CAPITULO 10
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Al cabo de una hora habían hecho muy pocos progresos, aunque la mesa estaba abarrotada de trozos de pergamino llenos de cuentas y símbolos.
—No tengo ni idea de qué significa todo esto —declaró Anne, observando una larga lista de cálculos.
—¿Sabéis qué? —dijo Ron, que tenía el pelo de punta a causa de todas las veces que se había pasado los dedos por él llevada por la desesperación —Creo que tendríamos que usar el método alternativo de Adivinación.
—¿Qué quieres decir?- preguntó Harry.
¿Qué nos lo inventemos?- siguió Anne- Porque si es eso te escucho.
—Claro —contestó Ron, que barrió de la mesa el batiburrillo de cuentas y apuntes, mojó la pluma en tinta y comenzó a escribir— El próximo lunes—dijo, mientras escribía— es probable que me acatarre debido a la negativa influencia de la conjunción de Marte y Júpiter.
Levantó la vista hacia Harry y Anne— Ya la conocéis: pon unas cuantas desgracias y le gustará.
—Bien —asintió Harry, estrujando su primer borrador del trabajo y tirándolo al fuego por encima de las cabezas de un grupo de charlatanes alumnos de primero—. Vale. El lunes tendré riesgo de... resultar quemado.
—La verdad es que sí —dijo Ron con una risita—, porque el próximo lunes volveremos a ver los escregutos.
-Vale, el martes que viene conoceré a una persona nueva que me hará daño- se inventó Anne.
-Bien, el martes yo...
—Puedes perder tu más preciada posesión —propuso Harry, echando un vistazo a Disipar las nieblas del futuro en busca de ideas.
—Muy bien. Será a causa de... eh... Mercurio. ¿Qué te parece si a ti alguien que pensabas que era amigo tuyo te apuñala por la espalda?
—Sí, eso me gusta —dijo Harry, tomando nota—. Y ocurrirá porque... Venus estará en la duodécima casa celeste.
—Y el miércoles tendré riesgo de ser ahogada- dijo Anne- Ocurrirá por Marte.
—¡Eh, me lo has quitado!- se quejó Harry- Bueno, no pasa nada: puedo perder una apuesta
—Sí, puedes apostar a que yo gano una pelea- murmuró Ron
Continuaron inventando predicciones (que iban aumentando en gravedad) durante otra hora, mientras se iba vaciando la sala común conforme la gente se iba a dormir.
Crookshanks se les acercó, saltó con agilidad a una silla vacía y miró a los amigos acusadoramente, de forma muy semejante a como lo habría hecho Hermione de haber sabido que no estaban haciendo el trabajo de un modo honrado.
Minutos después, Hermione entró en la sala común con un manojo de pergaminos en una mano y en la otra una caja cuyo contenido hacía ruido conforme ella andaba
Crookshanks arqueó la espalda, ronroneando.—¡Hola! —saludó—, ¡acabo de terminar!
—¡Yo también! —contestó Anne con una sonrisa de triunfo, soltando la pluma.
Hermione se sentó, dejó en una butaca vacía las cosas que llevaba, y cogió las predicciones de Anne.
—No vas a tener un mes muy bueno, ¿verdad? —comentó con sorna, mientras Crookshanks se hacía un ovillo en su regazo.
—Bueno, al menos no me coge de sorpresa —repuso Anne bostezando.
—Me temo que te vas a ahogar dos veces —dijo Hermione.
—¿Sí? —Anne echó un vistazo a sus predicciones—. Tendré que cambiar una de ellas por ser pisoteada por un hipogrifo desbocado.
—¿No os parece que es demasiado evidente que os lo habéis inventado? —preguntó Hermione.
—¡Cómo te atreves! —exclamó Ron, ofendiéndose de broma—. Hemos trabajado como elfos domésticos!
Hermione arrugó el entrecejo.
—No es más que una forma de hablar —se apresuró a decir Ron.
-Gobernado- susurró Anne burlona.
Su mellizo le pisó el pie por debajo de la mesa.
-¡Auch!- se quejó dolorida-Eso no cambia mi opinión- dijo sacándole la lengua de forma infantil.
Ron le devolvió el gesto.
Hermione y Harry negaron ante esos dos, nunca madurarían a ese paso.
—¿Qué hay en la caja? —inquirió Harry, señalando hacia ella.
—Es curioso que lo preguntes —dijo Hermione, dirigiéndole a Ron una mirada desagradable.
Levantó la tapa y les mostró el contenido. Dentro había unas cincuenta insignias de diferentes colores, pero todas con las mismas letras: «P.E.D.D.O.»
—¿«Peddo»? —leyó Harry, cogiendo una insignia y mirándola—. ¿Qué es esto?
—No es «peddo» —repuso Hermione algo molesta—. Es pe, e, de, de, o: «Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros.»
—No había oído hablar de eso en mi vida —se extrañó Ron.
—Por supuesto que no —replicó Hermione con énfasis—. Acabo de fundarla.
-Así que por eso siempre ibas a la biblioteca- murmuró Anne.
-Sí- admitió ella- Siento no habértelo contado antes.
Anne negó con la cabeza sonriendo para restarle importancia.
—¿De verdad? —dijo Ron, sorprendido—. ¿Con cuántos miembros cuenta?
—Bueno, si vosotros os afiliáis, con cuatro—respondió Hermione.
—¿Y crees que queremos ir por ahí con unas insignias en las que pone «peddo»? —dijo Ron.
—Pe, e, de, de, o —lo corrigió Hermione, enfadada—. Iba a poner «Detengamos el Vergonzante Abuso de Nuestras Compañeras las Criaturas Mágicas y Exijamos el Cambio de su Situación Legal», pero no cabía.
Blandió ante ellos el manojo de pergaminos—. He estado documentándome en la biblioteca. La esclavitud de los elfos se remonta a varios siglos atrás. No comprendo cómo nadie ha hecho nada hasta ahora...
—Hermione, métetelo en la cabeza —la interrumpió Ron—: a...ellos... les... gusta. ¡A ellos les gusta la esclavitud!
—Nuestro objetivo a corto plazo —siguió Hermione, hablando aún más alto que Ron— es lograr para los elfos domésticos un salario digno y unas condiciones laborales justas.
—¿Y cómo lograremos todo eso? —preguntó Harry.
—Comenzaremos buscando afiliados —explicó Hermione muy contenta—. Pienso que puede estar bien pedir como cuota de afiliación cuatro sickles, que darán derecho a una insignia, y podemos destinar los beneficiosa elaborar panfletos para nuestra campaña. Solo necesito que los tres vayáis por la gente diciéndoselo.
-Menuda estupidez Hermione- bufó Ron- Que vergüenza.
Anne vio como su amiga fruncía el ceño algo triste- Yo claro que lo haré Herms.
Hermione la miró con alegría- ¿De veras?
-Por supuesto, eres mi amiga y también pienso que tienes razón.
-¡Gracias Annie!-exclamó- ¿Y tu Harry?
Harry permaneció callado.
El silencio fue roto por un leve golpeteo en la ventana.
Todos miraron hacia allí y vieron una lechuza blanca posada en el alféizar.
—¡Hedwig! —gritó Harry, y se levantó de un salto para ir al otro lado de la sala común a abrir la ventana.
Hedwig entró, cruzó la sala volando y se posó en la mesa, sobre las predicciones de Harry.
—¡Ya era hora! —exclamó Harry, yendo aprisa tras ella.
-Hola bonita- dijo Anne acariciándole, la lechuza le picó suavemente en el brazo como signo de cariño.
—¡Trae la contestación! —dijo Ron nervioso, señalando el mugriento trozo de pergamino que Hedwig llevaba atado a la pata.
Harry se dio prisa en desatarlo y se sentó para leerlo.
Una vez desprendida de su carga, Hedwig aleteó hasta posarse en el regazo de Anne mientras esta le seguía acariciando con suavidad.
Harry la miró- Traidora- susurró.
-Me quiere más a mi- se burló Anne.
-Solo porque la alimentas- contestó Harry.
-Si, claro, primera etapa negación.
—¿Qué dice la carta? —preguntó Hermione con impaciencia.
La carta era muy corta, y parecía escrita con mucha premura.
Harry la leyó en voz alta:
Harry: Salgo ahora mismo hacia el norte. Esta noticia de que tu cicatriz te ha dolido se suma a una serie de extraños rumores queme han llegado hasta aquí. Si vuelve a dolerte, ve directamente a Dumbledore. Me han dicho que ha sacado a Ojoloco de su retiro, lo que significa que al menos él está al tanto de los indicios, aunque sea el único. Estaremos pronto en contacto, pd: dile a la zanahoria que la echo mucho de menos, a ella y a sus dulces, no se lo digas, pero más a sus dulces.
Un fuerte abrazo para Hermione y Ron.
Abre los ojos Harry.
Canuto
Harry miró a Ron, Anne y Hermione, que le devolvieron la mirada.
-Será pulgoso... Nunca le daré más chocolates- murmuró.
-Annie, céntrate- le dijo Ron- Aunque, es verdad, deberías dármelos a mi- comentó con una sonrisa inocente.
-Sueñas mucho Ronnie.
—¿Qué viene hacia el norte? —susurró Hermione después de haber estado en silencio.
— ¿Regresa? ¿Que Dumbledore está al tanto de los indicios? —dijo Anne, sorprendida.
—¿Qué pasa, Harry?- preguntó Ron.
Harry acababa de pegarse con el puño en la frente, ahuyentando a Hedwig.
—¡No tendría que haberle contado nada! —exclamó con furia.
—¿De qué hablas? —le preguntó Ron, sorprendido.
—¡Ha pensado que tenía que venir! —repuso Harry, dando un puñetazo en la mesa—. ¡Regresa porque cree que estoy en peligro! ¡Y a mí no me pasa nada! No tengo nada para ti —le dijo en tono de regañina a Hedwig, que abría y cerraba el pico esperando una recompensa.
— Si quieres comer tendrás que ir a la lechucería- Hedwig lo miró con aire ofendido y miró a Anne.
-Lo siento linda, no llevo nada hoy- se disculpó la pelirroja.
La lechuza volvió a salir por la ventana abierta, pegándole en la cabeza a Harry con el ala al pasar.
—Harry... —comenzó a decir Hermione, en un tono de voz tranquilizador.
—Me voy a la cama —atajó Harry—. Hasta mañana.
Ron le iba a seguir para hablar con él pero Anne se interpuso- No vayas con el Ron, necesita estar solo, dejadle tiempo y ya mañana hablaremos con él si quiere.
Su mellizo asintió a regañadientes y se fue al dormitorio.
Cuando se había ido, Anne suspiró.
-Pues empezamos bien, Sirius viniendo cuando sabe que le pueden pillar- murmuró cansada.
-No creo que sea tan imprudente...- susurró Hermione.
Se miraron entre sí- Va a venir- dijeron las dos.
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Anne se levantó temprano por Hermione, quien la había despertado muy emocionada porque sería el primer día de las insignias.
-Vale toma la mitad- dijo Hermione dándole una pequeña caja.
-¿Se la doy a todo el que vea?
Hermione asintió- Cuantos más mejor.
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Anne llevaba dando vueltas al colegio durante bastante tiempo.
A lo lejos vio a los Slytherin hablando sentados en la hierba.
"Esta es mi oportunidad de vender algo" pensó.
-¡Pans!- exclamó hacia la chica.
-Oh, hola Annie- la saludó.
-Vosotros sois como super millonarios, ¿no?- preguntó con una mueca.
-Pues obvio- contestó Draco.
-Bien- dijo sacando la caja de insignias.
-¿Nos lo especificas pelirroja?- levantó una ceja Theo.
-Ah, sí, bueno estas son insignias PEDDO- explicó.
-¿Pedo?- preguntó Mattheo burlón.
-No, P.E.D.D.O- bufó- «Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros.»
-¿Que?- preguntó Pansy confundida.
-Lo sé, lo sé, es solo que Hermione se ha pasado muchas noches en la biblioteca y lo ha trabajado mucho- murmuró.
-¿Granger? Pues claro, quien iba a ser si no- murmuró Draco.
-¿Si no estás de acuerdo para que aceptas Annie?- dijo Blaise.
-Porque es mi amiga- dijo como si fuera obvio- El caso es que valen solo cuatro sickles y pum, ya estás dentro.
-Vaaaa, porfaplis- añadió al ver sus muecas.
-Está bien, pero no lo hago por Granger, lo hago por ti- se rindió Pansy sacando cuatro sickles.
-¡Bien!- Anne saltó de emoción-Gracias Pansy, así Hermione no me pega un madrazo.
-Yo si que me uno, me hace gracia la insignia Annie- dijo Blaise también entregándole cuatro sickles.
Anne casi baila de la felicidad al ver como Theo también se unía.
-¡Mil gracias! Ahora Herms me amara y seré su favorita, por lo tanto me corregirá a mi la tarea de Snape antes que a Ron- susurró.
-¿No era porque eres su amiga?- preguntó Draco con las cejas levantadas.
-Pues claro hurón, peero de paso también gano eso, es difícil combatir contra Ron si se gustan en secreto...
-No te vas a olvidar lo del hurón nunca, ¿verdad?- resopló el Malfoy.
-Nunca, ¿tu también contribuirás?
Draco se rio- ¡Ja! ¿Yo? Ni muerto.
Anne entrecerró sus ojos- Bien... Supongo que no te molestará que expanda tu historia... "Draco Malfoy, el hurón volador de Hogwarts"
El platinado abrió mucho los ojos- ¡Eso es extorsión!
-Na-ah- tarareó Anne- Eso es mente de tiburón, rubio tintado.
Draco rodó los ojos y sacó cuatro sickles para entregárselos.
-Se que en el fondo te hace ilusión- comentó Anne feliz.
-Si, vamos, muchísima- murmuró con sarcasmo.
-Gracias hurón.
Draco volteó sus ojos- De nada comadreja.
Anne sonrió ampliamente.
-¿Te quieres quedar con nosotros Annie?- preguntó Pansy.
La Weasley miró de reojo a Mattheo y a Tom- No se si...
-No hay ningún problema Weasley- dijo Tom.
Anne asintió un poco incómoda y se sentó al lado de Theo.
Notó como Pansy se apoyaba en su regazo y le empezó a acariciar el cabello.
-¿Que?- preguntó la Slytherin- Es cómodo.
-Hoy nos toca con Moody por primera vez- comentó Theo.
-Annie, tu ya lo has tenido, ¿no?- dijo Blaise.
Anne resopló- Sí, está un poco loco, nos enseño las maldiciones imperdonables y las practicó con una araña.
Todos la miraron con los ojos muy abiertos.
-¿Por eso ayer Longbottom parecía muy afectado?- preguntó Mattheo.
Anne asintió.
-De hecho dijo que practicaría una con todos nosotros- añadió.
-Que cojones- dijo Draco.
-A ver, no un crucio, es con la imperio- aclaró.
-Pues vaya mierda- murmuró Pansy.
-Sí.
Se quedaron hablando durante bastante tiempo, Anne se unió aun más con los Slytherin, no eran nada como algunos de su familia decían.
-Es verdad, como cuando el año pasado Hermione te dio un madrazo- se carcajeó Anne junto los demás.
-¡No es verdad! Me pillo desprevenido- se defendió.
-Ni tu te lo crees- dijo Blaise.
Se quedaron hablando un poco más hasta que tuvieron que irse a desayunar al Gran Comedor.
-Vamos que no quiero quedarme sin tortitas- dijo Blaise.
-Oye que yo también quiero- comentó Pansy.
-Y yo- dijeron Draco y Theo.
-Pues habrá que correr- dijo Anne de broma.
Los cuatro se miraron entre sí decididos y empezaron a correr.
-¡Que era broma!- exclamó ella riendo.
-Siempre son así- dijo Mattheo.
-Ya veo- dijo Anne un poco incómoda recordando que se había quedado con ellos dos sola.
-¿Porque sigues enfadada?- preguntó Tom.
-No lo estoy.
-Claro, por eso no nos hablas- dijo Mattheo.
-Vosotros tampoco lo hacéis.
-No creo que nos dejes la verdad- murmuró Tom.
-Bueno pues entonces dejadme.
-No queremos- dijo Mattheo, los dos se habían puesto a sus lados-¿Cuando nos perdonarás?
-Pensé que no os importaba- dijo Anne.
-No es eso- contestó Tom.
-¿Y que es?
Los dos se quedaron callados.
-Eso pensaba- murmuró ella caminando mas rápido.
-Eres una resentida inmadura- dijo Tom esperando que se girase para insultarles.
Pero ella no se dio la vuelta.
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—Le has dicho una mentira, Harry —le espetó Hermione en el desayuno,después que él les contó lo que había hecho— No te imaginaste que lacicatriz te doliera, y lo sabes.
—¿Y qué? —repuso Harry—. No quiero que vuelva a Azkaban porculpa mía.
—Déjalo —le dijo Ron a Hermione bruscamente, cuando ella abrió laboca para argumentar contra Harry.
Y, por una vez, Hermione le hizo caso yse quedó callada.
Anne le daba vueltas con la cuchara a sus cereales metida en sus pensamientos.
¿Si la odiaban porque querían "recuperarla"? Eso le carcomía la cabeza lentamente.
Se sintió mal por no haber participado en la conversación y por no haber intentado hablar con Harry sobre el tema de Sirius y la cicatriz, así que cuando acabó el desayuno y Harry se levantó para retirarse decidió seguirle.
-¡Harry!- le llamó.
Este iba cada vez más rápido.
Corrió y le agarró del brazo- ¿Qué te pasa? ¿Te he hecho algo?
-No todo es sobre ti- respondió enfadado.
-Nunca he dicho eso, lo digo porque casi parece que me ignores.
-Ya, no quiero hablar contigo, al menos no por ahora
-¿Porque?- respondió ella con una mueca de dolor.
-No necesito que me consueles y me tengas pena.
-¿Que? Nunca te tengo pena Harry.
-¿Crees que no me doy cuenta? ¡Por como me miras, es como si temieras que me suicidara en cualquier momento!
-¡Eso es pura mierda Harry!- exclamó Anne enfadada- ¡Siempre estoy ahí para ti cuando tienes problemas y cuando se que quieres estar solo me tengo que pelear hasta con mi mellizo para que no te hable! Nunca te he mirado de esa manera y lo sabes, el hecho de que estés enfadado por lo de la carta no te da derecho a pagarla conmigo.
-Yo...- dijo Harry algo arrepentido.
-Déjalo- respondió Anne alejándose.
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Estaba sentada viendo el Lago Negro mientras se apoyaba en un árbol, llevaba puesto su walkman que le había regalado Harry por su cumpleaños, cuando escuchó por primera vez la música muggle se enamoró de ella.
Siempre que estaba enfadada o tenía algo que pensar, escuchaba música, eso le relajaba mucho y despejaba su mente.
Notó como dos personas se sentaron a su lado y abrió los ojos.
-¿Que queréis ahora?
-Nada, queremos estar con nuestra amiga, ¿no podemos?- dijo Mattheo.
-Bien- accedió irritada por su presencia.
Pasaron unos minutos, ¿cómodos? en silencio hasta que Tom habló.
-¿Que escuchas?
-Una canción muggle- respondió Anne.
Los dos pusieron muecas al oír la palabra muggle.
-No pongáis esas caras, sois mestizos.
-No digas eso- murmuró Tom con los dientes apretados.
-¿No os gusta que os digan la verdad en la cara?
Tom y ella se miraron entre sí.
-¿Podemos escucharla?- preguntó Mattheo rompiendo la tensión.
Anne le miró confundida- Eh... Sí
Quito el cable de los auriculares y les puso la música desde el principio.
Los dos Riddle la escucharon toda con atención.
-Se llama "Another One Bites The Dust" es de Queen- dijo Anne.
-Podría estar peor- dijo Mattheo.
-Es muy mala- comentó Tom.
-¡Oye! No insultéis a mi música, es lo que más me gusta del mundo- dijo Anne haciéndose la ofendida.
-Perdone su majestad- se burló Mattheo.
-No creo que pueda.
-¿Seguirás enfadada con nosotros toda tu vida?- Tom levantó una ceja.
-No, si me compráis una insignia me lo pensaré- dijo Anne.
-Te compramos la caja entera- dijo Mattheo.
-¿Que?- la chica les miró como si estuvieran mal de la cabeza.
-Nos la das o que- siguió Mattheo.
Tom sacó el dinero como si nada y se lo dio.
Anne les entregó la caja sorprendida.
-Nosotros nos tenemos que ir yendo al castigo rojita- dijo Mattheo.
La chica abrió mucho los ojos- Mierda.
-¿Casi se te olvida?- se burló Tom.
Anne le ignoró y caminó junto con ellos al castillo.
- Por cierto ¿Rojita?- preguntó Anne extrañada.
-Así te llamábamos en el primer año- dijo Tom.
-Lo sé...
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Llevaban unos veinte minutos en la sala con Snape, tenían que escribir un trabajo de quinientas palabras sobre lo que habían hecho y porque se merecían estar ahí.
Además tenían que argumentar el porque no se merecían tener otro castigo un día diferente.
Cuando Anne por fin acabó la manó le dolía de tanto escribir, aunque, la mitad de su redacción la había rellenado con palabras sin sentido.
Se quedó un rato embobada con un armario.
-¿Ya ha terminado señorita Weasley?- le preguntó Snape.
-Sí- dijo ella.
-Pues entréguemelo- le ordenó.
La pelirroja se levantó de mala gana y se lo dio.
Snape lo leyó con rapidez- No me vale.
-¿Qué?
-Esto no es una redacción, señorita Weasley, son palabras repetidas constantemente, veamos:
"Siento mucho pero siento mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, pero mucho haberle dicho esas palabras tan malas, malas, malas y horribles no quería ofenderle por nada del mundo, pero por nada del mundo, por nada, nada, nada."
Levantó las cejas cuando acabó.
-Bueno, pero es para que sepa lo mucho que lo siento, ¿como no puede valer?
Oyó unas risas detrás y se giro.
-¿Y tu que?
Mattheo disimuló su risa por una tos.
-Dígame una cosa con sinceridad.
-Claro.
-¿Le entregaría este trabajo a la profesora McGonagall?
-¿A Minnie?
-McGonagall- Snape la corrigió.
Anne se quedó callada, si no decía la verdad, el profesor lo sabría.
-Exacto, se puede retirar- dijo.
La Weasley le miró- ¿De verdad?
-Pero volverá la semana que viene- declaró.
-Pero...- se empezó a quejar.
-Ni una palabra Weasley.
-Pero...
-Tu te lo has ganado- dijo Snape.
Anne le miró confusa.
-Aparte del castigo, te voy a poner un tutor.
-Pero si voy bien en pociones- dijo Anne.
-Podrías ir mejor.
-Aww eso ha sonado a que se preocupa por mi y mis notas Snape- comentó con diversión.
La mirada que le dirigió podría haber congelado el infierno.
-Bien, me cayo- dijo.
-Tu tutor va a ser Riddle, Tom para especificar- le explicó.
-¡¿Que?!- exclamó- No puede ser Hermione.
-No- Antes de que Anne se quejara más, Snape volvió a hablar- Si dices una sola palabra más o te quejas, te suspendo.
La pelirroja se quedó callada y salió de clase muy molesta.
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Durante las dos semanas siguientes Anne y Harry hicieron las paces ya que la primera le encontró muy preocupado en la lechucería esperando una carta de Sirius.
-Harry, ¿que haces aquí?- dijo Anne al verle mordiéndose las uñas ansioso en la lechucería.
El chico la notó-Oh, nada, estoy... Esperando un paquete.
Anne levantó una ceja- Estás esperando una respuesta de canuto, ¿verdad?
Harry suspiró rendido- Sí, tengo miedo de que le pase algo por mi, por las noches no puedo dormir, es que... Me imagino a los dementores chupándole el alma, y eso me aterroriza Annie.
Anne se acercó a él y le dio un abrazo.
Harry escondió la cabeza en su cuello mientras le caían unas cuantas lágrimas- Annie... yo... lo siento mucho y
Anne le cortó- Lo sé, no pasa nada, todos tenemos nuestros momentos, somos humanos.
Harry se aferró mucho a ella al mismo tiempo que ella le consolaba.
Además de que ella y Theo habían hecho ya algunas prácticas con Poppy, y el chico estaba encantado, cada día se unía más con los Slytherin.
Por otro lado, las clases se estaban haciendo más difíciles y duras que nunca, en especial la de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Para su sorpresa, el profesor Moody anunció que les echaría la maldición imperius por turno, tanto para mostrarles su poder como para ver si podían resistirse a sus efectos.
—Pero... pero usted dijo que eso estaba prohibido, profesor —le dijo una vacilante Hermione, al tiempo que Moody apartaba las mesas con un movimiento de la varita, dejando un amplio espacio en el medio del aula—.Usted dijo que usarlo contra otro ser humano estaba...—
Dumbledore quiere que os enseñe cómo es —la interrumpió Moody, girando hacia Hermione el ojo mágico y fijándolo sin parpadear en una mirada sobrecogedora—. Si alguno de vosotros prefiere aprenderlo del modo más duro, cuando alguien le eche la maldición para controlarlo completamente, por mí de acuerdo. Puede salir del aula.
Señaló la puerta con un dedo nudoso.
Hermione se puso muy colorada, y murmuró algo de que no había querido decir que deseara irse.
Anne, Harry y Ron se sonrieron entre ellos.
Sabían que Hermione preferiría beber pus de bubotubérculo antes que perderse una clase tan importante.
Moody empezó a llamar por señas a los alumnos y a echarles la maldición imperius.
Anne vio cómo sus compañeros de clase, uno tras otro, hacían las cosas más extrañas bajo su influencia: Dean Thomas dio tres vueltas al aula a la pata coja cantando el himno nacional, Lavender Brown imitó una ardilla y Neville ejecutó una serie de movimientos gimnásticos muy sorprendentes, de los que hubiera sido completamente incapaz en estado normal.
Ninguno de ellos parecía capaz de oponer ninguna resistencia a la maldición, y se recobraban sólo cuando Moody la anulaba.
—Potter —gruñó Moody—, ahora te toca a ti.
Harry se adelantó hasta el centro del aula, en el espacio despejado de mesas.
Moody levantó la varita mágica, lo apuntó con ella y dijo:—¡Imperio!
Harry no se movía y consiguió resistirse.
—Bien, ¡por ahí va la cosa! —gruñó la voz de Moody.
—¡Mirad esto, todos vosotros... Potter se ha resistido! Se ha resistido, ¡y el condenado casi lo logra! Lo volveremos a intentar, Potter, y todos los demás prestad atención. Miradlo a los ojos, ahí es donde podéis verlo. ¡Muy bien, Potter, de verdad que muy bien! ¡No les resultará fácil controlarte!
—Por la manera en que habla —murmuró Harry una hora más tarde, cuando salía cojeando del aula de Defensa Contra las Artes Oscuras(Moody se había empeñado en hacerle repetir cuatro veces la experiencia, hasta que logró resistirse completamente a la maldición imperius)—, se diría que estamos a punto de ser atacados de un momento a otro.
—Sí, es verdad —dijo Ron, dando alternativamente un paso y un brinco: había tenido muchas más dificultades con la maldición que Harry, aunque Moody le aseguró que los efectos se habrían pasado para la hora dela comida—. Hablando de paranoias... —Ron echó una mirada nerviosa por encima del hombro para comprobar que Moody no estaba en ningún lugar en que pudiera oírlo, y prosiguió—, no me extraña que en el Ministerio estuvieran tan contentos de librarse de él: ¿no le oíste contarle a Seamus lo que le hizo a la bruja que le gritó «¡bu!» por detrás el día de los inocentes? ¿Y cuándo se supone que vamos a ponernos al tanto de la maldición imperius con todas las otras cosas que tenemos que hacer?
-Ahora vuelvo, id yendo- dijo la pelirroja a sus amigos.
Anne se acercó disimuladamente a Pansy, Blaise, Theo, Draco, Mattheo y Tom.
-¿Como ha ido?- preguntó Blaise.
La chica hizo una mueca- Siento como si me hubiera atropellado el autobús noctámbulo.
-¿Alguien se ha resistido?- dijo ahora Tom.
-Harry ha sido el único, al pobre le ha hecho repetirlo como cuatro veces, tiene la pierna reventada.
Todos los Slytherin empezaron a entrar a la clase.
-Suerte- les murmuró.
Sus amigos se veían muy asustados, pero el que más era Draco.
-Que te pasa hurón- le dijo cuando casi todos habían entrado.
Él suspiró- No te burles de mí.
-No lo haré.
-Me da miedo que me haga algo raro, me tiene manía- explicó Draco con una mueca.
-No lo hará Draco, Minnie ya le riñó mucho la última vez- le tranquilizó- Y si te hace algo... Me puedo encargar de eso con una pequeña e inocente broma, a lo mejor así me coge más manía a mi y te deja un poco en paz.
Draco sonrió un poco- Gracias, Anne.
La chica ahogó una exclamación- ¿Me acabas de llamar por mi nombre?
-¿Si no como te llamaría?
-Sabía que llegaría el día en el que me amaras dragón- exageró Anne.
-Que no se te suba mucho a la cabeza pelirroja- se burló, a decir verdad le había quitado muchos nerviós.
-Va dragón, que llegarás tarde- le empujó a la clase y corrió hacia Hermione, Harry y Ron.
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Todos los alumnos de cuarto habían apreciado un evidente incremento en la cantidad de trabajo para aquel trimestre.
La profesora McGonagall les explicó a qué se debía, cuando la clase recibió con quejas los deberes de Transformaciones que ella acababa de ponerles.—¡Estáis entrando en una fase muy importante de vuestra educación mágica! —declaró con ojos centelleantes—. Se acercan los exámenes para el TIMO.
—¡Pero si no tendremos el TIMO hasta el quinto curso! —objetó Dean Thomas.
—Es verdad, Thomas, pero créeme: ¡tenéis que prepararos lo más posible! La señorita Granger sigue siendo la única persona de la clase que ha logrado convertir un erizo en un alfiletero como Dios manda ¡Permíteme recordarte que el tuyo, Thomas, aún se hace una pelota cada vez que alguien se le acerca con un alfiler!
Hermione, que se había ruborizado, trató de no parecer demasiado satisfecha de sí misma.
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Holaaa
Anne con los Slytherin>>>>
Espero que os haya gustado el cap!
No os olvidéis de votar y comentar si os ha gustado porfa✧✧
Adiossss
TT: losmerodeadores._
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