El sendero que Hyunjin siguió se adentraba en el corazón del jardín, un laberinto de belleza mágica y misterio. A medida que avanzaba, el aire se llenaba de fragancias exóticas y sonidos suaves de la naturaleza, como si el jardín mismo estuviera susurrándole secretos. La luz del sol se filtraba a través de las copas de los árboles, creando patrones de sombras danzantes en el suelo.

El sendero se torcía y giraba, llevando a Hyunjin a través de una serie de paisajes encantadores: praderas llenas de flores luminescentes, arboledas de árboles cuyas hojas parecían brillar con una luz dorada, y pequeños estanques cuyas aguas reflejaban el cielo de una manera que parecía casi mágica. Todo en el jardín parecía diseñado para deslumbrar y cautivar.

Finalmente, el sendero emergió en un claro amplio y hermoso. En el centro del claro, se erguía una estructura antigua y elegante: un gran arco de piedra adornado con enredaderas de flores y decorado con símbolos que Hyunjin reconoció de la caja que había encontrado. Era una entrada majestuosa que conducía a un nuevo nivel del jardín, uno que parecía aún más prometedor.

Hyunjin avanzó con cuidado hacia el arco, sintiendo que el momento de la verdad estaba cerca. A medida que cruzaba el umbral, el ambiente cambió ligeramente. La atmósfera se volvió más vibrante y cargada de energía, como si el jardín estuviera esperando su llegada.

Al otro lado del arco, Hyunjin se encontró en un hermoso claro, y allí, en el centro, estaba una fuente de agua cristalina que emanaba una luz suave. Alrededor de la fuente, había un grupo de figuras sentadas y conversando animadamente. Eran personas, pero no cualquier tipo de personas; cada una parecía irradiar una especie de aura mágica y una presencia que sugería que no eran simples mortales.

Hyunjin se acercó lentamente, su corazón palpitando con anticipación. Cuando se acercó lo suficiente, se dio cuenta de que una de las figuras era Felix, un joven con un aire de calma y encanto que encajaba perfectamente con la visión que Yongbok le había mostrado. Felix estaba sentado en un rincón de la fuente, su cabello castaño claro brillando a la luz del agua.

Felix levantó la vista y sus ojos se encontraron con los de Hyunjin. En ese instante, el tiempo pareció detenerse. Hyunjin sintió una conexión instantánea y profunda con Felix, como si sus corazones estuvieran hablando un lenguaje común que iba más allá de las palabras.

-Hyunjin -dijo Felix con una sonrisa cálida y sincera.

-Te estaba esperando.

Hyunjin se detuvo ante la fuente, sin poder evitar la sonrisa que se formó en su rostro.

-¿Cómo sabes mi nombre? -preguntó, aunque en su interior sabía que la respuesta estaba más allá de la lógica.

Felix se levantó y se acercó a él.

-El jardín me ha hablado de ti. Todo lo que has hecho, todo lo que has buscado, te ha llevado hasta aquí. La magia y el destino nos han unido.

A medida que Felix hablaba, Hyunjin sintió que cada palabra resonaba en su corazón, como si estuviera escuchando la verdad que había estado buscando. Los dos se acercaron más y, sin necesidad de palabras adicionales, se dieron cuenta de que sus almas estaban entrelazadas por una conexión profunda y genuina.

-Todo esto es increíble -dijo Hyunjin, su voz temblando ligeramente por la emoción.

-Nunca imaginé que encontraría algo así. El jardín, el hada... y ahora tú.

Felix tomó la mano de Hyunjin con suavidad.

-Este lugar es un reflejo de la magia que existe en el universo. A veces, solo necesitamos seguir la luz que nos guía para descubrir lo que está destinado a nosotros.

Los dos se sentaron juntos en el borde de la fuente, disfrutando del momento y de la conexión que acababan de descubrir. Mientras hablaban y se conocían mejor, el jardín a su alrededor parecía celebrar su encuentro. Las flores florecían con más intensidad y las luces de los árboles brillaban con una mayor calidez.

Con el tiempo, Hyunjin y Felix encontraron una paz y una felicidad que nunca habían conocido antes. La búsqueda de Hyunjin, que había comenzado con una sensación de soledad y misterio, había llevado a un encuentro que parecía ser la culminación perfecta de su viaje.

Cuando el sol comenzó a ponerse y el jardín se llenó de una luz dorada, Hyunjin y Felix se levantaron y caminaron juntos hacia el centro del jardín. Sabían que este lugar, y la magia que lo había hecho posible, siempre sería una parte importante de sus vidas. El hada del champú, Yongbok, había cumplido su promesa, guiándolos hacia el amor verdadero y hacia un futuro lleno de esperanza.

Read you soon...
-Mimi 🦋