⇝ thirty five: it's tradition
[past]
Jungkook arruga las cejas ante lo que lee, no comprendiendo nada de lo que está escrito, y se gira para mirar al alfa leyendo en silencio a su lado. Duda, sus mejillas tiñéndose de un color carmín, y finalmente le jala del holgado abrigo.
"¿Sí, omega?" Seokjin le pregunta.
Al otro lado de la sala, Hoseok y Yoongi levantan la vista y la fijan en Jungkook, atentos ante cualquier inquietud o duda que pueda tener.
Se encoge, cohibido.
"No entiendo" murmura, abultando los labios en un puchero, mientras señala la cita que estuvo leyendo. "¿Qué significa que un líder y un luna deban «consumar su relación, uniendo sus almas y lobos»?"
Oh.
Seokjin enrojece, Yoongi se ríe y Hoseok vuelve la vista hacia los papeles frente a él, pretendiendo no haber oído.
"Éso..." el mayor balbucea, teniendo que aclarar la garganta varias veces antes de siquiera pensar en continuar. Aunque ni él sabe cómo hacerlo.
Jungkook es un cachorro, por la Luna.
Desesperado, observa a su hermano y a Hoseok, notando cómo el alfa menor se esfuerza por regañar a Yoongi por estar riéndose, aunque sus esfuerzos son en vano pues ni bien Yoongi se encoge de hombros y le sonríe, Hoseok se derrite en un suspiro bobo.
Entonces, la respuesta llega sola.
"Significa que debemos tener sexo" dice, apresurándose a añadir algo más antes de que Jungkook pueda siquiera pensar en lo que se le ha dicho, lo que implica: "Pero como tú y yo estamos fingiendo, la tradición no debemos hacerla nosotros."
Jungkook le observa, aún procesándolo.
"¿No?" duda.
El alfa niega, fingiendo estar convencido de lo que dice, y el sentimiento de culpa incial desaparece al ver al omega relajar los hombros. Y es que, si ésto hace que Jungkook se sienta tranquilo, entonces Seokjin puede lidiar con-
"La tradición tiene que cumplirla una pareja real, dos lobos que se amen" le explica, ignorando las miradas que los otros alfas le dan. "Al tener un mandato compartido con Yoongi y, al tener él una pareja, la tradición no debo cumplirla yo, sino él. Ellos" se corrige, señalando a ambos alfas.
Oh...
Jungkook les mira, no siendo realmente consciente de las muecas confusas que ambos alfas tienen, del pánico que sus ojos transmiten. Tampoco nota al alfa a su lado y el cómo éste observa a Hoseok, pidiéndole en silencio que acepte pues es consciente de que su hermano no es capaz de mentir, ni siquiera si es Jin el que se lo pide.
"Es cierto" Hoseok le dice, inclinando la cabeza mientras se lleva la mano hasta el pecho, donde su corazón yace. "Es la tradición, omega. Es nuestro deber."
Y aunque Jungkook no comprende por qué Seokjin imita el gesto de Hoseok, no pregunta al respecto, acepta lo que se le ha explicado. Después de todo, confía en el alfa a su lado.
Seokjin jamás le mentiría, él sabe.
-
[present]
"Hyung."
Seokjin se queja, escondiendo el rostro entre los esponjosos almohadones para evitar que el sueño le sea arrebatado de esta forma, y gime satisfecho una vez lo consigue.
Al menos por un instante.
"Hyung" le vuelven a llamar.
El alfa suspira, haciendo pucheros hacia la nada misma mientras busca a tientas las mantas para cubrirse el cuerpo, aún con la débil esperanza de que por fin le dejen dormir en paz, mas se lleva gran sorpresa al sentir una presencia suave y pequeña recostada a su lado. Asustado, se incorpora rápidamente sobre el nido y observa hacia un costado, dejando ir un gemido al ver a Jungkook hecho un ovillo contra su cuerpo, aún durmiendo plácidamente. Tiene las mejillas rojas a causa del frío, los labios abultados y la nariz pintada de un suave color rosado, las pestañas le caen suavemente sobre el inicio de sus pómulos y oh, Luna, el alfa-
"Seokjin hyung" vuelven a llamar.
Naturalmente, Seokjin se tensa ante sus pensamientos, ante su guardia baja y la presencia de otro alfa cerca del omega (de este omega bonito). Escandalizado, Seokjin fija la mirada en el alfa que se asoma apenas detrás de la puerta, y le gruñe de forma instintiva mientras se apresura en cubrir a Jungkook, con el lobo en su interior obligándole a dejar al omega detrás de él, donde sólo él le pueda proteger.
Donde sólo él le pueda ver.
Hace a Seokjin temblar, abrumado.
"¡Yoongi!" masculla entre dientes una vez le reconoce. "¿Qué haces aquí?" le pregunta con la nariz arrugada, el alfa dentro de sí aún removiéndose, alerta, ansioso.
Yoongi se endereza e inclina la cabeza, posando las manos tras su espalda.
"Hyung" le llama, bajando la voz hasta que le sale en un murmullo dulce. "No fue mi intención asustarte" se disculpa. "Sólo quería avisarte que ya está hecho, puedes traerlo a la habitación."
Oh.
Seokjin le observa en silencio, aún algo tenso, sintiéndose confundido por unos segundos, y suaviza la mirada una vez que comprende, que recuerda, lo que su hermano quiere decir, por qué está allí.
Le deja más tranquilo, en realidad.
"Vale" murmura con voz ronca. "Vale, ya lo llevo" dice, mas no tiene intención de moverse, Yoongi nota.
El menor ladea la cabeza.
"¿Necesitas ayuda para llevarlo, hyung?" le pregunta, abriendo apenas la puerta, con la intención de ingresar. "¿Quieres que lo lleve por ti?" le ofrece, estirando los brazos como si fuese a tomarlo.
¡No! ¡No! ¡No!
Seokjin siente su pecho arder. Quiere gruñir y exigirle que se vaya, recordarle que no tiene ningún derecho o permiso para mirar a Jungkook mientras éste se encuentra dormido, pero se contiene. O lo intenta, al menos, pues su aroma tan pesado, casi agrio, le delata frente a este alfa que le conoce demasiado bien.
Aún así, Yoongi no menciona nada al respecto. Se mantiene calmo, dando un paso hacia atrás, mientras inclina otra vez la cabeza.
Hace que Seokjin quiera desaparecer.
Todo lo que el alfa hace, sin embargo, es relamer sus labios y buscar calma en su interior, en su razón, tranquilizando al lobo en su pecho al observar de reojo a Jungkook, su corazón sintiéndose cálido solamente con éso.
Oh, este omega.
Seokjin no comprende qué fue lo que Jungkook le ha hecho a su razón.
"No, cachorro. Gracias" dice, volviendo la vista a su hermano. "Ve a descansar" sigue, notando al alfa detrás de Yoongi. "Tú también ve a descansar, Hoseok-ah. Lamento las molest-"
Yoongi arruga las cejas ante el nombre de su novio saliendo de otros labios que no sean los suyos, y deja ir un gruñido bajo, de advertencia, hacia su hermano, tensando inmediatamente los hombros para que Seokjin no pueda observar al alfa tras de él (aún si los tres saben que es inútil pues Hoseok es más alto que él).
"No lo mires" le advierte. "Él es mío."
¡Ow!
El contraste entre ambos hermanos a la hora de responder hace a Hoseok reírse, meneando la cabeza mientras observa a Jin inclinar su cuerpo en una reverencia a Yoongi.
"Vale" acepta, riendo entre dientes. "No lo miro, cachorro. Te lo juro."
Yoongi suaviza la mirada, satisfecho.
"Gracias" murmura. Luego, se gira hacia Hoseok "Nos vamos" informa, aunque el tono de su voz no deja lugar a objeción.
Seokjin rueda los ojos, riendo bajito, y mientras los dos menores se encaminan a la salida, el líder tiene que cubrirse los ojos con rapidez al notar que, antes de salir de su campo de visión, Yoongi toma la mano de Hoseok y le muerde dorso de ésta, susurrando algo que Jin no puede (ni quiere) escuchar.
Aunque se hace la idea, claro.
Yoongi debe estar clamando a su pareja. Debe de estar recordándole lo hermoso que es. Debe estar susurrándole que es suyo, su principio y su final. El alma que le complementa. Debe tener al alfa en su interior enloquecido, rogando demostrar una y otra vez lo orgulloso que está del lobo que ha escogido como pareja.
Debe querer presentarlo a la manada una, otra y otra vez, con el pecho lleno de orgullo y los ojos algo húmedos pues jamás se imaginó queriendo a otro lobo.
Es exactamente lo que Seokjin haría.
Es lo que hizo.
Oh...
Jin jadea, sintiéndose abrumado ante el rumbo de sus pensamientos, y no puede evitar dar un respingo cuando Jungkook le pasa un brazo por la cintura, posando la mano sobre su estómago; sus mejillas perdiendo color al notar las marcas en la mano del omega: tiene mordidas en el dorso, en los dedos.
Tiene el rastro de sus colmillos.
De nuevo, es lo que Jin hizo.
Es lo que desea volver a hacer...
"Joder" el alfa balbucea, aterrado.
-
Jungkook se remueve al sentir una mano grande en sus caderas y un beso suave en su mejilla, como si la intención del otro lobo no fuese despertarlo. Pero lo hace, ciertamente, y al alfa pronto los labios se le abultan en un puchero.
"Omega" Seokjin murmura, sonrojado en el inicio de sus pómulos, mientras se incorpora a su lado. "Lo siento. ¿Te he despertado?"
El menor niega, no queriendo hacerle sentir culpable.
"No puedo dormir solo" admite en un susurro, sonriéndole, y observa por un segundo a su alrededor. "¿Ya debemos levantarnos?"
Seokjin se encoge de hombros.
"Tenemos que pasarnos a la habitación. Yoongi y Hoseok ya se han ido" informa, acariciándole la cintura.
Jungkook se pasa un puño por los ojos.
"Está bien."
Mas al intentar incorporarse del nido, el alfa le detiene poniéndole una mano en el pecho, allí donde su débil corazoncito enloquece y el lobo en su interior yace a la espera con las orejas bajas, dócil ante lo que sea que Seokjin quiera hacer con él.
"¿Uh?" balbucea, dudando.
Seokjin enrojece hasta el cuello.
"La tradición" balbucea con voz chiquita y temblorosa. "Debo cargarte" le explica. "Es p-parte de la-la tradición."
Le observa, atónito.
"¿Qué?"
El alfa tiene un nudo en el fondo del estómago.
"Debo llevarte cerca de mi corazón" le dice, pasándose ambas manos por los muslos. "Debo hacerlo para- para que sepas que, hasta el día en que todo ésto termine, m-mi corazón es tuyo. Late por ti, para ti." sigue, relamiéndose el labio inferior. "Es la tradición" afirma, como si no lo hubiese dicho ya.
Oh.
Jungkook se sonroja suavemente ante la mirada del alfa, ante la explicación, y el vientre se le llena de mariposas al ver a Seokjin rascarse detrás de las orejas en un acto nervioso. Al alfa le tiemblan las manos mientras se fuerza a sostenerle la mirada. Actúa como si temiese obtener una respuesta negativa.
Actúa como si- como si-
"Está bien" el omega acepta, bajando la voz, y el alfa no puede evitar la sorpresa que aquello le causa. "Está bien, alfa." le asegura.
Y aunque no sabe aún cómo reaccionar, Jungkook deja que el alfa le cargue por los muslos y le sostenga sobre su pecho, allí donde el lobo de Seokjin yace y los latidos de su corazón son acelerados, un tanto nerviosos. Le sostiene con ternura, intentando ser lo más delicado posible, mientras le acaricia la espalda e inclina la cabeza, permitiendo que el omega se esconda en el hueco de su cuello, donde la esencia a alfa es más fuerte y el aroma tan pesado le adormece la lengua.
Jungkook se siente relajado y seguro en los brazos del alfa. Está listo para tomar una nueva siesta entre estos brazos que, oh, él no sabía eran tan cálidos.
Seokjin es simplemente-
"¿Cómodo?" le pregunta, esperanzado.
El omega menea la cabeza, dócil.
"Sí, alfa."
Jin infla el pecho, sintiéndose orgulloso, y coge las mantas del nido para llevarlas hasta la habitación, queriendo gruñir de disgusto, de horror, al abrir la puerta y sentir tan de lleno el aroma a otros alfas presente en el lugar donde ha dormido junto a este omega.
¡Uhg!
Jungkook hace una mueca con los labios y arruga la nariz, el olor tan pesado, tan desconocido, presente en la cabaña y en la cama tendida (sobretodo en la cama) revolviéndole el estómago.
"¡Iugh!" gimotea, escondiendo el rostro en el cuello del alfa. "Aquí apesta, hyung" se queja, olisqueando su ropa para atrapar de lleno su dulce aroma combinado con el del alfa. "El sexo es asqueroso, pero el olor que deja lo es aún más."
Seokjin se ríe, encogiendo los hombros, mientras tiende de forma desordenada las mantas del nido sobre la cama, ya de antemano sabiendo que su pesado olor puede cubrir en su totalidad los aromas de su hermano y de Hoseok.
"Sólo es olor a sudor" bromea, aunque lo único que quiere hacer es llevar una vez más a Jungkook al baño.
Jungkook finge vomitar.
"Es asqueroso, hyungie. ¡Asqueroso!" se queja, escandalizado. "Hoseok y Yoongi hyung son unos asquerosos" masculla.
El alfa eleva un hombro.
"Sólo cumplieron con la tradición" dice, intentando no pensar tanto en ello, y se apresura a dejarlo en la cama, sobre el nido que huele a él, a alfa, cubriéndole el cuerpo con toda la delicadeza del mundo.
"La tradición implica algo asqueroso. El sexo es asqueroso" espeta, inclinándose hacia Seokjin cuando éste acuna una de sus mejillas para hacerle caricias allí.
Seokjin se ríe.
"Lo es" el alfa acepta sólo para dejar el tema a un lado, y se inclina a besar la frente del omega, alejándole el cabello que le cubre apenitas el rostro. "Aún faltan unas horas para que el sol salga. ¿Por qué no duermes un poco antes de tener que volver a casa y prepararnos?" le sugiere, acariciándole el puente de la nariz como su madre solía hacer con él.
Jungkook bosteza, palmeando el espacio libre en la cama.
"¿Duermes conmigo?"
El alfa niega, sonriendo , y se inclina a besarle en la mejilla antes de que pueda quejarse.
"Tengo que rezar, gardenia"
Jungkook le observa.
"Pero el sol no ha salido aún" replica, confundido. "No es hora de rezarle a nuestra yeosin."
"Yo sé" Jin murmura. "Le rezaré a todos nuestros ancestros, a las almas que aún están entre nosotros."
La respuesta confunde a Jungkook.
"Les pediré que te protejan" Seokjin le explica, tomándole la mano, y le besa los nudillos con sutileza. "Oraré por el lobo que se unió al mío para cuidar y guiar de la manada" sigue, observando al menor través de sus pestañas. "Oraré por y para ti, naui dal."
Oh.
Seokjin le sonríe, tranquilizándolo, y Jungkook suspira, sonrojándose en el inicio de sus pómulos, sintiendo sus propios ojitos un tanto humedecidos ante las palabras tan lindas del alfa.
¿Cómo Seokjin puede decirle algo así y esperar que Jungkook no termine-
El alfa le sostiene de la cintura y le besa los dedos, no sabiendo por qué aquello le es tan adictivo, mientras Jungkook se hace un ovillo cerca de él, escondiendo el rostro bajo las pesadas mantas.
Porque, quizá, si el alfa no le ve, si no ve sus mejillas enrojecidas, entonces no va a saber todo lo que en él causa.
Quizá, entonces, ésto que siente no será tan abrumador para su corazón.
Quizá.
"Duerme" Seokjin le pide, casi suplica, mientras ladea apenas la cabeza. "Yo me encargo de rezar, omega" le tranquiliza.
Le besa las muñecas, recorriendo cada una de las mordidas que le ha dejado la noche anterior, y luego lleva la mano de Jungkook hacia su pecho, a su corazón.
"Es la tradición" recuerda "Es mi deber."
-
El beta le abre la puerta mucho antes de que siquiera pueda llamar a ella. Sonríe e inclina su cuerpo en una reverencia.
"Jidoja" le saluda con voz monótona, no mostrando ninguna sorpresa ante la tan repentina visita. "Estuve esperándolo."
Le provoca un escalofrío.
"Yo sé" murmura e ingresa a la cabaña una vez que el beta se hace a un lado, aceptando las palmadas en su espalda.
"Es un honor tenerle en mi hogar."
El alfa le observa, divertido.
"¿Mi desgracia es su honor?" bromea.
Ryeowook se encoge de hombros, una suave sonrisa adornando sus pálidos y resecos labios, el pasar de los años por fin mostrándose en las arrugas (que el alfa no recuerda haber visto) sobre su frente.
"Lo es" confiesa, guiando al alfa por la cabaña. "Tenerle aquí confirma todo lo que he visto el día en que usted nació."
"¿Todo éso que no puede contar porque nuestros ancestros y la mismísima Luna le contarían la lengua si lo hace?"
Ryeowook menea la cabeza.
"Exacto" murmura, apoyando la mano sobre la espalda del alfa una vez llegan a la inmensa habitación que desprende un gran olor a incienso y especias, esas que el beta utiliza para preparar té con sabor amargo. Té que sólo unos pocos deben de probar. "Todo está listo para usted, jidoja."
Le mira, tragando seco, con el corazón acelerado y los ojos rojos e hinchados ante las lágrimas que se niega a liberar.
Provoca que la mirada dura, insensible, de Ryeowook se suavice un poco.
"No tenga miedo, jidoja" le consuela en un murmullo. "Si lo que ha hecho no es malo, entonces no hay nada que temer. Nuestros ancestros son comprensivos."
El alfa se relame los labios, sintiendo una solitaria lágrima descender por su mejilla, quemando toda piel a su paso.
"Y si- Y si he hecho algo malo, ¿entonces qué?" murmura, abrumado, mirando al beta en busca de respuestas.
Los ojos de Ryeowook se oscurecen.
"Si es así" dice despacio, logrando que el menor se tense entero. "Si es así, jidoja, entonces deberá de enfrentar el castigo con la misma seguridad con la que ha traicionado nuestra tradición."
Traición.
Él ha traicionado a su tradición.
Oh.
El alfa se ahoga en un sollozo dolorido, abrumado, todo el cuerpo temblándole mientras se cubre la boca con ayuda de una mano.
Ryeowook le pone una mano en el hombro.
"No tenga miedo, jidoja" le repite en voz baja. "Si su arrepentimiento es sincero y los ancestros son bondadosos, el castigo será leve. Le doy mi palabra."
El menor asiente, hipando, mientras se incorpora con lentitud, enderezando la postura poco a poco.
"Entre, mi jidoja" le pide. "Las almas que nos rodean le esperan."
Entra a la gran habitación tomando una inhalación profunda, e inclina la cabeza suavemente al llegar al altar rodeado de velas, sintiendo la corona en su cabeza pesar ante la calavera del omega que ha fundado la manada. El primer luna que ha traído descendencia a Gyeonggi. Ese que los ha convertido en hermanos, en seguidores fieles de los omegas.
"Naui dal" le saluda, aún con algunas lágrimas descendiendo por sus mejillas, "es un honor para mí conocerle al fin."
El silencio es su única respuesta, mas no le da atención. En cambio, se desprende de su pesado abrigo y luego de la camisa que lleva puesta, quedando su pecho al descubierto.
"Permítame comenzar con el ritual."
Se arrodilla frente al altar, alcanzando el tazón con tiza blanca, opaca. Pinta su dedo pulgar con ella y traza dos líneas debajo de sus ojos, desde la sien hasta el lagrimal, pinta sus labios y la línea que conecta su razón con su corazón. Pinta la línea en su cuello que a su yeosin le permite quitarle la vida; y, finalmente, añade un círculo sobre su pecho, donde todos sus sentimientos yacen.
"Naui dal" murmura. "Así como su alfa le ha entregado su corazón, le entrego el mío para que lo congele como castigo, si mi arrepentimiento no le satisface."
Las llamas de las velas bailan en medio de la oscuridad, la sombra de cada uno de sus ancestros helándole la sangre.
El alfa se endereza, dejando las palmas al descubierto, a disposición del primer omega de la manada, y los ojos le brillan en rojo vivo al enfocar su mirada en la calavera que ahora parece un poco más grande e intimidante, haciéndole pesar la corona sobre la cabeza casi como-
Casi como si no fuese digno de ella.
Abrumado, eleva la barbilla, dejando a la vista su cuello, su parte más sensible.
"Naui dal" murmura, cerrando los ojos. "Heredero de los jidojas Seojun y Minji, línea de sangre directa de los primeros Kim" dice con voz ronca, inclinando la cabeza, "mi nombre es Seokjin. Vengo a suplicar por su perdón."
-
Al salir de la cabaña, alfa y omega son recibidos por una pequeña multitud de lobos que les esperan ansiosos, con las manos cargadas de regalos y flores para el nuevo guía. Les saludan con abrazos y reverencias, con besos en sus manos y palabras llenas de amor, recordándole una vez más a Jungkook la manada en la que se encuentra, la hermosa gente que le rodea.
No cree poder cansarse jamás de éso.
"Omega, se ve radiante el día de hoy" le halaga un hombre, sonriéndole, y luego inclina la cabeza hacia Seokjin. "Jidoja, felicidades por su unión."
El alfa le hace una reverencia.
"¡Enhorabuena!" la multitud murmura, estrechando la mano de Jin, y el omega pronto deja de prestarles atención, pues un tímido jalón en su pesado abrigo le desconcentra.
Oh.
"Luna" los únicos dos cachorritos (una niña alta, de mejillas delgadas y largas trenzas; y un niño de ojos color miel, sonrisa radiante y cabello largo hasta los hombros) allí presentes le llaman con voz dulce. "Luna. Luna. Hola, luna."
Jungkook les sonríe, sonrojándose en el inicio de sus suaves pómulos mientras se arrodilla a la altura de los cachorros, no sabiendo exactamente cómo actuar cuando éstos le observan con grandes ojitos, fascinados ante cada movimiento que hace.
"Hola" murmura, avergonzado.
Hace a los cachorros suspirar.
"¡Luna!" murmura la niña, cubriéndose la boca con ambas manos. "¡Usted es tan bonito!"
¡Ow!
Jungkook se ríe con la nariz arrugada, encogiendo apenas los hombros ante el inminente deseo de acariciar el castaño cabello de la cachorra.
"Mh" el cachorro asiente frenéticamente mientras da algunos saltos "Bonito, muy bonito" confirma y sonríe, dejando a la vista un hueco entre sus dientes, pues está comenzando a cambiarlos.
Es jodidamente adorable.
"Gracias" Jungkook dice, avergonzado ante la emoción de los cachorros, y las orejas se le calientan al oírles reír.
Jungkook desea acariciarles el cabello mientras los abraza contra su pecho. Quizá hasta cargarlos. Mas no se anima a hacerlo, mucho menos pedir permiso. Se conforma sólo con tenerles cerca, en cambio, mientras se pregunta si algún día él podrá tener cachorros, si podrá cargarlos en su pecho y olisquearles el cabello.
Y es que, ciertamente, desde que llegó a esta manada y vio a aquel varón omega cargando una linda barriga, Jungkook anhela ser llamado «mami» aunque sea una vez.
Sólo una vez.
Por favor.
"Pero ¿les cuento un secreto?" sigue, notando que los ojos se le humedecen ante sus pensamientos, ante su anhelo.
Los cachorros asienten, exaltados, mientras se inclinan cerca del omega.
"Ustedes son mucho más bonitos que yo."
Provoca que los cachorros (que no parecen superar los diez años) chillen entre risas, completamente sonrojados, y sus hermosos cabellos se muevan de aquí para allá a medida que saltan de emoción.
Jungkook se ríe, enternecido en lo más profundo de su corazón, y se incorpora al sentir la protectora mano de Seokjin en su espalda, los cachetitos doliéndole de tanto sonreír. Luego, se gira a mirar a los lobos y al imponente alfa junto a él, encogiéndose una vez más al tener la atención de todos solamente en él.
Enternecido, Seokjin le pasa una mano por su pequeña cintura, permitiendo que se refugie apenas en su pecho, y le besa la frente con delicadeza.
"Luna" uno de los omegas le llama, y le pide permiso sólo con la mirada antes de tomarle la mano libre de marcas. Le acaricia los nudillos y le sonríe. "Gracias por halagar a nuestros cachorros, luna" murmura, y a Jungkook le sorprende en demasía notar que los ojos del omega se encuentran aguados.
Fuera de sus alfas, nunca nadie se ha emocionado de esta manera por él.
"Por favor, luna" el otro omega sigue diciendo, "acepte estos regalos como muestra de nuestra lealtad y gratitud por tenerle aquí."
El omega se hace a un lado, enseñando cada uno de los regalos que han traído (que no son pocos, cabe aclarar).
Jungkook se siente temblar.
"Y disculpe si no son los más ostentosos" añade, inclinando la cabeza. "La noticia nos tomó por sorpresa" le explica en un susurro. "Pero nuestros mejores joyeros ya están trabajando-"
"¡Oh!"
Jungkook jadea, interrumpiéndolo, al notar la corona de flores blancas que uno de los alfas le extiende.
"Es preciosa" murmura, asombrado, y los ojos se le humedecen. "Gracias" dice, conmovido, mientras se lleva la corona al pecho. "Muchas gracias" sigue, la voz temblándole. "Es preciosa" repite en un susurro, observando al alfa a su lado.
Seokjin le acaricia la cintura, sonriendo.
"Es preciosa" confirma, atrayéndolo a su pecho. "¿Quieres probártela?" le alienta.
"¡Por favor!" exclama, abultando los labios en un puchero. "¿Podrías...?"
El alfa le entiende aún si la respuesta muere en el aire, y le quita la corona de oro con suavidad, reemplazándola por la de flores. Le acomoda el cabello y le acaricia las mejillas, no apartándole la mirada siquiera por un segundo.
"¿Cómo me veo?" Jungkook le pregunta, completamente ilusionado.
Y al alfa se le hace imposible responder desde su deber, desde su parte racional, cuando este omega tan bonito le mira de esta manera: con los ojitos brillando y los labios estirados en una sonrisa que deja a la vista sus hermosos dientes.
Seokjin se vuelve débil.
"Realmente precioso" susurra, dejando ir un suspiro bobo, mientras se acerca un poco más al bonito omega. "El más hermoso" añade, sosteniéndole una vez más por la cintura, y Jungkook se derrite ante el contacto, ante sus palabras.
Le observa sin poder dejar de sonreír, completamente sonrojado, con su débil corazón acelerado, y le pone las manos sobre el pecho, acariciándolo sin darse cuenta.
"Gracias" murmura, dando un paso más cerca del imponente alfa, hasta que sus pechos se rozan y sólo las prendas que llevan puestas le separan "Gracias, alfa."
Seokjin inclina la cabeza, elevando las cejas al sentir el dulce aroma del menor, y le acuna el rostro, rozando sus narices juntas en un acto tan íntimo que les hace olvidar por un momento al resto.
Sólo son ellos.
Ellos y nadie más.
Dos corazones sincronizándose.
Dos almas complementándose.
Sólo ellos.
"Cuando quieras, omega."
Nadie más.
-
"Deberías tomar una ducha antes de saludar a los chicos" Seokjin le sugiere al ingresar a su hogar, luego de saludar a la multitud que les acompañó en todo momento.
Jungkook lo sabe. Toda su ropa huele a tierra húmeda. Él mismo huele a tierra húmeda. Huele a otro alfa. A este alfa. Y aunque hacerlo no le desagrada, es muy consciente de lo posesivos que sus alfas son.
"Mh" balbucea, mirando al alfa con una sonrisa avergonzada. "Lo haré."
Seokjin le palmea la cabecita.
"Buen omega" felicita.
Mas cuando Jungkook quiere contestar o, quizá, sólo sonrojarse y sonreírle de forma tímida, un inconfundible aroma se cuela por su nariz y, oh, Seokjin sabe inmediatamente que ha perdido toda la atención que el omega tenía en él.
Y no hay nada que él pueda hacer para cambiarlo.
Absolutamente nada.
"Jungkookie" el otro alfa canturrea.
Hace chillar al omega.
"¡Jimin hyung!" exclama, emocionado, mientras corre a los brazos del mayor.
Jimin se ríe mientras le abraza por la cintura, elevándolo apenas en el aire para dar vueltas antes de dejarle otra vez en el piso, parado sobre las puntas de sus pequeños pies. Le sonríe y le planta un beso en la boca, apretando suavemente la carne tierna bajo sus palmas, sintiendo su corazón acelerado al momento en que Jungkook le acuna las mejillas y le corresponde el beso.
"Omega" susurra, picoteando sus labios, provocándole débiles cosquillas que le hacen encogerse apenitas. "Mi vida, por fin haz vuelto" sigue, bajando los besos hasta el cuello del omega.
Jungkook inclina la cabeza, dándole más acceso a su piel, provocando que el alfa gruña de gusto.
"He vuelto, alfa."
"Lo haz hecho" Jimin murmura en su piel, la voz saliéndole ronca, rasposa. "Haz vuelto, omega. Pero apestas."
"¡Alfa!" le regaña.
Jimin se ríe.
"Apestoso" se burla.
El menor niega con una sonrisa y le da un suave manotazo en el hombro, mas no le contradice. No porque esté a favor de lo que el alfa dice, claro, sino porque tener a Jimin gruñendo en su piel, sobre su fuente de aroma, definitivamente es algo para él. Le provoca cosquillas en el fondo de su panza. Le calienta y endulza el corazón. Le hace perder la razón...
Su lobo jamás podría contradecirlo.
"¿Puedo limpiarte?" el alfa le pregunta.
No puede responderle, sin embargo, ya que los chillidos de sus otros dos alfas le aturden, le hace encogerse en los brazos de Jimin; y, cuando menos se lo espera, Taehyung y Namjoon le rodean por la cintura mientras se inclinan para besar sus cachetitos y su cuello, contándole lo mucho que lo han extrañado y lo difícil que había sido dormir sin él. Pero todo éso queda a un lado cuando los alfas le olisquean los hombros y los brazos con la intensión de atrapar de lleno su olor.
Jungkook no tiene que ser un genio para comprender lo que les disgusta.
"¡Iugh! ¡Apestas!" los alfas se quejan, no haciendo más que gruñir al sentir que este omega, su omega, huele a otro lobo.
A otro alfa.
El menor se ríe.
"Hola, alfas" se burla.
Taehyung niega, lloriqueando como si se tratase de un niño, mientras le besa las muñecas.
"¿Podemos limpiarte?" le pregunta con los ojos apenas húmedos. "Por favor."
Jungkook se derrite bajo los ojitos rojos de los mayores.
"Está bien" murmura, dócil, bajando un poco más sus hombros. "Pueden, alfas."
Los tres rugen.
-
Siete coronas de flores yacen sobre la cama a la espera de ser elegidas, pero Jungkook no puede tomar una decisión aún. Todas son preciosas y delicadas, de colores vividos y aromas dulces, hechas con todo el amor que la manada le tiene. Mas la decisión es difícil, en verdad.
Lleva media hora pensándolo.
Abrumado, se mira en el espejo que ha traído del baño, arrugando levemente las cejas, y suspira, viéndose tentado a abultar los labios en un puchero, pero se contiene.
No quiere lastimar a nadie con su decisión.
"Jungkookie" le llaman al otro lado de la puerta, y suspira. "¿Puedo pasar?"
Gimotea lo suficientemente alto como para ser oído, y la figura imponente de Yoongi no tarda en aparecer dentro de su campo de visión. Le mira, haciendo un puchero con los labios, y gimotea de nuevo, llamando su atención.
El alfa arruga las cejas.
"¿A qué se debe esa cara fea, omega?" le dice a modo en broma, acercándose a él con una sonrisa bonita.
Jungkook entrecierra los ojos mientras se cruza de brazos, intentando contener una pequeña risita.
"¿Acaso haz visto tu cara hoy, hyung?"
¡Oh!
Yoongi se ríe, sorprendido, y se abalanza sobre Jungkook para picarle las costillas con suavidad, arrancándole carcajadas dulces que poco a poco le hacen olvidar su preocupación anterior.
"¡¿Disculpa?!" el alfa jadea, fingiendo estar realmente ofendido.
Jungkook se muerde la lengua, riendo, mientras Yoongi le acorrala en una de las esquinas de la habitación y le hace aún más cosquillas, mientras tensa los hombros para dejarle sin escapatoria, para crear una imagen aún mucho más imponente de sí ante este omega que le "ha ofendido". Más Jungkook no intenta huir, no se asusta al notarse pequeño y débil frente Yoongi, pues sus ojitos son dulces aún si actúa como si no lo fuera.
Porque Yoongi es un alfa dulce, pese a lo imponente que puede ser, y Jungkook ya hace tiempo ha dejado de tener miedo.
"¿Qué me haz dicho?" el alfa ruge.
Jungkook intenta pararse en las puntas de sus pies, intenta tensar los hombros y arrugar las cejas al igual que su hyung, pero se sabe débil al sentir los dedos de Yoongi arremolinándose en su pancita para hacerle cosquillas.
"¡Hyung!" se queja, encorvándose.
Yoongi infla el pecho, riéndose.
"Repítelo si eres tan valiente" ordena.
El omega gruñe. O al menos lo intenta.
"Anda" Yoongi le insta.
Jungkook se ahoga en carcajadas.
"No seas cobarde. Dilo."
Provoca que a Jungkook las piernas le tiemblan y la respiración se le corte un instante, mas es sostenido con rapidez por la cintura, y Yoongi no es consciente de cuánto le atrae hacia su pecho sino hasta que los jadeos agitados del omega chocan contra su rostro, tiñéndole las mejillas de color rojizo ante la cercanía que le hace saltar el corazón.
"¡Hyung!" el omega se ríe, poniéndole una mano sobre el pecho, mas el alfa no le presta atención.
Y es que, si se esfuerza un poco, Yoongi puede respirar el aroma de Jungkook por la boca, puede notar sus feromonas emocionadas y el ligero rastro de sudor que le cae por la nuca ante el esfuerzo que ha hecho por huir de sus cosquillas.
Yoongi puede notar todo de Jungkook, si se esfuerza tan sólo un poco.
Lo hace, de hecho.
No sabe por qué, no entiende en qué momento, pero lo hace. Le observa de forma única, queriendo atrapar todo de él, queriendo conocer todos sus secretos y miedos, sus ilusiones y anhelos. Todo.
Le mira como sólo ha mirado a Hoseok.
Analiza sus ojos grandes, llenos de vida, y cada una de sus largas pestañas, la curva de su nariz, sus labios delgados y resecos adornados por un lindo lunar bajo ellos, y la cicatriz en su ceja, en su mejilla. Yoongi analiza sus orejitas y la línea apenas marcada de su mandíbula, su piel tersa y tostada en el inicio de su cuello y...
Yoongi observa todo de Jungkook, mas no se da cuenta de que los iris le brillan cada vez más en rojo vivo. Él ni siquiera nota cuando Jungkook inclina la cabeza, dándole permiso a conocerlo, a leerlo cual libro abierto.
Jungkook le muestra que no le teme, ya no. Nunca más. Le enseña que confía en él. Y Yoongi- él-
"Hyung" le llama, bajito.
El alfa le mira con la boca hecha agua.
"Tu cara es-es fea si-siempre y yo jamás te lo he hecho saber" le desafía, aunque no es capaz de seguir con la situación al notar las mejillas de alfa calentarse.
"¡Oh!" Yoongi murmura, confundido.
Jungkook se ríe, encogiéndose apenitas, mientras menea la cabeza, negando, y le acaricia los brazos con suavidad.
"Mentira" murmura, avergonzado. "Yo sólo estaba jugando, hyung" le consuela, parándose sobre las puntas de sus pies, y le besa la mejilla. "Eres bonito."
Yoongi arruga las cejas, sonrojándose en el inicio de sus pómulos, y el lobo en su interior aúlla contento ni bien Jungkook le abraza, restregando la nariz por todo su cuello.
"Muy bonito" le asegura.
-
La celebración pasa muy rápido, para sorpresa del omega. Rodeado de amor, admiración y halagos, Jungkook tiene los ojos aguados por horas, no pudiendo creer que la manada se alegrase de esta manera por su presencia.
Él creía que sería una emoción de horas, que nadie recordaría su existencia luego de la presentación, pero se equivocó.
La multitud le recibió con manjares y regalos, con palabras hermosas y tantos abrazos dulces que Jungkook en ningún momento sintió frío. Le obsequiaron un centenar de coronas, joyas, vestimentas y flores, en todo momento recordándole que Gyeonggi jamás tuvo un luna así de hermoso. Le halagaron su aroma y hasta cómo iba vestido, halagaron sus buenos modales y su corazón puro.
Jungkook estuvo maravillado.
Jamás se había sentido así de amado.
"Todo es tan hermoso, hyung" susurra, emocionado, mientras se recuesta en el pecho de Seokjin.
El alfa le rodea la cintura, observando a la multitud que baila y ríe alrededor de las fogatas, cantando canciones antiguas que Jungkook desconoce pero aún así le calientan el corazón.
"Es todo para ti. Por ti" Seokjin asegura, tomándole la mano para besarla en el dorso.
Jungkook enrojece y Seokjin le sonríe, encogiendo los hombros mientras baja la mirada hasta el omega.
"No he mentido la noche pasada" le dice, acunándole la mejilla izquierda. "Ahora, ésta es nuestra manada, y todo lo lindo que ellos hagan será por ti, para ti."
Provoca que Jungkook haga pucheros.
"¿Es parte de la tradición?" bromea.
Seokjin niega y le besa en la frente.
"Es lo que mereces."
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