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C:12

Justin corrió con todas sus fuerzas. Tratando de aguantar la respiración y de mantener la velocidad. Dejaba de correr o salvaba su vida y el dinero de su familia. Sentía las balas rozar sus talones y aún así no veía la moto de Jordan en ningún lugar. Fue cuando corrió tres cuadras más cuando vio la moto de Jordan en la acera del frente, mientras él le gritaba que fuera más rápido.
Justin no analizaba nada de lo que escuchaba, ni siquiera los gritos de la gente, solo escuchaba los latidos de su corazón y el ruido de los disparos.

Se montó en la moto de un salto y Jordan no le dio tiempo ni de sujetarse ya que salió disparado por la carretera. Justin sintió que la sangre volvía a circular por sus venas y solo atinó a enderezarse y disparar hacia atrás. Logrando herir al pelirrojo que segundos atrás casi lo había matado.

El brazo derecho de Justin sangraba exageradamente. Una bala le había rozado el brazo, haciéndole arder y chorrear sangre como el infierno.

Jordan detuvo la moto fuera del almacén de su padre y corriendo entró a dejar el dinero. Luego volvió a la moto y ambos tomaron rumbo a casa.

—¡Justin! —Pattie salió corriendo de la casa cuando lo vio— ¡Dios míos casi muero de la preocupación! No sabía porqué tardaban.. ¡Señor Jesús! ¡Justin tu brazo! —Pattie gritó horrorizada.

Justin cerró los ojos ante el grito exagerado de su madre y negó con la cabeza;—No es nada mamá, he estado peor.

Claro que había estado peor, había recibido varías balas en su cuerpo, incluso lo habían secuestrado y torturado; pero Pattie, como toda mamá, con tan solo ver sangre salir de unos de los cuerpos de sus hijos, sobre todo el de Justin, se volvía loca.
Pattie lo abrazó con fuerza, a pesar de lo rígido que estaba Justin y lo regañó tiernamente, haciéndole rodar los ojos. No era que no quisiera a su madre, si no que, Justin jamás había sido expresivo.

Jordan elevó una ceja con tal escena y entró a la casa sin decir nada.

—¿Pudieron rescatar todo el dinero? —Jeremy entró en la sala, llamando la atención de todos y deteniendo a Jordan.

—Sí, lo dejé en un almacén del norte —elevó ambos hombros mientras sus ojos mieles hacían clic en los de su padre.

—¡Genial! —los felicitó, sonriendo de la nada.

—¡Hay que sanarte aquel brazo Justin! —Pattie tiró con fuerza del cansado Justin.

Jeremy recién en ese momento notó el brazo herido de su hijo.

—Mamá, tranquila, me puedo desinfectar y vendar el brazo yo solo. No te preocupes demasiado, ¿bueno? —trató de usar toda la ternura del mundo para no herir a su madre.

—¡No! Yo te curaré ese brazo, Justin Bieber —Pattie lo regañó y prácticamente lo obligó a subir las escaleras, causando la risa de Will, Jeremy y Jordan.

Justin les dio una mirada de muerte a los tres, antes de desaparecer por las escaleras con Pattie.

—¿Por qué tienes que ser tan terco, cariño? —Pattie suspiró mientras desinfectaba la herida de Justin.

Justin miró los lindos ojos de su madre y soltó un suspiro. No podía negar que de alguna forma le gustaba tener a su madre ahí, preocupándose por él y regañándolo tiernamente; ya que si no fuera por ella, él ni siquiera se hubiese revisado aquella herida.

—Te preocupas más de la cuenta —musitó.

—¿Cómo no me voy a preocupar? Lo que hacen a diario es extremadamente serio y peligroso —lo miró seriamente.

—Nuestra vida es seria y peligrosa, por esa razón un roce de bala no es nada comparado a todo lo que nos ha tocado vivir, mamá.

—Sabes que no me gusta lo que hacen y por esa razón me preocupo el doble, por cualquier cosa —Pattie también soltó un suspiro y dejó de hurguetear en el brazo de Justin para concentrarse en su cara.

—Lo siento mucho mamá, pero este es el estilo de vida al que tú nos metiste. Al casarte con papá sabías a los que te exponías y a lo que exponías a tus hijos. Y por más que yo odie hacer lo que hago, no puedo hacer nada. No podemos hacer nada —Justin musitó—. Lamentablemente no tenemos opción.

Los ojos de Pattie se aguaron a medida que Justin pronunciaba cada palabra, haciéndole sentir culpable.

—Mamá, lo siento —se arrepintió en seguida. Ver a Pattie llorar era una debilidad para el pobre Justin, pero hacerla llorar lo hacía sentir mucho más miserable—. Mamá, soy un imbécil —se incorporó en la cama para tomar de sus delgados brazos.

—No te preocupes, cariño. Todo lo que has dicho es verdad en todo caso —secó sus lágrimas con el dorso de su mano y trató de concentrarse en vendar el brazo de Justin, quien se había quedado en silencio mientras se sentía un imbécil internamente.


-


Isabella tiró con fuerza las maletas al piso y pateó el sofá de aquel departamento. No podía creer que su padre la había mandando a Inglaterra sin celular y con un maldito guardaespaldas que vigilaba todos sus movimientos.

—¡¿Qué miras, imbécil?! —le gritó históricamente al moreno que la miraba con reproche— ¡Vete! No me escaparé por el balcón —rodó los ojos.

—Su padre me dio las órdenes de no dejarla sola ni siquiera por un segundo durante estas dos semanas.

Isabella sintió que se desmayaba.

—Tú realmente estás mal si piensas que te dejaré respirar el mismo aire que yo las veinticuatro horas del día —puso ambas manos en su cintura con arrogancia. Mirando al grandulón que fruncía el ceño—. Vigila mi puerta o lo que sea, pero vete de mi departamento, para eso tienes el de al lado, este es mío —apuntó a la puerta, mientras lo miraba con rabia.

Era increíble como una muchachita de dieciocho años lograba intimidar a un gordote de treinta.

Isabella soltó un gran suspiro cuando el guardaespaldas la dejó finalmente en privacidad. Miró el departamento que sería su hogar por los próximos días y quiso llorar. Debía hacer algo para volver a Francia lo antes posible.
El departamento era lujoso y grande, de eso no se quejaba. Lo triste era que había salido de su hogar solo con ropa. Su padre no la había dejado llevar ni teléfono, ni iPad, ni si quiera una computadora. Con lo único que viviría esos días sería con un televisor y la linda vista de los ventanales hacia el centro de la ciudad.

—Genial Isabella, lo que te buscas por querer ser rebelde —suspiró, tirándose en el sofá con molestia.

Ni siquiera tenía dinero, cada cosa que quisiera tendría que pedírselo al grandulón, que al parecer se llamaba Peter, no recordaba su nombre.


-

Justin se recostó en la reposera para tomar algo de sol antes de reunirse con Artur para aclarar los últimos detalles de su viaje a Inglaterra. No quería hacer ese viaje, pero no tenía opción.

Sintió unos pasos. Will se acercaba a él con una toalla sobre los hombros. Justin lo ignoró y cerró los ojos. Will lo analizó por unos segundos con una ceja arriba y finalmente se recostó en la reposera que estaba siguiente a la de Justin. Quería hablar con Justin, pero realmente no sabía si era un buen momento.

Justin estaba demasiado relajado, tanto que se había olvidado de la presencia de Will a su lado. El sol pegaba fuerte aquel día y ambos querían tomar algo de color.

Will no podía dejar de debatirse si hablar o no con Justin, pero pensó que si no era en ese momento no sería nunca o después sería más tarde, por lo que respiró profundamente y sacó las agallas para preguntarle a Justin y aclarar un asunto que lo estaba volviendo loco.

—¿Qué tienes con Isabella?

Si Justin hubiese estado bebiendo algo, probablemente lo hubiera escupido. Su cabeza se giró casi por inercia y su ceño se frunció de tal manera que Will se alejó un paso con algo de temor.

—¿Qué mierda estás insinuando?

—No crees que no te vi esa noche en el club con Isabella. Y hace días  también noté el brillo labial cuando desapareciste por un momento del almuerzo al que casualmente ella no...

—¡Espérate! ¿Qué clase de mariconada es esta, Will? —Justin relajó sus facciones, pero sin entender aún del todo.

Will elevó ambas cejas y lo miró con obviedad.

—Te preguntó porque Isabella es mi amiga y...

—Te gusta —Justin espetó.

—¿Qué? —el corazón de Will latió a mil por hora, lo habían descubierto— ¡No! ¿Cómo se te ocurre? —rió brevemente.

Justin, en cambio, elevó una ceja y se cruzó de brazos. Por dentro quería reír por la estupidez de su hermano menor.

—Te gusta la mocosa —gruñó.

Will elevó amabas cejas nuevamente.

—Es mi amiga y me preocupo por ella, sé la clase de hombre eres...

—¡Hey! Respétame —Justin lo calló— Tu querida amiguita no es una santa. No la defiendas de lo indefendible. Y no, no tengo nada con ella. No estoy para relaciones y ni muerto podría soportar a esa imbécil un día completo, por lo que jamás la aguantaría cotidianamente jodiendo —miró a Will con obviedad.

Will, algo asombrado por lo cínico que había sonado eso, rió solo un poco.

Justin en parte decía la verdad, no soportaba a Isabella, pero por otro lado si. La soportaría desnuda sobre él todos los días, pero eso no era relación. Aún así su orgullo de macho y egocentrismo le dejaron un sabor amargo en la boca al saber que Will se preocupaba más de la cuenta por la mocosa.

—No puedo creer que hables así de ella...

—Deja lo marica, Will. ¿Hace cuanto no follas? —sonrió burlonamente.

Will rodó los ojos y prefirió quedarse en silencio e ignorarlo.

—¿Es que acaso te gusta la mocosa? —Justin sonrió con burla. No dejaría de insistir hasta que Will lo aceptara.

Will se quedó en silencio, no le gustaba mentir.

—¿Te gusta la mocosa? —Justin volvió a preguntar, esta vez dejando de sonreír y acercándose aún más a Will.

—Sí, mierda. Sí —Will lo empujó por lo hombros para que no se siguiera acercando.

—No creas que la mocosa te va a dar bola, Will. Yo la conseguí primero y yo la voy a follar primero —Justin susurró con recelo—. Después hace con ella lo que quieras, pero antes me la como yo.

—¿Me estás amenazando? ¿Por qué estás tan seguro de que ella va a estar contigo? Tu la detestas, déjala en paz —Will lo miró con furia. Estaba enrabiado y celoso.

—Si tan solo vieras como se pone cuando la toco —Justin sonrió—. Cuando la deje sin poder caminar por una semana, la dejaré en paz —miró a Will con una sonrisa antes de dar la media vuelta y marcharse.

Will soltó un gruñido y pateó con fuerza una de las reposeras.

Justin soltó un fuerte suspiro. Le hubiese dado lo mismo Isabella, pero no entendía porque razón sentía la necesidad de proclamarla como suya si en verdad la despreciaba. Will era un buen hermano, pero tampoco quería que pensara que podía tener a la mocosa cuando era él quien la tenía mas que controlada.

Entró a la casa dando grandes zancadas, no quería saber de nadie; pero debió detenerse ya que se encontró con Artur y Jeremy en la sala. Justin pensó que las cosas iban peor de lo que él quisiera. Se detuvo y saludó a Artur con educación, este le indicó que tomará asiento y así fue.

—¿Cómo has estado, Niño? —sonrió bebiendo de su Whisky.

Los ojos verdes de Artur brillaron de tal manera que una morena pasó por la cabeza del muchacho.

—Bien, bien —carraspeó la garganta— ¿Usted?

—Algo estresado, pero nada que no se pueda solucionar —rió irónicamente—. Problemas con Isabella, nada importante.

Justin elevó una ceja.

—Bueno, yendo al grano. El vuelo sale mañana a media noche. Necesito que hagas algunos trabajitos. Te mandaría con alguno de mis hombres o tus hermanos, pero sé que lo puedes hacer solo y así pasarás desapercibido.

Justin asintió, quedándose en silencio.

—Tengo todo claro señor. ¿Hay que reservar hotel o algo?

—No. Tengo dos departamentos en Inglaterra. Te daré la dirección después. Te tengo que pedir otro favor, aparte. —Artur lo miró con duda, no estaba seguro si debía confiar en Justin lo último que le iba a pedir.

—No le veo problema, al fin y al cabo estaré allá casi un mes —Justin elevó ambos hombros.

Artur pareció convencido.

—Está bien. Escucha, Isabella está en Inglaterra, la mandé castigada, sin teléfono, sin nada. Quiero que te quedes con ella y que no le des accesos a nada. Tienes que permanecer encerrada dos semanas.

El ceño de Justin fue confusión. Dejó de mirar sus pies para volver a mirar fijamente a Artur y procesar lo que había dicho. ¿Había mandado a su hija menor, sin ningún acceso a comunicación, sola y castigada a Inglaterra? Justin no lo podía creer.

—¿Tienes a tu hija menor encerrada en Inglaterra, Artur? ¿Sabes lo peligroso que es eso? —espetó Jeremy descolocado— ¡Sabes que hay gente que te están buscando!

—Isabella no es un problema para mi en estos momentos. Tengo cosas más importantes que resolver y tenerla lejos ayuda más de lo que creen —respondió como si nada.

Justin por un lado lo entendía. Él apenas soportaba a Isabella por lo que no podía imaginar lo insoportable que sería jodiendo todo un día, justificaba a Artur en aquel sentido; Pero también le asombraba ya que era su hija menor y la gente que los rodeaba a todos era muy peligrosa.

—Te quedarás en el mismo departamento que Isabella. Espero que no te cause problemas. Ella no sabe que iras y por el momento lo prefiero así. De todas formas le tengo un guardaespaldas, pero la conozco, sé lo loca que es Isabella y más de alguna estupidez intentará. Aún así quiero que te concentres en rescatar todo el dinero que te pedí, ese es tu mayor objetivo en todo esto Justin. Cualquier movimiento extraño debes avisarlo —Artur murmuró.

Justin asintió, pero en realidad no había escuchado nada. Estaba imaginándose lo que sería lidiar con la mocosa más de una semana.

Jeremy por otro lado si había entendido, pero no podía quitarse de la mente la forma en que Artur se había referido a su hija. Le asombraba.

Luego de afinar uno que otro detalle, Justin salió del despacho y fue directamente a su cuarto. Aprovecharía de ordenar sus cosas y dormir, antes de empezar con la tortura que significaría permanecer en Inglaterra.

————-
Sé que soy una ingrata, que prometo cosas y no las cumplo; pero creo que me volvió la inspiración en esta etapa de mis vacaciones.

Si aún siguen allí, detrás de aquella pantalla leyendo esta historia, pido mil disculpas :(

Fairytale
Justbiebssg:)

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