—Kim NamJoon, ¿Acepta a Kim JinRi como su esposa para amarla, respetarla, estar con ella en la salud y la enfermedad hasta que la muerte los separe?

El hombre frente a mí viste con traje, su cabello va perfectamente peinado, sus hoyuelos no dejan de hacer aparición, sonríe tanto como yo. Este hombre es mi esposo.

—Acepto.

Mi sonrisa se agranda más. Ambos estamos tomados de la mano bajo la atenta mirada de muchos invitados.

—Kim JinRi, ¿Acepta a Kim NamJoon como su esposo para amarlo, respetarlo, estar con él en la salud y la enfermedad hasta que la muerte los separe?

No tengo que pensarlo.

—Acepto.

Gracias a Dios aquel recuerdo acabó, hace minutos que estoy en otra habitación, es oscura con unos parlantes gigantes que podrían dejar a cualquiera sordo si llegan a encenderlos. Estoy sentada en el suelo con mi espalda apoyada de la pared, el nudo en mi garganta aparece y sollozo sin evitarlo recordando cómo ambos decían el nombre del otro, como se tocaban sin pudor y como disfrutaban del cuerpo del otro, me sorprende que JoRin haya sido capaz de hacer eso, pero me duele aún más saber que NamJoon fue quien lo inició.

El divorcio no es por mi culpa, es culpa de su consciencia, se siente mal que su amante haya desaparecido. ¿Alguien más sabía de esto? Un chico camina en mi dirección, sonríe ladinamente ofreciéndome su mano una vez cerca, prefiero quedarme en el suelo.

— ¿El verdadero JungKook sabía de eso? —me atrevo a preguntar. Mi voz sale más temblorosa de lo esperado, JungKook se agacha frente a mí apartando las lágrimas de mis mejillas, lleva un pijama gris, su habitación es la más oscura que he visto hasta ahora.

—JoRin guardó el secreto tan bien como NamJoon—muerdo mi labio que tiembla. De nuevo quiero llorar—Tú no eres la causa del divorcio, JinRi, es JoRin.

Cubro mi rostro con mis manos sollozando otra vez, mi corazón duele, mi mente grita a todo pulmón maldiciendo mil veces a Kim NamJoon y mi cuerpo se siente muy cansado de repente. Todos nuestros planes, todos nuestros proyectos...echados a la basura. JungKook permite que lo abrace, sollozo en su pecho aferrándome a su camisa negra.

—Nunca pensé que él haría eso—digo entre llantos— ¿Por qué?

—Porque NamJoon venía sintiendo cosas por JoRin desde hace un tiempo—toma mi rostro entre sus manos—JoRin lo usó esa noche, pero para NamJoon fue un momento especial—mira fijamente mis ojos—La relación de ustedes ya está rota, JinRi.

—No puedo amarlo con lo que hizo—niego con la cabeza—Aun así, duele tanto—trago con dificultad.

—Puedes vengarte—acaricia mis mejillas—Puedes hacer exactamente lo mismo que él hizo, JinRi, puedes hacerle pagar por lo que te hizo—se acerca tanto que me deja congelada. Sus labios tocan los míos, sus dedos acarician mis mejillas, el beso es intenso y vacío, sólo hay odio, dolor y rabia en él. Mis manos que siguen en el pecho de JungKook lo detienen, abro mis ojos encontrando su mirada oscura.

—No quiero hacerlo—él sonríe—El idiota es él, no yo, si acepto engañarlo sería dañar también esta relación.

—Él ya lo hizo.

—Y puedo decir que es su culpa, no mía.

Sonríe más levantándose, señala la puerta en el otro extremo. Me ayuda a levantarme explicándome:

—Pocas personas piensan con la cabeza en medio del dolor, pocas personas rechazan la tentación cuando la tienen enfrente—acaricia la venda en mi muñeca—Eres diferente, JinRi, eso habla mucho de tu corazón y tu alma.

Retrocedo, quiero ver a NamJoon para enfrentarlo. Salgo de la habitación sintiendo mi corazón ir rápido, quien dañó este matrimonio fue él, no yo.

Soy inocente de todo.