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CAPITULO 14

                                                                   ✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧

-Harry Potter

Nadie aplaudía. 

Un zumbido como de abejas enfurecidas comenzaba a llenar el salón.

 Algunos alumnos se levantaban para ver mejor a Harry, que seguía inmóvil, sentado en su sitio. 

En la mesa de los profesores, la profesora McGonagall se levantó y se acercó a Dumbledore, con el que cuchicheó impetuosamente.

 El profesor Dumbledore inclinaba hacia ella la cabeza, frunciendo un poco el entrecejo. 

Harry se volvió hacia Ron, Anne y Hermione. 

Más allá de ellos, vio que todos los demás ocupantes de la larga mesa de Gryffindor lo miraban con la boca abierta. 

—Yo no puse mi nombre —dijo Harry, totalmente confuso—. Vosotros lo sabéis.

 Los tres le devolvieron la misma mirada de aturdimiento. 

-Lo sabemos- murmuró una Anne muy confusa.

En la mesa de los profesores, Dumbledore se irguió e hizo un gesto afirmativo a la profesora McGonagall. 

—¡Harry Potter! —llamó—¡Harry! ¡Levántate y ven aquí, por favor! 

—Vamos —le susurró Hermione, dándole a Harry un leve empujón.

 Harry se puso en pie, se pisó el dobladillo de la túnica y se tambaleó un poco. 

Avanzó por el hueco que había entre las mesas de Gryffindor y Hufflepuff. 

 —Bueno... cruza la puerta, Harry —dijo Dumbledore, sin sonreír. 

Harry pasó por la mesa de profesores. Hagrid, sentado justo en un extremo, no le guiñó un ojo, ni levantó la mano, ni hizo ninguna de sus habituales señas de saludo. 

Parecía completamente aturdido y, al pasar Harry, lo miró como hacían todos los demás.

 Harry salió del Gran Comedor.

-¿Que acaba de pasar?- dijo Anne a la nada.

-¡Que vuestro amigo es un mentiroso y un tramposo!- exclamó uno de Hufflepuff irritado.

Anne se volvió hacia él enfadada-¡Oh, cállate! ¿Acaso no soportas ver que tu amiguito no tendrá sus minutos de fama?- le gritó- Aparte, Harry no ha podido meter su nombre en el cáliz de fuego- murmuró, más para ella misma que para los demás.

Todos empezaron a murmurar cosas y a gritar cosas sin sentido.

Los profesores que quedaban tuvieron que calmar la situación.

-¡Todos a vuestras habitaciones! ¡Prefectos! ¡Llevadles a sus Salas Comunes respectivas!- ordenó McGonagall antes de entrar donde estaban todos los campeones.

-¿A donde vas, Annie?- le preguntó Hermione al ver como su amiga se desviaba del grupo.

-Pues a verle- dijo Anne como si fuera obvio- ¿Acaso no vais a venir vosotros también?

Los dos se quedaron callados.

-Oh, vamos, estáis bromeando, ¿verdad?

-Yo me voy a mi habitación- soltó Ron de repente malhumorado.

-Pero...- murmuró Anne.

-Creo que yo igual...- agregó Hermione.

-¡Herms!- se quejó.

La castaña la miró con disculpa y se fue con Ron.

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Anne esperó a Harry lo que le parecieron horas.

Por fin le vio salir con Cedric.

-No- dijo Harry al chico.

-Oh...-parecía confundido- Bien, pues adiós- dijo yendo hacia su sala común.

-Hola, miope- le dijo Anne.

El la miro extrañado-¿Que haces aquí? 

-¿No es obvio? Pues estoy para apoyarte por todo lo que acaba de pasar.

-¿Me... Me crees?- murmuró atónito.

-¿Has puesto tu nombre en el cáliz de fuego?- preguntó con una ceja levantada.

-No.

Anne sonrió mientras le pasaba un brazo por el hombro-Pues te creo gafitas.

-Gracias Annie.

-Siempre- murmuró alegre.

-Oye...- empezó Anne mientras caminaban hacia su sala común.

-Dime

-¿Que ha pasado ahí dentro?

Harry se quedó callado-Me han obligado a participar, ah, y añadimos que ninguno me cree y me toman por mentiroso compulsivo- murmuró.

-Tienes que estar bromeando...

El castaño se giró para mirarla serio-Claro que sí, Annie, porque como estoy tan feliz ahora mismo he decidido bromear- dijo sarcástico.

-Bien, miope, entiendo que el sarcasmo sea tu fuerte, pero me pones ese tonito repipi una vez más y mi zapato volará mágicamente a tu cabeza.

Harry resopló rendido-Vale, es solo que... Todo esto es demasiado abrumante, justo cuando pensaba que tendría otro año normal, pero nada, estoy maldecido.

-Lo sé, la vida no nos dará descanso nunca, a veces pienso que Trelawney nos ha puesto un mal de ojo por burlarnos de ella- fingió un escalofrío.

El chico la miró confuso-¿Nos? 

-Pues claro, ¿acaso lo dudas? Estamos juntos en todo, miope, duh- respondió ella como si fuera obvio.

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—Bien, bien —dijo la Señora Gorda—, Violeta acaba de contármelo todo. ¿A quién han escogido al final como campeón? 

—«Tonterías» —repuso Harry desanimado. 

—¡Cómo que son tonterías! —exclamó indignada la bruja del rostro arrugado. 

—No, no, Violeta, ésa es la contraseña —dijo en tono apaciguador la Señora Gorda, girando sobre sus goznes para dejarles pasar a la sala común.

Al segundo siguiente, Harry se vio arrastrado dentro de la sala común por doce pares de manos y rodeado por todos los integrantes de la casa de Gryffindor, que gritaban, aplaudían y silbaban.

-Joder- murmuró Anne- como buitres.

 —¡Tendrías que habernos dicho que ibas a participar! —gritó Fred. Parecía en parte enfadado y en parte impresionado. 

—¿Cómo te las arreglaste para que no te saliera barba? ¡Increíble! —gritó George. 

—No lo hice —respondió Harry—. No sé cómo..

.Pero Angelina se abalanzaba en aquel momento hacia él.

—¡Ah, ya que no soy yo, me alegro de que por lo menos sea alguien de Gryffindor...!

—¡Ahora podrás tomarte la revancha contra Diggory por lo del último partido de quidditch, Harry! —le dijo chillando Katie Bell, otra de las cazadoras del equipo de Gryffindor.

—Tenemos algo de comida, Harry. Ven a tomar algo...

—No tengo hambre. Ya comí bastante en el banquete.

Todos querían averiguar cómo lo había hecho, cómo había burlado la raya de edad de Dumbledore y logrado meter el nombre en el cáliz de fuego.

—No lo hice —repetía una y otra vez.

Anne hablaba con una chica de sexto año que iba algo pasada de bebidas.

-Esto es muy raro...- murmuraba la chica mientras bailaba.

Anne la miró-¿Qué?

-Está claro que no lo ha hecho- respondió la chica con los ojos medio cerrados.

-Vaya, a parte de mi, eres de las únicas que le creen- gritó Anne por encima de la música.

-No es porque el chico me caiga bien-balbuceó borracha.

Anne la miró confusa-¿Y entonces por qué le crees?

-La noche que todos ponían sus nombres vi a un hombre mayor entrar en la sala esa de la copita enorme- volvió a balbucear como pudo mientras se tumbaba en un sofá, realmente había bebido demasiado.

La pelirroja la siguió hasta el sofá y la miró sorprendida-¿Cómo era el hombre?

-Mmm, mayor, muchas arrugas, le vendría bien una cremita muggle, el caso es que le vi entrar y a lo mejor puso el nombre del gafitas en la copita-murmuró ella cerrando los ojos-Hablando de copas... me vendrían bien dos más.

-No, no, creo que ya has tomado suficiente...

-Alice, me llamo Alice.

-Encantada, Alice- sonrió Anne-¿Viste algo más?

La chica frunció el ceño-El tipo era muy raro, creo que cojeaba, aunque... la que cojeó al día siguiente fui yo-dejó escapar una pequeña risa- estaba con un chico de Ravenclaw, y madre mía, ese sabía como- de repente se escuchó un grito algo enfadado.

—¡Estoy cansado! — Anne se giró y vio a Harry hablando con George, parecía muy irritado.

Cuando volvió a poner la vista en Alice, vio que la chica se encontraba tumbada en el sofá durmiendo mientras roncaba plácidamente.

Un chico rubio se acercó a ellas-¡Alice!-exclamó, sin embargo la chica siguió roncando.

El rubio la levantó del sofá-Siento si te ha molestado, a veces es un poco... cuando bebe- le dijo a Anne.

-No hay problema- Anne sonrió-Me estaba contando una cosa que le pasó ayer...

-Oh, lo del abuelo ese que cojeaba, ¿no?- la cortó el rubio.

-Eh... sí, ¿tu sabes algo?

-No te preocupes por eso, se suele imaginar muchas cosas- el rubio se rio con nervios.

Anne frunció el ceño pero cuando fue a abrir la boca para preguntar otra cosa, el chico y Alice ya se habían ido.

-Raro- murmuró.

-Annie- alguien se puso a su lado.

-¡Harry! Perfecto, acabo de descubrir otra cosa...- le murmuró.

-Mañana me lo cuentas, Annie, estoy muy cansado- el castaño la atrajo y le dio un pequeño beso en la cabeza-Buenas noches.

Ella sonrió comprendiendo que los de Gryffindor le habían agobiado mucho-Buenas noches, miope.

Su sonrisa se transformó en una mueca cuando le vio irse por las escaleras, en la habitación estaría un Ron no muy contento, Anne suspiró y salió por el retrato de la Dama.

Empezó a merodear por los pasillos para intentar despejar su mente.

-¡No! Se lo prometo, mi señor- exclamó una voz.

La pelirroja se escondió rápidamente detrás de una pared y empezó a escuchar.

-Ya me he encargado, todo está listo, el muchacho está dentro del juego, mi señor- continuó la voz.

Alguien le tocó la espalda y se sobresaltó, cuando se giró vio a Mattheo detrás de ella.

Mattheo iba a decir algo, pero ella le cortó y arrastró a los dos a la pared.

-Shhh- le susurró-Cállate, estoy escuchando algo- le dijo.

Anne se volvió a asomar un poco.

-No, no, me costó mucho salir, mi señor, no volveré a ese sitio- la Weasley sintió como Mattheo se asomó también a la pared.

-Sí, la chica de Gryffindor que me vio, no lo logró del todo pero ya casi lo he solucionado, nadie estropeará eso- dijo con un tono irritado.

-Alice- susurró ella preocupada por la chica.

La chica se quiso asomar, solo un poco más, quería distinguir quien era la voz, se asomo un poco y...

Pum

Una pequeña pieza extraña de metal se había caído detrás suya.

-¿Quien está ahí?- preguntó la voz.

Los dos se miraron entre sí.

Mattheo vio una puerta y la empujó.

Cuando entraron vieron que era una habitación que parecía ser de limpieza.

Era muy pequeña y los dos tuvieron que apretarse un poco, podían escuchar sus respiraciones.

Unos pasos resonaron, parecía que iba cojeando.

-¿Hola?- preguntó la voz, después de unos segundos volvió a hablar-No, no hay nadie, probablemente sea ese asqueroso y sucio poltergeist, no se preocupe mi señor.

Cuando sus pasos se dejaron de escuchar, Mattheo abrió la puerta silencioso.'

-¿Me lo vas a explicar?- le dijo con una ceja levantada.

-¿El que?- dijo ella con tono inocente.

-No sé, ¿tal vez el porque hemos tenido que escondernos de una voz tenebrosa?

Anne se encogió de hombros-Tu eres el que nos ha escondido.

Mattheo la miró fijamente-Bien, así que no me lo explicarás, ¿verdad?

-Lo siento theo- dijo ella con una sonrisa.

El chico la correspondió cuando recordó que Anne le solía llamar así cuando eran amigos en el primer año.

-¡Nos vemos otro día!-exclamó ella yendo hacia su sala común.

Mattheo negó con la cabeza al ver como la Weasley se tropezaba con su propio pie mientras corría.

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A la mañana siguiente, Anne fue despertada por Hermione, la noche anterior no había podido hablar con ella sobre lo sucedido.

-Annie- la llamó sutilmente.

Anne gruño y se puso el almohadón el la cabeza-Es domingo, Herms- se quejó.

-Lo sé- respondió ella- Pero los domingos hay tortitas de sirope, ¿recuerdas?

Anne se levantó con rapidez de la cama y se fue al baño para prepararse.

Cuando salió se encontró a Hermione con una sonrisa divertida.

-Como te amo, Herms- dramatizó.

Hermione rodó los ojos- Y yo Annie, y yo- se rio.

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Mientras iban por los pasillos notaron como todo el mundo les miraba mal.

Y cuando se encontraron con Ron las cosas fueron a peor...

-¿No tenéis que ir con vuestro amigo el tramposo?- les gritó uno de Hufflepuff cuando estaban en el Gran Comedor desayunando.

-Ya no somos amigos de ese traidor egocéntrico- respondió Ron enfadado.

Anne le miró con incredulidad- Querrás decir tú, por que yo no estoy enfadada por algo que ni siquiera ha hecho, Ron.

Su mellizo le dio una mirada irritada y se fue del Gran comedor casi echando humo por las orejas.

Algunas personas que veían la escena curiosos, empezaron a susurrar entre sí.

Hermione se giró molesta-¿Queréis callaros ya, cotillas?- se dirigió hacia unos de Gryffindor que hablaban de ellos en un tono de volumen que permitía que todos lo escuchasen.

Los dos chicos de tercer año se pusieron algo rojos y se callaron.

-Hermione...-empezó Anne- ¿Tu no crees que ha sido Harry, verdad?

Su amiga suspiró- Anoche no estaba muy segura... Pero lo pensé mejor y confío en él.

Anne sonrió aliviada-Bien, porque tengo una pista.

Hermione la miró con curiosidad-¿Qué?- su mirada cambió a una horrorizada- ¿¡Qué has hecho Anne Cedrella Weasley!?- la llamó por su nombre completo.

-Shhh, ¡Herms! Mi nombre completo no, por favor- dijo cuando vio que Hermione lo había prácticamente gritado a los cuatro vientos.

-Perdón, perdón, es que me asustas Annie, nunca se cual es tu próximo movimiento, puedes pasar de perder una corbata a haberte tirado de un puente.

-Tranquila Herms, no he hecho nada ilegal- sonrió con inocencia- Me lo ha dicho una fuente.

-¿Que eres, una espía o que?- se burló.

-Sí, cuando es una información que me importa... Bueno, te lo diré cuando esté Harry.

Hermione asintió y continuaron desayunando mientras hablaban de cosas sin importancia.

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Anne y Hermione se encontraron con Harry, quien salía de la sala común muy cansado.

-¡Hola!- saludó Anne animada sacando unas tortitas envueltas en una servilleta- Me ha costado cogerla sin que los buitres de nuestros compañeros intentaran quitármelas, peroo, lo he conseguido- habló triunfante.

Harry la miró agradecida-Gracias Annie.

-¿Queréis dar un paseo?- dijo Hermione.

—Buena idea —le contestó Harry.

 Bajaron la escalera, cruzaron aprisa el vestíbulo sin desviar la mirada hacia el Gran Comedor y pronto recorrían a zancadas la explanada en dirección al lago, donde estaba anclado el barco de Durmstrang, que se reflejaba en la superficie como una mancha oscura.

 Era una mañana fresca, y no dejaron de moverse, masticando las tortitas, mientras Harry le contaba a Hermione y Anne qué era exactamente lo que había ocurrido después de abandonar la noche anterior la mesa de Gryffindor. 

Hermione aceptó su versión sin un asomo de duda. 

—Bueno, estaba segura de que tú no te habías propuesto —declaró cuando él terminó de relatar lo sucedido en la sala—. ¡Si hubieras visto lacara que pusiste cuando Dumbledore leyó tu nombre! Pero la pregunta es: ¿quién lo hizo? Porque Moody tiene razón, Harry: no creo que ningún estudiante pudiera hacerlo... Ninguno sería capaz de burlar el cáliz de fuego, ni de traspasar la raya de edad... 

Anne la miró mientras su mirada se iluminaba recordando una cosa-¡Eso! Vale, os voy a contar una cosa que descubrí anoche, esto te conviene escucharlo, miope- le dijo a Harry al ver que miraba unos árboles fijamente.

-Perdón, perdón, estaba distraído- se disculpó—¿Habéis visto a Ron?

 Las dos amigas se miraron entre sí sin saber muy bien lo que decir.

Hermione dudó.—Eh... sí... está desayunando —dijo. 

—¿Sigue pensando que yo eché mi nombre en el cáliz? 

—Bueno, no... no creo... no en realidad —contestó Hermione con incomodidad. 

—¿Qué quiere decir «no en realidad»? 

—¡Ay, Harry!, ¿es que no te das cuenta? —dijo Hermione.—¡Está celoso! 

—¿Celoso? —repitió Harry sin dar crédito a sus oídos—. ¿Celoso de qué? ¿Es que le gustaría hacer el ridículo delante de todo el colegio? 

-Lo sabemos Harry- murmuró Anne.

—Mira —le explicó Hermione armándose de paciencia—, siempre eres tú el que acapara la atención, lo sabes bien. Sé que no es culpa tuya —se apresuró a añadir, viendo que Harry abría la boca para protestar—, sé que no lo vas buscando... pero el caso es que Ron tiene en casa todos esos hermanos con los que competir, y tú eres su mejor amigo, y eres famoso. Cuando te ven a ti, nadie se fija en él, y él lo aguanta, nunca se queja. Pero supongo que esto ha sido la gota que colma el vaso... 

Anne la miró sintiéndose culpable por no haber visto eso, más tarde hablaría con él.

—Genial —dijo Harry con amargura—, realmente genial. Decidle de mi parte que me cambio con él cuando quiera. Decidle de mi parte que por mí encantado... Verá lo que es que todo el mundo se quede mirando su cicatriz de la frente con la boca abierta a donde quiera que vaya... 

—No pienso decirle nada —replicó Hermione—. Díselo tú: es la única manera de arreglarlo. 

—¡No voy a ir detrás de él para ver si madura! —estalló Harry. Había hablado tan alto que, alarmadas, algunas lechuzas que había en un árbol cercano echaron a volar—. A lo mejor se da cuenta de que no lo estoy pasando bomba cuando me rompan el cuello o... 

—Eso no tiene gracia —dijo Hermione en voz baja—, no tiene ninguna gracia. —Parecía muy nerviosa—. He estado pensando, Harry. Sabes qué es lo que tenemos que hacer, ¿no? Hay que hacerlo en cuanto volvamos al castillo. 

—Sí, claro, darle a Ron una buena patada en el... 

Anne dejó escapar una carcajada que relajó un poco a Harry del enfado.

—Escribir a Sirius. Tienes que contarle lo que ha pasado. Te pidió que lo mantuvieras informado de todo lo que ocurría en Hogwarts. Da la impresión de que esperaba que sucediera algo así. Llevo conmigo una pluma y un pedazo de pergamino... 

—Olvídalo —contestó Harry, mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie los oía. Pero los terrenos del castillo parecían desiertos—. Le bastó saber que me dolía la cicatriz, para regresar al país. Si le cuento que alguien me ha hecho entrar en el Torneo de los tres magos se presentará en el castillo. 

—Él querría que tú se lo dijeras —dijo Hermione con severidad.

—Se enterará de todas formas- murmuró Anne.

 —¿Cómo?

 —Harry, esto no va a quedar en secreto. El Torneo es famoso, y tú también lo eres. Me sorprendería mucho que El Profeta no dijera nada de que has sido elegido campeón... Se te menciona en la mitad de los libros sobre Quien-tú-sabes. Y Sirius preferiría que se lo contaras tú- explicó Hermione.

 —Vale, vale, ya le escribo —aceptó Harry, tirando al lago el último pedazo de tortita. 

Lo vieron flotar un momento, antes de que saliera del agua un largo tentáculo, lo cogiera y se lo llevara a la profundidad del lago. 

Entonces volvieron al castillo. 

—¿Y qué lechuza voy a utilizar? —preguntó Harry, mientras subían la pequeña escalinata—. Me pidió que no volviera a enviarle a Hedwig. 

-Yo te dejo la mía, miope, no es solo de Ron.

-Gracias- exhaló él preocupado.

                                                        ✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧.°˖✧

Holaaa

Espero que os haya gustado el cap!!

Lo que ha pasado con alicia y el chico rubio👀

No os olvidéis de votar y comentar si os ha gustado porfa✧✧

Adiosssss

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