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4. Lo que Gregory Lestrade es capaz de hacer

Por bastante tiempo, como más de dos horas, John solamente estuvo viendo negro. Penumbra y nada más que ese color. Tampoco oía nada, ni sentía nada. Ya había muerto? Seguiría en la fábrica? No...Recordaba bien antes de desmayarse que había descubierto a Lestrade en la fábrica e iban a la salida...De ahí en adelante no recordaba nada. Pero si los atraparon los trabajadores? Donde y cómo estarían Sherlock y Greg? Greg...Aun no se creía que él estaba infiltrado en la fábrica, seguramente tenía una buena explicación que él también merecía saber aparte del detective. Preguntas como esas le llenaron la mente, y finalmente, consiguió abrir lentamente los ojos, oír el chisporreo de las llamas en la chimenea de la cabaña y las voces de sus compañeros, aunque...Por el tono casi inaudible de Sherlock, se notaba que ya no estaban peleandose a muerte. La vista le era borrosa aún a John, por lo que se tardó en acostumbrarse, igualmente por el sentido del oído, muy distante, empezaba a recuperarse. También tenía su color de piel normal, y bajó la mirada débilmente, estaba acostado en el sofá de la sala, con la pierna vendada. John se fue removiendo lento en el sofá para acomodarse en el brazo de éste, y al instante que hizo ruido, las miradas de Lestrade y Sherlock se posaron sobre él. El detective lo miró con puro alivio y alegría de verlo despierto y fue abrazarlo algo fuerte, pero con cuidado.

-- John...Pensé que no despertarias, me diste un susto de muerte apenas te desmayaste!

-- M-me lo imagino, lo siento...Si hubiera reparado en ese tipo detras mio...

-- No digas más, no te culpes por esto. -- Le interrumpió el pelinegro rizado, acariciando suavemente su mejilla. El doctor correspondió a la sonrisa, asintiendo implícitamente, para después dirigir sus ojos al inspector detective.

-- Greg. Se puede saber...Qué hacías dentro de la fábrica vestido como uno de los trabajadores? Seguramente, ibas infiltrado o algo así...M-me niego a creer que de verdad nos traicionaras.

-- En cierto modo, si me infiltré, John. Jamás les iba a apuñalar por la espalda, son ademas mis amigos. -- Le repuso a la defensiva el hombre de pelo grisáceo. -- Ya le expliqué la historia completa a Sherlock, así que por el momento, no me corta el pescuezo. Sé que buscas una gran explicación, y te la voy a dar, no puedes levantarte por la herida de la pierna, mientras se recupera, dejame contarte la historia.

-- Soy todo oídos. -- Dijo seriamente John, acomodandose mejor en el sofá, dispuesto a escuchar atentamente a su amigo el tiempo necesario.

-- << Un caso, como cualquier otro. Triple homicidio, sin cadáveres, solo las tres cabezas de dos hombres y una mujer. Ustedes dos ya estaban en este caso de Elizabeth Monthew, así que finalmente tuve un caso para mi solo. Se supone que soy el inspector detective del cuerpo de Scotland Yard, asi que me puse a trabajar en este nuevo caso. Tu hermano Mycroft, me pareció casi un milagro en que me hubiera acompañado, a pesar de que sabes que estamos saliendo, él casi nunca me acompaña a escenas del crimen y se la pasa en su oficina, pero ese día fue diferente. A decir verdad, tiene tus mismos dones y me ayudó bastante con pistas relevantes para atrapar al asesino, pero no dábamos exactamente con su paradero, hasta esa noche.

<< Eran las 10pm, lo recuerdo muy bien, mientras caminaba un rato por la cuadra cerca de mi casa, a esas horas cuando tenía insomnio me gustaba salir a relajarme. Aún habían bastantes personas, como si fueran las 7 de la noche, pero conforme me iba acercando a ciertos callejones, yo era la única alma ahí. Seguí caminando sin darle mucha importancia, cuando llegando a unos pies de un callejón en especial, empecé a oler un aroma increíblemente desagradable para todos, a carne podrida, fresca, simplemente horrible, cerca de donde estaba. Miré alrededor, preguntándome de donde venía exactamente ese horripilante olor y seguí avanzando por el andén hasta llegar al callejón, donde apenas vi lo que estaba pasando, fui a esconderme detrás de unos barriles de basura para ver mejor. Se trataba de unos dos hombres, cargando tres cadáveres...Sin cabeza, dos hombres y una mujer. Aquello me llevó al instante con las cabezas del caso anterior, sin duda tenían que ser sus cuerpos y esos hombres sus asesinos. Me dispuse a sacar mi pistola del bolsillo interno de mi chaqueta, pero me detuvo al ver que los hombres que trataban los cadáveres estaban vestidos con unos trajes anti-radiación y unas máscaras de gas. Pensé que vendrían de una planta especial, como una clase de morgue, pero en los trajes no alcancé a ver ninguna marca estampada. Solo eran negros...Sin nada con ellos. Los hombres cargaron los cadáveres decapitados y se fueron dirigiendo a la salida del callejón, muy cerca de donde estuve escondido, pero por suerte no me alcanzaron a ver por la oscuridad, igualmente detuve mi respiración para que no oyeran nada. Los seguí a una distancia prudente y llegamos a una camioneta negra, donde los hombres abrieron las puertas traseras y lanzaron los cadáveres ahí como si fueran sacos de patatas. Quizá...Fue lo más ridículo que hice en mucho tiempo, pero esperé para que se fueran a montar en los asientos delanteros para que yo fuera corriendo en silencio, abriera una puerta y entrara a la camioneta en profundo silencio, sin hacer mínimo de ruido. Apenas cerré la puerta la camioneta se puso en movimiento.

<< El olor se multiplicaba por 100 en un espacio tan pequeño, pero resistí las ganas de dar arcadas y avancé hacia la ventanilla que daba acceso a los asientos delanteros del conductor. Abrí un poco la ventanilla para ver y me pareció algo extraño que los dos hombres no se habían siquiera quitado las máscaras de gas.  Tragué saliva y saqué mi pistola del bolsillo de la chaqueta, pero antes de dispararles, miré fijamente a la ventana, logrando ver que estaban en una autopista de tres carriles, en medio de colinas y montañas a lo lejos, queria decir que estábamos dejando Londres para irnos a otro lugar desconocido para mi, y aquella idea me hizo detener mi plan de matarlos de un tiro. Giré mi cabeza y vi unas cajas en las esquinas de la camioneta, fui con sumo silencio y cerrando la ventanilla a las cajas y abrí la primera que había, descubriendo una clase de tarros, con un suero amarillo y otros de verde. Cojí uno del suero verde y fui con los cadáveres, a verter una gota al cuello cortado de uno de los hombres, viendo que se fue quemando apenas con la gota. Ácido. Y eso me recordó al instante el caso que tomaste...El caso de todo esto de la fábrica. Y entonces decidí esperar a que llegáramos y poder descubrir más, para darte la información a ti después. Últimamente, he estado dependiendo demasiado de ti y tus habilidades increíbles de la deducción, se supone que soy el inspector detective de Scotland Yard y...No he estado haciendo nada, por eso me entrometí en esto, para probar que, también puedo hacer algo valioso para un caso tan importante como este.

<< Mientras llegabamos, decidí tomar un par de fotos como evidencia de que no me creyeran, y menos mal que pude esconderme detras de las cajas cada vez que el hombre del copiloto revisaba la parte trasera de la camioneta. Decidí ir a revisar más cosas que me pudieran servir de utilidad, pero solo encontré papeles de puros informes, y planos de anatomía y el cerebro como tal humano; también varias jeringas vacías en maletines y más frascos con diferentes sustancias. Quise probar la mayoría, pero seguramente si los trabajadores se dieran cuenta de las quemaduras, repararían que había alguien más ahí y sería pillado. Intenté contactarme con alguien de mi equipo, incluso contigo y Mycroft, pero nunca tuve suficiente señal, al parecer estabamos en un lugar remoto sin ninguna torre de transmisión. Entonces cuando no me quedaba nada más que hacer, me senté en una esquina de la camioneta, detras de la montaña de cajas y me puse a esperar a que llegaramos a la fábrica, e incluso pude tomarme una siestecita.

<< Me desperté de golpe cuando también la camioneta se detuvo de golpe, y recuerdo que me di bien duro en la cabeza, pero no importa. Fui rapido a ver que pasaba por la ventanilla y vi el inmenso edificio de, sin duda alguna una fábrica, y los hombres ya se bajaban de la camioneta, seguramente a recojer los cadáveres. Era aquí cuando me tenía que hacer cargo de ellos. Apenas abrieron las puertas, les apunté y disparé directamente en el pecho, echándolos abajo. Me temía que el disparo se debió de haber oído por metros, así que tenía que actuar rápido. Dejé el arma en una caja y fui a dejar los cadáveres de los hombres, para cerrar las puertas de la camioneta y quitarles los trajes y las máscaras, dejandolos con su ropa normal que traían puesta debajo. No podía ponermelos ya que tenían el agujero del disparo y eso levantaría sospechas, así que en unas bolsas encontré otros trajes y me puse uno rapidamente, cojiendo una de las máscaras de los hombres, y antes de ponermela, fui a por un bisturí y con mucho desagrado, empecé a cortar el pecho de ambos trabajadores muertos, para que parecieran más asesinados que con un solo disparo. Casi me desmayo de la impresion de ver tanta sangre y solo el hecho de que era yo quien estaba haciendo esto, me hizo sentir horriblemente mal, pero logré seguir y finalmente limpiarme y ponerme la máscara, salir de la parte trasera y subirme al conductor, esperando un poco más a que me abran las puertas. Estaba muy oscuro y frio, así que revisé la hora en mi celular y me sorprendió que era la 1 de la mañana. Absorto en mis pensamientos, se abieron las puertas y conduje hacia adentro, mirando impresionado el edificio.

<< Me parqueé en donde supuse que era el lugar y me bajé de la camioneta, guardando y apagando el celular. Las puertas de un costado de otro edificio más pequeño se abrieron y tres trabajadores más salieron, arrastrando algo parecido a un vagón de mina, pude divisar que estaba mojado en sangre en el interior y tragué saliva nervioso, no hablaría a no ser que me lo pidieran. Se iban dirigiendo hacia mi, así que abri las puertas traseras de la camioneta y cargué a uno de los cadáveres, para ponerlo en el vagón. Para suerte mía, ninguno de nosotros habló, y cuando ya los cinco cuerpos estaban en el vagón, me indicaron seguirlos y no tuve más elección que hacerlo. Apenas entramos, me horroricé debajo de la máscara al ver lo sangriento e inhumano que era este lugar.

<< La primera camara a la que entramos, me recorrió un escalofrío por la espalda, al ver máquinas, decenas de ellas que sostenían a diversas personas de las manos y los pies, como una X, y otros brazos robóticos con hojas y agujas les iban cortando...L-literalmente despellejando, de toda su piel, y la dejaban en contenedores transparentes, que los trituraban y el resto iba a otro más abajo que no alcancé a ver. No pude hacer nada más que bajar la mirada y continuar mi camino, mientras gritos desgarradores y llantos que rompían las cuerdas vocales me rodeaban, era como ver el mismo infierno. Seguimos nuestro curso por varias salas de tortura y desmembramiento, que por suerte no me hicieron vomitar o desmayarme, nunca había visto algo tan horroroso. Habían varios sistemas de tubería que transportaban líquido rojo, transparente amarillo y verde, lo rojo obvio me supuse que era sangre, a Dios sabe donde llegaría. La sala que más me llamó la atención fue la más grande en la que estuve, y solo habían máquinas gigantescas, más contenedores de ácido clorídrico y sulfírico, pero lo realmente interesante fue lo que estaba en el centro, una plataforma en forma de una maqueta de torre, en la cima contenía una clase de esfera metálica, con varios cables y tubos conectados a ella, que se movía de vez en cuando, en el sentido que el metal se sobresaltara en una ola, como los estremecimientos de las caricaturas. Una luz la iluminaba desde arriba, y se podían ver varios símbolos extraños grabados en todo el metal dorado y otras luces parpadeantes. No tenía idea de qué era aquello, pero obviamente era muy importante para la fábrica, o si no, no tendría incluso guardias protegiendo las entradas y salidas, con camaras en cada esquina y pared, todas apuntando a diferentes ángulos y a la esfera. Quise detenerme a verla mas detalladamente, pero la tentación no pudo conmigo y seguí el camino con los demás trabajadores y el vagón. Cruzamos tantas escaleras, salas y pasillos que mi mapa mental se estaba enloqueciendo conforme avanzabamos, pero finalmente llegamos a la sala, donde pusimos los cadáveres en una cinta transportadora, a una maquina que básicamente los hizo puré. Me estremecí levemente cuando oí incluso los huesos partirse. Y entonces los tres trabajadores se dividieron, dejandome completamente solo. Mi primer pensamiento fue buscar una salida, pero entonces me detuvo la curiosidad e intriga, de quién sería el líder o jefe de esta fábrica. Si lo encuentro, podría atraparlo, quizas...Entonces eso me impulsó a explorar por mi cuenta, pero no llegué tan lejos cuando la alarma me hizo sobresaltarme y las luces rojas inundaron cada sala. Sentí un vuelco en el corazón, pensando que ya me habían atrapado y empecé a correr por los pasillos y salas, buscando ahora sí una salida o un buen escondite....Hasta que oí un grito en la sala de contenedores, esas cajas gigantes transparentes...El grito de John y me dirigí ahí a ayudarles. Pero cuando llegué ya no estaban, sin embargo los seguí fácilmente por las puertas abiertas y el rastro de sangre, hasta encontrarlos en la sala de las ventanas de la fabrica.... >>

Gregory se enderezó en su asiento, mirando seriamente a John, que lo miraba muy interesado igual que Sherlock, aunque ya había oído la historia, le gustaba la repetición.

-- Eso es todo. Si quieren mas pruebas, puedo mostrarles las fotos que tomé en la camioneta.

-- No hace falta, gracias por ello, Greg...Sherlock, ni te atrevas a decirlo...

-- Vamos a volver a la fábrica. -- Dijo con ánimo y determinación fascinante el detective consultor, interrumpiendo a su pareja. -- Obviamente cuando te hayas curado. Lo que más me intriga de la historia, igual que tu, es la esfera...Seguro tiene un poder increíble, como el cotrol de la fábrica. Y también volvería a descubrir quién es el jefe. Greg, si tu vuelves, yo voy contigo.

-- Bien, puedo mostrarles algunos pasadizos secretod que encontré mientras exploraba. Esa fábrica....Ahí de verdad existen monstruos.

-- Sin duda. El monstruo más grande de todos es quien la dirige, y sé que está adentro, disfruta de las masacres de sus máquinas y los trabajadores. No se lo perdería...Partiremos apenas puedas correr, será muy necesario en este segundo intento.

《💀》《💀》《💀》《💀》《💀》


En el cuarto de máquinas, el segundo piso, con una ventana para dar justo a la gran sala de la esfera, tenía el panel de control a lado de la ventana, lo demás eran solo máquinas aquí y allá, con cables, sangre y papeles regados por todas partes, sin mucho espacio libre, pero no era realmente necesario. Estaba completamente oscuro, pero tampoco era necesaria la luz, las de la otra sala eran suficientes para imuminarlo. Él yacía sentado en la silla frente al panel, mirando fijamente la esfera, y una sonrisa de satisfacción en los labios, sabiendo perfectamente que pasó anteriormente con los intrusos. Había detenido la persecusión, porque sabía muy bien que los tres mismos vendrían a por más, y esta vez él también estaría preparado para ellos y sin mover mucho de su cuerpo.

Oyó la puerta de la sala abrirse y un hombre entrar, con un maletín plateado en ambas manos, acercandose a él, ambos estaban sin traje, eran de los altos rangos.

-- Señor, ya las tenemos listas para su uso.

-- Excelente...Muestramelas. -- Contestó el hombre sentado y vio el maletín frente suyo en segundos. Abrió los cerrojos y lo abrió, sonriendo radiante de la emoción. Toma y saca una jeringa con un líquido transparente en ella, y la mira detalladamente, dandole unos golpecitos al cristal, aún sonriendo ya de forma maniática.

-- No los ataquen cuando estén soñando despiertos...Ellos mismos se van a matar con lo que verán.

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