa? - preguntó sin entender la pregunta del pelinegro, el chico alzo su mano y toco el torso dañado del menor, Jungkook hizo una mueca de dolor al sentir aquel toque.

-¿Quien te lo hizo? - preguntó, Jungkook lo miró por unos momento, no, no podría decir que habían sido sus padres, después de todo, tenían una "imagen" que proteger.

-Nadie, solo me caí - dijo desviando la mirada.

-Eso no parece haber sido hecho por una caída, ¿te golpearon en la escuela? - Jungkook no quería responder, es más ni siquiera sabía porque aquel chico le estaba preguntando todo eso - ¿Fueron tus padres? - alzo la vista y se encobtro con los penetrantes ojos del pelinegro - Lo fueron.

-N-No - fue lo único que pudo decir, el joven se acerco al lavado y de su pantalón saco un pedazo de papel y un bolígrafo, escribió algo en el y luego se acerco a Jungkook extendiéndole el papel.

-Cuando ya no puedas soportarlo más, ve a esta dirección, yo te ayudare - Jungkook tomo el papel y lo leyó.

-Min Yoongi - salia ese nombre más una dirección - ¿Porque haces esto?

-No te puedo obligar a irte conmigo ahora, por lo que te estoy dando la opción de elegir - volvió a meter las manos a sus bolsillos.

-Yoongi - la voz de una mujer se escuchó en la puerta del baño.

-Mi So, ya te dije que yo lo buscaría, no, no entres ahí... - Jungkook se volteo a ver a la mujer que acababa de entrar al baño de hombres.

-Yoongi - dijo la mujer, el joven alzó una ceja y sonrió levemente.

-Mamá, este es el baño de hombres, tendrás problemas si te ven aquí - dijo el chico, la mujer se sonrojo un poco antes de hablar.

-Da igual, Yoongi, debemos irnos - el chico asintió, la mujer se fijo en el joven - Lamento las molestias jovencito.

-Oh, no, no se preocupe - respondió deprisa, la mujer era una bella castaña con pequeñas arrugas al lado de sus ojos, se veía agradable a ojos del menor, un hombre alto de cabello negro se asomo por sobre el hombro de la mujer, le sonrió al joven y éste repitió la acción.

-Te estaré esperando Jungkook - dijo Yoongi caminando por su lado.

Él no dijo nada, solo miro como aquella familia se iba. Sintió nostalgia, a él le hubiese gustado tener una familia así, se veían tan cálidos y cariñosos. Salio luego y fue hasta donde estaba su hermano, unas chicas se acercaron a él y comenzaron a hablarle, él solo sonreía por cortesía y respondía a sus preguntas. La velada paso y volvieron a casa, a su realidad, se encerró en el ático y se acostó luego de ponerse el pijama, el papel que le había dado aquel chico lo guardo debajo de su almohada.

☁☁☁

En el trascurso de los dos años siguientes, Jungkook no volvió a saber del chico que le había dado aquella nota. Como siempre los castigos y golpes seguían, claro que él no lo podía soportar más, pero también tenía mucho miedo de hacer algo, gracias a "su madre" su padre estaba constantemente golpeándolo y dejándolo en el almacén, había desatado un miedo terrible a las tormentas, más que nada a los truenos y relámpagos, la oscuridad también le aterraba un poco, pero no tanto como lo otro, pues cada vez que escuchaba un trueno podía ver en su mente, un golpe dado por su padre, porque más de una vez lo había golpeado en pleno patio con una horrible tormenta sobre ellos, luego de golpearlo hasta cansarse, lanzaba al menor dentro del mal oliente almacén.

Muchas veces se preguntaba si aquel chico seguiría esperándolo, aún se le hacía raro que un completo extraño se le hubiese acercado para ofrecer ayuda, eso ni sus tíos lo habían hecho, y es que nadie más que su hermano sabía por todo lo que el pequeño estaba pasando. Unas semanas después del encuentro con Min Yoongi, Jungkook por fin se había atrevido a decirle a su hermano mayor lo que había pasado, Junghyun no había dicho nada y solo se había quedado pensativo.

-Jungkookie - el mencionado salio de su ensimismamiento y miro a su hermano - Ya llegamos, vamos, bajemos.

-Oh, si - dijo poniéndose de pie, junto a su hermano bajaron del autobús y caminaron hasta la escuela, antes de entrar Jungkook hizo sus respiraciones para relajarse y entrar en personaje, porque si, él seguía fingiendo ser alguien que no era. Pero eso pronto acabaría, porque muy pronto conseguiría el coraje que le faltaba para hacerle frente a sus padres e irse de ese lugar.

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Hola, aquí el OS de Kookie.

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