55
Todos habían decidido faltar a clases sólo para ir a la casa de Eugene, y allí estaban. Desde afuera, se podía ver a las luces encendidas, era evidente que Astrid y Eugene ya habían regresado.
- Entonces... - Comenzó a hablar Mérida, todos estaban de pie frente a la puerta - ¿Están listos?
Se miraron entre sí durante algunos segundos para luego asentir con la cabeza. Estaban nerviosos, no podían negarlo, hacía mucho que no veían a sus amigos.
- Entonces, aquí vamos... - Mérida extendió su brazo y presionó el timbre que estaba a un lado de la puerta de madera blanca, el ding-dong se oyó y un minuto más tarde se oyeron pasos apresurados.
La puerta se abrió, dejando ver a un sorprendido Eugene.
- ¿Q-qué hacen aquí? - Preguntó, evidentemente nervioso.
Hiccup, sin poder evitarlo, se lanzó a los brazos de su amigo y lo abrazó fuertemente. No podía estar enojado con él en aquel momento, lo había extrañado demasiado y poco le importaba el enojo que había sentido cuando Eugene no respondía sus mensajes.
Eugene parecía no reaccionar, y unos segundos después Jack se sumó al abrazo. La única diferencia entre Jack y Hiccup en aquel momento era que el peliblanco había dejado escapar unas cuantas lágrimas, debido a la emoción de volver a ver a su amigo y saber que estaba sano y salvo.
- Nos preocupaste demasiado - dijo Hiccup al separarse del abrazo.
- ¡No vuelvas a hacernos algo así! - Exclamó Jack, quien aún abrazaba a Eugene.
- No... No volveré a hacerlo jamás - Eugene correspondió al abrazo, él también los había extrañado demasiado.
- Y-yo... Estaba muy preocupado - sollozó Jack -. C-creí... Creí que te había sucedido algo malo.
- ¿Acaso estás llorando? - Preguntó sorprendido Eugene, ya que ni siquiera lo había visto así cuando Rapunzel había decidido terminar con su relación.
- ¡C-claro que no! - Jack se alejó del castaño, sus mejillas estaban sonrojadas debido a la vergüenza.
- Jack, no debes apenarte, llorar está bien - dijo Rapunzel.
- ¡Que no estoy llorando!
- Cálmate - ordenó Elsa, posicionando su mano en el hombro del peliblanco.
Jack suspiró y bajó la mirada.
- Está bien - murmuró.
- Entonces... ¿Quieren pasar? - Eugene se hizo a un lado, para que pudieran ingresar.
- ¡Gracias! Me estoy congelando aquí afuera - dijo Anna, quien fue la primera en entrar.
Una vez que todos estuvieron dentro, subieron las escaleras siguiendo a Eugene, quien los guió a una habitación. Dentro estaba Astrid, sentada en un sofá mirando la televisión como si nada hubiese sucedido. Esa era la sala de juegos de Eugene.
- ¿Qué hacen aquí? - Preguntó Astrid al verlos.
- ¡As! - Mérida, Elsa, Rapunzel y Anna corrieron hacia la rubia y la abrazaron, o al menos eso intentaron.
Todas estaban en el sofá, aplastando a la pobre de Astrid.
- Oigan, van a matarla - dijo GoGo, acercándose a ellas.
Las cuatro chicas pidieron disculpas a Astrid y se pusieron de pie, quedando a un lado de GoGo, quien miraba a la rubia con sus brazos sobre su pecho.
- ¿Te encuentras bien, rubia? - Preguntó, a lo que ésta asintió.
- Perfecto, porque tú y Eugene nos deben algunas explicaciones - dijo Hiccup.
- ¿En serio es necesario? - Preguntó Astrid, queriendo evitar aquella situación.
- ¿Y tú que crees? - Preguntó con sarcasmo Hans -. Creo que sería lo más lógico, ya que por si no lo habían notado, desaparecieron durante dos semanas.
- Yo... Prepararé café para esto - dijo Eugene, saliendo de aquella habitación.
...
Todos se encontraban en la sala se juegos de Eugene, él y Astrid estaban sentados en uno de los dos sofás individuales, él se encontraba sobre el apoya-brazos. Elsa, Jack y Rapunzel estaban en el otro sofá individual, el peliblanco entre las dos muchachas que estaban en los apoya-brazos. Mérida, Hiccup, Tadashi y GoGo estaban en el sofá más grande y Anna y Kristoff estaban sentados sobre la alfombra del suelo. Hans estaba a un lado de GoGo, en el apoya-brazos de aquel sofá.
- Entonces... - Mérida dejó su taza con café sobre la mesita que estaba frente a los sofás - ¿Nos explicarán lo que sucedió?
Astrid y Eugene se miraron, ella le sonrió y él supo que podía decirlo todo.
- Sí, pero necesitamos que estén tranquilos - dijo Eugene -. ¿Están listos?
- Claro que sí - habló rápidamente Kristoff -. Ya, diganlo.
Hubo un gran silencio durante algunos segundos, hasta que Astrid suspiró y habló.
- Estoy embarazada.
Todos se quedaron inmóviles, aparentemente sin reaccionar, la única que había hecho algo era Elsa; había escupido todo el café que estaba bebiendo hacia un costado, justo en la cara de Jack. El peliblanco sólo pestañeó.
- Tenías razón - Tadashi miró a Hans -. Te debo una cerveza.
- Te lo dije - sonrió el pelirrojo.
- ¿Ustedes ya lo sabían? - Preguntó Mérida a ambos.
- Cuando ingresamos al Facebook de Astrid leímos su conversación con Eugene - explicó Tadashi -. Vimos que ella le decía que debían hablar de algo muy importante.
- Sí, eso lo vimos entre todos - dijo Hiccup -. ¿Pero cómo es que Hans sabía que Astrid estaba embarazada?
- Fácil - Hans cruzó ambos brazos sobre su pecho -. Yo soy el padre.
Elsa volvió a escupir el café que estaba bebiendo sobre Jack, quien sólo volvió a pestañear.
- ¡¿Qué cosa?! - Preguntaron sorprendidas Anna y Rapunzel.
- Eso no es cierto - dijo Astrid.
- Sólo era una broma - se encogió de hombros Hans -. En realidad, sospeché que Astrid estaba embarazada ya que cuando una mujer le dice a un hombre que deben hablar de algo importante, es para decirle que está embarazada o que quiere acabar con la relación, y por lo que sé Eugene y Astrid no son novios.
Y vaya que el pelirrojo había acertado.
- Pero Astrid, ¿porqué sólo se lo dijiste a Eugene? - Preguntó Mérida -. ¿Y porqué él se escapó contigo?
- ¿Acaso no es obvio? - Interrogó Eugene, sin poder creer que sus amigos todavía no se hubieran dado cuenta.
- ¿Qué? - Preguntó Hiccup, sin comprender a lo que se refería el castaño.
Astrid y Eugene volvieron a mirarse, sin creer que sus amigos no habían terminado de sacar su propia conclusión de la situación.
- Yo soy el padre del bebé que Astrid está esperando - concluyó Eugene.
Esta vez fue Rapunzel la que escupió el café que estaba bebiendo sobre Jack, quien parecía haber quedado de piedra al oír lo que su amigo acababa de decir. Elsa, al ver que el peliblanco estaba prácticamente bañado en café, decidió quitarse el pañuelo que adornaba su cuello y limpiarle el rostro y cabello.
- ¿En... serio? - Preguntó GoGo, impactada por lo que acababa de oír.
Astrid sólo asintió con la cabeza en respuesta.
- ¿Pero cómo? - Hiccup no podía creerlo -. Ustedes ni siquiera son novios.
- ¡Cierto! - Estuvo de acuerdo Mérida -. Siempre creí que los primeros en ser padres serían Tadashi y GoGo.
Los recién nombrados se miraron para luego voltear rápidamente sus rostros, completamente sonrojados.
- Fue luego de la fiesta de cumpleaños de Astrid... - explicó Eugene, avergonzado - P-pero fue sólo esa noche, nosotros no somos novios.
- Es verdad - habló la rubia -. Estábamos ebrios, sólo somos amigos.
- Pero debieron haber pensado mejor las cosas - Jack rompió el silencio que estaba guardando, Elsa había logrado limpiar el café que tenía encima -. ¡Son muy jóvenes para esto!
- En ese momento no éramos conscientes de lo que hacíamos, Jack.
- Claro - Jack parecía realmente furioso por lo que el castaño acababa de decir -. Pero si fuiste lo suficientemente consciente como para hacer eso, ¿verdad?
- ¡Tu habrías hecho lo mismo que yo en mi lugar! - Se defendió Eugene.
- ¡No es sólo cuando estás borracho, Eugene! - Elevó su tono de voz el peliblanco -. Siempre en lo único que piensas cuando vamos a algún bar es en estar con mujeres.
- ¿Y porqué te molesta? - Preguntó Eugene -. ¡Es mi problema, a ti eso no debería provocarte nada!
Todos observaban la discusión con atención y en silencio, expectantes a lo que cada chico podía llegar a decir.
- ¡Pero me molesta, mierda! - Eugene se sorprendió ante las palabras de Jack, quien bajó la mirada -. Sólo... Me molesta.
- ¿No te gusta que yo... sea irresponsable o que siempre piense en chicas cuando salimos?
- ¡Me molesta que siempre estés buscando a alguna chica para pasar el rato! - Confesó -. ¿Acaso es tan difícil de entender? ¿Acaso no te gusta pasar el tiempo conmigo? Me haces sentir como si yo no te importara.
- Jack... - Eugene no podía creer lo que oía - Sí me importas.
El peliblanco bajó la mirada y se puso de pie.
- Yo me largo - murmuró para luego salir de la habitación.
- ¿Qué? - Preguntó Hiccup, sin comprender todo lo que estaba sucediendo.
- ¡Jack, espera! - Eugene se puso de pie y salió rápidamente de la habitación, siguiendo a Frost.
Los restantes en la habitación se miraron entre sí, guardando silencio durante algunos segundos, terminando de asimilar lo ocurrido.
- ¿Acaso yo entendí mal, o Jack parecía estar celoso de que voy a tener un hijo con Eugene? - Preguntó Astrid.
- Yo creo lo mismo que tu - dijo Anna.
- Imposible, ellos sólo son amigos - opinó Kristoff -. ¿Verdad?
- No se tú, pero eso me pareció una gran escena de celos - dijo esta vez Mérida.
PREGUNTAS: ¿Qué piensan acerca de que Astrid y Eugene van a tener un bebé? ¿Y qué creen que fue realmente la discusión entre Jack y Eugene?
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