«Late, late, descansa.

El corazón de Iris latía rápidamente mientras intentaba aclarar su vista; le dolía todo el cuerpo.

-Sh, sh... Iris, no trates de forzarte, es normal que te duela -Max habló, dándole la vuelta al pequeño trapo que tenía sobre la frente-. Debes de practicar el vuelo cuando alguien más esté contigo...

-Pero, yo...

-¿Qué podría haber pasado si yo no estuviese ahí?

Max estaba molesto; había descubierto que Iris intentaba volar cerca del lago, durante la noche. Ella, al ser nueva en ello, cayó al agua, lo cual le causó un pequeño resfriado y pequeños raspones.

-Mi mamá ya viene en camino de todos modos, ¿no? No es necesario que me regañes -Iris murmuró.

-Y no lo hago; agradece que logré meterte a mi habitación antes de que mis padres llegaran. -Iris hinchó sus mejillas, apartando la mirada al frente.

-Sí, quizá tengas razón; gracias.

-¿Por qué no has esperado hasta que la tía Vi diera su clase de magia?

-Porque soy la única atrasada -responde, como si fuera lo más obvio del mundo-. ¡Hasta Violeta aprendió antes que yo!

-Recuerda que las brujas y magos de la oscuridad tardan más en manifestarse -le dice, palmeando su cabeza suavemente-. A Pervinca le pasó y tú, al heredar sus poderes, puede que te pase lo mismo.

-¿Sabes? Odio que siempre tengas la razón -la pequeña masculló.

-Lo sé, tu mamá hizo una broma sobre ello -sonríe, asintiendo.

Toc-toc.

Alguien tocó la puerta fuertemente, como si estuviese apresurado. Al instante, ambos niños se giraron a ver; ¿qué debían hacer ahora?

-¿¡Max!? ¿Estás ahí dentro? -La voz de Shirley se oyó desde el otro lado de la puerta.

Max observó a la chica rápidamente, antes de caminar hacia la entrada de la habitación.

-¿Qué haces tan tarde levantada, mamá? No tenemos hada para que pongas como pretexto la Hora del Cuento -el niño habló, negando con la cabeza-. Claro que estoy aquí, ¿en dónde estaría si no?

Su madre observó por encima de su hombro, antes de regresar la mirada nuevamente a él.

-Ella está aquí, ¿no es así?

-¿"Ella"? -Tratando de hacerse el inocente, observó de reojo como Iris se escondía entre las mantas y almohadas.

-Iris; Babú vino por ella y se quedó hablando con Tommy mientras esperaba -dijo, cruzándose de brazos sobre su pecho.

-Yo no tengo aquí a...

-¡Aquí estoy! -La pequeña se apresuró a levantarse; no quería darle problemas a su amigo-. Gracias por cuidarme, Max. Pero estoy mejor ahora, y tengo que irme... Nos vemos en la escuela.

Queriendo decir algo, el pequeño abrió la boca para decir algo, pero al instante la cerró al oír la voz de Vainilla desde el inicio de la escalera.

-¡Iris, nos quedaremos un rato aquí! ¿Por qué no bajas? ¡Tommy logró convencerme de que continuara la historia aquí!

Iris tenía la esperanza de que, al bajar, no los regañarían a ninguno, porque Shirley ya les estaba dando una mala mirada por haberle mentido. Ésa noche no estaría la tía Pervinca, ni el tío Grisam, ni Lili o su padre para salvarla; solo estaba la familia Cordibock Poppy».

Sin Feli que me cuidara, al día siguiente de lo sucedido, tuve que rogar más de lo usual a la tía y a mis padres para que me dejasen salir. Las clases se habían suspendido, pero aún tenía ensayo de una obra que estaba preparando para el final del ciclo escolar, y no iba a detener mi vida cotidiana por culpa del enemigo; Pervinca hubiera querido que siguiéramos con nuestras vidas, como si no hubiera pasado nada, y eso haría. El enemigo perdería poder entre nosotros, y se podría dar por vencido de atacar a nuestro valle.

Había logrado convencer a los chicos de la Banda del Capitán, con unos fue más fácil que con otros, pero logré reunirlos a todos; las hadas habían insistido en ir también, pero me negué. Si queríamos demostrar el valor que teníamos, era hora de madurar en ése momento.

-No estoy segura de hacer esto, Babú -Nepeta dice-. Estamos algo lejos del pueblo, ¿no te parece?

-¿Y qué tiene de malo? -Pregunté, girándome hacia ella-. Todos los que estamos aquí hemos desarrollando rápidamente nuestros poderes, si algo pasa, podemos actuar unidos.

-Yo no tengo ningún poder -Scarlet susurró, dando una patada a una pequeña roca-. Ni siquiera sé para qué me trajeron aquí, no tengo nada que hacer y, si me pasa algo, no tengo con qué defenderme.

-No seas boba, para eso estamos todos aquí -James Burdock intervino-. Además, Vainilla me encargó que no me separara de ti, en ese caso.

Oí como Jim suspiraba a un lado mío; técnicamente, el opinaba lo mismo que Scarlet. Dubitativa, acerqué mi mano a la suya y las entrelacé en silencio antes de sonreír.

-Bien, como Babú les ha dicho, hemos decidido que practicaremos la obra escolar en la caseta del capitán, así que tengan cuidado de no romper nada -Grisam dijo, abriendo de a poco la puerta de la caseta-. Si algo le pasa a los objetos, a Pajarillo le daría un infarto.

-No es como si no tuviéramos cuidado, Grisam -Tommy rió, rodando los ojos-. No somos despistados como para hacerlo. Además, la mitad de nosotros somos magos y brujas de la luz; podemos reparar lo roto.

-No debemos de usar mucho nuestros poderes -Flox se apresuró a decir por mí-. Si los usamos más de lo necesario podemos llamar la atención.

-Flox tiene razón -Acantos dijo, asintiendo; su problema con la ¨r¨ mejoró desde la última vez que lo vi en la fiesta-. Deberíamos de intentar llamar lo menor posible la atención, el enemigo podría darse cuenta fácilmente.

-Yo... Yo la verdad no sé qué hago aquí -Shirley murmura-. Iba a ayudar a la señora Cordibock con la comida, y Tommy me ha traído a rastras tras él...

-Ah, sí... Lo siento -Tommy rió, rascando la parte trasera de su cuello-. Hemos venido a ayudar en el ensayo de la obra que estaban haciendo los grupos de Vainilla y Pervinca para el final del ciclo escolar.

-Pero, algunos de ustedes ya terminaron el instituto -confundida, alzó la mirada hacia al chico.

-Por eso he dicho "ayudar" -aclaró, sonriendo un poco-. En realidad, de entre todos los que están aquí, solo Vainilla, Flox, Scarlet y Acantos participarán. Francis y Nepeta aún son un año menor.

-En realidad, lo de la obra era más una excusa para reunirlos a todos -aclaré, sonriendo-. Pero, sí, también la ensayaremos.

-¿Ah? ¿Y por qué no dijiste eso al inicio? -Scarlet protestó-. ¡No he traído mis cosas para mi papel!

-En eso pensé antes, y le pregunté a Babú qué necesitabas; lo dejé por allá -James sonrió, señalando un par de cosas que había dejado en un mueble. Scarlet, al ver lo que hizo por ella, se limitó a alzar los ojos al techo, lo cual hizo reír a Grisam; Scarlet era igual de mal agradecida y testaruda que Pervinca.

-¿Y para qué otra cosa nos han traído aquí? Tuve que interrumpir el trabajo que hacía con Francis -Nepeta dice, confundida.

Abriendo la boca para decir algo, alcé un poco uno de mis brazos antes de sentir la mano de Jim sobre mi hombro.

-Eso lo tiene que explicar Grisam -interviene, señalándolo con el pulgar.

-Tenemos un plan de cómo podemos acabar con el enemigo... O, al menos, para poder salvar a Vi -Grisam dice-. Para ello, necesitamos su ayuda y...

-Ay, no. Otra vez no -susurrando, Francis estampó su mano contra su frente. El golpe que le dio Tommy en la cabeza a su hermano, se oyó entre el silencio que se había formado.

-Bien... Como decía, tenemos un plan -Grisam continuó, tratando de anivelar la situación-. Le hemos puesto "Operación Pervinca", y está construido por tres etapas... Las cuales explicará Jim.

Dubitativo, Jim alzó la mirada hacia el grupo de chicos que lo veían con inquietud.

-La primera etapa es: "Mejora del valle". En ella nos centraremos en mantener al valle en buen estado; mejorar el estado del sistema de las puertas, hacer los muros más fuertes, entre otras cosas que se explicarán más adelante -indica-. La segunda etapa es: "Desarrollo físico". A diferencia de...

-¿Eso quiere decir que tenemos que hacer ejercicio? -Shirley intervino.

-Sh, espera -Murmuré, haciéndole un gesto a Jim para que continuara.

-Como decía, la segunda etapa, a diferencia de la anterior, se basa en el desarrollo y bienestar de los habitantes -continúa-. En éste apartado tendrán que mejorar las habilidades físicas, agilidad mental, estrategia...

-Es como si fueran los juegos de verano de Fairy Oak -Tommy concluye por él, pues había entendido fácilmente a dónde iba todo eso-. Los demás lo entenderán así -sonriendo, le guiñó un ojo.

Articulando un "gracias", Jim le regresó la sonrisa.

-La tercera y última etapa consta de: "Progreso y aplicación de poderes" -siguió hablando-. En éste punto nos tendremos que basar en los tres poderes: Luz, oscuridad e infinito poder. Esto será necesario para saber qué hacer si el enemigo se presenta; Scarlet  y yo, al no tener poderes, organizaremos, vigilaremos y haremos observaciones.

-Para ello necesitaríamos el punto anterior, ¿no? -James intervino-. Lo de "agilidad mental" y "estrategia"...

-Así es -asintió-. ¿Alguna duda?

Nadie alzó la mano; todo había quedado claro. Estábamos listos para iniciar.

« -¡Y así concluimos el relato de hoy! -Sonriendo, Babú se levantó de su lugar-. Fue difícil narrar esta parte; la hubiera narrado Jim...

"Es cierto que papá ha querido hacerlo. Qué mal que no vino" Iris pensó, antes de suspirar.

-Quizá debamos de regresar ya a casa -Vainilla dijo, levanto entre sus brazos a su hija-. Irán mañana a la reunión de Flox, ¿no?

-Claro, no podemos faltar. Ordenes de Acantos -Tommy rió, alzando los hombros-. Parece que Max se quedó dormido...

-Lo llevaré a su habitación -murmura Shirley, levantando al pequeño entre sus brazos-. ¿Por qué no acompañas a Babú a su casa? Jim estará preocupado...

-Sí, tienes razón -asintiendo, Tommy besó en la frente a su pareja-. No te desveles más, ayer dormiste muy noche por estar tejiendo esa capa.

-Claro, claro. -Rodando los ojos, Shirley sonrió un última vez antes de girarse e iniciar a caminar rumbo a la habitación del pequeño- Buenas noches, Babú; buenas noches, Iris.

-Le dice a Max que gracias -Iris dijo, mientras salía de la casa junto a su madre y Tommy.

-Parece que el aire enfrió -Tommy frunció el ceño, caminando junto a la mujer.

-Sí, mi padre hizo el aviso -asintiendo, la bruja sonrió un poco-. ¿Cómo vas con Shirley?

-¿Sabes, Babú? Lo que nunca se diría entre una bruja de la luz y un mago de la luz, te lo diré ahora -riendo, se giró hacia ella-. El mayor regalo que me has hecho es romperme el corazón; gracias a eso pude pasar más tiempo con ella.

-Lo sé -sonriendo, Vainilla palmeó su hombro».