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⋆ 27 ⋆

—No puedo creer que nadie sepa que cocinas —exclamó Jimin con asombro mientras se inclinaba sobre el respaldo del sofá para ver a Yoongi usar una espátula y mover algunas verduras en la sartén, el delicioso olor y el chisporroteo llenaban la cocina del rapero.

Yoongi se encogió de hombros.

—Nadie me ha preguntado antes sobre eso, simplemente asumen que no puedo —replicó él mientras agarraba el asa de otra sartén y comenzaba a agitarla, intensificando el sonido—. Pero, me gusta preparar mis propias comidas. De esa manera sé exactamente lo que contienen.

Jimin balanceó la cabeza en sus manos mientras seguía mirando a Yoongi en la cocina, su chaqueta estaba tirada sobre el respaldo del sofá y su gorro en el piso, en algún lugar después de que Holly se había lanzado sobre él.

Estaba absolutamente fascinado con lo que fuera que Yoongi estaba cocinando para ellos.

Observó en silencio mientras Yoongi le daba la espalda, ocupado poniendo en platos la comida que había preparado, sin prestar atención a Holly, quien se movía entre sus piernas. Era muy doméstico ver al rapero actuar así, cocinando su propia comida mientras su mascota intentaba desesperadamente competir por su atención. Era lindo. Terriblemente adorable.

Los ojos de Jimin recorrieron la curva de la espalda de Yoongi, deteniéndose en la amplitud de sus hombros, tan extensos que su camisa se estiraba mientras se inclinaba sobre la encimera. A Jimin siempre le habían gustado los hombres con hombros anchos.

Su lengua jugó contra su mejilla mientras se acomodaba más en el respaldo del sofá, su barbilla ahora estaba apoyada contra los cojines.

—¿Qué estás haciendo para mí, Chef?

Yoongi miró por encima del hombro a Jimin con cariño.

—Un poco de japchae. Nada demasiado complicado.

El estómago de Jimin gruñó y le sonrió tímidamente al rapero.

—Suena delicioso, Chef. ¿Tienes algo de vino?

Yoongi rió juguetonamente.

—Jiminie, todo lo que tengo es vino.

Jimin iba a casarse con este hombre.

Cuando el rapero finalmente terminó de preparar la comida, ayudó a Jimin a preparar la mesa del comedor con una sonrisa tímida y casi lo empujó en su asiento, poniendole palillos en las manos.

—Come, por favor —dijo Yoongi, antes de alejarse para agarrar a Holly del suelo—. Voy a llenar su tazón y luego me uniré a ti. Dime qué piensas al respecto, intenté algo diferente —continuó emocionado mientras acunaba a su cachorro contra su pecho.

Jimin le sonrió con una ceja levantada.

—Me aseguraré de tener un análisis completo.

Yoongi sonrió con esa familiar sonrisa de encías que Jimin había empezado a adorar tan profundamente, antes de llevarse a su precioso cachorro para alimentarlo. Su corazón se hinchó en su pecho mientras jugueteaba con sus palillos y agarraba una porción grande, metiéndola ansiosamente en su boca.

La nutricionista, que le había asignado su compañía, estaba a cargo de la cocina de Jimin y la había llenado de comidas saludables, bajas en grasa y bajas en carbohidratos, de las que estaba honestamente enfermo. Su dieta también estaba muy controlada, y a Jimin no se le permitía comer menos ni más de lo que se le daba.

Rara vez tenía la oportunidad de atiborrarse de comida deliciosa, así que inmediatamente aprovechó la oportunidad. Lo que su compañía no sabía no lastimaría a nadie.

Inmediatamente gimió cuando sintió la deliciosa mezcla entre dulce y salsa de soja cubriendo su lengua, rápidamente empezó a masticar su boca llena de fideos y verduras.

Joder, Yoongi sabía cocinar.

A Jimin siempre le gustaron los hombres que podían cocinar.

No dudó en transmitir de inmediato sus elogios a Yoongi cuando finalmente regresó y se deslizó en el asiento frente a él, intensificando su entusiasmo cuando vio que el rapero se sonrojaba ante sus cumplidos.

—Gracias —murmuró mientras evitaba los ojos de Jimin, sus orejas ahora rojas.

«Adorable».

Yoongi era tan adorable, todo ruborizado y avergonzado por sus cumplidos. Probablemente era la mejor vista que los ojos de Jimin habían tenido el placer de presenciar.

—Debes cocinar para mí todo el tiempo —anunció más tarde Jimin, cuando ya había terminado la mitad de su plato, levantando sus palillos para señalar a Yoongi—. Honestamente, mi nutricionista me hace comer las comidas más insulsas, es deprimente.

Yoongi arqueó una ceja.

—¿Tu nutricionista dicta tus comidas? —preguntó con curiosidad mientras masticaba.

—Tengo que seguir la dieta que me da mi compañía, así que mi nutricionista está allí para mantener mis comidas en casa controladas —explicó Jimin e hizo una mueca de dolor cuando vio la mirada dura en los ojos de Yoongi.

—No deberías tener que seguir ninguna dieta —dijo Yoongi firmemente mientras apuñalaba sus fideos—. Eres la persona más en forma que he conocido. Deberías poder comer lo que quieras.

Jimin evitó sus ojos y miró su comida con torpeza.

Lo único sobre lo que él y Yoongi siempre parecían pelear en sus meses de amistad, era la forma en que SuperStar Entertainment controlaba cada aspecto de la vida de Jimin. Yoongi era muy vocal acerca de su postura, y hasta había escrito una canción completa sobre eso.

Despreciaba lo mucho que esa compañía trataba a Jimin como si fuera un niño, siempre discutía con él sobre lo que merecía, y aunque apreciaba el sentimiento, también lo hacía sentir... extraño. Él ya sabía que la forma en que era tratado no estaba bien. Ya sabía que merecía más.

Él sabía todo eso y, honestamente, hacía que Jimin se sintiera desesperado cada vez que Yoongi se quejaba, porque ¿qué podía hacer al respecto? Tenía poco o ningún poder frente a sus superiores y nada cambiaría, sin importar cuántas veces reclamara.

Jimin no era una damisela en apuros que necesitaba ser salvada. Él era consciente del maltrato, dolorosamente consciente de ello cada segundo que su contrato aún era legalmente vinculante. Quejarse nunca cambió nada para él.

Jimin apreciaba mucho a Yoongi cada vez que le recordaba su valor, pero a veces, sólo algunas veces, apreciaría más su apoyo inquebrantable que sus críticas. A veces quería un descanso de que le recordaran sobre su jaula dorada, necesitaba saber que a la gente le importaba.

—Lo sé —dijo Jimin mientras usaba sus palillos para hacer girar sus fideos—. Aunque realmente no puedo hacer nada al respecto.

Yoongi abrió la boca, listo para discutir, pero lo consideró mejor y cerró su boca para sonreír con tristeza en su dirección, queriendo mantener la atmósfera tranquila.

Jimin le devolvió la sonrisa de inmediato, profundamente agradecido. No quería arruinar esta noche hablando de su mala compañía y su vida. Sólo quería divertirse y fingir que era una persona normal yendo a una cita normal.

Agarró otro bocado de fideos y Yoongi tomó su copa de vino.

—¿Qué comida quieres que haga para ti la próxima vez, Jimin?

Jimin se animó al instante con el cambio de tema, ansioso por superar la torpeza momentánea.

—¿Qué tan bueno eres haciendo kimchi?

Yoongi sonrió con suficiencia.

—Demasiado bueno.

Las cejas de Jimin se torcieron en diversión.

—¿En serio?

Yoongi asintió mientras tomaba un sorbo de su vino.

—Al menos dame un reto.

Jimin puso los ojos en blanco juguetonamente.

—Sí, sí, está bien. Déjame probar tu kimchi y luego hablaremos sobre desafíos, grandulón.

⋆ ⋆ ⋆

Jimin estaba en conflicto. Él y Yoongi estaban sentados en su gran sofá, uno a lado del otro, sus muslos tocándose y sus dedos entrelazados, viendo una película de la que apenas recordaba el nombre.

Miró a Yoongi por el rabillo del ojo.

El rapero estaba relajado contra su sofá, mientras miraba fijamente la película y frotaba inconscientemente el dorso de la mano de Jimin con su pulgar. Jimin se mordió el labio. Estaba en conflicto porque... ¿se podría acurrucar en su pecho o no?

¿Era correcto hacer ese movimiento? Ya eran amigos cercanos y sabían que ambos se gustaban. Sabían que se encontraban atractivos.

¿Era demasiado pronto? Jimin estaba seguro de que era socialmente aceptable acurrucarse durante una película, pero... ¿qué pasaba con Yoongi? ¿Le gustaría acurrucarse? Al hombre le gustaba su espacio personal, pero también era una persona muy dulce y cariñosa por dentro.

Jimin se retorció en su asiento.

¿Estaría bien que se inclinara y apoyara la cabeza en su hombro? Ya estaban tomados de las manos.

¿Qué se hacía en una situación como esta? Jimin deseaba poder sacar su teléfono discretamente y enviarle un mensaje a Taehyung pidiendo ayuda, pero estaba seguro de que su mejor amigo estaba más que ocupado con su novio en ese momento.

Dejó escapar un suspiro por la nariz y se sobresaltó cuando Yoongi le preguntó—: ¿Estás bien?

—Sí, estoy bien —aseguró Jimin con una sonrisa, volviendo su atención a la película de la que no tenía la menor idea—. Estoy... espléndido.

—¿Qué? —cuestionó Yoongi confundido—. Nunca te he escuchado decir eso antes

Jimin sintió que su rostro se calentaba de vergüenza.

—Bueno, lo dije hace un momento.

Yoongi sacudió la cabeza divertido, con una sonrisa en sus labios.

—Está bien, Jiminie. Lo que digas.

Justo cuando estaba a punto de replicar con algo ingenioso, Jimin ahogó un grito al sentir que la mano de Yoongi se separaba de la suya y se estiraba para agarrar su hombro y juntarlo a su pecho.

—Acércate, estás muy lejos —murmuró Yoongi.

Jimin apretó los labios para ocultar su gran sonrisa mientras acariciaba el suave material de la camiseta de Yoongi con su nariz, su mano se movió para descansar sobre el pecho del mayor. Sintió la barbilla del rapero presionando suavemente en la parte superior de su cabeza y se sonrojó. ¡Ellos estaban acurrucándose!

No podía esperar para contarle a Taehyung sobre lo suave y sólido que se sentía el pecho de Yoongi, y sobre cómo el mayor no había dicho una palabra cuando Jimin se había movido para descansar la cabeza justo en el hueco entre su cuello y hombro. En su lugar, ¡había movido su mano para enrollarla alrededor de su cintura!

Jimin aún no tenía idea de qué trataba la película, estaba demasiado concentrado en el hecho de que la mano de Yoongi ahora estaba en su cadera, acariciándola suavemente con su gran palma. Joder, se sentía mucho más intenso que cuando Jimin había tenido relaciones sexuales o se había masturbado, esto era un locura.

Después de otro minuto de pretender ver la película, Jimin frunció los labios mientras contemplaba hacer lo que realmente quería. La única cosa que había estado en su mente desde el momento en que se dio cuenta de que tenía sentimientos por Yoongi, la única cosa que quería desde que lo vio.

Si juntara el coraje en ese momento y girara la cabeza para enfrentar al rapero... ¿Yoongi le permitiría que lo besara? Porque Jimin quería hacerlo más que nada.

Cuanto más tiempo estaba en sus brazos, más tiempo sentía su toque, y más crecía el impulso dentro de él hasta que era todo en lo que podía pensar. Quería besar a Yoongi, quería sentir sus labios sobre los suyos y quería derramar todo su corazón en el alma del mayor.

Era sólo la primera cita, pero a Jimin no le importaban los tiempos socialmente aceptables. Quería besar a Yoongi, quería besarlo en ese mismo momento, en su primera cita, porque maldita sea, había esperado demasiado tiempo para sentirse así por alguien.

No creía que alguna vez hubiera querido besar a alguien con tanta urgencia, tan desesperadamente, y aunque esto podría haberlo avergonzado, Jimin sólo sentía nervios y ansiosas mariposas en su estómago. No se perdonaría a sí mismo si dejara la casa de Yoongi esa noche sin intentarlo.

Mentalizándose a sí mismo, e ignorando la forma en que su corazón se aceleraba, Jimin movió la cabeza para mirar a Yoongi, su nombre en la punta de la lengua.

—Yoongi.

Sintió que su aliento se atoraba en su garganta cuando se dio cuenta de cuán cerca estaban sus caras una de la otra. Yoongi pareció darse cuenta de eso también y sus labios se separaron mientras sus ojos se posaron en los labios regordetes y brillantes del cantante.

—Jimin.

La pareja siguió mirándose en silencio, ambos anhelando que el otro se inclinara un milímetro más cerca. Sólo un poco más cerca, para que supieran que estaba bien inclinarse hacia adelante también.

—Yoongi —susurró Jimin, sus dedos apretándose en la camisa del más alto.

—¿Sí? —le susurró Yoongi en respuesta, su propio agarre en su labio apretándose también.

Jadeó.

Jimin y Yoongi compartieron una mirada ardiente, con sus corazones latiendo como uno y sus labios temblando. Tan cerca. Estaba tan cerca, Yoongi siempre estaba tan cerca, pero a la vez tan lejos. Jimin dejó escapar un suspiro y avanzó hasta que sus narices se rozaron.

La televisión siguió reproduciendo la película a la que ninguno de los dos estaba prestando atención, demasiado ocupados el uno con el otro.

—¿Pue... puedo...?

—Sí. —Y por sólo esa única palabra, Jimin lanzó toda su precaución por la ventana, se inclinó hacia delante y besó a Yoongi.

Jimin moldeó sus labios a los del mayor, su mano agarró un puñado de su camisa tan fuerte que temió que se rompiera, y su corazón palpitó contra su caja torácica. El otro brazo de Yoongi se movió para asentarse a un lado de la cara de Jimin, acariciando sutilmente su mandíbula con la punta de sus dedos.

Jimin nunca se había sentido tan satisfecho y completo como ahora, besando a Yoongi como si jamás hubiera besado a nadie más en toda su vida, presionando insistentemente contra él mientras movía los labios a un ritmo que sólo ellos podían escuchar. La otra mano de Jimin se arrastró por el costado del pecho de Yoongi, pasándola por encima de su hombro y alrededor de su cuello para quedarse en la parte de atrás de su cabeza, tirando de él sólo un poco para poder acercarlo más, y más, y más. Era pura agonía y felicidad, una hermosa mezcla que Jimin no podía comenzar a describir.

Era pura perfección. Porque eran ellos. Un momento compartido entre dos almas en la privacidad de la casa de Yoongi, lejos de las opiniones de los demás y del juicio del mundo. Sólo ellos, juntos. Era todo lo que Jimin había pedido y más.

Los dedos de Yoongi continuaron acariciando la línea de su mandíbula antes de que se arrastraran por su mejilla y lo tomaran tan suavemente, como si Jimin fuera la cosa más preciosa del mundo. Sintió las mariposas en su estómago florecer en pétalos de rosa que llovían sobre ellos como una escena de los dramas románticos que Yoongi admitió tímidamente que veía. Besar a Yoongi se sentía como fuegos artificiales y olas chocando contra las rocas, y todo lo demás emocionante y asombroso en el mundo.

Besar a Yoongi lo era todo.

Yoongi rompió suavemente el beso con un suave gemido, echándose hacia atrás para mirar a Jimin con asombro, quien intentaba desesperadamente capturar sus labios una vez más en otro beso alucinante. Su pulgar rozó el pómulo de Jimin con tanta delicadeza y sus ojos brillaron con algo indescriptible mientras lo miraba. Jimin sintió que su mente se había separado de su cuerpo y que su alma flotaba en otro plano existencial. Dejó escapar una risita sin aliento y sonrió muy suavemente, provocando una risita en Yoongi.

—Wow —suspiró Yoongi, inclinando su rostro para presionar su frente contra la suya—. E−eres jodidamente mágico, ¿lo sabías?

Jimin se echó a reír por lo bajo, la sensación cálida de la mano del rapero contra su cara hizo que sus ojos se cerraran de satisfacción.

—Si soy mágico, entonces tú eres de otro mundo —respondió, su voz era baja como si algo más fuerte que un susurro rompería la burbuja segura en la que estaban.

Yoongi chasqueó la lengua con una expresión alegre.

—Un hombre tras mi corazón.

Jimin sólo asintió, feliz.

—Por supuesto. Quiero que sea mío. —La mirada de Yoongi revoloteaba por cada parte de su rostro con asombro, como si no pudiera creer lo que estaba viendo.

—Ya es tuyo —susurró en respuesta y sintió que su corazón se apretaba dolorosamente en su pecho.

Eso fue todo lo que necesitó Jimin para saltar hacia adelante una vez más y besar a Yoongi con renovado fervor, acercándose más, tan cerca que estaba casi a horcajadas sobre su regazo. Los brazos de Yoongi se retorcieron para envolver la cintura de Jimin y empujarlo hacia adelante hasta que fueron inseparables.

Jimin lo besó como si su vida dependiera de ello, como si hubiera sido creado para cumplir un solo propósito: besar a Yoongi. Vertió su corazón y su alma en él, profundizando el beso con una lamida en la comisura de sus labios y abriendo rápidamente su boca cuando Yoongi jadeó.

Sus dedos se aferraban a los mechones negros del cabello del rapero como si fueran la cuerda de un salvavidas y él inclinó su cabeza para besarlo aún más profundo, yendo más lejos, y poniendo su marca en él. Para que todos sepan que este hombre... este hombre era suyo.

Se separaron con un jadeo y Jimin inclinó la cabeza para mirar hacia el techo, suspirando profundamente cuando sintió que Yoongi se inclinaba para colocar besos húmedos en su mandíbula y la columna de su cuello, luchó por contener un bochornoso gemido.

—Yoongi.

Todo lo que parecía ser capaz de hacer era repetir el nombre del rapero, una de sus manos cayó del cabello del más alto y se clavó en su hombro mientras se movía para estar completamente sobre su regazo.

—Jodida mierda —murmuró Yoongi, sus dedos acariciando la porción desnuda de piel por encima de la pretina de su pantalón.

Jimin miró hacia abajo y tiró del cabello del mayor lo suficientemente fuerte como para inclinar su cabeza hacia atrás y quedar uno frente al otro. Se inclinó y justo cuando estaba a punto de besar a Yoongi una vez más, Holly decidió saltar sobre el respaldo del sofá con un fuerte ladrido y estrellarse contra él.

—¡¿Qué diablos?!

Holly no prestó atención al hecho de que casi había empujado a Jimin fuera de Yoongi y, en cambio, colocó sus patas delanteras sobre el pecho del rapero, lamiendo su cara de manera agresiva. Yoongi trató desesperadamente de ayudar a Jimin a sentarse adecuadamente, su rostro enrojeció de vergüenza mientras se disculpaba profusamente.

—Joder, lo siento mucho, Holly se pone realmente celoso cuando le muestro afecto a otra persona, ¡lo siento mucho! —Como si escuchara sus palabras, Holly dejó escapar un resoplido y trató de subir más alto en el pecho de Yoongi, exigiendo su atención.

Jimin logró acomodarse hasta que estuvo sentado al lado de Yoongi y sólo se rió, sus ojos se curvaron haciendo lunas crecientes y su voz se convirtió en un chillido que no pudo controlar.

—E−Está bien —dijo entre risas—. ¡Es tan lindo!

Yoongi sólo puso los ojos en blanco mientras acariciaba la espalda de Holly.

—Claro, es lindo, pero también es un dolor en mi trasero.

Holly lamió la mejilla de Yoongi, olfateando intensamente mientras se acomodaba en su pecho. Jimin se inclinó para rascar la espalda del cachorro con suavidad.

—Eres un cachorrito posesivo —le dijo a Holly con voz de bebé, ignorando a Yoongi mientras los miraba fijamente—, ¿verdad, amigo? Amas mucho a tu papá, ¿verdad?

Holly lo miró antes de ladrar ruidosamente, pareciendo estar de acuerdo. Jimin rió y arrastró sus dedos por debajo del hocico de cachorro, haciéndole cosquillas suavemente.

—¿Estabas celoso cuando besé a tu papá? Bueno, ¡prepárate para estar más celoso en el futuro, Holly, porque voy a besar a tu papá todo lo que quiera!

Yoongi rió a carcajadas cuando Holly gruñó, acurrucándose en el pecho de su padre tanto como fue posible. Jimin giró la cabeza para presionar un beso en la mejilla de Yoongi, una sensación cálida y feliz se extendió por todo su pecho.

—Te voy a besar por mucho tiempo —declaró con amabilidad.

Yoongi dejó escapar una risita cuando echó la cabeza hacia atrás en el sofá, reteniendo a Holly con suavidad mientras este trataba de lamerle el cuello. Giró la cabeza para mirar a Jimin, calmándose un poco para pronunciar con absoluta convicción—: Será mejor que lo hagas, Park Jimin.

⋆ ⋆ ⋆

Era el final de la noche, el reloj marcaba apenas las dos de la madrugada y la pareja estaba frente al Lamborghini Aventador en el garaje de Jimin.

—No quiero que te vayas —se quejó Jimin contra los labios de Yoongi, sus brazos se apretaron alrededor de su cuello.

Yoongi besó la esquina de sus labios, sus manos aferradas a las curvas de sus caderas.

—Yo tampoco, pero tienes que dormir, ángel. Tu comeback es en dos días.

Jimin apenas prestó atención al resto de su oración, su mente estaba concentrada en una sola palabra.

—¿Ángel?

Yoongi se puso rojo de inmediato y miró hacia otro lado, evitando sus ojos.

—¿No te gusta? Sólo pensé que, como que eres un poco como un ángel, tal vez...

Jimin presionó un fuerte, húmedo y cariñoso beso en la mejilla del rapero antes de sonreírle.

—No lo cambies. Me encanta.

Yoongi le sonrió alegremente, tirando de él para presionar un beso casto contra sus labios, el cual rápidamente empezó a subir de tono. Jimin empujó a Yoongi contra la capó del Aventador, moviendo su pierna entre las suyas para poder besarlo fácilmente.

—¡Dejen de profanar mi auto!

Yoongi y Jimin se separaron como si hubieran sido electrocutados y giraron para encontrarse cara a cara con la expresión de horror de Jungkook y con la sonrisa de suficiencia de Taehyung, quien se asomaba por encima de su hombro. El chico corrió para empujar a Yoongi de su capó y se echó en su lugar.

—Oh, mi pobre bebé. Lamento que hayas tenido que ver eso —susurró mientras acariciaba la superficie del auto. Jimin puso los ojos en blanco.

—Oh, ella ya vio algo peor que eso dentro del auto —bromeó Yoongi, riendo a carcajadas cuando Jungkook gritó.

—¡Vete a la mierda, hyung!

Taehyung se acercó sigilosamente al lado de Jimin y agarró su antebrazo, sus cejas se movieron cuando hicieron contacto visual.

—Me dirás lo que hiciste dentro de ese auto —le susurró al oído, evocando un fuerte golpe de Jimin contra su antebrazo.

—No seas entrometido.

Taehyung frunció el ceño.

—Pero siempre he sido entrometido. No puedes privarme de los detalles jugosos ahora.

—No te preocupes, Taehyung, te contaré todo —dijo Yoongi. Jimin lo miró con traición mientras su mejor amigo saltó hacia él con entusiasmo.

—¡Es perfecto, Jimin! No salgas con nadie más, todos son aburridos y no saben cómo divertirse —anunció Taehyung mientras se acercaba a Yoongi, más allá del éxtasis de haber conocido a alguien tan chismoso como él.

Jimin dejó escapar una sonrisa exasperada y cruzó los brazos sobre su pecho.

—No planeo salir con otra persona —dijo mientras miraba fijamente a Yoongi, sonriéndose el uno al otro. Jungkook fingió vomitar desde donde estado recostado en el capó de su auto y se enderezó para señalar a los dos de manera acusadora.

—Les prohíbo que hagan cualquier muestra pública de afecto cerca de mi bebé. Ella no se lo merece —dijo tercamente, sonando más como un niño que nada.

—Claro, no hay problema —bromeó Jimin, sin apartar la vista de Yoongi por un segundo.

—Entendido, Kook —dijo Yoongi mientras hacía lo mismo.

Taehyung miró a los dos con fascinación y sus ojos se ensancharon.

—Increíble —suspiró, juntando las manos—. He sido testigo del verdadero amor.

Jimin resopló, pero no pudo negarlo. Porque lo que él y Yoongi tenían... se sentía como un verdadero amor. ¿De qué otra manera podría describir las abrumadoras olas de emoción que se esparcían por todo su cuerpo a la vista del rapero? ¿De qué otra manera podría describir la forma en que su corazón saltaba en su pecho cada vez que Yoongi sonreía?

¿De qué otra manera podría describir su relación?


Hola, hoy es el cumpleaños de anjhely así que les obligo que digan feliz cumpleaños justo ahora 🐿🔪

Haewely

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