El bosque era regido por hadas que se encargaban de brindar protección y hogar a cada especie del lugar. Toda hada y cualquier espécimen del bosque tenía a un soberano a quien obedecer y brindar completa lealtad. Desde hace miles de años el bosque ha sido guiado, cuidado y protegido por la realeza. Generación tras generación el trono ha sido heredado al sucesor legítimo de la realeza como dictaminan los protocolos.

Solo el sucesor legítimo al trono posee la magia suficiente para seguir protegiendo al bosque como sus ancestros lo hacían desde hace mucho tiempo atrás. El heredero era un hada único en su especie, pues manejaba con mucha facilidad los cuatro elementos fundamentales del mundo a la perfección, las cuales eran; fuego, agua, tierra y aire. Él estaba listo para continuar con la labor de su padre, se había preparado desde pequeño para afrontar su responsabilidad como único heredero al trono, pero una ley antigua detuvo sus planes.

Constitución Mágica del reino de Fairy.

Ley 43.22. Todo sucesor o legítimo heredero debe por derecho tener un esposo/esposa antes de la coronación.

Es por ello, que unos meses antes de la coronación prevista, la realeza hizo un enorme baile como estipula la tradición. El heredero debía escoger a una hermosa hada doncella que sería la afortunada de ser la compañera de vida del príncipe, como dictan las leyes debían contraer matrimonio para poder empezar su tan ansiado gobierno. Pero lo que nadie sabía, es que el heredero conoció a alguien que cautivó su corazón desde la primera vez que lo vio muy cerca de la barrera mágica.

Desde ese pequeño instante el príncipe quedó completamente enamorado y embelesado por la belleza de ese extraño humano, no quería casarse con nadie más que no sea ese humano gruñón que conoció. Por eso y muchas razones más, terminó rechazando a cada hada que se le acercaba por instinto, se disculpó y les explicó que su corazón ya tenía dueño. Evidentemente más de una hada se ofendió al ser completamente rechazada, pero el príncipe no cambiaría de opinión.

Desde el último encuentro con el humano, el príncipe yacía completamente distraído de sus labores diarias, no prestaba atención durante las horas de entrenamiento, no comía a sus horas porque esperaba con ansias a que el atardecer llegase para poder verlo como de costumbre, se ponía a tararear canciones inexistentes por cada rincón del bosque, entre otras cosas más. El príncipe tenía todos los síntomas de un hada enamorado.

Sus expectativas en el amor crecieron considerablemente desde que conoció a ese humano. Siempre pensó que comprometerse y contraer matrimonio era algo muy soso, pero desde que conoció a ese humano con facciones finas, aquellas acciones simples se volvieron más indispensables en su vida, quería experimentar un amor lindo y puro.

Las hadas por naturaleza son amigables, extrovertidos y coquetos, esa característica última es el encanto principal del príncipe. Tenía cierta capacidad de poner nervioso al humano gruñón, pues suele halagarlo constantemente y eso hacía que sus mejillas pálidas se tiñeran de un hermoso color carmesí. Desde que el hada descubrió que su adorado YoonGi es de los pocos humanos que pueden procrear, solía molestarlo con querer dejar su semillita dentro de él.

mincoony18~