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Espantosa realidad.

Después de aquel extraño suceso, Jimin no lograba sentirse del todo bien, aunque realmente lo estaba intentando.

Una vez llegaron al sitio de la vez anterior trató de concentrarse en aquel entretenimiento que para muchos era grandioso, e incluso para él, ahora no parecía tener mucha relevancia.

A decir verdad, no le estaba poniendo demasiada atención, trataba de hacerlo ya que sería irrespetuoso de su parte hacia Taemin, ya que el lo había invitado al lugar, sus vagos intentos quedaron olvidados cuando un chico llamó su atención.

Un chico que por supuesto conocía.

Jeon Jungkook era su nombre.

Estaba cerca de la zona "VIP" por así decirlo, a su lado se encontraba aquel chico, novio de Seokjin.

Sin embargo no parecía que fueran a correr esta noche, más bien parecía que sólo se dedicaban a observar vagamente.

Trató de quitar la mirada.

—Es por eso que no quise correr hoy.

La voz de su amigo lo sacó de su estado de ensoñación.

Taemin le había estado contando quien sabe que cosa y él no puso ni la más mínima atención.

¡Que vergüenza!

—Jimin, ¿Está todo bien? —escuchó su pregunta y sólo pudo tragar el nudo en su garganta.

Taemin era un tipo inteligente y lo más probable es que haya notado su intensa observación hacia Jungkook.

—Y-yo... Perdón, me distraje un poco —alcanzó a decir.

El contrario alzó una ceja, escrutando su rostro.
—No luces así —lo  tomó de la mano llevándolo hacia afuera de la muchedumbre.

Atreviéndose un poco, Taemin subió su mano hasta coger las mejillas de Jimin. Éste último no pudo evitar el sonrojo que se instaló en su rostro ante la acción.

—De verdad estoy bien, es sólo que...

—Shu, shu... Lo sé, lo sé.

¡¿Qué?!

¿Acaso lo acababa de callar sutilmente?

—Hace mucho quería volver a hacer esto.

Se estaba acercando.

Dios. Estaba cada vez más cerca y no pudo hacer nada más que cerrar los ojos inconscientemente.

Un leve roce llegó a sus labios y esperó sin saber que aquello se intencificara, más nunca sucedió.

Abrió los ojos totalmente desorientado y lo primero que pudo notar fue al chico que tres segundos antes estaba a escasos centímetros de él, ahora se encontraba tirado en la fría carretera y siendo golpeado en el rostro. 

Jungkook era quien estaba sobre él, aún golpeándolo. Sin embargo aquello empezó a ser mutuo de un momento a otro ya que Taemin comenzó a defenderse.

Su corazón comenzó a perder el control dentro de sí. Comenzaba a sofocarse y se sentía un jodido inútil por solo quedarse allí de pie sin hacer absolutamente nada para detenerlos.

—Calma, ¡Jeon joder!

Aquel chico, Namjoon, trataba de separarlos, sin embargo eso no parecía estar dando mucho resultado. Sin contar que muchos de los espectadores de la carrera ahora sólo posaban sus vistas quisquillosas en aquella pelea callejera. Alentando a que continuara.

—¡Jungkook, por favor! —desesperado, intentó vagamente acercarse para tratar de quitarlo de encima de Taemin.

Lo empujaron fuera de allí y no supo ni quién había sido el causante de aquello.

Un fuerte golpe volteó la mandíbula del pelinegro y Jimin sólo podía dedicarse a llorar.

Unos gritos se escuchaban, fuertes, dolidos y desgarradores.

Alguien lo mantenía sujeto tras la espalda, pero ni siquiera se permitía el hecho de voltear a ver a esa persona, su vista y atención estaban estancadas en lo que sucedía frente a sus ojos. E inconscientemente deseaba no tener una especie de ataque de pánico.

Segundos después fue conciente que esos gritos provenían de él mismo.

No supo cuántos segundos o incluso minutos pasaron, pero de un momento a otro, nadie estaba tomándolo más.

Taemin estaba aún tirado en la carretera pero parecía que estaba cuerdo, a excepción de unos cuantos golpes en su ojo y pómulo.

Jungkook no estaba demasiado limpio de todas maneras, sin embargo y a simple vista Taemin era el más afectado.

Ahora, estaba totalmente perdido y sólo pudo notar cuando el puño de su hermano, ¡Oh! Esperen... ¿Taehyung está aquí? No supo en que momento...

Y bien, el puño de Taehyung se estrellaba fuertemente al ojo ya lastimado de Jungkook.

¿Qué era todo esto? ¿Qué demonios estaba pasando?

Sólo pudo sentir el escosor de su propia mejilla, su hermano le había abofeteado.

—Taehyung, cálmate. No es el momento ni el lugar —Hoseok refutó observando de reojo a las personas que aún se dedicaban a mirar.

El mencionado tomaba a su hermano por el brazo, en un intento estúpido de detenerlo, pero era en vano.

¿Qué diablos estaba haciendo Hoseok allí?

Bueno, al final de cuentas eso era realmente lo de menos.

Todo estaba muy confuso para la mente aturdida del menor.

Tal vez su amigo había llegado con su hermano, pero... ¿Porqué éste estaba en aquel estado y lucía tan enfadado con él?

Oh, no... Las golpes, tanto a Jungkook como a él... ¿Acaso su hermano sabía algo?

Eso era obvio, pero intentaba convencerse de lo contrario.

—Tae, ¿Qué suc...

JIMIN

Cerré los ojos justo en ese instante, Taehyung había alzado su mano nuevamente contra mí, esperando lo peor sin siquiera tratar de defenderme, más el golpe nunca llegó a mí.

—¡No lo hagas Taehyung!

Jungkook lo miraba tan fríamente a la vez que sostenía su mano para detenerlo.

Pude sentir el corazón de mi hermano congelarse.

Mucha gente estaba presenciando aquella escena, pero ninguno de su círculo le daba importancia real.

—¡Suéltame Jungkook! ¿Quién mierda te crees que eres?

—Taehyung, escucha...

—Eres un mentiroso, te aprovechaste de todo y de todos —me miró cuando dijo aquello, yo quería creer que no era así, realmente lo estaba intentando —yo fui quien te dió lo mejor de mí, ¿y tú? ¡¿Tú qué hiciste?! sólo me traicionaste con la persona que menos lo pude imaginar, ¿Porqué con mi hermano?—escucharlo hablar de esa manera me hacía sentir tan poca cosa, sabía que me merecía aquello, incluso si esas palabras no eran destinadas para mí. —No eres más que una basura.

—Hyung, detente por favor —es lo único que pude decir antes de comenzar a llorar nuevamente.

—No me llames así Jimin — se dió la vuelta y me miró.

Frialdad, eso había en su mirada.

Y allí estaba, había llegado el momento que tanto me había estado atormentando durante el último tiempo.

Mi actual más grande miedo allí estaba, convirtiéndose en una espantosa realidad.

La realidad.

Mi realidad.

Los intentos de Hoseok para detenerlo no estaban dando frutos, y ya nada podría ser peor de cualquier forma, ya todo estaba perdido.

—Puedo explicarlo, por favor Tae, vámonos de aquí... —seguramente lucía como un patético, pero nada de eso me importaba justo ahora —Hermano perd...

—Dejaste de ser mi hermano en el momento que me traicionaste, y todo por una basura.

—Lo sé, y lo siento, sé que merezco que me odies, jodidamente lo merezco, pero te juro que nunca fue esta mi intención —supliqué.

Pocas personas estaban alrededor, al parecer Namjoon se había encargado de ahuyentarlos.

—No te desgastes Jimin, él no te hará caso ahora. Está demasiado molesto, y eso lo ciega —escuché al causante de hacerme perder la cabeza.

—¿Quieres callarte? Luces como un sinvergüenza —Hoseok atacó.

—No te metas en esto, no es tu asunto — Jungkook no parecía tener planes de quedarse callado como cualquier otro haría en aquella situación, tampoco lucía arrepentido, como ahora lo estaba yo. O tal vez realmente no estaba arrepentido de nada, porque siempre estuve consciente de todo, sólo me sentía expuesto.

—¿Crees que después de todo lo que le hiciste a Tae puedes venir a decirme que no es mi asunto? Él es mi asunto. No deberías estar satisfecho de causar esto.

—No estoy satisfecho ni orgulloso, ni ninguna mierda similar —aclaró. Su vista se posó en mí durante un instante —¿Quieres saberlo? Ah, está bien —ahora su rostro marcaba fuertemente sus facciones, estaba tan enojado de repente
—No quería que las cosas resultaran así, pero si crees que voy a fingir arrepentimiento cuando no lo siento, puedes olvidarlo.

Oía a Jungkook hablar, le decía a Hoseok pero esas palabras eran más para mí hermano y para mí, antes que nada.

Y de las mil maneras que pensé en que Taehyung se enteraría (y cabe decir que todas dichas por mi, hablando pacíficamente -si claro, que estúpido, como si esas cosas pasaran-) jamás me imaginé que sería de ésta otra forma, la situación había lucido demasiado distinta en mi mente.

Y definitivamente me tomó con la guardia baja, aunque realmente, al final de todo, no sé si de verdad alguna vez haya podido tener el valor de decirlo por mí mismo esperando que sólo por eso, los hechos fueran menos graves, como si algo pudiera cambiar sólo por el hecho de ser yo quien lo confesaba.

Y allí estaba yo, observando como una nueva pelea estaba apunto de formarse.

—¡Por favor ya! —mi hermano gritó y enseguida Hoseok se alejó de Jungkook.

Taehyung parecía más sereno ahora. O tal vez a estas alturas ya solo estaba alucinando.

—No te odio Jimin, sólo... Nunca más te podré ver igual, estoy decepcionado, y de mí sólo podrás recibir eso, eso y, desprecio —sus palabras se clavaban en mí como si de dagas punzantes habláramos.

Mi mente se negaba a creerlo, al igual que mi corazón a aceptarlo.

Todo pasó muy rápido y a la vez totalmente lento, casi como si de alguna cámara lenta se tratara.

Tras decirme aquello mi hermano salió corriendo hacia la dirección opuesta, tratando de alejarse lo más rápido posible de allí. No pude reaccionar al instante, pero después de verlo un par de segundos logré identificar la intención de Taehyung.

Unas luces parpadearon no muy lejos de donde nos encontrabamos, él estaba provocando que aquel vehículo a no muy baja velocidad lo impactase.

No dios mío, no podía permitirme aquello, por lo que sin ser del todo consciente corrí sin tener el control de mis piernas, sólo corrí lo más rápido que podía.

—¡Taehyung!

—¡Jimin!

Voces se escucharon al unísono, y aunque estaban cerca, yo las escuchaba lejos, tan lejos como si estuvieran en un pozo con kilómetros de profundidad.

Empujé a Taehyung a tiempo, pude hacerlo, lo había logrado, al menos eso estaba bien.

Sonreí.

El impacto del auto me había aventado varios metros lejos en menos de un segundo. 

—¡JIMIN NOOO!

Me parecía escuchar la voz de mi Hyung, él se acercó, no lo ví pero pude sentirlo, el tacto de sus delgadas manos frías en mi rostro.

Todo estaría bien.

Mis ojos se cerraron pero aquella leve sonrisa de mi rostro, nunca se esfumó.

Permaneció.

Incluso cuando yo ya no estaba allí.

Preparen sus pañuelos...

Gracias por leer. ❤️‍🩹

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