2. Otro caso a fuera de Londres
A saber cuantas páginas, videos, artículos, de lo que sea en internet habrá buscado Sherlock Holmes para encontrar una mísera, algún mínimo de información sobre Vawcrid. Pero absolutamente nada, ni una palabra sobre esa marca de la dicha fábrica, apareció en Google, y ningún otro navegador. Es como si la palabra en si no existiese, como si la marca no existiera. Porque simplemente al oprimir "Enter" para buscar dice que no se encontró ningún resultado de la búsqueda. Sherlock se la pasó hasta las 8 de la mañana ese mismo día que le avisó a John sobre su descubrimiento, investigando, o al menos tratar de, sobre esa fábrica de ácido, pero no encontraba nada y eso ya le estaba frustrando demasiado. Estaba convencido que su conclusión era correcta y que tanto las quemaduras del cuerpo de Elizabeth Monthew como las de su nota son del mismo componente y que provienen, algo muy grave relacionado con el caso, quizá la verdadera escena del crimen se encuentre ahí, en la fábrica de ácido de Vawcrid. Si tan solo pudiera encontrar algo, pero no salia nada. Probaba con varios navegadores, hasta el más lento, el Explorer, pero no encontró ni una pizca de información.
Sherlock gruñó levemente cuando volvió a ver el mismo resultado de siempre y se frotó los ojos con las palmas de las manos, le ardían demasiado al ver mucha pantalla por hoy. Se estremeció levantando los hombros, cuando su pareja John le besó suavemente la nuca, poniendo sus manos sobre esos hombros pálidos y tensos. El detective consultor giró levemente su cabeza hacia el hombre rubio detras de él.
-- John..? Que haces?
-- Dándote los buenos días~
Contestó éste, para seguir besando su nuca suavemente, apartando su pelo negro y rizado con su mano para poder descubrir más de esa deliciosa piel. Sherlock soltó un bajo suspiro cuando el contrario mordió, y siguió su recorrido a su cuello, lamiendolo y besandolo del costado. John siguió con más mordidas alrededor de su cuello, a veces tan fuerte que dejaba marca de sus dientes y por consecuente Sherlock emitía bajos gemidos, entrecerrando los ojos. Claro signo de que le estaba gustando. John sonrió ante ello y subió su cabeza, con su mano, poniendola debajo del mentón del pelinegro, y mueve su cabeza para que sus ojos se encontraran. Acercó su cara a la del pálido detective y se dieron un suave beso en los labios, ambos cerrando los ojos y correspondiendose uno al otro. Sherlock se giró sobre la silla y lo abrazó de la nuca con un brazo, mientras seguían besandose suavemente. John se resistió la tentación de apasionarlo más y besarlo más profundo, cuando se separo de él para ver que la puerta del piso se abría, dejando ver a la señora Hudson con la bandeja de tazas del té matutino.
-- Oh, buenos días muchachos! Algún caso interesante tienen ya?
-- La verdad es que sí. Uno bueno y bien....Interesante. -- Dijo Sherlock, levantandose a recibir la taza. Nunca había dicho "misterioso" en un caso hace muchos años, le parecía ridículo, él podía resolver cualquier cosa. Nada era misterioso para él, así que fue por eso que reemplazó esa palabra por "interesante".
-- Me alegro tanto por ustedes, muchachos. Ya hace tiempo no los veía tan dedicados a uno. -- Dijo la anciana para poner la bandeja en la mesa y la pareja comenzó a tomar, John mirando de forma pensativa a Sherlock. Éste reparó en su mirada y volteó su cabeza hacia él.
-- Pasa algo?
-- Si no tienes nada de información de la fábrica de ácido de Vawcrid...Como iremos ahí? Ni siquiera sabemos donde está.
-- Ya lo sé. Pero suponiendo,podría estar en un lugar aislado de la gran ciudad, de la civilización en si....Una marca completamente olvidada, que no tiene un minimo de información en internet debe de estar en un lugar desierto. Huy...Odio hacer esto, pero creo que ya sabes a quien tenemos que llamar para ir más allá con el caso.
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-- En serio, porqué no me sorprende que hayas venido a mi por ayuda, hermanito?
Dijo pesadamente, muy pesadamente Mycroft, sentado en la silla de su escritorio de su oficina del edificio en el que estaba, mirando serio y en plan "en serio?" A Sherlock y John frente suyo.
-- Porque siempre eres nuestro mejor mecanismo de pasaje por todo Londres e Inglaterra! Y tu tienes acceso a todo lugar. Por eso acudimos a ti, panzón. Ademas, agradece que no te invité a jugar Cluedo o algo más aburrido para ti.
-- Me da básicamente igual, Sherlock. Y eso es más provecho que quién sabe qué... -- Dijo pasandose la mano por la frente y el entrecejo, suspirando. No se sobresaltó, sin embargo John lo hizo cuando el detective consultor estampó las manos fuertemente en la mesa, haciendo sonoro el choque por toda la habitación.
-- Dame acceso a alguna computadora con informacion de la fábrica de ácido Vawcrid. Ahora.
-- O qué? -- Le retó su hermano mayor. John dedujo al instante en la mirada de Sherlock que empezaría a vomitar palabras de deducción, cada vez que lo hacía con alguna persona para distraerse de su aburrimiento, era realmente molesto e incómodo.
-- Por las marcas en el cuello de tu camisa blanca quiere decir que usaste una corbata...No, un corbatín, exactamente anoche. Eso es inusual en tí, ya que a esas horas de la noche permaneces en casa trabajando o haciendo ejercicio. Osea que una reunión realmente importante para ti sucedió anoche y tuviste que ir presentable. Pero no, tu no usas corbatines en reuniones del gobierno británico y esas cosas, osea que fue más personal, querías estar realmente presentable para ello y causar...Una primera impresión. Por el temblor en tus manos levemente quiere decir que aún tienes ese nerviosismos de lo que sea que pasó anoche.
-- Sherlock...
-- Ademas, normalmente pasas muy a menudo a mi apartamento, justo cuando Greg Lestrade está ahí también, y te muestras mas suave de lo normal. Y lo vi también, la ultima vez que me encontré con Lestrade, que fue anoche a tardes horas, y resulta que también llevaba una corbata de buena presentación, hasta olía a un curioso perfume para hombres, con blazer negro y bien peinado. Dijo que estaba en una reunión muy importante con alguien y no quiso decir más.
-- Sherlock.
-- Y cuando vienes al apartamento de Baker Street, tienes los ojos dilatados, y todos saben que eso quiere decir que has visto o ves algo que te gusta. Otras veces tus pupilas están normal en otros lugares que nos hemos encontrado, pero están dilatadas solamente cuando estás en el 221B, cuando está también Lestrade con nosotros. Con él pasa exactamente lo mismo, y de vez en cuando se dirigen unas miradas, tratando de evitar una sonrisa...
-- Sherlock, ya basta.
-- Eso quiere decir, hermano mio, que tú y Greg Lestrade salieron en una cita anoche.
-- Cállate!! -- Espetó gritando Mycroft, mirando a su hermano menor con ojos asesinos, bastante enfadado, pero a la vez avergonzado. -- Cá-lla-te. Silencio, no hables.....A veces eres tan detestable...
-- Pero tengo razón? -- Preguntó ladeando la cabeza a la izquierda Sherlock, mirandolo de forma burlona y seria a la vez. Mycroft no dijo nada, apartando la mirada y soltando un suspiro pesado...Todo lo que dijo su hermano era cierto. Una parte de él quiso admirarle por semejante deducción, pero no. Estaba demasiado enojado con él por decirle su secreto más "intimo" hasta el momento, y más a lado de John. Negó con la cabeza muy avergonzado y volvió a mirar a Sherlock con ojos rayados.
-- Bien, qué quieres?
-- La computadora, con acceso a toda la información disponible de Vawcrid.
Mycroft soltó un suspiro pesado y le desliza por la mesa su computadora portátil, ya desbloqueada y abierta. Sherlock esbozó una sonrisa victoriosa y empezó a teclear, entrando a varias paginas de los archivos del gobierno británico donde su hermano estaba involucrado.
-- Rápido. Me puede traer problemas verte aquí, husmeando en los archivos.
-- No estoy husmeando, panzón. Estoy buscando a grandes escalas una fábrica de ácido. Nada malo, verdad?
Mycroft solo se limitó a resoplar de forma pesada, apartando la mirada, claramente y muy levemente sonrojado, cosa que Sherlock le sacó una sonrisa burlona. Presionó "Enter" en el navegador después de buscar "Vawcrid", y solamente y de forma extraña, encontró un solo link que lo llevaba a una página de nombre extraño. Sherlock frunció el ceño extrañado y abrió esa pagina, donde lo primero que se encontró fue un título gigante en blanco bajo un fondo negro:
NUNCA VAYAS AHÍ...
Sherlock se sentó en una de las sillas de la oficina y empezó a leer, cojiendo y tomando la copa de vino de su hermano que tenía en la mesa. John de pura curiosidad, fue a sentarse con él, para leer también el curioso artículo. El doctor apenas vió el titulo, abrió los ojos de la impresión. Era lo mismo que Elizabeth Monthew escribió en la nota! Una vaga idea se empezó a formular en su cabeza. Como ya tenía como dos años viviendo con Sherlock, como no que se le pegue la tecnica de la deducción también? Se acomodó en su asiento, leyendo los primeros párrafos, que rezaban lo siguiente:
Fábrica de ácido: Vawcrid
Bodmin Moor
Fecha de inauguración: 13/06/1943
Fecha de cierre "permanente": ???
"Vawcrid era una antigua fábrica...Eso cuenta poco de si misma. Durante la Segunda Guerra Mundial, era bastante conocida, se ubicaba en el valle frío de Bodmin Moor...Donde era la creadora de peligrosos tipos de ácidos corrosivos que los transportaban a diferentes laboratorios de Gran Bretaña como bombas, listas para lanzar a otros países...Solamente abría sus puertas de noche, a tardes horas de la noche. Cerca de la 1 de la madrugada, los trabajadores salian de esos edificios a sus casas...O eso pensaba, porque exactamente una hora después volvían, arrastrando grandes cajas de hierro, cerradas con varios candados. Sea lo que sea, era de suma importancia y clasificado...Volvían a entrar a la fábrica con las cajas y no volvían a abrir las puertas hasta la 1 de la madrugada siguiente. Decidí acercarme más..."
Sherlock bajó la página, pero no encontró nada más, quién lo escribió, cuando se publicó el corto artículo, nada más. Tampoco tenía más links a donde llevarnos. Era solamente estas palabras y ya. El detective consultor frunció el entrecejo, aun explorando la página y viendo de más de cerca.
-- Tiene que haber algo más...No puede ser solo esto! -- Dijo para minimizar la página y abrir otro navegador de archivos, y volviendo a teclear "Vawcrid", pero solo aparecían dos opciones. La primera, era que no aparecía ningun resultado y la última, solamente lo traía a un link, y era el de aquella única página del blog misterioso. Lo que intrigó a John fue que no anunciaban la fecha de cierre del edificio, y a juzgar por el asesinato de hace unos días, suponía que ese lugar seguía abierto...Sherlock, por el brillo de la pura intriga en sus ojos, se veía que pensaba lo mismo. Buscó en más y más páginas, pero daban los dos únicos resultados mencionados anteriormente. Tanto tecleó, que Mycroft le ordenó severamente que parara y el menor se levantó de un salto, lanzando un bufido de la frustración.
-- Tiene que haber más, tiene que!
-- Sherlock, esa página es lo único que vas a encontrar de Vawcrid. Literalmente es un sitio completamente olvidado -- Le repuso su hermano mayor.
-- No del todo olvidado. Ustedes los de alto rango saben qué es, nosotros también, asi que técnicamente no está olvidada. Necesito más información, Mycroft, dame más!
-- No importa en que maldito computador o tableta o celular estés! El resultado siempre va a ser el mismo, Sherlock. Es lo único que vas a encontrar de Vawcrid.
-- Al menos ya sabemos donde se ubica...
-- Exacto, John. Y por ello, porqué no van y lo ven con sus propios ojos para acabar el documento?
-- Mycroft, que estás....Pero que estoy diciendo, esto es brillante. John, llama a Lestrade, dile que nos iremos a Bodmin Moor. Ah, por cierto... -- Dijo Sherlock, dirigiendose a su hermano con una sonrisa burlona. -- Irías si Greg va con nosotros?
-- Tch...Claro que no, estúpido.
-- Como digas, como digas...Hipócrita. John, ya terminamos aquí. -- Dijo Sherlock para levantarse y tomar la mano de su pareja y ambos se dirigen a la salida. Mycroft se inclina en su silla y apaga el computador, sonrojandose levemente. Pero obvio, no faltaba, Sherlock se volvió hacia su hermano, sonriendo burlón. -- Le diré a Lestrade que te mande una postal de Bodmin Moor.
-- Cállate!!
Sherlock soltó una risita burlona, para salir de la oficina del edificio donde estaba su hermano mayor, con John siguiendole el paso, y el teléfono en su oído, hablando con el inspector. Los dos tomaron un taxi para volver al 221B de Baker Street para volver por lo necesario que debian llevar para ir al páramo.
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Era estúpido decir que hacía frio. Bodmin Moor era un lugar completamente desholado, solo muy al oeste había un pequeño pueblo, pero todo lo demás eran solo praderas verdes, colinas que se extendían interminablemente en el horizonte, junto con pilas de rocas, amontonadas unas de otras, los días eran nublados y de vez en cuando hacía sol, pero el frio ahí era perpetuo. Pocos animales se podían encontrar en las colinas, y mucho menos lagunas o algo parecido. Todo estaba húmedo, mas no habían rios ni nada de eso. Era un lugar medianamente pacífico para vivir, pensó John, mientras caminaban por una carretera de piedra coliza, mirando alrededor del paisaje. Había ido también a otro páramo cuando trataron el caso del Sabueso de Baskerville, pero aquí...Esto tenía un ambiente mucho más diferente, más callado...Más inhabitado.
John solo llevaba una maleta pequeña colgada al hombro, con un poco de ropa de cambio y más cosas que seguro podrían utilizar en la investigación. Sherlock...No trajo absolutamente nada, o al menos que fuera grande, dijo que todo lo que necesitaba lo llevaba todos los días con él en sus bolsillos del abrigo.
-- Sherlock..?
-- Si, John.
-- Tengo un mal presentimiento sobre esto, este lugar...La fábrica en la que vamos a entrar, resolver el caso....Tengo un mal presentimiento.
-- Lo sé,yo igual.
-- Entonces se puede saber qué hacemos aquí? Pudimos haber dejarselo a Lestrade, y quedarnos en casa...
-- Porque sabes que a mi me encanta el peligro, siempre lo he amado, y más cuando se trata de algún caso interesante como este. Me intriga...Igual que a ti.
-- Me maldigo por ello...
Sherlock soltó una risita y vio que a lo lejos encontró una pequeña cabaña, Lestrade le dijo que esa misma era libre para quien quiera usarla, pero no podía sobrepasar el mes ahí. Le pareció bien la regla y entraron a la casa.
Era bastante espaciosa en la sala, una pequeña cocina en un pasillo de la izquierda y una puerta en el mismo pasillo daba acceso al único dormitorio, lo que emocionó al detective en secreto. Así podría dormir con su pareja, no como el apartamento que John dormía en el cuarto de arriba.
John vio alrededor y alzó las cejas de la impresión, yendo y dejando la maleta en el sofá, volviendo a mirar alrededor. Los muebles de madera estaban muy polvorientos, la chimenea extinta y con varios adornos, tales como frascos de colores colgados y un par de máscaras con redes en el techo, además de papeles pegados a algunas paredes. Lo que intrigó al detective, eran que esas hojas estaban completamente en blanco, obviamente sucias por los años, pero de lo demás, no había palabra alguna. John sin embargo, no le dio mucha importancia al asunto y estiró los brazos, cansado de tanto viaje.
-- Bueno, será mejor encender la chimenea para el frio, y acomodarnos para dormir.
-- Que, dormir? Ahora, John?
-- Sherlock. Ya van a ser las 9 de la noche. Ademas, tampoco es que vayamos al pueblo y molestar a todos con preguntas... -- Dijo mirando al pelinegro, que soltó un resoplido pesado y el doctor se sentó en el sofá, dando palmaditas a su lado. -- Ven y siéntate conmigo~
Sherlock lo miró y en unos segundos fue con él, no pudo evitarse. Tal vez su pareja tenía razón. Si...Mañana irían al pueblo a buscar más información sobre esa fábrica de ácido, y ese mismo día entrarían en ella, a la hora que abrían las puertas, a la 1 de la madrugada.
El detective consultor se quedó mirando el fuego soltar chispas y bailar entre la leña, ya tenía a John dormido en su regazo. Quizá el también debería dormir, pero esa noche, no tenía sueño.
Maldición...Ojalá hubiera traído su violín...
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