Entré a la oficina de mi padre, aún temblando por los nervios del encuentro con Yoongi.

-Hijo, ¿qué pasa? Dame a Woozy.

-Papá, me he encontrado con Yoongi.

-Pero hijo, ya habíamos hablado de esto. Tarde o temprano, él lo iba a saber. Recuerda lo que siempre digo: las mentiras tienen patas cortas.

-Lo sé, papá, pero no estoy listo para esto.

-Te voy a apoyar, mi amor. No estás solo. Sabes que tienes una gran familia dispuesta a respaldarte.

-Lo sé, papá.

Un mes después...

El padre omega de Jimin revisaba los exámenes del hijo de Min Yoongi y se dio cuenta de inmediato de que este niño no tenía una miocardiopatía como su madre hacía creer.

-¿Pero qué es esto? -murmuró, frunciendo el ceño.

En ese momento, su secretaria entró en la oficina.

-Señor, la madre de un niño quiere verlo.

-Déjela pasar —Señora Min — dijo al ver a Jandial .

-No soy Min, pero tampoco lo seré si usted dice la verdad. Así que dígame, ¿cuánto cuesta su silencio?

El padre omega de Jimin la miró, sorprendido y confundido.

-Perdón, ¿de qué me estás hablando?

Jandi se acercó al escritorio con una expresión decidida en su rostro.

-He fingido todo esto porque quiero vivir la vida que siempre me merecí -dijo con firmeza-. Mi hijo es la única manera de conseguirlo. Haré lo que tenga que hacer hasta que Yoongi se case conmigo.

El padre omega de Jimin la miró con incredulidad.

-¿Estás diciendo que has mentido sobre la enfermedad de tu hijo solo para atrapar a Yoongi?

-Exactamente. Yoongi es mi boleto a una vida mejor, y no voy a dejar que nada ni nadie se interponga en mi camino.

-Esto es inaceptable. No puedo permitir que uses a tu hijo de esta manera. Yoongi merece saber la verdad.

Jandi se inclinó hacia él, sus ojos brillando con determinación.

-Si dices una palabra, te aseguro que haré que te arrepientas. Tengo mis métodos para asegurarme de que nadie me detenga.

El padre omega de Jimin sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero sabía que no podía dejar que esta mentira continuara.

-No puedo ser cómplice de esto. Yoongi y tu hijo merecen la verdad, y haré todo lo posible para que la sepan.

Jandi se enderezó, su expresión cambiando a una de fría resolución.

-Entonces prepárate para las consecuencias. No me detendré ante nada para conseguir lo que quiero.

Jandi se fue del consultorio, dejando al padre omega de Jimin en un mar de pensamientos. Tenía miedo por la amenaza, pero también, desde que había regresado del coma, había visto a su hijo sufrir mucho por Yoongi y no quería que su nieto Woozy siguiera alejado de su padre alfa por el egoísmo de Jandi. Además, era injusto que esa pequeña criatura creyera que tenía un problema de salud cuando no era así; si bien tenía un problema, no era tan grave y perjudicial como ella lo hacía ver.

Decidido a poner fin a esta situación, el padre omega de Jimin se dirigió a la policía y explicó todo lo que estaba pasando, incluyendo las amenazas de Jandi. Un oficial experto en atrapar a criminales que se dedicaban a la extorsión creó un plan y se lo explicó detalladamente. Ahora solo necesitaban grabar la confesión de Jandi.

El padre Omega sugirió que debían citar a Jandi en el hospital, pero también insistió en que Yoongi y Jimin estuvieran presentes, ya que también eran víctimas del engaño. El oficial aceptó y le aseguró que la policía estaría al pendiente, dispuesta a intervenir en cualquier momento de ser necesario, pero que un plan como este requería tiempo, por lo que le pidió que citara a todas las partes para dentro de dos semanas.

Dos semanas después.

El día de la reunión llegó. El padre omega de Jimin había citado a todos en una sala de conferencias del hospital, un lugar lo suficientemente discreto para no levantar sospechas, pero que a su vez dejaría que la policía entrara con facilidad. Jandi llegó primero, seguida de Yoongi y Jimin, quienes se mostraban visiblemente tensos.

—Gracias por venir —dijo el padre omega de Jimin, tratando de mantener la calma—. Hay algo muy importante que debemos discutir.

Jandi, con una sonrisa falsa, se sentó frente a ellos.

—¿De qué se trata? —preguntó, fingiendo inocencia.

—Es sobre tu hijo y la enfermedad que has mencionado —dijo el padre omega de Jimin, mirando directamente a Jandi—. Creo que hay algo que no nos has contado.

Jandi frunció el ceño. —¿De qué hablas?

—De que tu hijo no tiene ninguna complicación y, Yoongi, debo decirte que me atreví a hacer una prueba de ADN y aquí tienes el resultado de la prueba —dijo el padre de Jimin, extendiendo el sobre.

—Yoongi tomó el sobre rápidamente; leyendo los resultados, la probabilidad de que ese niño fuese su hijo era de un 0%. —¿Qué es esto, Jandi?

—Yoongi, ese ha de ser un papel falsificado —habló Jandi con voz nerviosa, tratando de convencer a Yoongi.

—No, no he falsificado nada. Soy un doctor con una trayectoria intachable e íntegra. ¿Por qué no le dices a Yoongi que viniste a ofrecerme dinero para que guardara silencio? —se defendió el padre de Jimin, mostrándose indignado por aquella falsa acusación.

—Bueno, sí, sí lo hice. ¿Y qué? Yo merecía ser la señora Min, no tú, Jimin.

—Jandi, no puedo creer que hayas hecho algo así —habló Yoongi, sin poder moverse del lugar, como si aquellos exámenes lo hubieran clavado a la silla.

Jimin estaba por hablar, pero antes de que pudiera decir algo, la puerta de la sala se abrió y entraron varios policías. Uno de ellos llevaba una grabadora en la mano y el padre de Jimin sacó otra grabadora de su bolsillo.

—Señora Jandi, necesitamos que nos acompañe —dijo uno de los oficiales—. Tenemos pruebas contundentes para creer que ha estado mintiendo sobre la condición de su hijo y sobre la extorsión que ha querido hacerle al doctor Park.

Jandi se levantó de golpe, su rostro pálido.

—¿Qué? ¡Esto es un error! —exclamó, pero su voz temblaba.

—Tenemos pruebas suficientes para demostrar lo contrario —dijo el oficial, mostrando la grabadora—. Y ahora, necesitamos que venga con nosotros para aclarar todo esto.

Yoongi y Jimin se miraron, sorprendidos y confundidos. El padre omega de Jimin se acercó a ellos y les explicó todo lo que había descubierto y cómo había decidido actuar para proteger a todos.

—Lo siento mucho por no haberles dicho antes; fue la sugerencia del policía —dijo, con lágrimas en los ojos—. Pero no podía permitir que esta mentira continuara.

Yoongi, aún en shock, asintió lentamente.

—Gracias por decirnos la verdad —dijo, mirando a Jimin.

Jimin, conmovido, abrazó a su padre, ignorando a Yoongi.

—Gracias, papá, por protegernos.