CAPITULO 9
°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧
Los de cuarto curso de Gryffindor tenían tantas ganas de asistir a la primera clase de Moody que el jueves, después de comer, llegaron muy temprano e hicieron cola a la puerta del aula cuando la campana aún no había sonado.
La única que faltaba era Hermione, que apareció puntual.—Vengo de la...
—... biblioteca —adivinó Ron—. Date prisa o nos quedaremos con los peores asientos.
Y se apresuraron a ocupar cuatro sillas delante de la mesa del profesor.
Sacaron sus ejemplares de Las fuerzas oscuras: una guía para la autoprotección, y aguardaron en un silencio poco habitual.
No tardaron en oír el peculiar sonido sordo y seco de los pasos de Moody provenientes del corredor antes de que entrara en el aula, tan extraño y aterrorizador como siempre.
Entrevieron la garra en que terminaba su pata de palo, que sobresalía por debajo de la túnica.
—Ya podéis guardar los libros —gruñó, caminando ruidosamente hacia la mesa y sentándose tras ella—. No los necesitaréis para nada.
Volvieron a meter los libros en las mochilas.
Ron estaba emocionado y Annie al ver eso negó con la cabeza, aunque ella no estaba emocionada, el profesor no le daba muy buen presentimiento.
Moody sacó una lista, sacudió la cabeza para apartarse la larga mata de pelo gris del rostro, desfigurado y lleno de cicatrices, y comenzó a pronunciar los nombres, recorriendo la lista con su ojo normal mientras el ojo mágico giraba para fijarse en cada estudiante conforme respondía a su nombre.
—Bien —dijo cuando el último de la lista hubo contestado «presente»—. He recibido carta del profesor Lupin a propósito de esta clase. Parece que ya sois bastante diestros en enfrentamientos con criaturas tenebrosas. Habéis estudiado los boggarts, los gorros rojos, los hinkypunks, los grindylows, los kappas y los hombres lobo, ¿no es eso?
Hubo un murmullo general de asentimiento.—Pero estáis atrasados, muy atrasados, en lo que se refiere a enfrentaros a maldiciones —prosiguió Moody—. Así que he venido para prepararos contra lo que unos magos pueden hacerles a otros. Dispongo de un curso para enseñaros a tratar con las mal...
—¿Por qué, no se va a quedar más? —dejó escapar Ron.
El ojo mágico de Moody giró para mirarlo.
Ron se asustó, pero al cabo de un rato Moody sonrió.
—Supongo que tú eres hijo de Arthur Weasley, ¿no? —dijo Moody, siguió la mirada hasta Anne- Y tu su melliza, no?- preguntó, la chica asintió- Hace unos días vuestro padre me sacó de un buen aprieto... Sí, sólo me quedaré este curso. Es un favor que le hago a Dumbledore: un curso y me vuelvo a mi retiro.
—Así que... vamos a ello. Maldiciones. Varían mucho en forma y en gravedad. Según el Ministerio de Magia, yo debería enseñaros las contramaldiciones y dejarlo en eso, pero os lo voy a explicar porque tenéis que estar preparados. Tenéis que estar alerta y vigilantes. Y usted, señorita Brown, tiene que guardar eso cuando yo estoy hablando.
Lavender se sobresaltó y se puso colorada. Le había estado mostrando a Parvati por debajo del pupitre su horóscopo completo.
Daba la impresión de que el ojo mágico de Moody podía ver tanto a través de la madera maciza como por la nuca.—Así que... ¿alguno de vosotros sabe cuáles son las maldiciones más castigadas por la ley mágica?
Varias manos se levantaron, incluyendo la de Ron y la de Hermione. Moody señaló a Ron, aunque su ojo mágico seguía fijo en Lavender.—Eh... —dijo Ron, titubeando— Mi padre me ha hablado de una. Se llama maldición imperius, o algo parecido.
—Así es —aprobó Moody—. Tu padre la conoce bien. En otro tiempola maldición imperius le dio al Ministerio muchos problemas.
Moody se levantó con cierta dificultad sobre sus disparejos pies, abrióel cajón de la mesa y sacó de él un tarro de cristal.
Dentro correteaban tres arañas grandes y negras.
Moody metió la mano en el tarro, cogió una de las arañas y se la puso sobre la palma para que todos la pudieran ver.
Luego apuntó hacia ella la varita mágica y murmuró entre dientes:—¡Imperio!- La araña se descolgó de la mano de Moody por un fino y sedoso hilo, y empezó a balancearse de atrás adelante como si estuviera en un trapecio; luego saltó, se soltó del hilo y cayó sobre la mesa, donde empezó a girar en círculos.
Moody volvió a apuntarle con la varita, y la araña se levantó sobre dos de las patas traseras y se puso a bailar lo que sin lugar a duda era claqué.
Todos se reían.
Todos menos Moody.—Os parece divertido, ¿verdad? —gruñó—. ¿Os gustaría que os lo hicieran a vosotros?
La risa dio fin casi al instante.
—Esto supone el control total —dijo Moody en voz baja, mientras la araña se hacía una bola y empezaba a rodar
—Yo podría hacerla saltar por la ventana, ahogarse, colarse por la garganta de cualquiera de vosotros...
Ron se estremeció.—Hace años, muchos magos y brujas fueron controlados por medio de la maldición imperius —explicó Moody- Podemos combatir la maldición imperius, y yo os enseñaré cómo, pero se necesita mucha fuerza de carácter, y no todo el mundo la tiene. Lo mejor, si se puede, es evitar caer víctima de ella. ¡ALERTA PERMANENTE! —bramó, y todos se sobresaltaron.
Moody cogió la araña trapecista y la volvió a meter en el tarro.—¿Alguien conoce alguna más? ¿Otra maldición prohibida?
Hermione volvió a levantar la mano y también lo hizo Neville.
—Hay una... la maldición cruciatus —dijo éste con voz muy leve pero clara.
Anne le miró con tristeza ya que ella y Neville eran muy amigos, el chico le había contado no muy recientemente que sus padres estaban internados en San Mungo por esa maldición, incapaces de reconocer a nadie ni hacer nada, estaban en un estado... "muerto".
Cuando Neville se lo contó, Anne le prometió que cuando ella se hiciera sanadora haría todo lo que pudiese para ayudarles.
Moody miró a Neville fijamente, aquella vez con los dos ojos.—¿Tú te llamas Longbottom? —preguntó, bajando rápidamente el ojo mágico para consultar la lista.
Neville asintió nerviosamente con la cabeza, pero Moody no hizo más preguntas.
Se volvió a la clase en general y alcanzó el tarro para coger la siguiente araña y ponerla sobre la mesa, donde permaneció quieta, aparentemente demasiado asustada para moverse.—La maldición cruciatus precisa una araña un poco más grande para que podáis apreciarla bien —explicó Moody, que apuntó con la varita mágica a la araña y dijo—: ¡Engorgio! La araña creció hasta hacerse más grande que una tarántula.
Moody levantó otra vez la varita, señaló de nuevo a la araña y murmuró:—¡Crucio!
De repente, la araña encogió las patas sobre el cuerpo.
Rodó y se retorció cuanto pudo, balanceándose de un lado a otro. No profirió ningún sonido, pero era evidente que, de haber podido hacerlo, habría gritado.
Moody no apartó la varita, y la araña comenzó a estremecerse y a sacudirse más violentamente.
—¡Pare! —dijo Anne con voz estridente.
Harry la miró, pero ella no se fijaba en la araña sino en Neville.
Hermione asintió- ¡¿No ve que le está haciendo daño?!
Las manos de Neville se aferraban al pupitre. Tenía los nudillos blancos y los ojos desorbitados de horror.
Moody levantó la varita.
La araña relajó las patas pero siguió retorciéndose.—Reducio —murmuró Moody, y la araña se encogió hasta recuperar su tamaño habitual.
—Dolor —dijo con voz suave— No se necesitan cuchillos ni carbones encendidos para torturar a alguien si uno sabe llevar a cabo la maldición cruciatus... También esta maldición fue muy popular en otro tiempo. Bueno, ¿alguien conoce alguna otra?
A juzgar por la expresión de los demás, parecía que todos se preguntaban qué le iba a suceder a la última araña.
La mano de Hermione tembló un poco cuando se alzó por tercera vez.
—¿Sí? —dijo Moody, mirándola.
—Avada Kedavra —susurró ella. Algunos le dirigieron tensas miradas.
—¡Ah! —exclamó Moody, y la boca torcida se contorsionó en otra ligera sonrisa—. Sí, la última y la peor. Avada Kedavra: la maldición asesina.
Metió la mano en el tarro de cristal Moody la agarró y la puso sobre la mesa.
Moody levantó la varita.
—¡Avada Kedavra! —gritó Moody.
Hubo un cegador destello de luz verde y un ruido como de torrente, como si algo vasto e invisible planeara por el aire.
Al instante la araña se desplomó patas arriba, sin ninguna herida, pero indudablemente muerta.
Algunas de las alumnas profirieron gritos ahogados.
Ron se había echado para atrás y casi se cae del asiento cuando la araña rodó hacia él.
Moody barrió con una mano la araña muerta y la dejó caer al suelo.—No es agradable —dijo con calma—. Ni placentero. Y no hay contra maldición. Sólo se sabe de una persona que haya sobrevivido a esta maldición, y está sentada delante de mí.
Anne vio como la cara de Harry enrojecía cuando los ojos de Moody se clavaron en él.
También lo observaban todos los demás.
Harry miró la limpia pizarra como si se sintiera fascinado por ella, pero no veía nada en absoluto...
—Avada Kedavra es una maldición que sólo puede llevar a cabo un mago muy poderoso. Ahora bien, si no existe una contra maldición para Avada Kedavra,¿por qué os la he mostrado? Pues porque tenéis que saber. Tenéis que conocer lo peor. Ninguno de vosotros querrá hallarse en una situación en que tenga que enfrentarse a ella. ¡ALERTA PERMANENTE! —bramó, y toda la clase volvió a sobresaltarse.
Veamos... esas tres maldiciones, Avada Kedavra, cruciatus e imperius, son conocidas como las maldiciones imperdonables. El uso de cualquiera de ellas contra un ser humano está castigado con cadena perpetua en Azkaban. Quiero preveniros, quiero enseñaros a combatirlas. Tenéis que prepararos, tenéis que armaros contra ellas; pero, por encima de todo, debéis practicar la alerta permanente e incesante. Sacad las plumas y copiad lo siguiente...
Se pasaron lo que quedaba de clase tomando apuntes sobre cada una de las maldiciones imperdonables.
Cuando Moody dio por terminada la lección y ellos salieron del aula, todos empezaron a hablar inconteniblemente.
La mayoría comentaba cosas sobre las maldiciones en un tono de respeto y temor.—¿Visteis cómo se retorcía?
—Y cuando la mató... ¡simplemente así!
Hablaban sobre la clase pero para Annie no había resultado divertida.
Y, a juzgar porlas apariencias, tampoco para Hermione y Harry.
—Daos prisa —les dijo muy tensa a Harry, Hermione y Ron.
—¿A donde vamos? —preguntó Ron.
Señaló a un pasillo lateral.
Neville se hallaba de pie, solo en mitad del pasillo, dirigiendo al muro de piedra que tenía delante la misma mirada horrorizada con que había seguido a Moody durante la demostración de la maldición cruciatus.
—Neville... —lo llamó Anne con suavidad.
Neville la miró.
—Ah, hola —respondió con una voz mucho más aguda de lo usual—.Qué clase tan interesante, ¿verdad? Me pregunto qué habrá para cenar, porque... porque me muero de hambre, ¿vosotros no?
—Neville, ¿estás bien? —le preguntó Hermione.
—Sí, sí, claro, estoy bien —farfulló Neville atropelladamente, con la voz demasiado aguda—. Una cena muy interesante... clase, quiero decir...¿Qué habrá para cenar?
Ron le dirigió a Harry una mirada asustada.
—Neville, ¿qué...?
Oyeron tras ellos un retumbar sordo y seco, y al volverse vieron que el profesor Moody avanzaba hacia allí cojeando. Los cuatro se quedaron en silencio, mirándolo con aprensión, pero cuando Moody habló lo hizo con un gruñido mucho más suave que el que le habían oído hasta aquel momento.
—No te preocupes, hijo —le dijo a Neville—. ¿Por qué no me acompañas a mi despacho? Ven... tomaremos una taza de té.
Neville pareció aterrorizarse aún más ante la perspectiva de tomarse un té con Moody, no se movió ni habló.
Moody dirigió hacia Harry su ojo mágico.—Tú estás bien, ¿no, Potter?
—Sí —contestó Harry en tono casi desafiante.
—Tenéis que saber. Puede parecer duro, pero tenéis que saber. No sirve de nada hacer como que... bueno... Vamos, Longbottom, tengo algunos libros que podrían interesarte- dijo.
Neville miró a sus amigos de forma implorante.
-En realidad... Profesor, yo y Neville íbamos a la biblioteca a hacer unos trabajos- explicó Anne rápidamente intentando salvar a su amigo.
Moody la inspeccionó- Bien, pero muchacho, antes de cenar ven a mi oficina- le ordenó.
Neville asintió aliviado y se unió a Anne.
-Gracias Annie- dijo el chico.
Ella le abrazó de costado- No te preocupes Nev, ¿quieres que vayamos al lago?- susurró lo último en voz baja.
Neville asintió alegre.
-Chicos, me voy con Neville pero luego os veo, ¿vale?
-Claro- dijo Hermione.
°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧
Anne y Neville estaban en la orilla del Lago Negro, Neville tenía la cabeza en el regazo de la pelirroja mientras que está le acariciaba el pelo.
Estaban en silencio comiéndose algunos pastelitos de las cocinas.
-Gracias por lo de antes- murmuró Neville decaído.
-Estabas loco si pensabas que te dejaría con él, no me da muy buenas vibras.
-Vaya... Alguien que no te cae bien, eso es nuevo- dijo Neville un poco más animado, estar con su amiga siempre le ayudaba cuando estaba mal.
-Mentira, Los Riddle no me caen bien.
-Si claro, y yo no amo las plantitas- murmuró él divertido- Por cierto, no me refería a lo de Moody, decía cuando le has dicho que parara, de verdad me estaba afectando, a lo mejor estoy sonando como un llorica- su voz se cortaba un poco.
-Oh, Nev, escúchame, lo que ha hecho ha sido... Maniático y horrible, al ver como estabas tú y todos debería haber parado, no sé por que no lo hizo, aparte, tu reacción ha sido normal, eres muy fuerte después de todo lo que te ha ocurrido.
-Ya, es que me recuerda a lo que les pasó... ¿De verdad notaron tanto dolor y angustia?
-No te tortures con eso, Nev, ellos no lo hubieran querido- le intentó consolar Anne.
-Solo... Es que no entiendo porque a ellos, Annie.
-La vida hace cosas muy desagradables en todos nosotros, Nev, no te carcomas intentando saber porque pasó, deberías centrarte en lo orgullosos que estarían de ti,
-No hables así- murmuró Neville.
-¿Así como?
-Como si estuvieran muertos, no lo están.
-Pues claro que no lo están, digo que estarían orgullosos si se lo dijeras.
Neville la miró confundido.
-Si les cuentas todo lo que consigues hacer y todo lo que has hecho, eres un prodigio en herbología, ¿les contaste sobre los puntos del primer año?, conseguiste que ganáramos la copa y muchísimas cosas más.
-Siempre voy a visitarles.
Anne movió la cabeza en desacuerdo- Te he visto alguna vez que me has pedido que te acompañara Nev... Les dices hola y te vas- dijo con la mayor suavidad que pudo.
-Es solo que... No puedo, no soporto verles así, ¿cómo te sentirías si cada vez que les hablas a tus padres solo recibes un sonido? Ni hablan Annie, les tienen que alimentar los sanadores...
Al ver que Anne se quedaba callada continuó- Sé lo que piensas, que soy un cobarde, un cobarde que no es capaz ni de dirigirles a sus padres más que un hola, mi abuela tiene razón... Nunca seré un verdadero Gryff- Anne le cortó
-No te atrevas a continuar esa frase Neville- le advirtió- Ser un Gryffindor no consiste en tener valentía, también es ser leal y muchas cualidades más, a demás de que no eres ningún cobarde, no pasa nada porque no estés preparado, aunque yo creo que sí que lo estás Nev, pero no te pienso obligar- el chico la miró con algunas lágrimas en los ojos- Ni el Gryffindor más valiente de todo el mundo mágico podría soportar ver a sus padres en ese estado, sin embargo tu has ido todos los días de tu vida y les has conseguido dirigir algunas palabras- siguió ella.
Neville se abalanzó sobre ella y la abrazó con mucha fuerza- Te amo Annie.
La pelirroja le miró con cariño y le devolvió el abrazo- Yo también Nev.
-La verdad... Lo pensaré, lo de ir a visitarles digo.
-Si piensas que no puedes...
-No, si que lo estoy, lo he intentado negar para evitar el momento- dijo decidido- Pero... Me gustaría una cosa.
Anne le miró con confusión.
-¿Me podrías acompañar? Les quiero presentar a mi mejor amiga- admitió algo sonrojado.
-¿Estás seguro Nev? Es decir, claro que iría contigo, pero, ¿no es personal?
Neville negó con la cabeza- Por favor.
Ella asintió comprensiva y se acabaron su comida mientras Anne trataba de animarle.
-¿Y te acuerdas de la vez en tercero cuando uno me empujó y me llamó "traidora a la sangre"?- dijo ella riéndose.
-Como no me voy a acordar si le pegué un puñetazo...- murmuró con una sonrisa orgullosa.
-Menudo ostión que le pegaste.
-No fue para tanto- contestó algo ruborizado.
-¿Como que no? Si llego al día siguiente con un ojo morado- se carcajeó Anne.
-Eso se lo hizo él...
-Claaaro, solo porque tu lo dices Nev.
-Mejor vámonos ya al Gran Comedor- dijo él al ver la hora.
Los dos se levantaron y se fueron en esa dirección.
En el pasillo se encontraron a Blaise y Mattheo hablando.
Cuando el moreno vio a Anne la llamó.
La chica se paró y Blaise se acercó a ella, Mattheo a regañadientes también.
-¿No deberías estar en el Gran Comedor Weasley?- dijo Mattheo.
-¿Y tu?
El Riddle la ignoró y se fijo en Neville- Ah, ya veo, estás con tu noviecito, ¿no?
-¿Celoso Riddle?- contestó ella.
Mattheo bufó molesto acercándose a ella- Más quisieras comadreja.
Anne rodó los ojos- ¿Soy tan transparente acaso?, eres mi sueño Riddle, oh, te amo, te necesito, te deseo- dijo sarcásticamente.
-Que pena... No me gustan las pelirrojas que no tienen ni para comprar un grano de arroz.
-Si... Que pena, a mi no me gustan los engreídos que se creen mucho cuando no son nada.
Neville les interrumpió- Annie, me voy a ir yendo con Moody, ¿vale?, nos vemos mañana.
La chica desvió toda su atención a Neville- ¿Estás seguro de eso Nev? Puedo decirle que estas enfermo o alguna cosa que se me ocurra.
-No, no, ya me has ayudado demasiado, Annie- negó Neville.
-Si te vuelve a pasar lo de clase...
-Tranquila.
-Solo digo, no me importaría tintar su cabello de un color más... llamativo.
-Ni se te ocurra- le gritó Neville mientras se iba corriendo para no llegar tarde.
-¿Que ha pasado en tu clase con él?- preguntó Blaise.
-Pues que el nuevo profesor es un insensible, idiota, cero empático y un...- empezó a enumerar- Es que ni Snape hace eso aunque el sea un gilipollas insoportable y...- Anne paró al ver como su amigo le hacía señas y al ver como Mattheo se pegaba levemente la mano en la frente.
La pelirroja abrió los ojos mucho- ¿Está...?
-Continúe señorita Weasley- se giró y vio a Snape delante de ella con una ceja levantada- ¿No se acuerda? Espere, creo que se ha quedado en la parte en la que era un, ¿idiota insoportable?
-¡Hombre, Snape! Mi profesor favorito de todo el- se calló al ver su cara- No cuela, ¿no?
-No, está castigada, mañana en mi oficina- ordenó.
-Hora de siempre, verdad- dijo ella, siempre la castigaba y ya se había aprendido las horas a las que tenía que ir.
-Obviamente- dijo- Por cierto, venía por ti Zabini, se supone que me iba a entregar su poción.
Blaise abrió mucho los ojos- ¡Voy, voy!- y se fue corriendo con Snape detrás siguiéndole.
-Nunca te librarás de sus castigos- murmuró Mattheo negando con la cabeza.
-No soy yo, es que me tiene manía.
Mattheo la miró con incredulidad.
-Bueno... A lo mejor tiene sus razones- admitió.
-¿Eso crees?- preguntó él con sarcasmo.
-¿Eso crees?- le repitió con un tono más agudo.
-¡Yo no hablo así!- dijo ofendido.
-Yo no hablo así- le volvió a repetir.
-Cállate- dijo al ver como Anne se reía.
-Deberías de haber visto tu cara Riddle.
-A mí sí que me gustará ver la tuya después del castigo con Snape- contestó Mattheo.
Anne le miró confundida- ¿Qué dices? Si siempre los castigos son estar con él en una mísera sala y aburrirse eternamente.
-Resulta que yo y mi hermano también estamos castigados- tarareó.
-¡No!- exclamó Anne.
-¡Si!- dijo con un tono más agudo, haciendo lo que ella le había hecho antes.
-Idiota- murmuró alejándose para ir al Gran Comedor.
Notó como el Riddle la estaba siguiendo-¿Qué quieres?
-¿Yo? ¿Acaso no puedo ir al Gran Comedor a cenar? O también me juzgarás por eso.
-No te juzgo- contestó Anne.
-Mhm.
-¿Como no quieres que te trate así? Tu eres el que lo empezó, después de todo en primer año te traté a ti y a tu hermano como si fuerais mis amigos.
-Sí, pero te alejaste.
-¿De verdad crees que seguiría juntándome con vosotros después de lo que me dijisteis.
Mattheo se giró hacia ella confuso-Tom y yo nunca te dijimos nada hasta que dejaste de estar con nosotros y cuando nos empezaste a tratar como si fuéramos tus "enemigos"
-Nunca se os paso por vuestro cerebro de tamaño de guisante que, no sé... ¿Tal vez tuve una razón?
-¿Que? ¿De que hablas Weasley?- le gritó al ver como Anne caminaba más rápido.
-¡Weasley!- la llamó.
Ella no se giro.
-¡Annie!
La pelirroja se giró sorprendida-¿Me acabas de...?
No pudo decir nada más porque Mattheo la empujó contra una pared- ¡Auch! ¡¿De que va eso Riddle!?
-¿Por que?
-Vas a tener que ser un poco más especifico- murmuró Anne.
-No me vengas con tus bromas sarcásticas ahora Weasley, no es el momento.
-¿No era Annie?
Este la miró fijamente.
-Vale, no hace falta esa miradita pasional- la chica resopló al ver la cara coqueta de él- Era principio de segundo año y os fui a visitar para daros algunas galletas que había cocinado, al llegar te vi a ti y a Tom hablando con Adrian Pucey creo, el caso es que él me mencionó... Os dijo que porque hablabais con "una traidora pobre como yo" respondisteis que nunca os juntaríais con una patética como yo- explicó sintiéndose enfadada al recordar ese momento
Cuando pasó en el segundo año lloró por un día entero sintiéndose mal por creer que ellos de verdad se consideraban sus amigos, después de eso dejó de hablarles.
Al levantar la vista vio como Mattheo parecía... ¿culpable?
-Yo...
-No te expliques, después de todo no puedes malgastar tus palabras con una traidora patética como yo, ¿no? Aunque eso es muy hipócrita viniendo de un mestizo- se rio amargamente.
-No lo entiendes...
-Y no lo quiero entender- le empujó y siguió su camino.
✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧
Anne se sentó junto a su hermano y Harry.
Mattheo entró unos segundos después y la miró, esta desvió su mirada con rapidez hacia su mellizo.
-¿Y Hermione?
-En la librería, como siempre- explicó Ron.
-Esta noche hablaré con ella...- murmuró.
Cuando acabaron de comer se levantaron, Anne notó dos miradas pesadas en su nuca pero las ignoró
—Por cierto ¡Vaya clase!, ¿eh? —comentó Ron, mientras emprendían el caminohacia su sala común—. Fred y George tenían razón. Este Moody sabe dequé va la cosa, ¿a que sí? Cuando hizo la maldición Avada Kedavra, ¿tefijaste en cómo murió la araña, cómo estiró la pata?
Ron enmudeció de pronto ante la mirada de su melliza y de Harry, y no volvió a decir nada hasta que llegaron a la sala de Gryffindor, cuando se atrevió a comentar que sería mejor que empezaran en ese momento con el trabajo para la profesora Trelawney, porque les llevaría unas cuantas horas.
—¿No se meterán en un aprieto Moody y Dumbledore si el Ministerio se entera de que hemos visto las maldiciones? —preguntó Harry cuando se sentaron en una mesa.
—Sí, seguramente —contestó Ron—. Pero Dumbledore siempre ha hecho las cosas a su manera, ¿no?, y me parece que Moody se ha estado metiendo en problemas desde hace años. Primero ataca y luego pregunta...Fíjate en lo de los contenedores de basura.
—Entonces, ¿nos ponemos con lo de Adivinación? —propuso Anne.
—Deberíamos —respondió Ron refunfuñando.
Fueron por los libros y los mapas al dormitorio.
✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧
Holaaa
La amistad de Anne y Neville>>>>
Mattheo, Tom y Anne solían ser amigoos👀
Espero que os haya gustado el cap!
No os olvidéis de votar y comentar si os ha gustado✧
Adiossss
TT: losmerodeadores._
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro