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Eres hermoso.


Después de un largo y agradable rato de música y relajación el rubio se quitó los audífonos fijándose en la hora dándose cuenta que ya casi tenía que estar en la academia.

Levantándose tomó el bolso que usaba para ir a sus clases y metió en ella ropa apropiada para bailar. Cambió su ropa por unos simples pantalones cortos y una camisa sencilla blanca calzando de una vez los tenis que usaría en su clase.

Caminó hacia la planta de abajo encontrándose con Jungkook en la sala sentado en el sofá mientras miraba una especie de serie en el televisor. Se dirigió a la cocina y del refrigerador sacó dos botellas de agua y las metió en su bolso. Una vez que tenía todo listo regresó a la sala y se detuvo un momento solo para avisarle que ya se iba.

-Hyung -le llamó.

Al escucharlo Jungkook rapidamente volteó para mirarlo.

-¿Si? Espera ¿A donde vas? -preguntó al verlo cargar un bolso deportivo.

-Voy a mis clases de baile y danza contemporánea.

-Wuoo, ¿Prácticas o estudias danza? -preguntó.

-Si, bueno aún no comienzo mi carrera pero ya solo me faltan un par de meses para entrar a la universidad-informó.

-Vaya, eso es genial.

-Bueno solo te llamaba para decirte que ya me iba.

-Oh, espera. ¿No quieres que te de un aventón? -ofreció, tal y como la vez pasada pensó jimin.

-No es necesario pero si quieres..

-Claro, vamos. No es como que tenga muchas que hacer, Tae hace rato se fue a su trabajo.

-Bueno de ser así, entonces vamos -dijo sonriendo.

Jungkook asintió y tomó su billetera y teléfono junto a las llaves de la motocicleta.

Ambos subieron y Jimin ya con un poco mas confianza que la vez anterior tomó las caderas de su cuñado afianzándo su agárre en él.

El viaje fue tranquilo. El día era realmente hermoso y estaba soleado pero fresco, tal y como le gustaba al rubio.

Después de decirle el nombre del lugar no mencionaron palabra alguna.

Unos diez minutos después ya habían llegado y Jimin estaba quitándose el casco de seguridad.

El castaño sonrió al verlo hacer muecas mientras intentaba sacarse aquello con dificultad. Hasta que por fin después de un tirón el bendito casco salió.

-En verdad eso estaba aferrado a mi cabeza -dijo entregándole aquel redondo objeto negro.

-Tal véz le gustó tu hermoso cabello.

Las palabras habían salido de su boca espontáneamente y trás unos segundos pareció pensarlo dandose cuenta de lo que había dicho.

El pelirubio se ruborizó.

-¿Crees que mi cabello es hermoso? -se atrevió a preguntar con las mejillas coloradas.

Jungkook asintió.

-No solo tu cabello es hermoso. Tu eres hermoso -confesó.

Jimin ante esas palabras se sintió aún mas ruborizado y cubrió con sus pequeñas manos sus mejillas.

Jungkook sonrió viendo lo adorable que podía llegar a ser su pequeño cuñado.

-Y-yo ya voy a entrar.. se me hará tarde -dijo evitando mirarlo.

-Claro ve, aquí te esperaré.

Jimin abrió los ojos en grande negando a la vez.

-No Hyung, no es necesario en verdad -negó.

-Nada, ahora ve. Te esperaré -declaró dando por finalizada su conversación.

El mayor bajó de la motocicleta poniéndole el seguro al manubrio bajo la aténta mirada de Jimin. Una vez listo juntos caminaron hasta la puerta de la academia.

Jimin le regaló una sonrisa indicándole con un gesto que se podía sentar en una de las bancas que estaban afuera del salón de baile.

Asintió mirándolo y tomó asiento dándose la vuelta para poder mirar hacia adentro. Quería verlo bailar.

Apróximadamente dos horas transcurrieron y aunque cualquiera pensaría que Jungkook ya estaría más que aburrido, estaba totalmente equivocado, pues era todo lo contrario.

Los movimientos tan precisos y delicados del rubio lo tenían hipnotizado. No podía apartar la mirada de él.

Algo tocó su hombro o mejor dicho alguien haciéndolo sobresaltar un poco debido a que estaba sumamente concentrado en cierto rubio con licras negras.

Volteó su mirada al frente encontrándose con el rostro de uno de sus amigos.

-Hey loco, ¿Qué andas haciendo por acá? -preguntó observando como aquel rubio ceniza se sentaba a un lado de él.

-Lo mismo digo. Yo vine por Hyunim.

-No sabía que tu hermano estudiaba danza.. también-musitó.

-Si, recién ingresó. El va en el otro salón creo que este es para los de 15 a 17 años él apenas tiene 13 solo que te ví acá sentado y me dije "Mira Jackson allá esta Jungkook. ¿Porqué no vas a saludarlo?" Y pues aquí me tienes.

El castaño rió.

-Eres un idiota -dijo entre risas.

-Si, quizás lo sea -soltó con un gesto pensativo.

Ambos rieron.

-No te ví en la fiesta que hizo Nam, ¿No fuiste? -preguntó Jungkook una vez se recuperó de la risa provocada segundos atrás.

-No pude ir, mis padres se fueron de viaje y Hyunim estaba enfermo. Tenía que cuidarlo -dijo con una mueca.

-Mm, ya veo.

Ambos conversaron de temas triviales un par de minutos mas ya que no se habían visto hace algunos días. De pronto Jungkook sintió algo presionando levemente su hombro derecho.

Miró la zona viendo a un pequeño y algo gordito dedo tocarlo. Jimin estaba frente a él con una leve capa de sudor por su rostro y cuello sosteniendo su bolso.

-Jimin -murmuró poniéndose de pie -te presento a un amigo-dijo mirándolo y señalando al más alto.

-Hola, soy Jackson Wang -dijo simplemente. Estirando su brazo, tendiendo su mano en modo de saludo.

Jimin la miró con algo de duda pero tras unos segundos de meditarlo mejor imitó la acción extendiéndola de igual forma y tomarla en un saludo.

No le gustaba que aquel chico estuviera tan cerca de Jungkook.

Que irónico.

-Hola, Park Jimin.

-Oh Park -dijo pareciendo sorprendido -¿Eres el hermano del novio de este sujeto idiota? -preguntó señalando a Jungkook recibiendo un golpe en el brazo por parte del mismo -Aouch -se quejó.

-Si, soy su hermano. Mucho gusto -habló menos tenso esta vez comprendiendo que solo eran amigos que se llevaban algo pesado entre si.

Por algún motivo eso lo había relajado.

Jackson frunció levemente el ceño mirando al rubio frente a él y luego a Jungkook.

-Bien mi querido Jack, nosotros nos vamos. Jimin debe de estar cansado y hambriento.

-Si de hecho si. La clase fue agotadora.

Jungkook asintió y tomó su maleta para cargarla por él. Acto que le pareció de lo mas lindo al rubio.

-Nos vemos. Y Jungkook.. -le habló Jackson acercándose un poco a él para susurrar en su oído.

-Ten cuidado. Te conozco.

-¿A qué te refieres? -preguntó haciéndose el desentendido. Aunque tenía una idea de a lo que se refería.

-Sabes muy bien a lo que me refiero Kook, te conozco desde que teníamos como 5, así que no intentes engañarme.

El castaño abrió la boca para protestar pero la cerró al darse cuenta de que no tenía nada que decir.

Jackson se dió la vuelta para irse al ver que su hermano menor ya estaba saliendo también de sus clases. Se retiró de ahí no sin antes despedirse de su amigo y del otro chico.

Jungkook se quedó pensando. Era verdad, eran amigos desde niños y ambos se conocían a la perfección.

Jimin vió aquello pero prefirió no decir nada al respecto.

-Supongo que ya es hora de irnos, tengo algo de hambre también y Tae no debe demorar en llegar -comentó Jungkook ignorando lo que recién había dicho Jackson.

Jimin sacó su teléfono mirando la hora.

-Es cierto. Su turno acaba en menos de quince minutos, debemos darnos prisa.

-¿Te parece si pedimos una pizza a domicilio llegando a casa? -preguntó mientras caminaban en dirección a donde estaba estacionada la motocicleta.

-¡Claro! -casi chilló, avergonzado segundos después pues su arranque -me encanta la pizza solo que no la como muy seguido ya que debo mantener mi figura si quiero lograr ser bailarín profesional algún día -declaró.

-Hablando de eso, te ví bailar hace un rato. Eres muy bueno, es decir, no se mucho de eso pero eres bueno, tus movimientos delicados y refinados sobre todo son precisos y certeros.

Jimin le miró soprendido por lo dicho.

-¿Seguro que no sabes de baile? Pareciera que si -dijo, sonriendo.

Jungkook se detuvo frente a la motocicleta sacando sus llaves.

-Bueno solo un poco, no es la gran cosa -dijo encogiéndose de hombros restándole importancia.

-Ya veo.

El castaño quitó el seguro colocando el bolso de Jimin en el tanque de la motocicleta. Le pasó el casco mientras colocaba el suyo. Una vez listos ambos subieron y emprendieron camino de regreso a su hogar.

Sin percatarse de que alguien los observaba fijamente desde el otro lado de la calle.


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