Ha pasado un día y viene lo más difícil: hablar con mis padres y convencerlos de que me dejen casar.

—Papá, ¿podemos hablar? —dije desde afuera de su despacho, sintiendo un nudo en el estómago.

—Sí, hijo, adelante —respondió él, invitándome a pasar.

Entré y me senté frente a su escritorio, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

—Papá, ¿cómo van las cosas? —pregunté, intentando sonar casual.

—Estoy necesitando una persona que me sirva de garantía para la empresa, para poder recuperarme —dijo con un suspiro, su rostro reflejando la preocupación.

—¿Y los tíos Min no pueden ayudarte? —pregunté, aunque ya conocía la respuesta.

—Jimin, sabes que ellos solo ayudan a sus familiares.

Tomé una profunda respiración antes de soltar la bomba.

—Papá, ¿y si me caso con Yoongi?

Mi padre me miró sorprendido.

—No, no tienes que hacerlo por el bien de las empresas. Lograré hacer esto sin ayuda de ellos.

—Papá, no es solo por la empresa. Yoongi es mi destinado y lo amo —dije, sintiendo que mi corazón se aceleraba.

—¿Pero por qué no me habías dicho nada? Siempre te he dado la confianza —dijo él, con una mezcla de sorpresa y preocupación.

—Lo sé, pero me da vergüenza hablar de esas cosas, más cuando siempre dices que soy tu pequeño cachorro.

Mi padre sonrió con ternura.

—Y siempre será así, hijo. Nunca dejarás de ser mi cachorro, pero también sé que en algún momento tendrás tu alfa, que te amará y cuidará como lo hago yo.

—Sí, papá, yo sé que con Yoongi seré feliz.

—La verdad, siento paz de que sea Yoongi. Lo conozco desde que era un niño y sé que es alguien de buenos valores, pero debes ir a decirle a tu otro padre.

—Papá, pero si él está conectado a esa máquina. Los médicos dicen que no puede escucharme.

—Lo sé, pero en mi corazón siento que sí lo hace.

—Está bien, papá. Iré al hospital y hablaré con papá.

Me dirigí al hospital con el corazón lleno de emociones encontradas. Al llegar, entré a la habitación donde mi padre, Omega, estaba conectado a las máquinas que lo mantenían con vida. Aun cuando veo el respirador artificial, me asusto. Me acerqué a su cama y tomé su fina y delicada mano.

—Papá, sé que los médicos dicen que no puedes escucharme, pero necesito hablar contigo. Yoongi y yo vamos a casarnos. Sé que esto puede parecer repentino, pero lo amo y creo que esto es lo mejor para todos. Quiero que sepas que siempre te llevo en mi corazón y que haré todo lo posible para ser feliz.

Hice una pausa, observando su rostro inmóvil.

—Papá, Alfa, aún sigue sin querer buscar a alguien más y me da miedo dejarlo solo. Sería tan bonito verte algún día despertar. Papá, perdón que no vengo a verte muy seguido, pero no me gusta escuchar esa máquina pitar o verte así.

Continué hablando y contándole muchas cosas, sintiendo una paz interior al hablar con mi padre, aunque él no reaccionara. Le hablé de mis esperanzas, mis miedos y mis sueños. Me quedé un rato más a su lado antes de despedirme y salir de la habitación, con la esperanza de que, de alguna manera, él pudiera sentir mi amor y mi presencia.

Estaba en el centro comercial cuando mi celular empezó a sonar. Respondí rápidamente al ver que era Yoongi quien llamaba.

—¿Sí, Yoongi?

—¿Estás listo para casarnos? —preguntó de una vez, sin rodeos.

—¿Qué, justo ahora? —respondí, sorprendido.

—No, mañana a las nueve. Si quieres, puedes traer un testigo.

—¿Pero no será una boda?

—Jimin, si lo comentamos con mis padres, no van a dejarme. Sabes que tampoco les gustan los omegas masculinos. Por eso, si nos casamos por civil, no tendrán otra alternativa que aceptar. No me digas que te has arrepentido.

—No, no me he arrepentido. Incluso hablé con mis padres al respecto.

—Qué bueno. Siempre he pensado que tus padres son más receptivos que los míos. Bueno, tu papá omega también lo era...

—Sí, pero ¿no quieres que nos veamos antes de casarnos?

—¿Para qué? Es solo firmar un estúpido papel. No tenemos que usar trajes ni nada de eso. Ah, y el abogado tendrá el documento listo.

—Está bien. Nos veremos mañana a las 9, entonces, en el registro civil.

—Está bien. Cuídate, Jimin. Nos vemos mañana.

Colgué el teléfono, sintiendo una mezcla de nervios y emoción. Mañana me casaría con Yoongi, y aunque no sería una boda tradicional, era un paso importante en nuestras vidas.

Antes de que se me olvide, llamaré a Taehyung...

—Hey, Jiminie.

—Tae, qué rápido has respondido. ¿Estás ocupado?

—No, no estoy ocupado. ¿Pasa algo?

—Mañana me caso a las nueve. No sé si quieras pasar hoy el día conmigo.

—¡Sí! Necesito comprar algo bonito para tu boda.

—Yoongi y yo lo haremos por civil. No es necesario que uses ropa elegante.

—¿Eso quieres tú o él?

—No importa eso, Tae —dije, tratando de sonar despreocupado.

—Pues sí que importa. Nos tomaremos fotos para recordar este momento. Debes mostrar autoridad y también defender más tus ideas.

—Está bien, compremos algo lindo. Estoy en el centro comercial de la Costa Azul. Te esperaré aquí.

—Perfecto, Jiminie. Nos vemos en un rato.

Colgué el teléfono y me sentí un poco más tranquilo. Saber que Taehyung estaría conmigo me daba fuerzas. Mientras esperaba, me puse a pensar en todo lo que había pasado en los últimos días: la propuesta de Yoongi, la conversación con mis padres y, ahora, la boda. Todo parecía un sueño.

Unos minutos después, vi a Taehyung acercarse con una gran sonrisa en el rostro.

—¡Jiminie! —exclamó, abrazándome con fuerza—. No puedo creer que te vayas a casar.

—Yo tampoco, Tae. Todo ha pasado tan rápido.

—Bueno, vamos a buscar algo especial para ti. No importa si es una boda civil, tienes que verte increíble.

Pasamos el resto del día recorriendo tiendas, probándonos ropa y riendo juntos. Taehyung insistió en que me comprara un traje elegante, aunque sencillo, y al final encontré uno que me hacía sentir cómodo y seguro.

—Este es perfecto —dijo Taehyung, ajustando la chaqueta—. Te ves increíble, Jiminie.

—Gracias, Tae. No sé qué haría sin ti.

—Siempre estaré aquí para ti, Jiminie. Ahora, vamos a celebrar un poco antes de tu gran día.

Terminamos el día cenando en nuestro restaurante favorito, hablando de todo y de nada, disfrutando de nuestra amistad. Sé que, sin importar lo que pase mañana, tendría a Taehyung a mi lado.