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[5]

“La vida es demasiado corta para preocuparse por todo.
Estoy perdiendo la cabeza, estoy perdiendo el control.
Los peces en el mar me miran fijamente,
en un mundo húmedo que se duele por el compás del tambor.”

 

 

Yoongi POV

 

— Es raro, ¿sabes? –lo miré extrañado.  — El que estés tan tranquilo, quiero decir –desvió la mirada desacelerando el paso, alcé una ceja en un gesto de confusión — ¿Por qué no estás asustado? o ¿por qué tan siquiera confías en mí?, espera –hizo una pausa mirándome desde arriba — ¡¿Por qué no haces preguntas?!

Su tono exagerado y poco fingido me hizo suspirar.

Sigue siendo extraño, solo un poco. Que esté en su mano y que él sea el grande.

Ah, ¿debería reclamar?

Me miraba expectante a espera de una respuesta fuera de mi boca, no dije nada mientras analizaba su rostro y él optó por seguir con la caminata.

Sus suaves y rosados labios eran lamidos con frecuencia sus pequeños ojos eran adorables y de un ámbar brillante y precioso que hacían juego con sus cabellos, su diminuta nariz lucía como un hisopo mientras que el color de su piel resaltaba sus pomposas mejillas,  podía sentir los latidos de su corazón al estar de este tamaño y sus limpias y brillantes hebras doradas cubrían parte de sus ojos haciendo que, debido a eso, meneara la cabeza con la misma frecuencia que sus preguntas hacia mí.

— Primero –alcé mi índice. — ¿Por qué habría de estarlo? Hasta ahora no me has hecho daño, y si me estás engañando para comerme o algo así, ya lo habrías hecho, ¿o me equivoco? Segundo –sonreí lascivamente alzando el dedo medio — ¿Quién dijo que confiaba en ti? –paró su paso a la vez que fruncía el ceño, abrí mis brazos a mis costados. — Que acepte venir contigo y hable como si de otro ser humano se tratase no quiere decir que lo haga. Y tercero –me puse de pie a la vez que tomaba su camiseta en mis manos y mostraba tres de mis dedos — ¿Crees que quise venir aquí? –solté seco, su semblante cambió a neutro — Digamos que figurativamente no tenía vida allá en aquél mundo y sí, sí atravesé ese sillón fue porque lo ví directamente desde mi deidad. Así que respuestas y preguntas me las dejaré para después, no es como si fuese completamente normal para mí, tampoco es algo por lo que preocuparme del todo.

El de hebras oro seguía serio.

Suspiré sonoramente a la vez que soltaba su camisa y volvía a sentarme en su palma cruzando los brazos. Sentí su cuerpo temblar.

— Además –añadí al ver como retomaba el paso hacia donde íbamos. No tengo ni la más remota idea, pero no es como si me importara. — Si existiera la nula posibilidad de que te temiera y quisieras dañarme, en primer lugar no me preguntarías este tipo de cosas –reí cuando de sus labios relució un pequeño puchero. — ¿Lo ves? No necesito más respuestas cuando puedo observar, y... puedo verte.–dije eso último apenas. –No necesito nada más.  

— Entonces... no confías en mí.

Reí al notar que lo único que salvó de todo lo que dije fue eso.

— Digamos que sé cuando y no me engañan.

— Digamos que te salvaste al entrar por ese piano, literalmente.

— Y tú, ¿cómo mier...?

— En fin, lindo humano. A puesto a que te encantará el lugar donde viven mis hermanos –dijo rápidamente mientras reía sonoramente, achiqué los ojos a la par que golpeaba su pecho por haberme interrumpido. — También es mi hogar pero mi tiempo es estar en el centro de Paradise, cuidando a Fatum. Ya sabes...

— No sabía que podías abandonar a mi devoción así nada más. Creí que no podías separarte de él, por ser su guardián –meneó la cabeza al mismo tiempo echaba con su mano libre su cabello hacia atrás.

— No lo dejé solo. –me guiñó el ojo. — ¿Me crees tan descuidado, humano? La mariposa de Lotto. La dejé a cargo, puede tomar mi forma por unas horas, tranquilízate. –dio una pequeña vuelta a la que tuve que sostenerme si no quería caer de su mano.

Que maravilla, la misma jodida mariposa que me encogió cuidará a mi Dios, genial, muy genial.

Ahora que lo pienso, ¿no es demasiado atrevido? ¿o acaso así son las hadas? Nunca llegué a leer sobre hadas o algo parecido, pero vi una que otra película sobre ello.

A primera vista creí que sería una campanita o algo así. Sí, demasiado superficial, pero entiendan no todos los días entras por un jodido piano sales por un sillón y un hada te besa y peor aún, juega con tu tamaño.

No es algo que se vea todos los días, ¿no?

— Ya casi llegamos -dijo mientras detenía el paso.

El lugar sin duda es de cuento de hadas, ja.

El camino por el que veníamos abarrotado de árboles de color coral y hojas secas adornando su suelo en conjunto con los miles de hongos y troncos huecos que soltaban pequeños brillos y una que otra nota musical me hicieron analizar de forma abrupta las lunas que se reflejaban en el lago a nuestra izquierda.

A nuestra derecha un espeso bosque y en el camino en nuestro frente un pequeño tronco –bastante pequeño para el tamaño que ahora el hada tiene– atravesado como una especie de puente. ¿En serio piensa pasar por allí? Analicé más allá del tronco.

No había nada.

— Wow, fantástico. ¿Aquí vives?, dentro de los troncos, tal vez en los hongos –solté sarcásticamente con una mano en la frente observando el lugar, rodó los ojos a la vez que bajaba su mano y me dejaba en el suelo.

— ¿Podrías callarte? En serio puedes llegar a ser irritante

— Lo soy –sonreí ladino — ¿Qué esperamos?, ¿qué tus hermanos mariposas vengan?, ¿o que las aves nos tomen de las camis...?

No terminé porque el aire que golpeó mi rostro abruptamente hizo a mi cuerpo caer de espaldas interrumpiéndome. Bufé a la vez que limpiaba mi ropa y estaba a punto de buscar cualquier rama o roca que terminara en su cara de no ser porque Jimin ahora con su mano extendida hacia mí volvía a ser pequeño.

Él se encoge pero no puede devolver mi tamaño, fantástico.

—¿Qué esperas? Levántate. –seguía con la mano extendida, la acepte a regañadientes. — Perdón por no avisar pero no dejabas de hablar –¿Y qué? ¿No que quería conocer a un humano? Menudo ser.

 Resoplé.

— ¿Y solo por eso era necesario llenarme de polen hasta los huevos? –rodó los ojos nuevamente mientras caminaba dándome la espalda y sacaba de su mono blanco una botella de cristal similar a la que mostró horas antes. — Hey, te estoy hablando, Jimin.

—Y yo te estoy escuchando, Yoon-Gi. Enfatizó, seguido de una pequeña risilla, se cree muy gracioso. — Ven, camina, no tenemos todo el tiempo del mundo –hizo una pausa viendo hacia arriba — O tal vez sí, pero no es el caso. –siguió caminando hacia donde el tronco reposaba sobre los aguas cristalinas, tomó la tapa de la botella abriéndola y de ella salió un brillo esmeralda acompañadas de pequeñas figuras en forma de arpas, sonreí ante eso.

Deslizó el líquido en forma de brillo en la base del tronco y este destelló, brotando de él una capa densa de color magenta, retrocedí dos pasos, a lo que él lo captó y tomó mi mano apretándola — Solo será un segundo, míralas –señaló a las mini arpas que volaban por encima del tronco hueco, sus ojos brillando. — Son preciosas.

— Buenas noches, Hada Park. Hace días que no se le veía por aquí, veo que trae visita, un humano por lo que veo.

Lo observé shockeado cuando una puerta apareció en nuestras narices y un cuerpo emergió con sus alas colgando tras su espalda. Jimin rió rascando su nuca, nuestras manos aún entrelazadas.

— Si, Yugyeom. Ya sabes, la guardia, Fatum, los deberes, volando de aquí para allá, de allá para acá.

Miró nuestras manos, rápidamente solté la suya a la vez que el chico frente a nosotros me inspeccionaba y Jimin rodeaba su cuerpo tomándome del brazo y pasando por su lado.

— No tengo mucho tiempo, Yugy, nos vemos más tarde, ¿ok? –el chico asintió sin dejar de mirarme, sentí un escalofrío. Al parecer era una especie de guardia o yo que sé.

Aún sentía el cosquilleo de su mano en la mía y sentí mi cara arder levemente, solté suave su mano de mi brazo.

— ¿Quién era ese? –pregunté igualmente.

— Yugyeom, el guardia de esta parte de Paradise. Encargado del escudo que protege la zona y un hada con carisma. –rió viéndome directamente. — Humano... eres lindo –y dio leves saltos alejándose de mí.

Meneé la cabeza.

— Hey Jimin, espérame.


Las hojas secas resonaban al compás de nuestras respiraciones, los rayos lunares bañando nuestros cuerpos y el sonido de arpas y flautas sonando lejanos hicieron que mi subconsciente tomara control sobre mis acciones, viendo fijamente el cuerpo que yacía de espaldas en el verdoso suelo y yo encima de este.

— Yoon...Gi...

Suspiré, mi mano deslizándose por sus rosadas mejillas, rozando sus labios e inclinándome para besarlos. Gimió bajito cuando mordí su inferior y tomó mis cabellos con sus manos removiéndose ante mí toque. Mi mano cayendo a sus caderas por sobre la tela adentrando mis manos y tocando su suave y caliente piel. Suspiré una vez más, sin duda hermoso.

 Jimin es precioso, tan encantador, tan adulador que solo quiero poseerlo, protegerlo pero sobre todo admirarlo.

— ¿Estás bien? –asintió con los labios entreabiertos. — ¿Te gusta que te bese aquí? –señalé su cuello, asintió una vez más, lo sentí crecer debajo de mí y chilló cuando empecé a mover mis caderas frotándome contra su pelvis, su mano yendo de inmediato a mi pecho, arrugando la tela cuando la fricción lo hizo gemir.

— E-es nuevo p-para mí –sus párpados cerrados me impidieron ver el brillo violáceo en sus orbes que casi fugazmente aparecieron antes de cerrarlos, pasé mi lengua por su cuello dejando leves besos húmedos. — Me refiero –gimió bajito —No lo he hecho nunca.

Oh.

— Está bien, puedo enseñarte –seguí besando sus clavículas y después su mentón, para luego dejar un largo y sonoro beso en su boca, sus caderas moviéndose en busca de más fricción, de algo más.

Dulce, tan dulce y embriagador.

— Hueles a arándanos, hada –deslicé su camisa fuera de su cabeza, jadeé extasiado cuando vislumbré dos pequeños y erectos botones rosados, lamí y succioné uno a la vez que jalaba del otro en mi mano derecha — Y sabes a fresas, tan dulce, Jimin, eres tan adictivo, tan precioso.

— H-humano...

Paseando mi lengua y manos por sobre su abdomen lo sentí temblar apretando sus piernas a mis caderas, y subí lentamente dejando besos, jugando con su cordura, complacido de tenerlo así, bajo mi tacto, tan dócil, tan vulnerable, tan sumiso, tan mío.

Tomé su boca introduciendo mi lengua en ella, nuestras respiraciones en aumento a lo que opté por separarme y di una lamida a su labio superior, cubrió su rostro claramente avergonzado.

 Sonreí lascivo mis ojos oscureciendo.

— No sabes lo mucho que deseaba hacerte esto desde el instante en que tomaste mis labios por primera vez  –suspiró — Pero se contenerme, y no eres cualquier criatura, mereces mucho más que simples toques y castos besos, mereces el cielo y más si así deseas, Jimin.

— No me importaría que me diera las lunas si de usted se tratase

Oh, tan formal, tan obediente.

Bajé de su regazo un segundo a lo que subía para introducir mi mano dentro de su pantalón, sus ojos no soltando los míos en ningún segundo, se estremeció cuando toqué la punta de su miembro por sobre la tela, sus manos tomando las mías de inmediato y sonreí para que supiera que todo estaría bien, suspiró calmado. Bajando su mono, deslizándolo fuera de sus apetecibles piernas, relamí mis labios saliendo la lujuria en forma de jadeos y pequeños gemidos.

 Me pone tanto que no creo aguantar la grande erección que grita por salir de mis apretados bóxer.

— S-solo hazlo de una maldita vez.

— ¿Tan necesitado estás?

— No juegues conmigo.

— Es justo lo que estoy haciendo y te está encantando, dulce hada.

Y estaba a punto de bajar su ropa interior, les juro que iba hacerlo, eso era lo único que mi mente maquineaba, y cuando estaba besando sus muslos deslizando fuera sus bóxer y dejando a la vista mi nuevo dulce, él llamó mi nombre.

— ¡Humano Yoongi! ¡¿Dónde lunas estás?!

Caí en la realidad una vez más.

— Hey, –besó suavemente mi mejilla, parpadeé tanto como pude y Jimin tomó mi mano pasando otra por mi cara a modo de centrarme. — ¿Qué sucedió?, estabas con la mirada perdida y no dejabas de llamar mi nombre, estoy aquí, ¿pasa algo? –cerré la boca maldiciendo en todos los idiomas creados. — ¿En qué pensabas?

Oh, Jimin. En qué NO pensaba.

— Te estaba diciendo que a partir de aquí entraremos a la zona de elfos y después al de hadas, ¿está bien?

— Oh, más que bien, dulzura.

Y el carmesí en sus mejillas me delataron lo que su boca no quiso decir, y lo que sus ojos me confirmaron.

Dulce, lindo y embriagador.

— Jimin, hueles a arándanos. –y besé suavemente sus labios.


🍀🍂















No me golpeen, nunca he escrito fluff mucho menos smutt😣 así que perdonen de antemano (aunque es leve xd) Espero les haya gustado tanto como a mi xd háganme saber lo que piensan en los comentarios. ¿Que piensan de la personalidad de Yoongi? Y del hada?
No olviden votar, me ayudarían :'³

Katsu✓❄️

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