Capítulo 6: Temperatura alta
Apenas paso la puerta ésta se cierra detrás de mí, sacudo mis manos con mi pantalón sintiendo algo de arena en ellas. Estoy cerca del final, espero que realmente haya un final. Esta habitación tiene una chimenea vieja, hay un sillón frente a ella donde un joven está sentado con un encendedor en su mano. Sus ojos son rasgados, me recuerdan a los de un gato.
— ¿La próxima habitación es la última?
— ¿Ya quieres terminar?—su voz es grave. Tiene una piel tan pálida como la nieve—Acabas de llegar, JoRin—me mira jugando con su encendedor— ¿Cómo está tu brazo?
Lo miro apenas lo menciona.
—Creo que ha dejado de sangrar.
— ¿Y tu hombro?
— ¿Sólo me preguntarás por mis heridas? ¿No intentarás matarme?
Sonríe burlonamente poniéndose más cómodo en el sillón.
— ¿Qué tienes en el bolsillo de tu sudadera?
Saco la navaja y la flor que tiene sus pétalos un poco dañados por el movimiento. Uno de ellos se cae, se mantiene bien para haber sobrevivido a la habitación del agua.
—Conserva la navaja—recomienda—Te daré el encendedor a cambio de esa flor.
Frunzo el ceño.
— ¿Por qué querrías hacer ese cambio?
—Porque sin este cambio no puedes avanzar—levanta sus cejas encogiéndose de hombros. No hay mucho que ver en este cuarto, una esquina deja ver tablas de madera que sostenían esa pared, hay un agujero allí— ¿Aceptas o no?
Regreso la atención al chico.
Le entrego la flor y él me da el encendedor. Sonríe en el momento que la luz se va para luego regresar, cada esquina tiene un líquido, luce como agua.
—Sólo tienes una oportunidad. Hay cuatro esquinas en este cuarto—escucho su voz—Una de esas cuatro esquinas tiene agua mientras que las otras tres...tienen gasolina.
"Ahora entiendo porque quería el cambio"
— ¿Qué debo hacer exactamente?
—Probar el encendedor con una de las esquinas, si se enciende será gasolina, sino lo hace entonces es agua—comenta como si nada.
Inhalo y exhalo varias veces.
—Ok—susurro.
—Tienes cinco segundos.
"Cada vez me quitan más tiempo"
Lo primero que me dice mi mente es tocarlo, la gasolina se siente más espesa que el agua, cuando acerco mi mano escucho la voz.
—No, no, sin trampas.
A simple vista no puedo ver qué es qué, el suelo es oscuro complicándome las cosas. El chico está contando, antes de que pueda escoger escucho una explosión detrás de mí, hay llamas por todos lados, siento el calor de ellas, retrocedo evitando quemarme, sólo me queda una habitación más y quiero largarme de aquí. Supongo que fallé en esta habitación, pero tengo una salida.
La esquina que tiene tablas de madera.
Las golpeo con mis pies lo más fuerte que puedo haciendo el agujero más grande. Sin dudarlo entro allí en el momento que escucho otra explosión, gateo sin ver nada con claridad, todo es oscuro, mi respiración amenaza con acelerarse, me obligo a inhalar y exhalar, sigo gateando escuchando algo de metal, estoy por donde pasa la corriente de aire.
Veo algo de luz, hay una rejilla que permite que la luz entre, cuando me acerco noto que es la habitación de agua en la que casi muero, no hay nadie allí, todo está seco, puedo ver una parte desde el techo. Mi corazón se acelera cuando todo se vuelve oscuro.
—Respira JoRin, respira—sigo gateando.
Cada rejilla que me encuentro me deja ver las otras habitaciones por las que pasé, todas están vacías (a excepción de la habitación de ventanas por la cual no llego a pasar), hay una rejilla que me deja ver un pasillo, empujo dicha rejilla con los pies para luego colgarme de allí y soltarme. Caigo al suelo quejándome un poco, mis manos tienen heridas de la habitación de espejos, no sangran, sólo tienen las heridas allí.
Miro alrededor notando el pasillo que no he visto antes, dicho pasillo tiene varias puertas que me hacen pensar que algunas de ellas fue por las que pasé, ¿Me he saltado una? ¿Estoy escapando? Toco el bolsillo de mi sudadera donde sigo teniendo el inhalador, mi respiración es pesada pero puedo soportarlo.
—Debo salir—me levanto tambaleándome un poco. El suelo es de madera y las paredes son de un verde opaco, camino por el pasillo deteniéndome a la mitad al distinguir la persona al final de éste.
"Este chico es diferente, ¿Esta es la última prueba?"
Avanzo despacio notando que le cuesta respirar, sus ojos se posan en mí, son oscuros. Se me hace tan familiar, su cabello negro parece húmedo, es alto, delgado pero fuerte, tan joven como yo.
— ¿JoRin?—él también avanza sin creer que sea yo.
El nombre viene a mi mente pero lo digo en voz alta.
—JungKook.
Fue él quien me prometió salir de aquí. Corro en su dirección abrazándolo con fuerza al llegar a sus brazos, me rodea correspondiendo el abrazo. Está tan frío que inevitablemente tiemblo un poco, toma mi rostro entre sus manos acariciando mis mejillas.
—Estás viva, pensé que algo te había pasado—coloca su frente con la mía.
—No sé donde estoy, no puedo recordar mucho y desde que desperté he estado pasando de habitación en habitación...
— ¿Tú también?—toma mi mano. Está helada—Dios mío, JoRin—mira mis manos acariciándolas con cuidado, hago una mueca porque arde— ¿Cómo...?
—Debemos salir de aquí.
—Llevo intentándolo pero esto es un laberinto, no puedo abrir las puertas—niega con la cabeza viendo a ambos lados del pasillo. Lo miro con atención teniendo un mal presentimiento.
—JungKook—hago que me mire— ¿Cómo llegamos aquí? ¿Dónde demonios estamos?
Sus ojos son muy oscuros, ¿Por qué tienen un brillo malicioso y de locura?
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