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-¡Se está quedando con nosotros!- dijo Fred en voz alta.

Repentinamente se quebró la tensión que se había apoderado del Gran Comedor desde la entrada de Moody.

Casi todo el mundo se rió, y Dumbledore también.

-No me estoy quedando con nadie, señor Weasley- repuso- aunque, hablando de quedarse con la gente, este verano me han contado un chiste buenísimo sobre un trol, una bruja y un leprechaun que entran en un bar...

La profesora McGonagall se aclaró ruidosamente la garganta.

-Eh... bueno, quizá no sea este momento el más apropiado-dijo Dumbledore- ¿Dónde estaba? ¡Ah, sí, el Torneo de los tres magos! Bien, algunos de vosotros seguramente no sabéis qué es, así que espero que los que lo saben me perdonen por dar una breve explicación mientras piensan en otra cosa.

"El Torneo de los tres magos tuvo su origen hace unos setecientos años, y fue creado como una competición amistosa entre las tres escuelas de magia más importantes de Europa: Hogwarts, Beauxbatons y Durmstrang. Para representar a cada una de estas escuelas se elegía un campeón, y los tres campeones participaban en tres pruebas mágicas. Las escuelas se turnaban para ser la sede del Torneo, que tenía lugar cada cinco años, y se consideraba un medio excelente de establecer lazos entre jóvenes magos y brujas de diferentes nacionalidades... hasta que el número de muertes creció tanto que decidieron interrumpir la celebración del torneo"

-¿El número de muertes?- susurró Hermione.

La mayoría de los alumnos que habían en el Gran Comedor estaban cuchicheando emocionados.

-En todo este tiempo ha habido varios intentos de volver a celebrar el Torneo- prosiguió Dumbledore- ninguno de los cuales tuvo mucho éxito. Sin embargo, nuestros departamentos de Cooperación Mágica Internacionalidad y de Deportes y Juegos Mágicos han decidido que éste es un buen momento para volver a intentarlo. Hemos trabajado a fondo este verano para asegurarnos de que esta vez ningún campeón se encuentre en peligro mortal.

"En octubre llegarán los directores de Beuxbatons y de Durmstrang con su lista de candidatos y a selección de los tres campeones tendrá lugar en Halloween. Un juez imparcial decidirá qué estudiantes reúnen más méritos para competir por la Copa de los tres magos, la gloria de su colegio y el premio en metálico de mil galeones"

-Yo voy a intentarlo- dijo Fred entre dientes.

-Ni se te ocurra Fred- le contestó Anne, quien estaba a su lado también.

-Aunque me imagino que todos estaréis deseando llevaros la Copa del Torneo de los tres magos- dijo- los directores de los tres colegios participantes, de común acuerdo con el Ministerio de Magia, hemos decidido establecer una restricción de edad para los contendientes de este años. Sólo los estudiantes que tengan la edad requerida, es decir diecisiete años o más, podrán proponerse a consideración.

 Ésta- Dumbledore levantó un poco más la voz debido a las quejas que hacían algunos, especialmente las de los gemelos Weasley- es una medida que estimamos necesaria dado que las tareas del Torneo serán difíciles y peligrosas. Me aseguraré personalmente de que ningún estudiante menor de esa edad engañe a nuestro juez imparcial para convertirse en campeón de Hogwarts

Guiñó el ojo hacia los rostros de Fred y George, que mostraban una expresión de desafío- Así pues, os ruego que no perdáis el tiempo presentándoos si no habéis cumplido los diecisiete años.

-Las delegaciones de Beauxbatons y Durmstrang llegarán en octubre y permanecerán con nosotros lo que queda de curso. Sé que todos trataréis a nuestros huéspedes extranjeros con extremada cortesía mientras están- continuó Dumbledore.

Antes de que todos se retiraran agregó una última cosa- Ah, y agradecería que los gemelos Weasley y su hermana este año no hicieran tantas bromas, queremos dar una buena impresión- dijo dirigiéndose hacia Anne, Fred y George con un guiño juguetón.

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Harry, Ron, Anne, Hermione, George y Fred salieron por el vestíbulo, todos estaban hablando sobre lo que había anunciado Dumbledore.

-¿Quien será ese juez imparcial?- preguntó Harry.

-No lo sé- respondió Fred- Pero es a el a quien tenemos que engañar.

-¿Seguís con esa idea?- dijo Anne.

-¿Y tu por que no nos apoyas hermanita?- preguntó George.

-Veamos...- Anne hizo como que pensaba- Quizás es que, cabezas de hurón, no quiero que alguno de mis hermanos se convierta en fiambre.

Los gemelos se miraron entre sí.

-Oh no, no me gusta esa mirada- murmuró Anne.

-¿Lo has oído Georgie?- dijo Fred con falsa ternura.

-Si, nuestra hermanita pequeña se preocupa por nosotros Freddie- siguió George. 

-No- replicó ella roja.

-¡Sabía que nos amabas Annie!- exclamó Fred yendo con su gemelo a por ella.

-¡No! ¡No!- dijo ella corriendo por su vida.

Por desgracia, no pudo llegar muy lejos, por que cuando Fred la logró atrapar, todavía veía a lo lejos a sus amigos.

-¡Bajadme inútiles!- pataleó y gritó.

-Na ah- tarareó George.

-No hasta que admitas que te preocupas por nosotros- dijo Fred burlón.

-Seréis... Bien, vale, me preocupo por vosotros- murmuró al notar como la sangre le subía a la cabeza- ¿Contentos?- refunfuñó.

Cuando Fred la bajó los hermanos la achucharon como si fuera un oso de peluche.

-Lo sabíamos.

-Vigilad vuestro color de pelo durante estos días, marmotas- murmuró Anne mientras regresaba con los otros.

-Hemos creado a un monstruo Fred- dijo George.

-Habrá que cuidarnos nuestras melenas.

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-¿Que te parece?- le preguntó Ron a Harry- Estaría bien participar, ¿no? Pero supongo que elegirán a alguien más mayor y preparado...

-Yo, desde luego, no lo estoy- dijo Neville un poco triste- Supongo que a mi abuela le gustaría que lo intentara. Siempre me dice que debería mantener alto el honor de la familia. Tendré que... ¡Ay!

Neville acababa de hundir el pie en un peldaño a mitad de la escalera, en Hogwarts habían muchos escalones falsos como ese. Para la mayor parte de los estudiantes que llevaban bastante tiempo en el colegio se había vuelto un acto inconsciente el esquivar esos escalones, pero la memoria de Neville era nefasta.

Entre Harry y Ron lo agarraron por las axilas y le liberaron el pie, mientras una armadura que había al final de la escalera se reía con un tintineo de sus piezas de metal.

-¿Y tu que?- le dijo Anne a la armadura bajándole la visera al pasar.

Fueron hasta la entrada de la torre de Gryffindor, que estaba oculta tras el enorme retrato de una señora con un vestido de seda rosa.

-¿Contraseña?- dijo al verles.

-Tonterías- respondió Ron- Es lo que me ha dicho un prefecto abajo.

El retrato se abrió y todos entraron a la sala común.

-Buenas noches- murmuró Anne bostezando.

Hermione miró el fuego y murmuró un "esclavitud" mientras subía las escaleras con Anne.

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-Por fin este año no pasará nada- susurró Anne a su amiga metiéndose en su cama.

-¿Por que lo piensas?

-Está el Torneo este, así que creo que la atención irá toda para ellos, y como ninguno de nosotros participará...

-Supongo que sí- murmuró Hermione no muy convencida, realmente era difícil un año normal para ellos.

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A la mañana siguiente Hermione y Anne bajaron para reunirse con Harry y Ron, en el Gran Comedor la tormenta se había despejado por fin.

Antes de entrar Anne recordó una cosa-Joder- murmuró somnolienta.

-¿Que pasa?- preguntó su mellizo.

-Llevo puestos los calcetines del pijama- dijo quejándose.

Los tres bajaron la vista hacia sus calcetines rosas de animalitos y aguantaron la risa.

-Ni se os ocurra reíros, son muy cómodos, vale?

-Sabes que me burlaré de eso durante el año verdad?- dijo Ron.

Ella le sacó la lengua de una forma infantil y él le devolvió el gesto.

-Herms, guárdame un pastelito porfi- le pidió.

-Si claro, te daré lo que se ha creado a base de esclavitud- refunfuñó la castaña.

-¡Gracias!- exclamó ella corriendo hacia su sala común.

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-¿Por aquí no he pasado ya?- murmuró Anne, llevaba bastante tiempo corriendo sin saber a donde estaba yendo.

Paro un momento para intentar orientarse.

-¿Alguien está perdido eh? jiji- se burló una voz a sus espaldas, era Peeves con un globo.

Anne corrió aun más al ver como el poltergeist volaba hacia ella intentando tirarle lo que el globo tenía dentro.

Se metió en un pasillo para despistarle y funcionó, Peeves siguió recto perdiéndola de vista.

-Uf, gracias Merlín- miró hacia el cielo levantando las manos.

Iba a seguir con su camino pero de repente escuchó unos sollozos que venían de un baño de chicas.

No podía ser Myrtle, según recordaba, ella estaba en los baños de abajo, sollozando todo el día sobre lo desgraciada que era su no-vida.

Entró al baño y vio a Pansy Parkinson en el suelo llorando apoyada sobre sus rodillas.

Vaya, eso era nuevo.

-¿Que haces aquí?- le espetó Pansy.

-¿Estas bien? 

-Tu que crees idiota.

-Vale, solo intentaba ayudar

-Pues vete, no necesito tu ayuda, traidora a la sangre.

-Bien, si no quieres ayuda pues allá tú, quédate sola llorando.

Anne se iba a ir pero la chica habló.

-¡No! Vale, es que estoy a la defensiva, pero no tienes porque irte- le gritó.

-¿No era una traidora a la sangre?- repuso con las cejas levantadas.

-Técnicamente sí...- murmuró.

-Técnicamente, mi puño puede volar mágicamente a tu cara si sigues diciendo eso.

-Bien, lo... ugh, lo siento, ¿contenta?- dijo como si decir un simple perdón le supusiera mucho trabajo.

-Mucho- contestó con una sonrisa- Y ahora, es por un idiota, ¿verdad?- supuso sentándose a su lado.

Pansy asintió decaída.

-Malfoy supongo- dijo Anne.

-¿Tan obvia soy?

-¿La verdad? Mucho- contestó con una mueca.

Pansy se tapó la cara con las manos.

-Bueno... ¿Qué ha hecho ahora ese rubio tintado?

-Dice que soy una pesada que esta siempre encima de él- murmuró.

-Será idiota... Pues para una que le da atención...

Pansy se rio divertida.

-Yo no soy nadie para ordenarte nada porque básicamente es la primera vez que tenemos una conversación civilizada- empezó Anne- pero, honestamente, eres demasiado para él, ¿Es decir te has mirado en el espejo?

La chica se sonrojó levemente ante el cumplido.

-Mira, de chica desconocida del baño a chica desconocida del baño te daré un consejo- le dijo la pelirroja.

-Soy toda oídos.

-Déjale de hablar durante un tiempo, haz como que no existe en tu vida, a lo mejor te cuesta pero creo que funcionará.

Pansy asintió- No eres como pensaba Weasley.

Anne levantó una ceja interesada-¿Y como pensabas que era exactamente?

-No lo tengo muy claro, pero me alegro de que seas todo lo contrario- respondió con una leve sonrisa.

-Espero que eso sea un cumplido- dijo Anne sarcástica.

-Lo es Weasley.

-Llámame Annie, mis amigos me llaman así y me gusta más que mi apellido la verdad.

-Vale, Annie, tu llámame Pansy.

-Está bien Pans- dijo contenta.

-¿Pans?

-Claro, le pongo apodos a todo el mundo, es mi forma de ser.

Pansy negó con la cabeza divertida.

La pelirroja se levantó y le tendió una mano a su nueva amiga.

-Gracias- dijo ella aceptándola.

-¡Mierda!- exclamó Anne acordándose de lo que tenía que hacer.

Pansy frunció el ceño-¿Todo bien?

-No, tenía que cambiarme los calcetines y me he entretenido demasiado- suspiró Anne.

La Slytherin miró hacia abajo y se le escapó una carcajada sin querer.

-¡Que son cómodos!

Pansy levantó las manos- Vale, vale- dijo riéndose.

Las dos salieron del baño y vieron a Peeves con 4 globos ahora.

-Jiji, ¡Pero si ahora te has multiplicado!

Anne miró a Pansy- ¿Malfoy está por aquí?- le susurró.

-Si.

-Hey, Peeves, nosotras estamos bien, pero sin embargo... Malfoy y su séquito están más atrás, y no te imaginarás lo que dijo el otro día...- le dijo Anne- gritó que deberían despedir al "viejo poltergeist" que habita en el castillo, sus palabras no las mías.

-Si, eh, gracias pelirrojilla jeeje- respondió volando lejos de ellas con una cara de venganza mezclada con diversión.

Las dos se miraron y se chocaron las manos.

-Me tengo que ir o llegaré tarde, adiós- le gritó Anne mientras se iba a su sala común.

-Honestamente, ¡ A mí me gustan más estos calcetines!- respondió divertida.

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Anne se unió a Harry, Ron y Hermione en el recorrido que llevaba al invernadero.

-Por Morgana, Annie, media hora has tardado en ponerte nuevos calcetines- dijo Ron.

-Lo sé, larga historia, resumiendo, me perdí- murmuró ella al llegar a la clase.

Se puso al lado de Hermione y la profesora Sprout empezó a mostrar las plantas más feas que Anne había visto nunca.

-Son bubotubérculos- les dijo con énfasis la profesora Sprout- Hay que exprimirlas para recoger el pus...

-¿El qué?- preguntó Seamus Finnigan con asco.

-El pus, Finnigan, el pus- dijo la profesora Sprout- Es extremadamente útil, así que espero que no se pierda nada.

Al final de la clase habían recogido varíos litros.

-La señora Pomfrey se pondrá muy contenta- comentó la profesora Sprout tapando con un corcho la última botella-

Todos salieron de la clase y los de Gryffindor bajaron por la explanada, hacia la cabaña de Hagrid, que se alzaba en mismo borde del bosque prohibido.

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Holaa

Annie y Pans>>>

Espero que os haya gustado el cap✧

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Adiosssss