Cap 4: Milk
Ha pasado mucho tiempo desde que viajaste por primera vez a Furr-Valley. La última vez que visitaste fue cuando eras un niño pequeño y viajabas por el mundo en compañía de tus padres. No recuerdas mucho al respecto, solo que el aire, la atmósfera y los habitantes parecían muy pacíficos. También recuerdas que no había tantos humanos en el pueblo. A diferencia de tu ciudad natal, Fur-Valley tenía muchos más Animales antropomorfos que humanos.
Ahora, has llegado. Te encuentras fuera de la estación del tren, y en Furr-Valley.
Siempre quisiste un cambio de escenario, al haber estado atrapado en tu ciudad la mayor parte de tu vida, excepto por los ahora ya olvidados viajes familiares, pensaste que sería bueno ver algo más tranquilo de lo que has estado experimentando durante la última década.
Furr-Valley es incluso mejor de lo que recuerdas. Ese aroma familiar de naturaleza y rosas sube a tus fosas nasales, y lo asimilas todo sin pensarlo dos veces. Caminas por el pueblo, llevando tu maleta a tu lado. Tu maleta sólo tiene lo esencial necesario; un cepillo de dientes, pasta de dientes, ropa, calcetines, ropa interior.
Realmente, solo planeas quedarte en un motel por un par de días antes de mudarte a la siguiente parada. Notas a más humanos de los que recuerdas por última vez, pasando el rato con varios animales antros. ¡Lo que es aún más curioso, es que algunos de ellos parecen ser parejas!
Ahora, las relaciones entre humanos y animales antro no son exactamente infrecuentes para ti, pero fuiste criado por una familia conservadora que prohíbe tal acto; padres que formaban parte de mítines y trataron de aprobar esa ridícula ley de hacerlo ilegal. Mantuviste tu boca sellada durante esos años, asintiendo en silencio con la cabeza cuando te preguntaban que era lo que pensabas al respecto.
Pero con toda honestidad, realmente no compartías la misma opinión que tu familia. Si bien el argumento más común en contra de este tipo de acoplamiento es que las dos especies no pueden crear vida juntas, ¿quién eres tú para juzgar lo que quiere el corazón? El matrimonio entre personas del mismo sexo nunca te molestó, ¿por qué deberían hacerlo las relaciones entre humanos y antros?
Ves un motel, o algo parecido. No parece algo lujoso, pero te promete una cama cómoda, servicio a la habitación y la mejor programación de televisión que Furr-Valley tenía para ofrecer. Además, parecía relativamente económico, y de todos modos es solo por un par de días, entonces, ¿por qué no?
A medida que te acercas al motel, escuchas el sonido de una bolsas de papel que se caen y un gemido de dolor no muy lejos de donde te encuentras. Te das la vuelta para ver una baca amarillenta con una melena rubia, encorvada en el suelo, apenas capaz de moverse.
Por instinto, corres hacia ella.
"¿Está bien, señorita?" usted pregunta. Siempre lo mejor para empezar. Ella niega con la cabeza, definitivamente algo anda mal, pero apenas puede pronunciar las palabras. "¿Estás herida? ¿Te ocurre algo?" Haces más preguntas en rápida sucesión presa del pánico.
"Yo ... tengo que llegar a casa". La chica antro dice en un susurro entrecortado.
"¿Está segura? ¿No necesitas ir a un hospital?
"No." ella niega con la cabeza una vez más, "Solo... necesito llegar a casa".
Le preguntas dónde vive y te dice débilmente la ubicación. Ella no estaba en condiciones de moverse, así que la cargaste sobre tu espalda, agarraste sus compras y tu maleta, y la llevaste a su casa. Nunca has hecho algo como esto antes, correr con alguien montado en tu espalda, mucho menos a un antro. No eres ajeno a las actividades que requieren mucho ezfuerso, especialmente en tus días de escuela secundaria. ¿Pero esto? Nunca te imaginaste haciendolo.
Un par de cosas han llamado tu atención. Una es que te preguntas por qué la antro en tu espalda siente tanto dolor, y la segunda es que te preguntas por qué se siente como si hubiera dos grandes montículos suaves de algo presionando contra tu espalda. Ella no parecía estar sosteniendo nada más.
Espera, acaso esos son sus ...
¡No! No hay tiempo para pensar en esas cosas, es hora de moverse. Además, hace tiempo que no cargas algo de este peso, y tus piernas están listas para ceder en cualquier momento.
Llegas a su casa, que parece un lugar pequeño y agradable, y abres la puerta. La casa estaba abierta, lo cual te sorprendió. Te imaginas la posibilidad de que todo el mundo conozca a todo el mundo en este pueblo, por lo que la posibilidad de un robo es escasa o nula. En el interior hay una sala de estar acogedora y un sofá que parece haber visto días mejores, pero que aun no ha perdido su comodidad.
"Sofá…", dice ella. Retrocedes y la pones con cuidado en el sofá de la sala de estar.
Cuando te das la vuelta para preguntarle qué necesita, te das cuenta bastante rápido, cuando esta se quita su camisa y brazier como si las prendas de vestir le estuvieran quemandole el pelaje o la piel, por qué sentiste esa gran presión inusualmente boluptuosa en tu espalda.
La chica antro tiene uno pechos inusualmente, nada parecido al de cualquier chica humana o antro que hubieras visto antes. Casi podrían pasar por tumores. Tus ojos no pueden evitar ser atraídos hacia ellos durante unos breves segundos, antes de que te des cuenta de que se supone que debes ayudar a esta pobre chica antro.
"¿Que necesitas?", tu le preguntas. Haces una lista de las posibles soluciones; agua, medicina, el baño.
"Una cubeta." ella responde. Asumes que quiere vomitar y te ofreces a llevarla al baño. Ella se niega, exigiendo que le consigas un balde. Cualquiera que sea el dolor en el que se encuentre, está llegando a su punto de ruptura. No es difícil encontrar el balde; ya que está en el medio de la cocina. Lo pones frente a ella, esperando lo que quiere a continuación.
"La siguiente parte... podría ... ser un poco extraña", ella te dice viendote de manera algo preocupada. Apenas puedes distinguir el ligero rubor que se genera debajo de su pelaje.
Levantas una ceja. ¿Qué podría querer ella que pudiera ser tan...?
"Yo... necesito que me ordeñes".
Si, vale. Casi te caes al oír eso. Casi. Lo único que te impide hacer precisamente eso es tu conmoción absoluta.
"Disculpa pero ... Que?", preguntas. Esto no podría estar pasando. Acabas de conocer a esta chica antro, y ahora te está pidiendo, sin apenas conocerte, que la ordeñes. ¡¿WTF?!
"Por favor…", ella pone su mano con tres dedos en tu hombro, "No ... puedo… no puedo hacerlo sola ahora mismo. ¡Ah!", Ella hace una mueca de dolor, siseando entre dientes.
Miras esas tetas y luego vuelves a mirar sus ojos suplicantes. Seguramente, había alguien o algún antro o humano por ahi más calificado para este trabajo que tú. Tal vez su marido, o su amigo, o su novio... o el equivalente femenino de todos ellos. Por otra parte, si ella confía en ti lo suficiente como para hacer esto, tal vez no haya uno de esos en su vida, dejandola sin otra opción.
No más tiempo para pensar, ¡Tienes que hacer esto! A regañadientes, lentamente llevas tus manos a esos grandes mamungos y sujetas tus dedos en sus pezones. Ella jadea de dolor... o de placer? No lo sabes, y casi te golpeas por pensar en la otra opción. ¡Ella está sufriendo, tonto pervertido! ¡Ayudala!
Aprietas un pezón con cuidado y de repente sale un chorro de leche sobre tu camiseta.
"¡Por los pelos de satanas!", pensaste para ti mismo. Menos mal que tienes camisas de repuesto en esa maleta tuya. Levantas tu vista de tu camisa y vuelves a mirar a la chica antro, no se ve mejor. Apuntas una tetina más cerca del balde y vuelves a intentarlo. Golpe directo. Mucho mejor.
Una vez que tiene una buena comprensión de las cosas, comienzas a ordeñar. En realidad no es diferente a ordeñar una vaca normal no antro. Cada apretón produce un sorprendente torrente de leche. Su pesada respiración disminuye gradualmente con cada momento que pasa, convirtiéndose más en suspiros de alivio y relajación. El balde se llena con bastante rapidez, tambaleándose al borde del derrame, pero ella te da un golpecito en el hombro, dándote permiso para detenerte, lo cual haces con gusto. Agotada, se inclina hacia delante y apoya la cabeza en tu hombro, calmándose mientras la respiración le regresa a un ritmo normal.
"Gracias…", ella susurra.
"Uh... sí... n-no hay problema". dices algo nervioso dándole palmaditas en la espalda.
La quitas de tu hombro y su hocico roza tus labios, lo que te da una gran pausa. Sacudiendo la cabeza con tacto y aclarando la garganta, lo ignoras y te disculpas para ir a la cocina, ofreciéndote a guardar sus compras después de lavarte las manos. Ella te permite hacerlo y te dice dónde poner todo. Su habla es más normal y menos dolorosa. Te lavas las manos, guardas sus compras y tomas un vaso de agua helada para la chica antro. Regresas a la sala de estar y la ves viendo La Corte Animal en la televisión. Sonríes, antes de darle el agua, que ella toma felizmente con un 'Gracias' .
No es que no quieras simplemente salir corriendo, pero lo mejor que se te ocurre es sentarte a su lado y mira el programa con ella; para vigilárla por si acaso el dolor regresa. Ella sonríe, ya que el caso judicial que ustedes dos están viendo ahora mismo se vuelve más argumentativo y más hilarante.
"¿También ves este programa?", ella te mira y te pregunta.
Asientes con la cabeza y le dices que viste el programa los días en que no tenías nada que hacer, y te maravillaste de algunas de las estupideces en las que se meten las personas. Le dices que es más entretenido que The Jungle Court, la versión en ingles del programa, con lo que ella está de acuerdo contigo de todo corazón.
No puedes evitar mirar el balde de leche y preguntas ...
"Entonces... cuándo nace el bebé?"
Ella te mira, confundida por tu pregunta. Le dices que supones que está embarazada, razón por la cual está produciendo tanta leche. Ella ríe. Probablemente esa no fue una suposición correcta, tonto.
"Tú no as conocido a una antro da vaca antes, ¿verdad?", ella pregunta. Sacudes la cabeza con una risita nerviosa. "Bueno, esto es lo que ... Hacemos, sabes?"
"¿Lactan todo el tiempo?", tu preguntas.
"Si quieres ponerlo de esa manera... sí". ella se sonroja y evita tu mirada, "No mucho sin embargo. Yo sólo resultó tener una condición. Produzco más leche que cualquier otra antro de mi especie, pero uno de los efectos secundarios son estas... cosas". baja la mirada a voluptuosos pechos, que haces lo mejor que puedes para no ver fijamente, "El otro es que tengo que ordeñarme dos veces al día a una hora determinada. Salí de la casa una hora antes de mi ordeño diario, pensando que tendría suficiente tiempo. Y bueno... ya viste cómo resultó eso"
"Lo-lo siento ...." le dices: "No puedo imaginar el tipo de dolor por el que pasas"
"Esta bien.", ella te asegura con una linda sonrisa, "Normalmente no soy tan imprudente. Esto solo me a sucedido dos veces contando esta"
Le preguntas sobre ese evento pasado. Ella te dice que la última vez que sucedió fue hace un par de años, pero nadie la ayudó y tuvo que ordeñarse haci misma en medio de el camino. Ella estuvo avergonzada durante bastante tiempo después de eso.
No puedes evitar soltar otro "lo siento", pero ella te dice que dejes de disculparte por cosas que no son culpa tuya.
"No puedo evitarlo". le dices: "Está en mi naturaleza". Vuelve a mirar el balde antes de preguntar "¿Qué quieres que haga con esta leche?"
"Ponla afuera. A los gatos callejeros les gusta venir aquí"
"¿Es eso lo que haces con la leche?", le preguntas, "¿Dárselo a los gatos?"
"No. Para nada." ella se ríe con una risita graciosamente linda, "Soy dueña de una lechería en la ciudad. Se llama Santa Monica. Como mi nombre", Sonríes, mientras ella recuerda que no se presentó correctamente. "Oh, Dios mío, ni siquiera te e dicho mi nombre. Mi nombre es Monic. ¿Cual es el tuyo?"
Le dices tu nombre. (T/N)
"Huh, ese no es un nombre que habría adivinado, pero es un buen nombre". ella te sonríe, "Entonces, ¿qué te trae por aquí?"
Le cuentas las partes clave de la historia de tu vida, hasta los eventos de hoy. Le cuentas casi todo en una versión abreviada, desde tu educación hasta tus planes para el futuro. Sentiste que tu propia historia te aburría, pero a ella no pareció importarle tanto. Le dices que puedes parar en cualquier momento si se siente aburrida, pero ella dice que está perfectamente bien. Para cuando terminas, ella te felicita por lo emocionante que es tu vida, aunque personalmente, no creas que haya sido tan divertida.
Para cuando termimaste de hablar, la noche ya estaba cerca, y ambos de tus ojos comienzan a ponerse pesados.
Ella dejó escapar un bostezo y te agradece por quedarte con ella durante tanto tiempo, incluso si no era necesario. Ella te dice que hacía mucho tiempo que no recibía muchas visitas en su casa.
"Que extraño" Le dices. "Pareces bastante agradable. Acaso eres una asesina en serie en secreto, ¿hmm?", Bromeas. Ella ríe.
"No. Es por... bueno... mírame", Obviamente se refiere a sus tetas, te fuerzas a mirarlas fijamente incluso si se siente inapropiado y grosero, "Estas cosas no son naturales. Supongo que eso asusta a muchos", ella te mira "Tú también crees que soy extraña, ¿no?"
Rápido mueves la cabeza en desacuerdo. "No. Para nada. Pareces alguien perfectamente normal, aparte de, bueno, ESOS..." miras hacia abajo por un segundo, "... pero no me molesta. Enserio".
"Oh vamos, solo estás siendo amable". ella bromea, segura de que le estás mintiendo. Tu no lo estas haciendo.
"No, hablo en serio." dices con la más seria de las caras, "Claro, me tomó por sorpresa cuando te quitaste la ropa y los vi por primera vez, pero ¿me extrañaron? No. He visto cosas más raras, créeme. Creo que... bueno... para ser una Antro eres bastante... linda", susurras. Te sonrojas por la admisión. No puedes evitarlo. Aunque solo la conoces desde hace un par de horas, ya te has acostumbrado a su compañía. No te importaría quedarte un poco más, eso es seguro.
Ella sonríe y te da una risa suave. De repente, ella apoya su cabeza en tu brazo. La escuchas relajarse, mientras su melena se frota contra tu piel. Vaya que sua... espera un segundo.
"¿Por qué no todos los chicos pueden ser como tú?" ella se pregunta en un suspiro. Tus mejillas se sonrojan en cuestión de momentos. ¿Esto realmente esta llendo a donde crees que va? No, no puede ser. Eso solo lo piensas por que eres un gran tonto. "Eres todo un caballero; incluso más que la mayoría de los antros y humanos que he conocido"
Empiezas a creer que este es un sueño loco de calentura que estás teniendo; que todavía estás en ese tren a Furr-Valley, y simplemente te despertarás antes de que se ponga realmente interesante, como suelen hacer la mayoría de los sueños. Ahí es cuando lo sientes; su suave y aterciopelada mano de tres dedos abriéndose camino debajo de tu camisa, acariciando tu piel desnuda debajo de esta.
Oh dios.
"¿Alguna vez has estado con una antro antes?" ella pregunta. Sacudes la cabeza, todavía preguntándote a dónde va todo esto. "Siempre me he preguntado cómo sería con un hombre humano. Ahora que estás aquí…", Ella se mueve hacia tu regazo, sentándose a horcajadas sobre ti. Sus pechos están frente a tu rostro. "Tal vez pueda averiguarlo... si te animas".
"Está bien, tal vez esto realmente ESTÁ sucediendo". Piensas para ti mismo. "Esta suele ser la parte en la que me despierto, pero…"
"¡Oooohh~!" ella mira hacia abajo a la mancha húmeda en tu camisa. "Parece que te he manchado la ropa con un poco de mi leche. Lo siento mucho. Déjame desaserme de esto por ti..."
Ella pone ambas manos debajo de tu camisa y la levanta, quitándola de la parte superior de tu cuerpo. "Síp ... esto es real". Te dices a ti mismo, mientras ella palpa tu pecho.
"No te muevas". dice con severidad: "Solo quiero probar algo~". Hace una pausa, pensando en sus acciones. Lentamente, ella se inclina, abriendo la boca para un beso. Como si estuvieras en piloto automático, abres la boca instintivamente y los dos hacen contacto.
Es un beso largo, un beso largo y sensual. Toma un tiempo antes de que sus lenguas se toquen y se laman. Ni en un millón de años imaginaste que te besarías lascivamente con una chica antro, pero siempre te preguntaste cómo sería. Además, con tus padres parloteando sobre lo anormal que era, no podías dejar de pensar en lo malo que podría haber sido. Resulta que no está nada mal. Resulta que en realidad es bastante bueno.
Ella separa su boca de la tuya, y un rastro de saliva conecta tu boca y su hocico. Ninguno de los dos piensa en borrarlo, sino que se miran a los ojos, asimilando lo que acaban de experimentar. Mueve la lengua por el paladar, como evaluando el regusto de ese beso como si fuera buen vino. La pregunta en tu mente es; ¿Estará perfectamente envejecido o horriblemente estropeado? Dejando a un lado las horribles metáforas, ella da su opinión.
"Nada mal~" ella dice con una sonrisa: "Déjame intentarlo de nuevo".
Se lanza directamente, esta vez con mucha más fuerza. Todo lo que puedes pensar es en lo increíble que es como besadora. ¿Cómo es posible que NO haya tenido pretendientes potenciales durante su tiempo en Furr-Valley? ¡Era incluso mejor que la mayoría de las mujeres humanas en este tipo de cosas! Tus manos viajan por su espalda, llegando a su trasero bien formado. Lo agarras, dándole un fuerte apretón. Ella chilla de placer con tu toque. Puedes sentirla apretarse contra tu entrepierna, haciendo que la eventual erección en tus pantalones duela como el infierno. Ella detiene el beso y la rutina, sintiendo tu longitud rozándose contra ella.
"¿Oohh?" ella dice con curiosidad, "¿En serio?" Ella se ve sorprendida por el hecho de que estás completamente excitado por esto, y tan rápido también. "Bueno, creo que tengo que hacer algo respecto esto". Ella te mira a los ojos. "¿Serias un caballero?" ella mira tu entrepierna, "Y dejarias salir a tu amigo especial".
En un instante entiendes lo que quiere decir con amigo especial, mueves las manos por debajo de ella, al llegar a la cremallera. Bajas la cremallera y sacas tu erección para tomar un poco de aire. Ella mueve sus pechos para ver tu longitud. Ella sonrie con aprobación y se lame los labios con anticipación. Pronto sientes una cálida humedad en tu regazo. Puedes adivinar un par de veces qué es, pero solo necesitarás una.
"Alguien tiene buenos genes" ella dice en voz baja: "Creo que es hora de que te pague por toda tu ayuda, oh no?". Ella se levanta, y sus pechos se agitan aun mas cerca de tu rostro. "Me ordeñaste, supongo que es justo que yo te ordeñe". Tus ojos se abren ante esa declaración increíblemente cursi pero erótica, mientras ella te da un mentón y se golpea contra tu polla, invadiendo con fuerza su hambriento sexo húmedo. Que puntería mas perfecta.
Ambos jadean en estado de shock al entrar. No puedes creer lo apretada que está, incluso con toda la humedad que sentiste en tus pantalones. Es una sensación indescriptiblemente asombrosa. Ella se ríe y gime de inmenso placer, sintiendo cada centímetro de tu longitud dentro de ella. Ambos se miran a los ojos y, lentamente, ella comienza a montarte. Tu eje moviéndose hacia arriba y hacia abajo dentro de ella, empujando lentamente en sintonía con sus movimientos.
"Te gusta esto, ¿no?" ella pregunta. Asientes rápidamente. "Apuesto a que tus padres se enfadarían mucho si se enteraran, ¿no?", Te ríes, mientras sigues sumergiéndote en ella.
Tu respiración pesada se convierte en gemidos de euforia, mientras su molienda se vuelve más rápida y tus embestidas un poco más fuertes. Quieres seguir más tiempo, pero simplemente no puedes. El hecho de que hayan pasado noventa segundos es bastante asombroso. Ya puedes sentir la presión creciendo dentro de ti. Sus paredes herméticas reprimiéndose, negándose a dejarte ir. Tus gemidos se hacen más fuertes, al igual que los de ella.
"¡Yo… yo… me voy a correr!", tu le dices a ella. Ella no baja la velocidad, quiere que te corras. Ella quiere que te corras duro y adentro. "¡Oh Dios!" gritas. Sientes que vas a explotar en cualquier momento. Ella te cabalga aún más fuerte ahora. Es demasiado para soportar. "¡YO… AHHH!", Te agarras a ella, tirando de ella más cerca, hundiendo tu rostro entre sus pechos, ya que un último empujón es suficiente para llevarte al borde. La represa dentro de ti estalla, y arrojas carga tras carga de tu semen caliente dentro de ella. Ella solo puede respirar pesadamente y reírse mientras siente que tu semilla fluye dentro de ella. Después de lo que se siente como un orgasmo de cinco minutos, finalmente te detienes.
"Yo… lo siento.", le dices: "Quería ir más tiempo. Pero…"
“Shhh…” dice en voz baja, acariciando tu mejilla. "No te preocupes por nada. Ni siquiera hemos comenzado todavía". Ella se baja de ti, tu longitud se desliza fuera de su raja, gotas de tu semilla se derraman. Ella se acuesta en el sofá, abriendo las piernas, exponiendo su sexo para ti. "Ahora es tu turno."
Ella te mira con ojos sensuales, esperando tu próximo movimiento. Lo más obvio que quiere que hagas es comerla, pero tienes una idea mejor. Te acercas a ella, y agarras a esos abundantes montículos en su pecho. Ella jadea sorprendida, mientras masajeas suavemente sus pezones. Pero, eso no es lo suficientemente bueno; no para ti. Ni siquiera cerca.
Instantáneamente, envuelves tu boca alrededor de su pezón izquierdo, haciéndola gemir de placer, y comienzas a succionar la leche. Aunque habías drenado suficiente leche de ella para detener el dolor, todavía había mucho para todos. Un líquido dulce, dulce, sale disparado hacia tu boca, y el sabor es deliciosamente bueno en el momento en que toca tu lengua. Todo lo que quieres es más. Alternas entre tetinas, chupando toda la leche, masajeando sus pechos al mismo tiempo. Levantas la vista para mirarla, y ella está acariciando tu cabello mientras parece que esta en el cielo absoluto.
"Sí... ¡oh, sí!" ella grita, "¡Sigue adelante!" lo haces, tu miembro comienza a pararse en atención una vez más, casi listo para otra ronda. Solo para endulzar el trato, bajas una de tus manos e insertas tus dedos en su sexo resbaladizo y listo. "¡No puedo creerlo! ¡Me voy a correr!" ella anuncia. Continúas chupando, moviendo tus dedos dentro de su raja. “¡Oh mi… AAAHH!" Tienes tu última mamada, cuando deja escapar un poderoso gemido orgásmico, sus paredes derraman una ola de sus jugos espesos. Bajas un poco y pasas tu lengua entera por su entrada, el sabor es tan dulce como la leche de sus tetas.
"Eso fue increíble...", dice levantando la vista y en voz baja. Aún no has terminado. Estás más duro que nunca y hay algo más que quieres hacer.
Arrojas tus pantalones lejos. Ahora estás tan desnudo como ella. Te posicionas, como si estuvieras a punto de abrazarla, pero eso no es lo que estás haciendo. No todavía, de todos modos. Colocas tu eje entre sus senos y los empujas alrededor de tu longitud. Ella te mira con una sonrisa, sabiendo lo que estás planeando.
"Sucio…", dice con picardía, disfrutando cada momento.
Empiezas a empujar. Ella gime con cada bomba que entregas. Sus suaves montículos, junto con el sudor que había sufrido, hacen que la sensación de sus pechos alrededor de tu pene sea asombrosa. Vas más rápido ahora, y sus gemidos se vuelven más pronunciados.
"¡Dulce nata!", ella grita: "¿Por qué no pensé en esto antes?"
De repente, dejas de empujar. Ella te mira confundida, con una ceja levantada.
"¿P-por qué te detuviste?"
Sin previo aviso, sacas tu eje de entre sus pechos, te mueves un poco, y lo vuelves a introducir en su sexo húmedo y comienzas a golpearla con todas tus fuerzas. Recuesta la cabeza y grita de pura felicidad. Ella todavía está increíblemente apretada, pero estás listos para eso. Has aprendido a mantener el control cuando estás dentro de ella.
"Ah-ah... ¡n-no te detengas!" ella gime y se da la vuelta sobre su estómago, el eje todavía dentro, y continúas empujando. Ahora estan en posicion de misionero. Te inclinas y besas su cuello. Ella se inclina hacia arriba e invade tu boca con su lengua. Te agarras a sus pechos, apretándolos con fuerza, mientras continúas golpeando contra ella, golpeando contra su parcela perfectamente redonda. Solo puede esperar que cualquier transeúnte no pueda escuchar lo que sucede dentro de la casa. Incluso miras la ventana por un breve segundo. Nadie ni ningún antro o humano está mirando. Bien.
"¿Has… ah… alguna vez as tenido una-uh… novia antes?", logra salir entre gemidos.
“¡No-eh! Pero estoy-ah... Reconsiderando la idea-ah!", La ves sonreír, contenta por lo que acabas de decir.
"¡Me-me estoy corriendo de nuevo!" ella dice: "¡Me voy a poner de espaldas!" ella te informa.
La escuchas, y ves como esta se volteas sobre su espalda y la miras fijamente a los ojos, mientras bombeas más hacia ella, sus pechos suben y bajan con fuerza durante tu agonía de pasión incontrolable.
"¡E-Eso es mejor! ¡Me gusta mas esta pocision!" ella sonríe.
Mirándola a los ojos, sientes que esa presión familiar vuelve a acumularse en tu ingles. Es incluso más fuerte que antes, es casi insoportable.
"T-Tú también te estás corriendo, ¿no?" ella pregunta. Tú asientes. "¡Vamos a hacerlo! ¡Al mismo tiempo! ¡Estoy casi allí!"
Ella te agarra, envolviendo sus piernas alrededor de tus caderas, empujando tu eje más profundamente dentro de ella, haciéndote apenas capaz de empujar como antes. Tus ojos se agrandan cuando sientes que la presión aumenta más rápido ahora, luchas para evitar correrte; no hasta después de ella. Ella se aferra a tu cara y te invita a darte un bonito beso sensual. Eso es suficiente para los dos. Sus paredes se aprietan con fuerza sobre ti, y explotas dentro de ella, mientras sus jugos empapan tu polla. Ambos abren bien la boca y exhalan un fuerte gemido el uno al otro durante el orgasmo más largo y duro que hayan experimentado. Ambos fluidos brotaron de su raja abierta y se acumularon en el sofá.
Finalmente, ambos se calman y se acuestan encima de el, manteniendo su longitud suave dentro de ella... en caso de que no esté completamente lista para detenerse. Los dos están empapados de sudor y satisfacción, respirando con dificultad por todo lo que hicieron.
"Sabes..." ella rompe el silencio, "Esto no hubiera pasado si no me hubieras ordeñado... y lo digo en el buen sentido". Te ríes en respuesta. "¿Cuánto tiempo planeas quedarte en Furr-Valley?"
"Un par de días." respondes: "Me atrapaste mientras buscaba un lugar donde dormir".
“Bueno… tus cosas ya están aquí. ¿Qué tal si te quedas conmigo por un rato?", La miras. "Y... me vendría bien la ayuda adicional en la tienda". Tu sonríes. Ella sonríe. "Una condición; lo haces de la misma manera que lo hicimos nosotros, de aquí en adelante"
Un compromiso perfecto.
"Yo... supongo que podría quedarme en Furr-Valley un poco más". Le dices, los dos se ríen, antes de darse otro beso apasionado.
Saluda a tu nuevo hogar. Vas a vivir aquí durante bastante tiempo.
(Fin)
(Probablemente)
(NA:Esta historia fue traída por la multitud de mensajes privados que me llegan a diario pidiendome escribir mas porno de Furry x Humano. Por favor, dejen de hacerlo. Mi buzón de mensajes privados se esta llenando de sólo peticiones para porno :( )
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