Capítulo 3: amable.
— Lou, ¿a dónde vas? ¡Hice el desayuno! —Zayn exclama desde el lado de la cocina.
Liam levanta la mirada posada antes en el periódico y frunce el ceño cuando Louis se desliza en sus zapatos. Él sabe que Zayn hizo el desayuno, podía oler el tocino hasta el final de su habitación. Fue doloroso lo fuerte que gritó su estómago por eso. Louis tuvo que enterrar la nariz en la almohada sólo para alejarse de la esencia, tuvo que tomar del vaso de agua al lado de su cama para tratar de engañar a su estómago.
—Lo siento, Zayn, quiero conseguir un poco de tiempo en el estudio antes del primer período. Voy a comer un sándwich de huevo cuando llegue mi té —Louis miente.
— Mejor crea tu habitación en el estudio, nunca te vemos en estos días —Liam suspira.
Louis siente una punzada de culpa—. Lo sé, lo siento. Es que el show se acerca y...
— Lo sabemos, lo sabemos. Está bien, sólo prométeme que estarás en casa para la cena, ¿sí? —Zayn dice suplicante.
Louis fuerza una sonrisa y asiente con la cabeza— Lo prometo —responde.
— Está bien, ve con cuidado —Liam sonríe.
Louis se encoge de hombros y deja el departamento, su sonrisa desaparece tan pronto como está en el pasillo. Estar en casa para la cena significa comer. Tendrá que restringir la ingesta de alimentos del día de hoy, porque a pesar de que va a purgar todo lo que coma tiene que darse cuenta de las calorías que absorbe su cuerpo antes de que casualmente pueda hacer su camino al baño después de la cena. Eso significa que no hay leche en el té y definitivamente no puede permitirse tener las dos secciones de mandarina en su bolsa.
Louis realmente quiere que el edificio en donde vive, tenga un ascensor, ya que a pesar de que sólo va por las escaleras, las rodillas ya le duelen un poco. A veces tiene que sentarse y tomar un descanso a medio camino debido al trabajo que ejerce. Cuando por fin entra en su coche prende la calefacción y juguetea con la radio hasta que encuentra una emisora decente. En realidad no tiene nada que hacer en el estudio, pero necesitaba una excusa para no sentarse a desayunar con ellos.
Cuando llega, hay algunos estudiantes pululando alrededor de los pasillos, pero no se relaciona con nadie, agarra un té y se dirige al estudio. Él va directo a los tres maniquíes de la ventana, acariciando la tela ligera de la camiseta debajo de la chaqueta y el ajuste del cuello del jersey. Por enésima vez desde que puso los ojos en Harry, la mente de Louis revolotea en la imagen del chico de rizos en los pantalones de tweed en los que ha pasado trabajando tantas horas.
Entonces Louis tiene un momento de incertidumbre, porque tal vez Harry habría cambiado de opinión. Tal vez es sólo una de esas personas que no pueden decir que no frente a frente y cuando Louis le mande un mensaje esta mañana, Harry hará alguna excusa para salir del problema. El estómago de Louis se agita desagradablemente y se apresura a su bolso para encontrar su teléfono. Piensa por un momento antes de escribir el texto.
"Hey, Harry, es Louis Tomlinson. Espero que todavía estés dispuesto a ayudarme para el desfile de moda, sólo me preguntaba si serías capaz de reunirte conmigo."
Louis envía el texto y deja su teléfono, ya que no es ni siquiera las ocho de la mañana y no espera una respuesta hasta más tarde. Apenas se da la vuelta para ir a buscar su cuaderno de dibujo cuando su teléfono vibra en respuesta.
"Si aún me quieres todavía estoy dispuesto. Estoy de camino a la escuela ahora en realidad, tengo tiempo libre en el segundo periodo, o durante el almuerzo o después de la escuela, lo que funcione para ti."
Louis sonríe un poco a leerlo, el chico seguramente es servicial y el toque de apreciación es lindo. Está aliviado. Hubiera sido tan fácil para Harry decir "oh lo siento realmente no iba a ser capaz de hacerlo" No le debe a Louis nada, ni siquiera lo conoce. Pero aquí está él, ofreciendo cada momento libre que tiene.
"Te estás levantando temprano, ¿no estoy interrumpiendo tu tiempo de estudio? Yo ya estoy en la escuela si tú quieres venir al estudio ahora, pero si no puedes, en el segundo período libre estaría bien".
Una vez más la respuesta viene al minuto.
"Corro en las mañanas ya que la perra de Niall me saca del dormitorio después, pero, mientras que él está tratando de dormir, estaré libre ahora. ¿Puedo traer un café o un muffin o algo así?
El estómago de Louis le está pidiendo decir que sí, retorciéndose sobre sí mismo, pidiendo algún tipo de sustento, pero Louis es bueno en ese caso.
"No. Estoy bien, gracias. Nos vemos pronto".
Louis va a la esquina del estudio y recoge las cosas que necesitará para probarle a Harry. Saca los tres maniquíes de su banco de trabajo y saca su alfiletero y cinta métrica. Vagamente se pregunta lo que Harry va a pensar de sus diseños. Ayer, el chico solo llevaba unos vaqueros y una camiseta de su banda preferida y Louis adivina que no es el tipo de persona que pone mucha atención en lo que lleva puesto. Louis imagina que es uno de esos tipos sin esfuerzo, alguien que podría vestirse con un poncho e igualmente se vería mejor.
Louis no es uno de esos tipos. Se pone de pie desnudo en su armario durante demasiado tiempo tratando desesperadamente de encontrar algo que no muestre sus rollos de grasa. Se había puesto un sweater azul de gran tamaño y un par de pantalones de color gris que no se peguen a sus piernas. Se había enrollado la basta de los pantalones y luego se dirigió al cuarto de baño para persuadir su cabello en su tupé plumoso habitual. Cuando se miró en el espejo su primer instinto fue meter sus dedos en la garganta para tratar de deshacerse de alguna grasa adicional persistente alrededor de su línea de la mandíbula, pero no había nada en su estómago para expulsar.
Louis está inclinado sobre su cuaderno de dibujo cuando hay un leve golpe en la puerta. Harry empuja la puerta, sus pasos resonando en el estudio, sonriendo alegremente. Lleva un par de pantalones vaqueros negros, un flojo sweater gris y una bandana azul marino colocado al revés en la parte superior de sus cabeza. Los ojos de Louis perduran en los pocos rizos que están sueltos a los lados de su rostro, antes de encontrarse con los ojos brillantes de Harry. Él es, sin duda una belleza sin esfuerzo. Louis devuelve la sonrisa y un gesto hacia el chico.
— Te he traído algo de todos modos, siempre me dan una adicional al comprar el mocca así que te traje este bollo, espero que te guste —él dice vacilante.
Por primera vez, Louis nota la bandeja con dos tazas y dos bolsas de papel que Harry tiene en una mano, la otra mano sosteniendo la correa de su mochila. Su estómago se retuerce. Sería tan fácil de decir no gracias, mentir un poco acerca de que no le gustaba lo que él ha elegido, fingir que acaba de tener un gran desayuno. Excepto que, Harry lo está mirando con esos enormes ojos verdes; tan inocentemente esperanzador.
— Eso está muy bien, gracias —dice Louis, con una sonrisa.
Louis se sitúa en una esquina de la mesa de trabajo para que Harry deje la bandeja. Harry sonríe aliviado y deja su mochila. Louis saca un taburete extra y el rizado se sienta, doblando sus largas piernas por lo que sus pies descansan sobre uno de los peldaños. Louis se posiciona en el borde de su asiento cuando Harry pone su tasa en frente de él. Louis mira sus largos dedos mientras aplanan las bolsas de papel para ajustar los bollos. Los movimientos de Harry son lentos y lánguidos y Louis se pregunta si este andaría en la pasarela así. Se imagina al muchacho desgarbado caminando lentamente en sus prendas. Sonríe.
— Realmente aprecio que hagas esto Harry —dice.
Harry sonríe detrás de su taza de café y se encoge de hombros— Me halaga lo que me pediste, aunque yo realmente no entiendo por qué —dice tímidamente.
— Debido a que tienes el tipo de cuerpo perfecto para lo que he diseñado —Louis responde encogiéndose de hombros.
Harry se encoge de hombros a cambio—: así que estoy feliz de ayudar, supongo.
Ellos intercambian una sonrisa y Louis siente los ojos de Harry sobre él mientras baja la cabeza y envuelve una mano alrededor de su taza de café, tratando de transmitir la calidez de ella en sus manos.
— ¿Así que tú y Niall viven en el mismo dormitorio? —Louis pregunta, haciendo una pequeña charla mientras espera a que Harry termine su desayuno.
— Sí, sólo lo conocí, pero resulta que él es un buen tipo, así que funcionó bien —Harry responde.
Louis se encuentra mirando a Harry mientras este eleva el bollo a su boca, observando la forma en que su lengua se asoma más allá de sus dientes como una especie de pista de aterrizaje para su comida. Esto le hace sonreír por alguna razón.
— A excepción cuando él te está botando a patadas fuera de la habitación a las siete de la mañana —dice Louis juguetonamente.
Harry deja escapar una de esas carcajadas ridículas, casi ahogándose con su bollo, y tapa rápidamente su mano sobre su boca para ahogarse. El espectáculo atrae una risa involuntaria de Louis a cambio. Louis ama esa risa desde el momento que la oyó en el pasillo por primera vez, pero rápidamente se da cuenta de que ser el motivo de la risa se siente bastante bien.
Las mejillas de Harry se sonrojan cuando traga grueso—: sí, excepto cuando, normalmente me refugio en la biblioteca y leo, no es muy divertido —dice sonriendo.
— ¿Entonces, porqué no corres en las mañanas? —Louis le pregunta.
El coge un poco de su bollo, tirando pequeños pedacitos. Para cualquier persona que se ve como si estuviera distraído comiendo, escogiendo su comida. Nadie se da cuenta de que nada de esto va a su boca. Louis es bueno distrayendo.
— No lo sé, sólo me levanto temprano, no puedo evitarlo. Entonces me inquieto. No puedo simplemente relajarme en la cama, porque entonces empiezo a inquietarme y dar vueltas —Harry se encoge de hombros—. Oye, ni siquiera has probado tu café. ¿No te gusta el mocca?
Louis cree que el rizado se ve demasiado decepcionado de sí mismo por algo tan simple como un café. Él tiene un poco de tristeza en sus plenos labios rosados y las cejas juntas y tiradas hacia arriba, Louis piensa que es el puchero más adorable que jamás haya visto. Louis se pregunta cómo alguien en el mundo entero -podría incluirse- podría decepcionar a Harry ante una mueca como esa.
— Oh no, me encanta la mocca, estoy a la espera de que se enfríe —dice Louis para obtener una explicación.
Harry parece satisfecho con esa respuesta y las líneas entre sus cejas desaparecen con facilidad. Louis puede ver el esponjamiento de crema batida a través de la apertura de la tapa. Él sabe cuán dulce la crema es, mucho más que la mezcla de chocolate en la taza. También sabe que no va a ser fácil casualmente escapar al baño para sacarlo de su estómago si toma un sorbo. Está obsesionado con el contenido calórico de un trago cuando la voz cálida de Harry atrae su atención.
— Te ves muy bien con las gafas puestas —dice, con una tímida sonrisa con hoyuelos.
Louis levanta las cejas con un poco de sorpresa cuando sus dedos rozan los marcos de plástico negro—: gracias.
Harry simplemente sonríe y toma otro sorbo de su café. Louis se ocupa en recoger su bollo para ocultar el rubor.
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