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capítulo 21

—¡nix! ¿ya viste? Nuestros amigos están justo donde los queremos –dijo Morlok atravesando un sendero desde el aire.

—¡si! Ahora solo hay que entregarlos a Eldorat ¡y listo! –respondió la mujer con una risa.

—pero solo deben ser los más débiles. Lor Azazel va a estar muy feliz de tener más esclavos para torturar –exclamó Morlok sonriendoámpliamente.

Sus dientes, de un color oscuro y aperlado, brillaron de manera espectral en la oscuridad de la noche.

—¿quiénes serán? –preguntó Nix.

—el gruñón, el hobbit más pequeño y algún otro que caiga con ellos –respondió Morlok enumerándolos con los dedos.

—será una cacería muy entretenida entonces –rio Nix.

Nuestros amigos, ajenos a cualquier palabra que hubieran podido decir la pareja de hechizeros, volaban tranquilamente en Briana y Brand. Raisa estaba desplegando el mapa, y buscaba con la mirada la siguiente parada.

—¡no puede ser! Iremos a Eldorat, y esa no es una ciudad muy buena que digamos –dijo la niña con una mirada de asombro

—¿qué tiene de mala esta vez? –preguntó Gladius.

—creo que yo les puedo decir –terció Benjamín poniéndose muy cerio.

—Eldorat es una ciudad llena de comerciantes, pero no son precisamente onestos. Digamos que es lo contrario de Balmontia en todos los aspectos. Su gobernador tiene fama de ser dictador, y toma como esclavo a cualquiera que se acerque más de un kilómetro a las fronteras de la ciudad

—balla, eso se oye terrible –dijo Caelan asustándose un poco.

—y eso no es lo más aterrador. El libro de la historia de Faeri dice que también era partidario de Baelgrim, porque fue sobreviviente de una de las últimas familias que quedaron después de la batalla. Y casualmente,se apellida Borma –explicó el joven cada vez más cerio.

—¿y por qué casualmente? –preguntó –Uriu.

—porque adivinen quien se apellida igual

—Morlok –respondieron todos al mismo tiempo.

—¡estoy arta de ese tipo! –dijo Circe furiosa.

—todos estamos así, pero hay que mantener la calma. El quiere que nos frustremos y bajemos la guardia. Bamos a derrotarlo, eso ni lo dudes –dijo Araline con una mirada firme.

—ojalá que sea pronto, porque cada vez siento que nos alejamos más de nuestro hogar –dijo Caelan entristeciendo.

—yo les prometí que ivan a volver a la tierra media y lo harán –le respondió Raisa pasando una mano por su hombro de forma tranquilizadora.

—te creemos, Raisa –respondió Caelan suspirando.

La niña volbió a mirar el mapa, pero no pudo evitar pensar en que si todo fracasaba y Morlok vensía, nadie iva a sobrevivir y quisá la tierra media se volvería un caos.

No, nunca lo iva a permitir ¡sobre su cadáver! Pero aún así, era terrible la imagen que se formaba en la cabeza cada vez que refleccionaba sobre aquello.

el mundo no va a cambiar, hasta que alguien quiera cambiarlo. y si cambia por la oscuridad, la luz resurgirá para cambiarlo de nuevo

La niña tenía grabadas esas palabras en la cabeza. La princesa Eliana se lo había dicho una mañana durante una de sus clases. Y eso era lo que la mantenía cuerda y con esperansa cada vez que caía en cuenta de su situación.

Entonces, respiró profundo y volbió a concentrarse en el mapa exclamando.

—iremos al norte, pero no vamos a entrar a la ciudad, porque el mapa dice que debemos rodearla

Todos asintieron y se dirigieron hacia donde la niña indicaba.

—este tipolord Azazel ¿creen que sea hermano de Morlok o algo así? –preguntó Jasper poniéndose a la altura de los que ivan montados.

—no lo se, pero espero que sea tan torpe como él –respondió Benjamín

—si, nosotros también –exclamó Uriu

¡Y cuanto se equivocaban!

Las horas pasaban, y todos comenzaban a sentirse adormilados a causa de la tranquilidad de la noche. El manto de estrellas refulgía en en cielo y la luna brillaba con un ligero resplandor que hacía ver todo en calma y reposo.

—esto no me gusta nada –dijo Araline a Gladius

Ambos, ivan montados en Briana uno delante del otro.

—amí tampoco. Todo está demasiado cilencioso, y eso nunca es bueno –respondió el hobbit muy intranquilo.

Y por supuesto que no era bueno. Tras ellos, Montados en Brand, Zéphiruz, Caelan y Raisa también charlaban.

—no te duermas, Zéphiruz –le decía su hermano.

—ya lo se, Caelan –respondió el aludido frotándose los ojos con una mano.

—todo está muy cilencioso aquí –dijo raisa para cambiar el tema.

—si, hasta parece que no hay grillos en esta parte del camino –respondió Caelan muy extrañado.

—lo bueno es que no tienes que usar el báculo, porque si no alguien podría perderse entre tanta malesa –observó Zéphiruz mirando atentamente la espesa vegetación de abajo.

—que incinúas –exclamó Raisa

—nada, solo digo que con tu completa falta de conciencia alguien podría caer –respondió el hobbit mirándola a los ojos.

Raisa estaba cansada de que Zéphiruz la detestara e intentara bajarle los ánimos. Ya no les faltaba mucho para llegar al portal, y aun así seguía comportándose tan terrible con ella.

—¡ya estoy arta! ¿por qué me tratas tan mal? –le preguntó la niña indignada

—¿no lo ves? Cuando nuestros ancestro llegaron a la comarca tras la batalla de los anillos, la gente grande se adueñó de sus tierras ¡y tuvieron que iniciar una guerra para recuperarlas! No me agradan los humanos, ni la guerra. De hecho, si no hubiera sido por ese rey de tu mundo y su portal, nunca hbiéramosterminado aquí. pero tu eres la más detestable de todos los que he conocido. No solo usas la magia de forma tan irresponsable y torpe, si no también te atreves a prometernos que bas a devolvernos a casa ¡y no puedes ni convertir una roca en bela!.

Y por si fuera poco el hechizero más malvado y detestable de este mundo nos persigue ¿y se supone que tu vas a derrotarlo?

—¡no te atrevas a hablarle así! Ella hace todo lo que puede para ayudarnos, y tu solo has sido un dolor de cabeza para ella! –intervino el menor de los hobbits.

Para esto, Briana y Brand habían descendido al suelo y todos los viajeros estaban alrededor de ellos.

—¿estás de su lado? Claro. Que se podía esperar de ti, has sido su sombra desde que llegamos a Faeri –dijo Zéphiruz encarnizadamente furioso

—amí puedes decirme lo que quieras ¡pero con Caelan no te metas! ¡Ni porque es tu propio hermano lo tratas bien! –gritó Raisa desesperada.

—no puedo tratar bien a alguien que está de lado de los humanos –respondió Zéphiruz mirando a Raisa y a su hermano menor de ito en ito.

—¡entiéndelo de una buena vez! ¡no todos los humanos somos iguales! –terció Circe que sentía que le ervía la sangre al ver como Zéphiruz le hablaba a su hermana.

—¡tú no te metas! Tuhermanita tiene que aprender a defenderse sola, porque al menos eso si debe poder hacer sin ti –respondió Zéphiruz clavando sus ojos enCirce.

Gladius no pudo más, y alzó una mano para darle un puñetazo a su hermano. Pero justo antes de que sus nudillos dieran contra la quijada del susodicho, una tropa de hombres vestidos con capas rojas y negras apareció de la nada.

Todos se dispersaron y en menos de un segundo, los hombre ya habían capturado a Caelan y Benjamín. Raisa agitaba y pronunciaba hechizos a diestra y ciniestra, pero a pesar de que los viajeros tenían armas, los soldados los superaban en número.

Zéphiruz corría entre ellos para evitar se rvisto, pero un hombre de prominente barba y mandíbula cuadrada gritó.

—¡no ym datna isi!

¡ese es el hobbit!

y levantó a Zéphiruz por los brasos.

—¡radica! –gritó Raisa para soltar a Gladius, que yacía atado de pies y manos.

—gracias, Raisa ¡no puede ser! ¡se llevan a Caelan! –gritó el hobbit al ver a su hermano ser transportado por un soldado.

Ella y el hobbit corrieron hacia su dirección, pero resivieron flechas y puntas de lansa en los costados. Raisa pudo repeler muchas de ellas, pero su amigo calló tras atravesar una descena de soldados con la espada de solarion.

Araline lo tomó en brasos y lo llevó con Circe. Ella estaba combatiendo con una daga, y aunque logró librarse de sus enemigos gracias a lo que Oziris le había enceñado, tenía que curar a dos de sus amigos. Gladius, y Jasper que llacía con un ala rota.

—¡Resiste! –le dijo Uriu a su amigo que estaba atado a un árbol con dos soldados a cada lado.

Uriu lansaba estocadas de un lado a otro con una catana, pero cada vez que un soldado caía, otro llegaba para remplazarlo. Finalmente, tras haver sido herido por una lansa, calló semiinconciente a los pies de Benjamín.

—¡uriu! ¡no! –gritó el chico muy asustado.

Araline llegó lo más rápido que pudo, y aunque le parecía muy extraño que los soldados no hubieran atado al japonés, no se detubo ni un segundo y acabó con dos descenas de ellos con su arco.

—tranquilo, te voy a llevar con Circe –le dijo la elfina a Uriu.

Intentó desatar a Benjamín, pero por efectos de una magia muy extraña, las cuerdas volvían a aparecer en cuanto las cortaba.

Araline cargó a Uriu y corrió entre los soldados. Vio a Zéphiruz intentando soltarse de sus captores, y a pesar de todo lo que había dicho, la elfina intentó salvarlo. Pero todos sus intentos fueron en bano, porque cada vez que lansaba una flecha y parecía que iva a asertar en el blanco previsto, la flecha se desviaba e iva a parar al suelo.

Y así, gritando y lamentándose, los viajeros vieron como los soldados en fila, transportaban a Caelan, Zéphiruz y Benjamín.

—lo ven, les dije que no se saldrían con la suya –dijo Morlok apareciendo de pronto delante de ellos.

—¡fuiste tú! ¡tú nos entregaste a Eldorat! –dijo Araline furiosa.

—si, fui yo. Pero esto aún no termina. Mas les vale que se rindan ahora, o no solo sus amigos morirán –respondió el hechizero

—no somos cobardes, Morlok –exclamó Circe entre dientes.

—eso ya lo veremos,niña –intervino Nix con una sonrisa

—y no creas que me olvidé de ti, mi queridaRaisa –rió Morlok —me has causado suficientes problemas, jovencita

El hechicero extendió una mano para tomar a Raisa de la capa, pero la niña se apartó y empuñó el báculo.

–¡circunda omnes! –resitó Raisa.

La barrera invisible se alsó ante los nueve viajeros, y Morlok aplaudió sarcásticamente.

—¡brabo! Has mejorado mucho, mi querida Raisa. Pero cuando llegue la hora de enfrentarnos, no tendrás mucha suerte

Y tras mirarlos con desdén una vez más, se alejó levitando junto con Nix.

—¿qué hacemos? –preguntó Jasper muy alarmado.

—lo que todo individuo haría en nuestra situación. Tenemos que pedir ayuda –respondió Araline con una expresión seria —y creo que ya se quien nos puede ayudar

—no estarás insinuando que

Circe se interrumpió al ver la expresión de confusión de sus amigos.

—si, iremos a Balmontia. Y antes de que se pregunten porqué, les bamos a explicar –exclamó Araline poniéndose el arco al hombro y montando en Briana.

Circe curó a los eridos con una nota grave y profunda de su flauta, y todos se prepararon para montar de nuevo.

—muy bien, ahora si puedes continuar –dijo Circe una vez que todos estuvieron en marcha.

—decía, que les voy a explicar por que Balmontia. Ellos han tenido un conflicto con Eldorat durante años, porque muchos de sus ciudadanos fueron capturados y obligados a trabajar para lord azazel, sin mencionar el hecho de que la gran mayoría eran de bajos recursos o personas que aún estaban comenzando en sus nuevos empleos. Porque aunque no lo paresca, hace algún tiempo, existía gente pobre en Balmontia. Lady Elara ha intentado por todos los medios pasíficos hacer entender a este hombre tan despiadado, pero nada ha funcionado.

La dama Oziris, que es como los elfos le llamamos, le sugirió iniciar una batalla para acabar con estaesclabitud de una vez por todas, y al ver que no le quedaba más obción, aceptó. Ahora, solo están esperando la oportunidad perfecta

—esperaentonces, ¿estás diciendo que voluntariamente seremos la causa de que las dos ciudades más importantes de Faeri inicien una guerra?- dijo Uriu un tanto escandalisado

—puesbásicamente si. Pero aunque no somos solo nosotros, porque Morlok también tiene mucho que ver –respodnió Araline —el punto es que, si nos ayudan, tentenemos que hacer un plan.

—¿tienes algo en mente? –preguntó Gladius con un gesto de complicidad

—si, claro que si. Pero eso lo decidiremos cuando Lady Elara haya aceptado ayudarnos

Al llegar a Balmontia, Araline solicitó una audiencia con Lady Elara y al oír la historia ella aceptó de inmediato.

—lord Azazel ya nos ha causado suficientes problemas. ES hora de que alguien lo ponga en su lugar –dijo la dama Oziris cuando la gobernante le comunicó la situación.

—intentaremos herir a la jente lo menos posible, pero tenemos que movernos rápido -exclamó sir Eóga puliendo su armadura.

—nosotros podemos ayudarlos también .se ofreció Circe.

—no, ustedes deben salvar a sus amigos. Esta pelea no es suya –replicó solemnemente la dama Oziris.

—muy bien,entonces bamos a prepararnos –dijo Gladius muy cerio.

Enmenos de una hora, los guerreros más fuertes y valientes de la ciudad estaban recorriendo el camino que conducía a Eldorat.

—muy bien, este es el plan. Cuando todos empiecen a combatir, nosotros bamos a escabullirnos al castillo de Azazel y buscaremos a nuestros amigos –dijo Araline alizándose el cabello.

—pero hay un problema ¿cómo bamos a sacarlos sin que los guardias se den cuenta? –preguntó Circe preocupada.

—yo tengo una idea, pero no se si funcione –dijo Raisa que hasta entonces no se había atrevido a decir palabra.

—todas las ideas son buenas –la animó Gladius.

—podemos usar el encantamiento de tele transportación

—¡gran idea! ¿crees que estés lista para hacerlo? –preguntó Uriu amablemente

—si, claro. EStube practicando –dijo Raisa con una sonrisa.

—entonces hagámoslo –dijo Jasper con firmesa.

Todos marcharon junto a el ejército y justo antes de crusar las fronteras de Eldorat, los soldados de la ciudad salieron a su encuentro.

—¡es ahora o nunca! –gritó Uriu corriendo entre ambos ejércitos.

Todos corrieron detrás de el y Araline los guió hacia el palacio.

En el camino, se encontraron a un hombre alto, delgado y de largo cabello negro. Vestía una túnica negra y al pasar junto a ellos, los miró con sus penetrantes ojos e hiso una mueca.

A su lado, cuatro hombres de tes negra que parecían ser esclavos, todos vestidos del mismo color que el, cargaban espadas y pulían una enorme armadura.

Cuando se apartaron de la vista de los viajeros, ellos siguieron adelante guiados por la elfina. Todos estaban muy asombrados por la cantidad de edificios de arquitectura imponente que se alsaban a cada lado de la calle.

—no me digan que ese era lord aZazzel –dijo Gladius muy sorprendido

—si, era el. Y a pesar de todo lo que ha crecido la ciudad, sigue siendo un hombre con prácticas muy cuestionables –respondió Jasper con una mirada de odio.

—bamos por nuestros amigos y ballámonos de aquí. Este lugar me da mucho miedo –dijo Circe temblorosa.

Pasó un rato hasta que llegaron a un enorme castillo de torres altas y ocsuras, construido de piedra y concreto. NO había guardias a la vista, y decidieron separarse en grupos de dos para poder cubrir mas terreno.

Pronto descubrieron que en las primeras torres vivían los jparientes mas sercanos de el gobernante, y no fue hasta las últimas dos que encontraron a los prisioneros atados y amordasados uno delante de otro.

—tenemos que liverarlos a todos. Nosotros nos encargamos de estos, tu busca a Zéphiruz y a Caelan –le dijo su hermanan a Raisa.

La niña se puso a recorrer las habitaciones en busca de sus amigos, y no los encontró hasta la última y la más pequeña de todas.

Caelan estaba desmallado y atado con cadenas a una cilla y a la niña no le costó nada destruir aquellas ataduras.

La niña lo dejó en el suelo y miró a Zéphiruz que suspiró.

—no voy a salvarte porque quiera, si no porque tus hermanos están muy preocupados por ti –le dijo la niña soltando las manos del hobbit.

Zéphiruz la miró y no pudo aguantarse las ganas de llorar.

—Raisade verdadlo siento. EStubo muy mal todo lo que dije, y estaba muy equivocado. Eres una niña muy capás y la verdad solo estaba muy cansado y resentido con la vida. Después de todo,todos ustedes son buenos para algo, y yo no –dijo el hobbit entre lágrimas.

Raisa estaba demasiado imprecionada por aquellas palabras, y cuando se dio cuenta ya estaba abrasando al que antes había sido su peor pesadilla.

—tranquilo, no te preocupes. Todos somos buenos para algo, y créeme que se lo que se siente –respondió la niña.

—fui un dolor de cavesa ¿verdad? –exlcamó el hobbit acariciándole el la mejilla a su amiga con el pulgar

—si, la verdad si –respondió ella con una sonrisa.

Caelan despertó y Raisa fue a ayudarlo para que se repusiera del todo. Ambos se abrasaron y estubo muy contento al darse cuenta de que Zéphiruz y Raisa se llevaban cada vez mejor.

Cando todos estuvieron fuera de la habitaci'no, se reunieron con sus amigos y les agradó saber que Venjamín también estaba libre y muy feliz.

Los prisioneros, muy contentos pero a la vez furiosos por haber sido esclavos durante tanto tiempo, propucieron destruir y desterrar a Azazel de la ciudad. Todos estuvieron de acuerdo y Raisa junto con Araline, , le prendieron fuego a el enorme edificio.

Cuando solo quedaban senisas y ruinas de lo que alguna vez habíia sido el enorme palacio de un casi rey, se alejaron cantando muy alegres.

—¡portus! –gritó Raisa, y los viajeros se teletransportaron fuera de la ciudad.

—hay algo que tengo que decirles. El anillo de Brael evit{o que me pusieran los grilletes –reveló Zéphiruz mientras caminaban hacia la salida de la ciudad.

—encerio? ¿eso es genial! –respondió Raisa muy asombrada.

——creo que este anillo si fue un buen regalo después de todo –dijo Zéphiruz sonriendo.

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