22
Me vestí sin poder contener la alegría. No podía creer que dentro de mí crecía un cachorro. ¡Santos cielos! ¿Cómo no me había dado cuenta? ¿Cuándo empezará a crecer mi panza? No puedo con la emoción. Muero por decirle a todos. Tae se va a volver loco cuando lo sepa y mi papá seguro va a querer regresar del extranjero. Y, por fin, mi suegra va a dejar de insistir en que soy estéril.
Salí de la habitación y bajé del piso de ginecología a pediatría. En ese momento, vi a Yoongi con Jandi y un niño de tres años. Mi corazón pareció detenerse. Luego escuché a Yoongi decir, claro y fuerte:
—¿Cuándo piensan atender a mi hijo? ¿Qué es esto? —Su voz resonaba con impaciencia y preocupación.
Sentí como si el suelo se desvaneciera bajo mis pies. ¿Era esto una cruel pesadilla? ¿Qué estaba pasando? La alegría que había sentido momentos antes se transformó en una mezcla de confusión y dolor. ¿Por qué Yoongi estaba allí con Jandi y ese niño? ¿Qué significaba todo esto?
Me acerqué lentamente, mi mente girando con preguntas y temores. Yoongi me vio y su expresión cambió a una de sorpresa y algo que no pude identificar del todo. Jandi, al notar mi presencia, se giró hacia mí con una sonrisa que parecía cargada de secretos.
—Jimin, ¿qué haces aquí? —preguntó Yoongi, su voz temblando ligeramente.
—Yoongi, ¿qué está pasando? ¿Quién es este niño? —pregunté, tratando de mantener la calma mientras mi corazón latía desbocado.
—Jimin, no es lo que parece... —comenzó Yoongi, pero Jandi lo interrumpió.
—Es nuestro hijo, Jimin. Yoongi y yo... —dijo Jandi, su voz suave pero firme.
Sentí como si el aire se me escapara de los pulmones. Todo mi mundo se tambaleaba. ¿Cómo podía ser esto posible? Las lágrimas comenzaron a llenar mis ojos mientras miraba a Yoongi, buscando alguna señal de que todo esto era un malentendido.
—Yoongi, dime que no es verdad... —susurré, mi voz quebrándose.
Yoongi dio un paso hacia mí, pero el niño tiró de su mano, llamándolo "papá". Esa palabra resonó en mi mente como un eco doloroso. Me di la vuelta y salí corriendo del hospital, sin saber a dónde ir, solo queriendo escapar de la realidad que acababa de descubrir.
Después de calmarme, pensando en que tengo en mi vientre un pequeño cachorro, llamé a Jungkook. Él me respondió de inmediato.
—Dígame, jefe.
—Haz una solicitud de divorcio de inmediato para mí. Quiero separarme de Yoongi.
—Está bien, Jimin.
Jungkook jamás pedía detalles sobre mis decisiones y eso lo valoraba. Llegué a casa y empecé a recoger toda mi ropa. Poco después, Jungkook llegó con el documento. Me explicó dónde debía firmar Yoongi y se marchó. Yo trataba de controlarme por el bienestar de mi pequeño, pero aun así, mis manos temblaban de los nervios.
Yoongi llegó a casa y, para mi sorpresa, venía con Jandi y su hijo. Yo estaba sentado en el mueble y me puse de pie al verlos entrar.
—Jimin, por favor, hablemos de esto como adultos —dijo Yoongi, su voz llena de súplica.
—No tenemos nada que hablar. Quiero el divorcio —respondí, tratando de mantener la firmeza en mi voz.
—Jimin, por favor, escúchame. No es lo que piensas —insistió Yoongi, dando un paso hacia mí.
—¿No es lo que pienso? —dije, sintiendo cómo la ira y el dolor se mezclaban en mi pecho—. Te vi con Jandi y ese niño. ¿Qué más hay que entender?
—Jimin, déjame explicarte. Jandi y yo... —comenzó Yoongi, pero lo interrumpí.
—No quiero escuchar más mentiras. Aquí tienes los papeles del divorcio. Fírmalos y terminemos con esto —dije, entregándole los documentos.
Yoongi tomó los papeles, su rostro reflejando una mezcla de desesperación y tristeza.
—Jimin, te amo. No quiero perderte —dijo, su voz quebrándose.
—Ya es demasiado tarde, Yoongi. Por favor, solo firma los papeles —dije, dando un paso atrás.
—No puedo firmar esto, Jimin. No quiero perderte.
—¿No quieres perderme? Eso lo hubieses pensado antes.
—Jimin, por favor, no tomes decisiones precipitadas —dijo, acercándose más.
—¿No vas a firmar? Está bien, luego te contactarán mis abogados, pero yo no puedo seguir así. Yoongi, esto es algo que yo no puedo soportar —dije, tomando mi maleta y dirigiéndome a la puerta.
Yoongi intentó detenerme, pero me aparté suavemente.
—Adiós, Yoongi —dije, saliendo de la casa con el corazón roto, pero decidido a proteger a mi pequeño.
Llegué a la casa de mis padres y estaban las chicas de limpieza trabajando. Solté mi maleta y me derrumbé en el sofá, sintiéndome devastado. El mundo en el que había estado viviendo con Yoongi era falso. Después de llorar desconsoladamente y darme un baño para intentar calmarme, el timbre sonó. Una de las chicas de limpieza abrió la puerta y, para mi sorpresa, era la madre de Yoongi. No esperó ni a que la saludara cuando comenzó a hablar.
—¿Cómo es posible, Jimin? —dijo con una voz llena de desprecio.
Yo no respondí, porque no estaba seguro de a qué se refería.
—¿Cómo es que fuiste tan estúpido para dejar que mi hijo tuviera un cachorro con esa pobre? —continuó, su tono cada vez más agresivo.
—Señora Min, si ha venido a insultarme, por favor, retírese —dije, tratando de mantener la calma.
—¿Qué piensas hacer? Todo lo que tienes se lo debes a mi familia. Deberías guardar silencio y dejar esto debajo de la alfombra. Nos conviene a todos —dijo, cruzando los brazos con arrogancia.
—Mire, señora, si algo tengo es dignidad. Si su hijo prefiere a esa omega, pues perfecto, que se quede con ella. Yo amé y di todo de mí. Si él no lo valoró, es muy su asunto. Ahora le pido que se marche de mi casa y que vaya a ver qué hace con su nuera y su nieto —respondí, sintiendo cómo la ira comenzaba a hervir en mi interior.
—¿Quién te crees, Jimin? Yo puedo destruir las empresas Park. Te conviene quedarte con Yoongi —amenazó, su voz llena de veneno.
—Mire, señora, le he aguantado demasiado y no estoy dispuesto a tolerar más. Haga lo que mejor le parezca, pero lárguese de mi casa —dije, señalando la puerta.
Vi a la mamá de Yoongi irse indignada. Si ella creía estar molesta, yo lo estaba más. Ni ella ni nadie me va a pisotear. Me quedé en la sala, tratando de calmarme por el bienestar de mi pequeño. Tengo que ser fuerte, no solo por mí, sino también por el cachorro que crece dentro de mí. Aunque te amo con todo mi ser, Yoongi, más amo a mi cachorro y no pienso dejar que nadie lo dañe.
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