Capítulo 6
«-¡Niñas, bajen! -Llamó Babú, desde la sala-. ¡Ya han llegado la tía Shirley y su familia!
-¿Por qué me llaman así? -Se preguntó la bruja-. No somos familia...
-Eres una amiga muy cercana, Shirley -Pervinca irrumpió.
-Y eres muy importante para Babú. -Agregó Jim.- Sin mencionar que Tommy es su mejor amigo...
"Y antiguo pretendiente..." quiso agregar Grisam. "El cual quiso salir con ella en algún momento..."
-¡Me alegro tanto que hayan terminado juntos ustedes dos! -Habló en aquél momento Babú-. Pero, díganme, ¿Max tiene rastro de heredar el infinito poder?
Shirley negó con la cabeza.
-No, no... ¡Pero sabemos que ha heredado poder por parte de los Cordibock! -Sonrió.
-¡No me digas! ¿En serio? -Dijo Vainilla, entusiasta.
-Sí -Tommy respondió-. Por ahora, eso parece... Y, ¿saben? ¡Está encantado con sus poderes!
-Eso es bueno... -Reconoció Grisam, desde el otro lado de la sala-. Uno debe de estar vinculado con sus poderes...
-¡Pétalo, Clío! ¡Díganme a las niñas que bajen! -Volvió a llamar Babú.
Los pasos apresurados de las niñas se oyeron por toda la planta alta de la casa, y las escaleras.
-¡MAX! -Gritaron a la vez las niñas, cuando llegaron al encuentro de sus padres.
-¿Y Max? -Preguntó Iris, decepcionada.
-Está en la granja, con mi padre -informó Shirley-. Lo siento mucho, niñas...
Lili se dio cuenta de la cara larga que tenía en aquel instante Iris.
-No te preocupes, Iris -murmuró-. A la próxima será...
La pequeña asintió con la cabeza, antes de sentarse cerca de su madre.
-¿Iniciamos? -Preguntó Vainilla, sonriendo.
-¡Sí! -Dijeron a la vez las niñas.
-Muy bien... Veamos...»
Ya era cuatro de noviembre, y el cumpleaños de Grisam llegó. ¡Ya tenía diecinueve años!
-¿Dónde está mi libro de matemáticas, Babú? -Preguntó mi hermana.
-Abajo, en tu mochila... Vi, ¿estás bien? -Dije, preocupada. Ella no dejaba de caminar de un lado a otro.
-No, no lo estoy. ¡Tengo demasiados nervios! -Reclamó-. Y la tía salió de casa temprano, y no sé cómo preparar el té que me dijo...
-¿Por qué estás nerviosa?
-¡¿Tú por qué crees?! -Me recriminó-. Hoy es el cumpleaños de Grisam, y no sé si le gustará el cuadro...
-No, no le gustará -Vi me vio mal-. ¡Le encantará! Ya verás.
Un poco más animada, y con una sonrisa en el rostro, Pervinca me indicó que ya estaba lista para irse a la escuela; igual que yo.
Esperamos, y esperamos.
Grisam no venía. Aún puedo recordar que él había dicho que pasaría por nosotras cada jueves; era jueves y no iba.
-Tal vez sea por su cumpleaños... -dije.
Y eso fue todo.
Ya se estaba haciendo tarde, y él seguía sin aparecer.
Minuto tras minuto, seguíamos observando por la ventana, esperando a que pasara por ahí.
-¿Sabes qué? -Salté de mi lugar-. Quizá esté haciendo algo, y nosotras debemos irnos... Ahora.
-Muy bien -suspiró-. Lo más seguro es que tengas razón, ¿no? Hoy es su cumpleaños, después de todo.
En ese momento, se oyó como alguien tocaba la puerta principal.
Toc-Toc.
-¡Es Jim! -Dije, sonriendo.
¿Pero qué hace aqui él? Me dije ¿Pasó algo con Grisam?
-Vamos, abre la puerta... No lo dejarás esperando, ¿verdad? -Pervinca sonrió de forma pícara.
-No tienes remedio... -Murmuré-. Además, casi no podré hablar con él porque llegaremos tarde -lamenté.
-¡Oh, vamos! Nos quedan veinte minutos. Hablan diez, y los otros diez los utilizamos para ir a la escuela. -Informó Pervinca.
-¿Y Flox?
-Es jueves, ¿no? Hoy irá con Nepeta, Francis y Acantos...
-¡Muy bien! -Sonreí, conforme-. Le abriré la puerta.
Pervinca me dirigió una mirada, como queriendo decir: "¿Qué esperas?"
-¡Buenos días! -Dije al abrir la puerta. Jim seguía ahí y, al igual que yo, tenía una gran sonrisa pintada en su rostro.
-Hola, Jim -saludó mi hermana a un lado mío.
-Buenos días, chicas... -Parecía apresurado-. He venido para decirles que Grisam no ha podido venir porque sus padres lo han entretenido... Ya saben, por su cumpleaños.
-¡Oh, pero si era de imaginarse! -Pervinca dijo, antes de chocar la palma de su mano contra su frente. Yo tenía razón.
-¿Quieres pasar, Jim? -sonreí.
Después de pensarlo unos segundos, Jim negó con la cabeza.
-No, no. -Dijo de hecho- Estoy ayudando a Duff y a Tomelilla en el arreglo de las puertas; en sí, de la muralla.
-¡¿El arreglo de las puertas?! -Preguntamos a la vez Vi y yo.
Pensé que estaban en orden, lamenté.
-Al parecer, el último ataque que realizó el enemigo causó muchos daños -explicó-. Sin mencionar que estos cuatro años no le ayudaron mucho... Algunas cuerdas están en su punto y pueden romperse... Y la madera también está en mal estado...
-Pero, ¿por qué lo arreglan? -Quise saber.
-Sí... ¿No se supone que el enemigo ya se había ido? -Pervinca preguntó, nerviosa.
-La lucha entre la luz y la oscuridad nunca termina, eso hay que tenerlo muy claro... -Aseguró Jim.
-¿Qué quieres decir con eso? -Pervinca estaba cada vez más ansiosa.
-No se asegura nada, pero ha habido robos en el valle y mucho movimiento en los bosques cercanos -obtuvimos como respuesta por parte de Jim.
-¿Quiénes lo saben?
-Hortensia lo dirá mañana por la tarde; ya han puesto algunas notas por el pueblo...
-Pero que lástima... Solamente duró cuatro años la paz en el valle, y ahora no están algunas hadas... -Vi dijo, decepcionada.
-No hay nada asegurado -volvió a decir Jim-. Esperemos que sólo sea una idea...
-¡Oh, pero te estamos entreteniendo mucho! Si es verdad lo que dices, estarás muy ocupado... -Murmuré al final, pues sentía la mirada de ambas personas sobre mí.
-Vainilla, si él no estuviera tan ocupado, hubiera aceptado pasar...
¿Y eso qué quiere decir? Me pregunté.
-Bueno, Vainilla tiene razón... Ya han pasado quince minutos desde que...
-¿¡Quince!? -Dijimos a la vez Vi y yo.
Corriendo, cogimos nuestros libros para dirigirnos a la escuela. ¡Faltaban cinco minutos!
-¡Adiós, Jim! -Se despidió Vi en aquel momento.
-¡Adiós! -Dije sacudiendo la mano, en señal de despedida.
Estaba segura de que Jim se encontraba realmente confundido.
«-Y lo estaba -aseguró Jim, riendo-. Luego recordé que tenían que ir a la escuela...
-Yo recuerdo que las vi corriendo como si el piso ardiera. -Admitió Tommy- Aún recuerdo la hermosa sensación de levantarme tarde por los días, al haber terminado mi tiempo en el colegio.
-¿Qué es ¨el enemigo¨, tía Shirley? -Preguntó en ese momento Iris, la cual se encontraba a su lado.
-Digamos que es el mal tratando de apoderarse de nuestro valle... -Lamentó la mujer pelirroja.
-¡Qué miedo! -Soltó Lili, la más temerosa de las primas-. ¿Y ya no vive el enemigo?
-Como dijo Jim -Pervinca remarcó-: ¨La lucha entre la luz y la oscuridad nunca termina¨.
-¿Eso qué quiere decir, mamá? -Preguntó Iris a Vainilla.
-Que entre la luz y la oscuridad, pureza y maldad, siempre habrá un punto débil, el cual desata la desgracia. -Explicó la bruja- Y, aun así, siempre hay que tener la frente en alto... Pase lo pase».
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