El novio de Tae.

No sabía que decir.

Solo quería que esto fuera un sueño o una broma. Lo que sea, pero que no fuera la realidad, para su desgracia, no parecía ser ninguna de ambas.

¿Cómo es que él es el novio de Taehyung? No, la pregunta correcta sería ¿Cómo no lo supo antes? Se preguntaba una y otra vez.

¿Ahora con que cara miraría a su hermano?... Definitivamente esto no le daba buena espina.

¿Porqué tenía que ser él? ¿Porqué?

El mundo es demasiado chico, ya lo comprobé. Gracias destino.

—Kookie, llegaste —chilló Taehyung emocionado.

¿Kookie?, que estúpido apodo.

Taehyung estaba feliz, y él sintiéndose una mierda en ese instante, por haber puesto los ojos en su pareja, pero vamos, nisiquiera lo sabía.

—Cariño, ya estoy aquí —le respondió dando un pequeño beso en sus labios.

Acababa de llegar, y el rubio ya estaba con lo nervios y la incomodidad por los cielos.

Carraspeó la garganta evidentemente incómodo tratando de llamar la atención de ambos, y al parecer lo logró ya que que su hermano se separó de él castaño con un leve rubor en las mejillas.

—Jungkook, el es mi hermano, Jimin, y Jimin él es Jungkook, mi novio —los presentó.

Jungkook por su parte estiró su brazo dandole una sonrisa.

¡Dios, su sonrisa!

Imitó su acción estirando su brazo y sus manos se juntaron en forma de saludo. Su mano se sentía tan cálida, tan bien, se preguntaba ¿Cómo se sentirían sus manos recorriendole el cuerpo? ¿Se sentirían tan bien como se las ha imaginado? ¿O será mejor?

Regresó a la realidad de donde se encontraba y más importante, con quienes.

—Un gusto, y sí, yo soy Jimin, Park Jimin — se felicitó mentalmente por hablar aparentemente normal aunque por dentro los nervios le estaban comiendo.

Jungkook solo siguió sonriendo, no hizo falta que dijera más nada, ya su hermano le habia dicho quien era, Jimin solo le confirmó lo que preguntó.

La cena se podría decir que fue un "éxito" a pesar ciertas preguntas que papá le hacia, todo salió bien.

Cuando le preguntó que cuales eran sus intenciones hacia Taehyung, él solo se limitó a decir que las mejores. Y después de un mini análisis de su vida y unas cuantas preguntas dignas de un interrogatorio, finalmente dieron el visto bueno a su relación.

Sabían que Taehyung ya tenía la edad suficiente, pero aún así, ellos se quisieron asegurar de que Jungkook fuera un buen chico, ya que a pesar de la edad que tengan sus hijos, los padres siempre querrán lo mejor para ellos.

Palabras dichas por sus padres.

Debía admitir que jamás se imaginó ni en sus mas locos sueños que éste chico fuera el novio de su hermano.

Había sido una sorpresa, y no de las buenas.

No sabía hasta cuando su hermano se lo pensaba decir. Y no es que fuera su obligación hacerlo o algo así pero si le sorprendió ya que desde pequeños, siempre se contaban absolutamente todo.

Para Jimin aquella situación era algo incómoda, se sentía avergonzado, y si bien los demás no sabían de su enamoramiento hacia el castaño frente a él, no podía evítar de todas maneras  sentir aquellos nervios. Sentía que en cualquier momento alguien taladraría en su mente descubriendo sus pensamientos.

Imposible, sí. Pero no podía simplemente no pensar mas en ello.

En el fondo comprendía que no tenía del todo la culpa ya que hasta esa noche él se había enterado de todo esto. De saber que aquel apuesto chico que trabajaba en la cafetería a la que solía visitar era el novio de Taehyung y que lo llevaría tiempo después a su casa, jamás hubiera puesto sus ojos sobre él.

Bueno, lo hubiera intentado.

Jungkook es un hombre bastante atractivo, no tenía la culpa que le haya llamado la atención, a cualquiera, un chico así le parecería un buen polvo y tal vez mas que eso.

Pero de ahora en adelante eso quedaría en el pasado para Jimin. Porque ahora el apuesto chico cabe recalcar que era su crush, estaba con su hermano y debía respetar aquello.

Se veía que lo adoraba y aunque se sentía un tanto incomodo al ver las demostraciones de afecto en cierto modo también le alegraba por Taehyung, se notaba que Jungkook era un buen chico.

Estaba seguro que con el tiempo la "pequeña" atracción que sentía por el castaño pasaría, no había nada de que preocuparse y es que vamos, a todos les llama la atención algo atractivo, asi que todo estaría bajo contról.

Se acostumbraría, si su hermano es feliz él también estaría feliz por eso.

Se repetía mentalmente una y otra vez, intentando creerse aquello.