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- Nunca cómo niño. - Respondió Hoseok luego de pensarlo mucho. No veía a Taehyung como un hombre, tampoco como un niño, todo era diferente entonces. El castaño con el que compartía cama en ese momento ya no era el mismo que conocía apenas unos días atrás, por supuesto que lo había pensado. Pensaba en Taehyung todo el tiempo.
Siempre lo hacía, en el pasado con interés en su bienestar, ahora, le preocupaba todo lo que le hacía sentir. Taehyung le provocaba sin siquiera tocarlo emociones que no conocía antes y lo dejaba sin aliento cada vez que lo sentía cerca. Y su modo de mirarlo hacía todo peor. Era embriagante su belleza, era como un trofeo o una joya preciosa que no debía pertenecer a nadie y al mismo tiempo le pertenecía a Hoseok.
Sus gestos, su dulce voz y su débil cuerpo. Hoseok quería tenerlo en sus brazos, acariciarle las piernas, dejar besos en su cuello y detrás de sus orejas. -Lo puedes hacer-. Claro, porque estaba seguro que Taehyung no lo delataría. -Pero está mal.-Porque Hoseok era el adulto y era su responsabilidad. -Pero era tentador-. Y tan malo cómo facil.
Tal vez debía volver a besarlo. Eso le aclararía la mente. Pensó.
Parecía que Taehyung lo estaba esperando, aunque completamente ajeno a la lucha de su cerebro. Porqué lo miraba y respiraba quieto, si Hoseok lo hacía Taehyung se iba a dejar, si Hoseok le ordenaba hacer algo sabía que lo iba a obedecer. Una lucha de poder entre ambos, parecía que Hoseok lideraba la situación. Pero en realidad Taehyung lo tenía en sus manos, hilando entre sus dedos y entonces se dejo llevar.
El más joven solo tuvo que inclinarse un poco y junto sus labios, había cerrado los ojos y se mantuvo solo ahí hasta que Hoseok volvió a reaccionar. Era el momento de dicisivo, Hoseok iba a hacerlo, o no iba a hacerlo.
...
Era tarde cuando Jimin terminó exhausto después de un día de trabajo. Empezaba a preocuparse por la marca en su entrecejo, odiaba la idea de envejecer. -Sigo siendo humano-. Se dijo al final de su turno. Iría a casa a descansar, olvidaría todo lo relacionado al trabajo y se relajaría. Pero el tema de Taehyung no podía dejarlo.
Estaba confundido por sus más profundos sentimientos, se había enganchado más que profesionalmente con el castaño, al grado de no sentirse pleno hasta darle una solución.
Pero Taehyung nunca cooperó, siempre siendo cortante y selectivo en sus respuestas, el hecho de que Jimin tuviera sentimientos por él tampoco ayudaba mucho. Porque lo hacía débil, le daba la razón y lo complacía.
Cuando Jimin salió de la oficina ya estaba en "modo Taehyung" y cuando menos lo supo ya se encontraba pagando por un costoso y bonito brazalete para darle como regalo de cumpleaños, cada año había acostumbrado darle un libro de sus favoritos, pero sabía que Taehyung nunca leyó ni siquiera el prólogo. Eso ya no lo ofendía, Jimin le daba un regalo con todas sus mejores intenciones y era asunto de Taehyung que hacía después con eso.
O eso pensaba. Aún si rebasaba su ética profesional, estaba muy encariñado con el menor, había pasado a su lado tantas ocasiones que fue simplemente inevitable no caer en la ternura del chico. Motivo mismo que lo hacía estar tan preocupado,porque en realidad Taehyung no era tierno. Era atrayente.
No podía pasar desapercibido aún si eso quisiera, Jimin podía sentirlo, el castaño era atractivo, su aura era misteriosa y aún así dulce, lo había hablado con SeokJin, pero este parecía orgulloso del porte galán de Taehyung cuando salían y el castaño se ganaba la mirada de todos, así vistiera holgado y desalineado.
Pero parecía que Taehyung no podía verlo, como si viviera en su mundo, uno pequeño y selectivo donde idolatraba a Hoseok. Aquello estaba mal, pésimo y terrible. Jimin quería confiar en la sensatez de Hoseok, que este entendiera hasta que grado Taehyung seguía perturbado y que sí cruzaban la línea... Probablemente algo dentro de Taehyung podía romperse.
Si Jimin pudiera encerraría a Taehyung dentro de una cajita donde nadie pudiese tocarlo y así perdurar su nada inmaculada inocencia, pero su profesión le decía que no, y que debía trabajarlo, hacerlo hablar, sentir, confiar y comer.
Pero Jimin no conocía al verdadero Taehyung.
...
- Creí que ya había tenido mi regalo. -
- Considéralo un presente para disculparme. - Jimin sonrió levemente, ayudándolo a ponerselo. - Lamento mucho lo que pasó. - Taehyung asintió casquivano, viendo el brillante brazalete al rededor de su muñeca.
- Es lindo. - Vociferó el menor. - Combina con los pendientes que me dio Jungkook. -
- ¿Te dio unos pendientes? -
- Sí, pero son demasiado grandes, me pesan. Tal vez en una ocasión especial. -
- Hoy es una ocasión especial. No todos los días se cumple diecisiete. ¿Qué piensas hacer hoy? -
- Quisiera ir a casa. Necesito hacer algo antes de que Jin regrese. -
- ¿Qué cosa? -
- Dejé un desastre en mi habitación cuando fui con Jungkook. Quiero arreglar eso. Hoy no tengo otro compromiso y no quiero estár solo en el departamento de Hoseok. -
- Hablé con Hoseok está mañana, dijo que sería agradable ir a cenar por la noche, lo que tu quieras. -
- Pero ya celebramos el fin de semana. No quiero salir. -
- No es una opción. Es tu cumpleaños, vamos a celebrar. - Termino por decir y recibió una mirada de Taehyung. - SeokJin estará encantado de mirar tu nuevo aspecto. -
- Dice que cuando vuelva haremos un nuevo guardaropa. -
- Genial, estarían muy bien algunas prendas más acorde a tu edad. Y me gusta mucho lo que hiciste con tu cabello. ¿A Hoseok le gusta? -
- ¿Cómo? -
- Eso, tu aspecto. -
- Supongo. No ha dicho que le disguste. -
- ¿Es importante para ti el que le guste? -
- ¿Qué tiene que ver con esto? Dijiste que esto no era terapia. -
- No es terapia. - Jimin lo evaluó un momento. Había estado considerando escenarios donde encarar el tema con Taehyung y tratar de no parecer molesto. Estaba cansado de las peleas y todo lo difícil que era tratarse con Hoseok ahora. Jin iba a volver, no podía darse cuenta como todo cambio en solo unos días. Sería imposible para él entenderlo, ya lo era para Jimin. - Tae, no puede gustarte Hoseok. -
- Él no me gusta. - Se defendió de inmediato.
- No te estoy atacando.- Le avisó. - Simplemente quiero que entiendas que no sería correcto, Hoseok es mayor que tú, eso no beneficia nada en tu situación. -
- Yo estoy bien. No pasa nada entre Hoseok y yo. -
- No soy ningún estúpido. Soy quién más a fondo conoce lo que te pasó. Soy quien a tenido más problemas para lidiar contigo. Soy a quien más le importas. Estoy preocupado. Y si tu no detienes esto, me veré en la necesidad de hacerlo yo. -
- No puedes meterte en esto-
- No te atrevas a negar nada frente a mi. - Interrumpió. - Te conozco más de lo que crees. Y lo veo, pero no puedes confundir la gratitud con el amor. Hoseok no te ama. -
- Tú no puedes saber eso. - Siseó el menor poniendose de pie. - Crees que me conoces por haberme encerrado aquí unas horas luego de tantos años en contra de mi voluntad. Tú no sabes nada sobre mí, tú no sabes nada de mis sentimientos. Hay una cosa de la que puedes estár seguro, de lo mucho que te odio. -
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