I hear melodies
nota: este es mi borrador de borradores, mi idea eterna de un especial navideño, sorry.
❄️ 🎶 ❄️ 🎶 ❄️
—Amo el brillo de tus ojos —murmuró Hyunjin, apreciando el rostro del chico ligeramente más bajo que él.
—¿Mmm? —tarareó Seungmin, confundido.
Ese comentario había sido al azar. Lo había tomado desprevenido. Pero su cuerpo reaccionó al instante, sonrojándose rápidamente, aun así mantuvo la mirada del castaño. Lo había tomado con la guardia baja, sí, pero Seungmin ya estaba más que acostumbrado. Alzó su mano y la dejó entre los mechones rojos algo largos de su novio, acariciando con dulzura.
Hyunjin cerró sus ojos, y, con una sonrisa boba, soltó un sonido de gusto, casi como el ronroneo de un gatito.
—Eso —murmuró, dejando caer su cabeza sobre el pecho desnudo del menor—. También amo escuchar las suaves melodías cuando tu corazón late —Hyunjin sintió como el pecho de Seungmin vibraba bajo él por una corta carcajada, entonces sonrió.
La risa de Seungmin se sentía tan bonita como se escuchaba. E incluso más.
—¿Sí? —preguntó el rubio, moviendo su mano de los cabellos de Jin a lo más lejos que podía llegar en su espalda, y de regreso—. ¿Y cómo son esas melodías? —se burló bajito, dejando ir otra suave risa.
—En serio, Seungmin —se quejó, ocultando su nariz entre los pectorales del menor, para seguidamente dejar un besito, apoyarse en sus antebrazos y alzarse para encararlo, con la poca fuerza que le quedaba—. Es como "Fa la, la la, la" —cantó.
Seungmin sonrió con ternura. Cada vez que tenían relaciones, Hyunjin se ponía más cursi de lo que ya era. Y eso le gustaba.
Se inclinó para besarlo con cariño.
—Ok, Jinnie. Pero dudo que mi corazón suene como "fa la, la la, la", amor.
—¿Qué vas a saber si tu no lo puedes escuchar? —se quejó, ignorando el calor en su rostro. Seguidamente, volvió a acurrucarse, su cuerpo estaba agotado.
Seungmin volvió a reír, pero ruidosamente, eso fue lo último que escuchó Hyunjin antes de caer en la inconsciencia.
❄️ 🎶 ❄️ 🎶 ❄️
La calidez del cuerpo de Seungmin envolvía a Hyunjin como una manta acogedora en una noche fría de invierno. Sus labios, suaves como pétalos de rosa, rozaban la piel del mayor, dejando un rastro de cosquillas electrizantes que recorrían su cuerpo.
—Eres como un refugio, Seungmin. Mi refugio —susurró Hyunjin con la voz ronca por recién despertar y una pequeña sonrisa floja por lo feliz que se sentía así, entre los brazos del amor de su vida—, un oasis de paz en medio de la tormenta —afirmó incorporándose hasta quedar cara a cara con el rubio.
Seungmin sonrió, sus ojos brillando con cariño hasta convertirse en una línea por la cual apenas podía ver.
—Ay, Hyunjin —se quejó escondiendo su rostro sonrojado en el cuello del aludido—. Acabas de despertar, ¿cómo vas a decir eso?
Hyunjin rió por la tierna reacción. abrazó fuerte a su novio por la cintura.
—Pero si tu eras quien me estaba acurrucando y besando —dijo sobre sus cabellos rubios que, normalmente, olían a vainilla. Inhaló, queriendo llenarse de su olor.
Seungmin se separó ligeramente, aún más sonrojado al sentir al mayor olfatearlo, que al de verse descubierto por él.
—Es que eres muy hermoso, Hyunjin —excusó. El aludido ahogó un suspiro—. Eres como una tormenta que agita mi corazón con cualquier cosa que haces —acarició su mejilla con delicadeza. La piel bajo su mano se calentó rápidamente, lo que provocó que sonriera—. Una tormenta hermosa e inesperada.
Hyunjin inclinó su cabeza hacia el toque de Seungmin. Ancló sus ojos a los del menor, no podía dejar de verlo. En sus ojos vio un universo entero, un torbellino de sentimientos que lo atraía como un imán. El menor era como un libro abierto para Hyunjin.
—Dime, Seungmin —susurró, con la voz llena de curiosidad—, ¿qué ves cuando me miras?
Seungmin lo miró intensamente, como si quisiera descifrar cada uno de sus secretos.
—Veo —dijo, con voz suave y pausada—, veo un alma hermosa, un corazón valiente, un espíritu libre y bondadoso, un poco torpe y muy creativo —dijo, juntando su frente con la de Hyunjin—. Veo a alguien que me hace sentir bien, que me llena de alegría y que me hace creer en el amor verdadero. Veo a alguien que amo.
Las palabras de Seungmin aceleraron el corazón de Hyunjin de sobre manera. Resonaron en su pecho con fuerza, como una dulce melodía. Sus ojos brillaron el lágrimas por unas inexplicables ganas de llorar de felicidad. Era como si el menor pudiera ver lo más profundo de su ser, y decir con unas pocas palabras lo necesario para enamorarlo aún más.
Se inclinó y lo besó despacio, con calma y ternura. Un beso con la intención de hacerle saber a Seungmin que lo amaba con todo de sí. Un beso lleno de promesas y anhelos silenciosos. Un beso que decía más allá de las palabras.
Seungmin correspondió al beso, dejando que sus labios se movieran en sincronía como si bailaran una melodía silenciosa. Quizás el dichoso "fa la, la la, la" que tanto decía Hyunjin.
Algunas lágrimas de Hyunjin se escaparon dándole un toque salado, pero Seungmin solo sonrió entre el beso, secándolas con cariño con sus pulgares, dejando suaves caricias en el camino.
Hyunjin se separó también sonriendo y su novio dejó besitos de mariposa sobre sus mejillas húmedas hasta que Hyunjin comenzó a reír a carcajadas.
En ese instante, Hyunjin fue completamente consciente que había encontrado algo especial, algo que valía la pena cuidar y proteger para siempre. Seungmin era su refugio, su tormenta, su melodía favorita. Y él, estaba dispuesto a acompañarlo en la sinfonía que fueran sus vidas.
Las horas transcurrieron lento después de eso, como si el tiempo se hubiera detenido.
Estuvieron acariciándose, susurrando palabras dulces y compartiendo besos llenos de sentimientos en la cama del menor,
Hyunjin y Seungmin exploraron los rincones más íntimos de sus cuerpos y almas por segunda vez ese día. Descubrieron nuevos placeres, nuevas sensaciones que los hacían sentir más unidos que nunca.
De pronto, una suave melodía interrumpió la quietud de la habitación, acabando con los mimos de Hyunjin a su novio. Era el tono de su teléfono.
Seungmin se separó con un suspiro de pesar.
—Debe ser tarde —dijo el rubio, con la voz ronca por lo poco que la uso—. Deberías ir a tu casa, no debes llegar tan tarde en noche buena.
Hyunjin asintió con resignación. Se levantó de la cama y buscó su ropa para ponérsela, sintió una punzada de tristeza al tener que alejarse del calor del cuerpo de Seungmin.
—Te amo —dijo, inclinándose para besarlo una última vez—. Nos vemos mañana. En la cafetería, Seungminie.
—También te amo, Hyunjin —respondió el menor, con una sonrisa tímida—. Te esperé ansioso.
—Ay, Seungmin —dijo abriendo la puerta—. Ya te extraño y no me he ido.
Seungmin rió, cumpliendo el cometido de Hyunjin.
Hyunjin salió de la habitación, dejando atrás un aroma a vainilla tan hogareño y caracteristico que impregnaba el aire, y que solo olía cuando estaba con Seungmin.
Seungmin se acurrucó entre las sábanas, sintiendo aún el calor del cuerpo de Hyunjin sobre su piel. Cerró los ojos y una sonrisa se dibujó en sus labios.
❄️ 🎶 ❄️ 🎶 ❄️
La noche caía sobre la ciudad, tiñendo el cielo de un naranja vibrante que se mezclaba con el azul marino del horizonte. Hyunjin y Seungmin caminaban por la calle después de salir de la cafetería donde comieron brownies y tomaron café, tomados de la mano, mientras disfrutaban de la fresca brisa invernal.
—Esta es la época del año en la que podemos darlo todo —dijo Hyunjin columpiando sus manos—, Cuando los árboles se quedan sin hojas, el aire huele a pino y la gente se vuelve más sentimental.
—¿Si? —murmuró Seungmin con una sonrisa, más entretenido en jugar con la mano cálida de Hyunjin.
—¡Claro! —exclamó Hyunjin, más entusiasmado de lo normal. Amaba la navidad casi tanto como a su novio. La idea de pasar su primera navidad juntos lo hacía extremadamente feliz, no podía dejar de sonreir—. Del uno al diez, puedes tener todo lo de tu lista de deseos.
Seungmin rio suave.
—¿Qué lista de deseos, bebé?
—Todo lo que deseas, Min —dijo con voz profunda, deteniéndose en medio de la acera.
Lo dijo con tanta convicción que Seungmin alejó su atención de la mano del mayor y lo miró directo a los ojos.
Hyunjin ya lo estaba mirando, y lo miraba serio.
Seungmin dudo de sí mismo por un momento.
—No tengo una lista de deseos —confesó—. Nunca lo había pensado. Tengo todo lo que alguna vez pude desear.
Hyunjin bufó, fingiendo indignación.
—¡Eso es porque nunca te has atrevido a soñar en grande! —exclamó—. Esta noche, quiero que pienses en todo lo que siempre has deseado, en todo lo que te hace sentir feliz y emocionado. Y luego, pídelo con todas tus fuerzas.
Seungmin lo miró con duda.
—¿Y qué pasa si mi deseo no se cumple?
Hyunjin sonrió como un niño otra vez.
—No tengas miedo, mi amor —dijo—. Lo importante es creer. Si realmente crees en tu deseo, entonces se hará realidad. Pide un deseo.
Seungmin sonrió de vuelta, contagiado por el entusiasmo de Hyunjin. Siendo su corazón revolotear por el apodo.
—Está bien —dijo—. Esta noche pediré un deseo.
Caminaron en silencio por un rato, cada uno perdido en sus pensamientos. Hyunjin observaba a Seungmin de reojo, disfrutando de la belleza serena de su rostro bajo la luz tenue de las farolas.
De pronto, Seungmin se detuvo y señaló un pequeño árbol de Navidad que estaba en la esquina de la calle.
—¿Qué tal si pedimos nuestro deseo ahí? —sugirió, con una sonrisa infantil.
Hyunjin asintió con entusiasmo.
—Me parece perfecto —dijo—. Vamos.
Se acercaron al árbol y se tomaron de las manos frente a él. Cerraron los ojos y concentraron toda su energía en sus deseos.
—Yo deseo —susurró Hyunjin— que nuestro amor dure para siempre, que podamos superar cualquier obstáculo y que siempre seamos felices juntos.
Seungmin abrió los ojos y lo miró con ternura.
—Yo deseo —susurró igual que Hyunjin, pero manteniendo los ojos abiertos—. que siempre seas feliz, que te mantengas sano y que vivamos muchos años juntos. Que nada nos separé.
Hyunjin apretó sus manos juntas, y sus ojos evitando que las lágrimas salieran. Abrió los ojos despacio cuando se le escapó una y rápidamente fue removida con cariño.
Le sonrió a Seungmin, quien ya le sonreía con un amor infinito en sus ojos. Sin pensarlo mucho, lo atrajó a su cuerpo y lo abrazó con fuerza. Sintiendo que sus deseos ya se estaban cumpliendo.
Esa noche, bajo la luz mágica de la navidad, Hyunjin y Seungmin sellaron su amor con un beso. Un beso lleno de promesas, de sueños y de la esperanza de un futuro juntos. Un futuro que, sin duda, estaría lleno de aventuras, desafíos y momentos inolvidables.
❄️ 🎶 ❄️ 🎶 ❄️
no sé que hice, se supone que es en base a la canción de Justin, esta idea es más vieja que mis traumas, así que no sé....
(resumen de mi mensaje: no sé)
feliz navidad 2024~~~
~OurTheStars~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro