Capítulo 8: Deseo cumplido
La persona que me recibe en la siguiente habitación es YoonGi, es el cuarto más vacío que he visto hasta ahora. Quiero irme ya, quiero saltar todo esto, desde un principio no debí venir, pero desde un principio NamJoon no fue honesto conmigo.
— ¿Qué le dirás cuando lo veas? —la pijama de YoonGi es toda azul.
— ¿Qué ganan ustedes mostrándome todo esto? ¿JoRin también pasó por estos cuartos?
—Pasó por las habitaciones, pero las suyas eran más...deprimentes, créeme—asiente sin dejar de verme. Sus piernas están cruzadas, en su brazo derecho hay un reloj plateado.
— ¿Deprimentes?
—El castillo refleja parte de la consciencia que tenemos, JoRin se sentía culpable por muchas cosas y lamento decir esto, pero jamás pensó en tu esposo ni en el momento que tuvieron.
— ¿Debo alegrarme por eso?
—Tranquila, JinRi. No fui yo quien te mintió—indica—Tu consciencia no tiene culpa alguna, te sentías culpable del divorcio que NamJoon te pedía, por eso tus pruebas o retos no han sido tan intensos como los de la señorita Jeon.
"No quiero verlos, sí, a ninguno de los dos"
—Quiero volver a casa.
— ¿Para decirle a NamJoon que aceptas el divorcio?
—Para hacer lo correcto y alejarme de él.
Sus cejas se levantan mostrándose sorprendido.
—Y te consideras a ti misma miedosa—sonríe— ¿Puedes adivinar quién estará en el próximo cuarto? —la puerta está allí. Tan blanca como las otras, he visto a seis de los chicos, es evidente al menos para mí que falta NamJoon— ¿Eres capaz de decirle en voz alta lo que quieres?
—Eso espero.
—JinRi—lo miro— ¿Quieres quedarte en el castillo?
— ¿Qué?
—Eres diferente a las personas que han venido aquí, me interesas, mejor dicho, me interesa tu alma—sonríe—Más de lo que me interesó la de JoRin.
— ¿Ella entregó su alma?
—Para salvar a los demás y su hermano. Si me entregas tu alma...puedes salvar la vida de tu esposo...
—Espera—aquello me aterra—Estoy detestando a NamJoon, pero no aceptaré que lo asesines.
—Entonces te importa todavía.
—Claro que me importa, ¿Cómo puede no importarme el hecho de arrebatarle la vida a alguien?
— ¿Y si te dijera que puedo cumplir tu anhelo de ser madre? Digamos que dejo a NamJoon vivir por su cuenta, cumplo tu deseo de tener un bebé...
—Los doctores dijeron que no puedo tener...
—Querida, en este castillo todo es posible—coloca su brazo en el respaldar del sofá—Apenas salgas de este castillo habrá una criatura creciendo en tu vientre.
Llevo mis manos allí imaginándolo. Siempre he querido ser madre, ahora con lo que he descubierto diría que no me apetece tener un bebé con NamJoon.
—Ese bebé...
—Si aceptas la oferta debes acabar tu matrimonio con Kim NamJoon, alejarte de él para siempre o de lo contrario...tu bebé será mío.
— ¿Qué pasa si no quiero tu oferta?
—JiSoo, SeokJin y tu esposo morirán con un movimiento de mis dedos—se encoge de hombros—Tú eliges.
—No quiero tener un bebé con NamJoon.
YoonGi se ríe negando con la cabeza.
—Él no será su padre—sus ojos se tornan más negros de lo normal. Trago en seco sin saber qué hacer, debe haber otra manera—Sabré si cumpliste tu promesa o no, recuérdalo, si NamJoon y tú siguen juntos antes de que nazca el bebé tendrás un aborto espontáneo, pero, si regresaran luego del nacimiento apareceré para llevármelo.
No puedo hacerlo. Todo esto está mal, no puedo tener un bebé así, sería condenar al pequeño también, no sé en qué me estoy metiendo y enamorarme de otro hombre no es algo que vea en mis planes en este momento. No arriesgaré tanto, es que...es...muy...no lo sé.
—Dame otra opción, por favor.
— ¿Sabes porque dudas tanto? Porque saber que no podrás volver con NamJoon te duele—bajo la cabeza. Veo la figurita de cristal en mi mano—Hay demasiados hombres en este mundo e incluso cuando te dejo la libertad de tener a cualquiera menos a uno...dudas de ello—YoonGi se escucha molesto—Espero que te sientas mejor con tu esposo muerto.
— ¡No! —me acerco arrodillándome—Acepto, no lo hagas por favor, acepto tu...oferta—trago con dificultad. Estoy metiéndome en problemas—Acabaré el matrimonio con NamJoon y tendré ese bebé.
YoonGi sonríe complacido.
—Entonces comprobaremos lo que dices con la última habitación.
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