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Una semana entera había pasado desde la confesión de Soobin. Una semana entera para que algunas chicas ya supieran lo infiel que era Soobin.
— Soobin —Dijo la chica mientras Soobin pasaba su lengua por el cuello de este
—¿Acaso quieres más de mí?, Ya te dije, solo unos cuantos besos y ya.— Dijo Soobin al sentir la mano de aquella chica en su entrepierna
—¿Por qué Soobinie?, No me digas que de verdad andas detrás de ese marica.—Dijo la chica mirando con gracia a Soobin.
—Perdón, pero no voy a seguir, no es por Kim, sino por la poca dignidad que me queda.— Dijo Soobin empujando a la chica para que lo soltará
—Eres un maldito imbécil Soobin, le eres infiel al marica de Kim Yeonjun y ni siquiera eres capaz de serle infiel del todo.—Dijo la chica acomodando su blusa y su cabello
—¿Y eso a ti que te importa?, Yo hago lo que quiero y le soy infiel con quien yo quiera, créeme que tú no vales la pena —Dijo Soobin peinando su cabello y dando la vuelta para poder irse
—Escúchame bien Choi, en esta vida las cosas se devuelven, el karma existe. —Dijo la chica apretando los puños
—Para mi, el karma no existe, nunca me ha pasado y jamás me pasara.
Soobin se fue del lugar donde estaba, él se besaba con otras chicas o incluso llegaba a tocarlas solo para olvidar aquellos mismos toques que debía darle a Yeonjun.
—¿Será que el entrenador se molesta si me doy una ducha? —Se dijo a si mismo mientras olía su camisa, aquella chica había dejado su perfume en toda su ropa
—Nah, mejor le inventó una excusa de que una fan loca me vino a abrazar y me dejó su perfume en toda mi ropa. —Dijo Soobin caminando hasta el salón de su siguiente clase
Soobin de verdad en una semana ya estaba harto de aquel pelirosa.
Yeonjun solía ser muy meloso y cariñoso con el delante de todos, en palabras del mismo Yeonjun, “El estaba dejando en claro a todas las chicas que Choi Soobin era de él”, Soobin simplemente se reía de ese comentario. Claro, le decía a Yeonjun que era porque le daba ternura, pero simplemente le daba risa lo ridículo que se veía.
Cuando era su amigo, Yeonjun era totalmente diferente, ahora que era su "novio" era otra persona.
Claro, Soobin agradecía mil veces que Yeonjun era muy confiado y jamás sospechaba de él, por el color de labial en sus mejillas, por el perfume a mujer en su ropa, por a veces tener el cabello y la ropa desordenados. Simplemente Yeonjun estaba cegado por el falso amor que Soobin le había dado.
—Genial... Ahora tengo clase con él.— Dijo Soobin dudando si entrar a clase o faltar nuevamente e inventar otra excusa creíble
—No puedo perder otra clase —suspiro —es mejor que este un rato con mi maravilloso "novio".
Soobin entro al aula y vio al maestro que estaba dando la clase, esperaba el regaño obviamente de este por haber llegado veinte minutos tarde y aguantarse a Yeonjun preguntándole dónde estaba.
—Perdón por llegar tarde, estaba ocupado y no me fijé en la hora, lo siento. — Soobin hizo una reverencia para su maestro y para sus compañeros por haber interrumpido la clase.
—Está bien Choi, toma asiento y anota lo que está en el tablero, luego le preguntas a alguien sobre que estaba explicando —El maestro seguía copiando en el tablero algunos ejercicios
Soobin solo camino hasta su asiento con demasiada pereza, probablemente Yeonjun se pegaría como un chicle a él para explicarle el tema y ayudarlo en los ejercicios.
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—Y así es como debes hacer el ejercicio, corazón.—Dijo Yeonjun apuntando con su lápiz el cuaderno de Soobin
Al menos Soobin agradecía que Yeonjun fuera bueno en todas las materias y más en matemáticas.
—No entiendo, ¿Podrás explicarle nuevamente a este tonto? —Dijo Soobin haciendo un puchero
—Está bien Binnie, solo porque no entiendes y mi deber como tú pareja es ayudarte en lo que pueda. —Dijo Yeonjun tomando los cachetes de su "novio".
Si Soobin queria que básicamente Yeonjun resolviera todos los ejercicios debía actuar tierno y lindo como cualquier novio, lo haría.
—Eres lo mejor que me ha pasado pequeño algodón de azúcar —Dijo Soobin tomando uno de los mechones rosas de Yeonjun
— Binnie...— Dijo Yeonjun sonrojándose
—Eres tan lindo y tierno pequeño... Te comería a besos en este instante pero no creo que a los demás les guste escuchar el chasquido de nuestros labios y lenguas.
—Tienes razón conejito, es mejor hacer eso en privado.
Yeonjun le regaló una sonrisa a Soobin y Soobin le devolvió la sonrisa, que bueno que para Soobin fingir era lo más fácil del mundo.
—Mi pequeño algodón de azúcar. ¿Que te gustaría que hiciéramos hoy?, Ya que salimos temprano.— Dijo Soobin tomando las manos de Yeonjun.
—Ummmmm, ¿Te gustaría ir a un café nuevo que abrieron cerca?. Escuche que es de temática de anime y gatitos... Y me gustan las dos cosas.—Dijo Yeonjun encogiéndose de hombros, haciendo un puchero y sonrojándose.
—Claro que si mi pequeño pastelito, lo que tú digas serán órdenes, bello príncipe.—Dijo Soobin besando una de las manos de Yeonjun
Soobin quería toda la confianza de Yeonjun para que esté no sospechara nada. —E-está bien Binnie... Gracias.— Yeonjun escondió su carita con sus pequeñas manos
—No pequeño... Gracias a ti, gracias a ti por darme el honor de ser tu novio.— Soobin tomó las mejillas de Yeonjun y juntaron sus narices para hacer un beso esquimal
—Te amo Binnie.
—Y yo a ti también Kim Yeonjun, futuro señor Choi. —Dijo Soobin susurrándole al oido
Yeonjun sintió que su corazón de derretía con tan solo oir esa palabras. Futuro señor Choi Yeonjun.
Yeonjun no sabía lo que en realidad le esperaba en el futuro.
Algunas chicas miraban esa escena con burla, ¿De verdad Kim Yeonjun era tan ciego para no darse cuenta que Choi Soobin aún seguía besandose y tocando a demás chicas?
Algunos chicos miraban con asco, ¿Cómo podrían darse amor delante de la gente? He incluso algunos chicos miraban con envidia, pero no a Kim, a Choi Soobin, alguien tan idiota como el no merecía estar con el dulce y pequeño adorable Kim Yeonjun.
Pero nadie se atrevería a hacer algo. Las chicas solo querían ver a Yeonjun sufrir, los chicos no le tomaban importancia, algunos si pero no se atreverían a hacer algo, Soobin no era fácil de hundir.
—Conejito, cuándo lleguemos al café, ¿Que te gustaría ordenar? —Dijo Yeonjun terminando el último ejercicio de matemáticas, supuestamente le estaba explicando a Soobin
—No sé cariño, tal vez allá veré qué podré comer —Dijo Soobin mirando a Yeonjun, supuestamente Soobin estaba prestando atención. —Es que no soy bueno pidiendo algo de comer, siempre soy indeciso y no termino pidiendo nada. — Yeonjun hizo un puchero al recordar las veces que ha ido a un restaurante o otro lugar, a veces Soobin ni comía u otras veces ordenaba lo mismo que la otra persona que lo acompañaba
—Ay cariño, no te preocupes por eso terroncito, cuando vayamos al local veremos qué pediremos los dos, ¿De acuerdo algodón de azúcar?— siguió hablando Soobin
—Está bien mi conejito fortachón.— Dijo Yeonjun soltando una pequeña risita.
—Eres tan adorable pequeño, no espero el día para hacerlo. —Dijo Soobin sonriendo, Soobin quería hacer eso lo más rápido posible
— Binnie... No digas eso aqui, estamos en el salón y todos podrían escucharnos. —Dijo Yeonjun en tono bajito para que nadie lo escuchará
—Oh, perdón cariño... Perdóname por ser un conejo pervertido.— Yeonjun rascó su nuca
—Te perdono Binnie, te perdono porque te amo y porque es normal querer pensar en tener relaciones sexuales con tu pareja.— Dijo Yeonjun nuevamente en tono de voz baja
—Jeje, soy todo un conejito pervertido tesoro, esperaré el día en que estés listo.— Soobin le dió un pequeño beso a Yeonjun en la mejilla derecha.
—Okey Binnie... Oh vaya, termine haciendo todos los ejercicios yo, bueno cariño, espero que me hayas entendido, por el momento simplemente copialos y ya tesoro.
—Gracias cariño, como recompensa voy a comprarte lo que vayas a comer en nuestra segunda cita
—Está bien Binnie, aunque no es necesario, no quiero que creas que me aprovechó de tú dinero.
—No lo haces pequeño, todo lo hago por mi cuenta.
«Y porque si quiero mantener está mentira a flote debo invertir en ti.» Pensó Soobin mirando a Yeonjun.
A veces también el destino te puede devolver tus errores.
❤️
Perdonenme es que no puedo actualizar el autor original de la historia la borre y talvez la demore en que la vuelvo a publicar
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