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Mi nombre es Park Jimin y empezaré contando cómo comenzó mi historia de amor y odio...
Desde niño, mi familia y la de los Min eran muy cercanas. Crecí prácticamente con Yoongi como un hermano. Pasábamos mucho tiempo juntos, compartiendo risas, juegos y secretos. Sin embargo, todo cambió el día en que fuimos a las cabañas.
Recuerdo claramente ese día. Yoongi decidió bañarse en el río, y al salir, su piel brillaba bajo el sol y su olor a tierra mojada llenó el aire. Fue en ese momento que mi omega se enloqueció; supe de inmediato que Yoongi era mi destinado.
Pero había un gran problema: Yoongi no solo no le gustan los omegas masculinos, sino que tampoco cree en los destinados. Esta realidad me golpeó con fuerza, y desde entonces, he permanecido en silencio sobre lo que siento.
Me muero de amor por él, pero no puedo decir nada. Vivo con la esperanza de que algún día, Yoongi pueda ver más allá de sus creencias y sentimientos actuales, y tal vez así podamos estar juntos.
Cinco años después, Yoongi tiene diecinueve y yo dieciocho. La única manera que encuentro de desahogarme es escribiendo en mi diario o hablando con mi mejor amigo Taehyung, que es omega al igual que yo. Taehyung siempre trata de animarme para que le confiese mis sentimientos a Yoongi, pero a mí me asusta su reacción.
Una tarde, mientras escribía en mi diario, escuché que alguien llamaba a la puerta. Era Yoongi, y rápidamente cerré mi diario.
—Hey, Jimin, necesito tu ayuda —dijo Yoongi, entrando apresuradamente.
—¿Qué pasó? ¿Por qué llegas tan agitado? —le pregunté, preocupado.
—Mis padres me están buscando pareja. Tengo diecinueve y no me quiero casar, y menos por esas tontas empresas —respondió, visiblemente frustrado.
—Ya veo, estás en un gran problema. ¿Pero cómo puedo ayudarte? —le pregunté, tratando de entender cómo podía ser útil.
Yoongi me miró fijamente, con una intensidad que nunca antes había visto en sus ojos.
—Cásate conmigo —dijo de repente.
—Deja de bromear, no se me hace para nada gracioso lo que me has propuesto —dije con seriedad, aunque mi corazón latía con fuerza, como si quisiera salirse de mi pecho.
—Hablo en serio, Jimin. Te conozco desde que somos niños y sé que tus padres están pasando por dificultades en su empresa. Este matrimonio sería más que conveniente para tu familia. Además, podemos seguir estudiando en la universidad juntos. Nos conocemos desde niños; parecerá algo normal.
—¿Parecerá? —pregunté, porque no entendía claramente lo que quería Yoongi.
—Será un matrimonio por conveniencia, Jimin. Tú sabes que a mí no me gustan los omegas masculinos, por eso nunca te tocaré ni nada. Y en cinco años, cuando me gradúe y tenga parte de las empresas, te daré una buena remuneración.
—Entonces, ¿quieres un matrimonio falso?
—No, será un matrimonio de verdad, pero donde no tendrás responsabilidades maritales conmigo y yo tampoco contigo. Si aceptas, hablaré con los abogados.
—Pero, Yoongi...
—No te preocupes, podrás estar con el alfa que quieras. No tendrás por qué dejar de ser tú. ¿Qué dices, Jimin?
Me quedé pensando. Sé que cualquier otra persona habría rechazado la oferta, pero... yo estoy enamorado de Yoongi y tal vez esto nos pueda acercar y él se pueda enamorar de mí.
—Está bien, acepto. Me casaré contigo.
—Sí, Jimin, gracias. Eres el mejor.
Sentí su abrazo cálido y respiré nuevamente ese olor a tierra mojada que hizo saltar a mi omega. Sus brazos fuertes y bien trabajados abrazándome eran la mejor sensación del mundo. Mi corazón latía desbocado, y por un momento, me permití soñar con un futuro juntos.
—Bueno, Jimin, debo irme a hablar con los abogados. Te diré cuándo todo esté listo.
—Está bien —respondí, tratando de mantener la calma.
Lo vi irse y no podía contener mi felicidad. Me casaré con Min Yoongi, mi alfa, mi destinado. Este será mi sueño hecho realidad. Aunque sea un matrimonio por conveniencia, tengo la esperanza de que, con el tiempo, Yoongi pueda ver más allá de sus prejuicios y tal vez, solo tal vez, llegue a amarme como yo lo amo a él.
Corrí a contarle a mi amigo Taehyung que me casaría con Yoongi, obviamente súper emocionado y aún sin poder creerlo.
—¡Tae Tae, tengo que contarte algo muy importante! —dije, casi sin aliento.
—Me asusta la emoción que tienes —respondió Taehyung, mirándome con curiosidad.
—¡Me casaré!
—Deja de bromear —dijo, frunciendo el ceño.
—Es en serio, me casaré con Min Yoongi.
—Estás tarado. Si a Yoongi no le gustan los omegas masculinos, seguro se está burlando de ti.
Tae siempre ha sido muy sincero, y a veces sus palabras van cargadas de cosas que nadie quiere escuchar.
—No es para burlarse, Tae. En realidad, es para que sus padres no lo casen con un extraño.
—O sea, un matrimonio por su interés. ¿Y tú qué ganas con eso?
—Tal vez se enamore de mí, ¿no crees?
—No, no creo. Lo que creo es que va a usarte para sus intereses porque sabe que estás enamorado de él.
—No, él no lo sabe.
—Jimin, cualquier persona que tenga menos de un dedo de frente se da cuenta.
—Entonces, ¿no serás testigo de mi boda?
—No me quiero prestar para esa estupidez, pero no quiero dejarte solo en esto. Cuando me necesites, sabes que aquí siempre estaré —respondió Taehyung con un suspiro.
—Gracias, Tae. Eres mi único amigo y significas mucho para mí —dije, sintiendo una mezcla de gratitud y tristeza.
—Solo espero que no sufras mucho y que no te arrepientas de esta decisión —dijo Taehyung, mirándome con preocupación.
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