❝ El inicio del infierno, el inicio de mi fin, el inicio de una vida llena de gris y colores opacos. ❞

Él joven se encontraba tranquilo dibujando sentando en su respectivo asiento cerca de la ventana mientras escuchaba música con los audífonos puestos, era un día que le transmitía mucha paz, había buen ambiente y el Sol no era tan fuerte, pero por desgracia no todo era perfecto pues ese día viernes a su mejor amigo YoonGi se le ocurrió faltar sin aviso o un mensaje, y él que le había hecho el lonche que tanto le había estado chillando esos últimos días cuando le mencionó que lo único que sabía cocinar y bien eran galletas de chocolate.

Creé que un motivo del que sienta gran paz ese día es que desde hace tres días que " Kirai " no aparecía, pero también de alguna forma lo lograba alterar ¿y si su siguiente aparición es peor que las demás? sabía que debía alegrarse de que desaparecía nuevamente y solo disfrutar del hermoso día y la tranquilidad de este, pero aquella pequeña voz en su cabeza le mencionaba de manera insistente el patrón que parecía seguir aquel horrible ser, de desaparecer y cada que aparecía era más fuerte la aparición. Detestaba que siempre que todo le iba bien de la nada aquellos pensamientos aparecían casi por arte de magia, trataba de concentrarse en su dibujar y la música de saxofón que sonaba en sus audífonos, pero le era casi imposible, ya no sabia que era peor, su presencia o las voces en su cabeza que parece que les encanta arruinar su día.

< Tranquilo, Kim, no debes estresarte, solo debes concentrarte en lo bonito que te esta quedando el dibujo, estás escuchando tu álbum favorito A Love Supreme ¿Qué más puedes pedir? ¿por qué debes arruinar tu día por un asqueroso ser que es obvio que es una alucinación? es una alucinación no es real, no debes estar así por algo que no es real. . . oh dios, Yoongi, mamá, los necesito para huir de mi cabeza, díganme que todo esta bien o hagan chistes que me hagan reír.  > Pensaba cerrando sus ojos.

Apenas se dio cuenta que estaba llorando cuando volvió a abrir sus ojos y miro su hermoso dibujo de un paisaje llenado de lagrimas, relamió sus labios maldiciéndose por arruinarlo, se suponía que sería un regalo para su mamá por hacerle pasar un mal día aquella vez donde se rompió en llanto. Tomó la hoja donde estaba el dibujo notando el temblar de sus manos, sin pensarlo dos veces arrugo esté y dejo la hoja en su mochila para evitar ir hasta el cesto de basura y prevenir que sus compañeros o maestro se dieran cuenta de sus mojadas mejillas y su temblar.

— Tae.

Aquella voz hizo que el mencionado diera un pequeño brinco en su asiento mirando con rapidez donde provenía la voz, cualquier persona que estuviera en el salón se daría cuenta del estado del castaño por el brillar de sus ojos los cuales reflejaban el más puro terror, pero por respeto sus compañeros trataron de evitar mirarle aunque algunas miradas preocupadas le eran difícil de ignorar la escena.

— ¿Te encuentras bien?

Esa voz era de su maestro de artes, había estado tan inmerso en castigarse por todo lo que pasaba en su cabeza que no se había dado cuenta cuando el maestro llego a su lugar con mirada preocupada, tenía miedo de voltear y ver a algunos de sus compañeros mirarle, no se había levantado para evitar este desastre pero termino en la misma situación o se atrevía a decir peor porque se había asustado con su presencia.

— N-no. . — Confesó bajando su mirada dejando salir un sollozo sin poder contenerse, se repetía una y otras vez "respira" para evitar romperse ante la atenta mirada de todos.

No estaba para nada bien, esa maldita alucinación lo estaba enloqueciendo y arruinando su vida nuevamente, le estaba haciendo temer a todos, le estaba arrebatando su vida sin previo aviso, lo odiaba, lo odiaba con todas sus jodidas fuerzas.

— ¿Quieres salir un rato? — Pregunto el maestro con voz suave para tratar calmarle al notar sus temblores.

— Qui-quiero irme a casa, por favor. . .— Con una de sus manos secó sus lágrimas, no quería estar ahí, no quería que sus compañeros vinieran a consolarle o soportar sus miradas.

El maestro dudó un poco antes de asentir al notar su estado. — Puedes hacerlo, le diré a uno de tus compañeros que te envíen la tarea y algunos ejercicios.

Asintió con timidez y sin nada mas que decir comenzó a recoger sus cosas sintiendo la mirada de todos sobre él pero no le dio mucha importancia, sólo quería huir de todo, quería ir a su habitación y esconderse debajo de sus cobijas, era el único lugar que sentía seguro aunque sabía que no lo era pero lo hacia sentir fuera de la realidad y eso para él bastaba.

Pov. Taehyung

No se cuanto tiempo me quede parado con la mano en la perilla teniendo un debate en mi cabeza de si abrir o no, ahora tenía miedo de todo, justamente en estos momentos temía que al abrir la puerta me encontrara con él, pero no me podía quedar todo el día fuera de la casa. . . aunque ahora mismo era tentador la idea de dormir en el pateo donde todos pudieran verme y ese ser no pudiera hacer de las suyas; Tome una gran bocanada de aire y abrí la puerta cerrando fuertemente mis ojos, tras cerrar la puerta detrás de mí mordí mi labio inferior con bastante fuerza para abrir mis ojos y. . . esta vez el universo tuvo piedad de mi y no estaba Kirai.

Sentí un gran alivio inexplicable de decir con palabras entendibles, también para mi quizás buena suerte mí madre no había llegado aun de su trabajo, la verdad no la quería ver, no aún sin pensar en que decirle o como actuar para que no se preocupe por mi, quería hacerle el dibujo y comenzar a hablar así de como lo realice, cualquier cosa que no implicara mi esquizofrenia ¿recuerdan que les dije que tenía ahora miedo de todo? pues les diré mi otro miedo, tengo miedo de que mí mamá me lleve de nuevo con psiquiatras y que me hagan de nuevo tomar medicamentos detestables que lo único que ocasionan es que me sienta. . .cómo un loco típico de películas de terror. Busque con mi mirada a mi mascota, hace días que no juego con el por estar inverso en mi mundo y la verdad me vendría bastante bien jugar con el pequeño pedacito de mi alma.

— ¡Algodón! — Así se llamaba mi linda perrita, la amo demasiado solo que no me gusta dejarla sola por tanto tiempo ¿debería adoptar otro perrito?

Al no obtener respuesta comencé a subir las escaleras debido a que a veces solía dormir fuera de la puerta de mi habitación en espera a que llegara y la consintiera. Mi sorpresa fue grande cuando mi linda bebé se encontraba ladrando a mi puerta con desesperación, tal y como lo hacia al ver un desconocido frente a la puerta principal, al instante el terror corrió rápidamente por mis venas ocasionando que un escalofrió se hiciera presente haciéndome temblar notablemente.

Nuevamente mis ojos se comenzaron a cristalizar de terror, quería correr pero mis piernas no reaccionaban por lo que parecieron horas pero sabia bien que sólo pasaron segundos, cuándo pude por fin moverme me dirigí a la puerta de mi cuarto, si soy honesto. . . tenía curiosidad, esa era mi maldición, siempre había sido curioso, si todos los niños corrían fuera de una casa diciendo que había un lobo yo iba corriendo dentro del lugar aunque no quería y llorará. Mi perrita comenzó a morderme el pantalón para que no entrara pero le ignore (cómo hubiera deseado no hacerlo) al abrirla un poco de modo que podía ver nada más una parte de mi cuarto pude percatarme que en mi cama. . . había sangre ¡había maldita sangre!

Suspire con mis labios temblorosos, no quería que mi bebé sufriera por lo que yo iba a hacer, así que me agache y la quite con toda la delicadeza del mundo y me adentré rápidamente al lugar cerrando la puerta de la habitación, podía escuchar cómo ahora ladraba con mucha más desesperación, solo estaba estático mirando la puerta maldiciendo la toma de mis decisiones, mierda, me dolía pero tenía q. . .

— Kim Taehyung.

¡Mierda mierda! ¡Santísima mierda! ¡Esa voz yo la conocía cómo la palma de mi mano! Era la voz de mi perdición y la bienvenida al infierno.

Apreté mis labios con fuerza y volteé.