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“Oí el rumor de que las personas en estado de ebriedad siempre dicen la verdad... en el momento incorrecto.”
“Wandita, llegué a la universidad. ¿Dónde te encuentras, mi omega?”, consultó por el lazo a medida que avanzaba por el campus general. Sintiéndose un poco fuera de lugar por la atención que recibía de algunos estudiantes en la cafetería, Yoongi suspiró y agregó: “Aparece de una vez. Me siento incómodo y acosado.”
Eso no me gusta; en primer lugar, porque me lo transmites y eso inquieta a nuestros cachorros, y en segundo lugar, porque no me gusta un carajo que estén viéndote por mucho tiempo como si fueras un trozo de carne asada. Me fastidia esto, Yoongi. Respondió sin humor, experimentando una sensación de calma transmitida por su alfa, cuyo accionar provocó que sus labios formaran una sonrisa ligera.
“Pero no es culpa mía, ¿o sí lo es y no estoy enterado de eso?”
¡Por supuesto que todo es tu culpa!, Jimin pataleó sobre su lugar, ganándose algunas miradas de extrañeza de quienes se hallaban en la misma fila de la cafetería junto a él. Su repentino y áspero tono de voz sobresaltó a su pobre alfa, que había estado absorto tratando de localizar a sus mejores amigos. Carajo, Yoongi, ¿no te has visto en el espejo estos últimos días?
“¿Por qué?”, Yoongi juntó ambas cejas, tomando la correa de su mochila para sostenerla con firmeza. “¿No me veo bien últimamente? ¿El cabello negro no me queda bien?”
Ahora eres tú quien me fastidia. Expresó con un ápice de brusquedad. Por momentos, podía sentir cómo oleadas de alegría se acentuaban sobre su pecho, y en otras ocasiones, mucho más frecuentes, la ira consumía su cuerpo. Debido a sus incontrolables e irremediables hormonas de omega gestante, vivía constantemente situaciones como esa, desorientando a su pareja cuando, de manera repentina, una enorme cantidad de lágrimas se acumulaban en sus ojos para, segundos después, desaparecer y transformarse en sonrisas y carcajadas que anunciaban su buen humor. Avanzó unos pasos más y agregó, utilizando un tono más suave: Por supuesto que te queda bien el cabello negro, o más que bien, diría yo. El omega atrapó su labio inferior entre sus dientes, llamando la atención de Yoongi en cuanto un sentimiento de necesidad y calentura se transmitió a través de su lazo. Sé un poco más consciente de lo caliente, bonito y tonto que eres, ¿de acuerdo?
“¿Por qué necesariamente un tonto?”
— ¡Yoongi-ah, por aquí! —Escuchó su nombre acompañado de ciertos aromas que reconocía, incluso a un kilómetro de distancia. Sonrió de manera ladeada y se dirigió hacia la mesa ubicada cerca de una puerta que conducía a los pasillos de la universidad.
Jamás en mi vida comprenderé el motivo de la popularidad. Unas mocosas de primer año están observándote desde hace mucho tiempo. Te lo advierto, Min Yoongi, me he convertido en un monstruo posesivo que te hará daño si nota alguna clase de coqueteo de tu parte hacia esas mocosas que aún están comiéndote con la mirada, como si planearan invadir tu espacio personal y jodidamente de mi propiedad en los próximos dos minutos.
“¿Por qué exactamente dos minutos?”
— ¿Tengo una terrible visión el día de hoy o realmente estás sonrojado, capitán? —Eunhyuk le cuestionó, aguantando la carcajada que tanto deseaba poder liberar—. ¿En qué piensas para encontrarte así?
—No te incumbe en absoluto, Lee.
—¿Es impresión mía o Jiminnie tiene esa mirada? —preguntó Hoseok, cruzándose de brazos.
—Sí, Jiminnie tiene la mirada rara —replicó Hyunjin, completamente de acuerdo, mientras los vellos de sus brazos se erizaban. Estaba espantado por un omega en estado, y comenzaba a pensar que no había nada más amenazador que aquella jerarquía que batallaba con sus hormonas de embarazo durante nueve meses—. ¿Qué le hiciste, Yoongi? —quiso saber, posando la mirada en su mejor amigo.
«Existir, aparentemente», aquel pensamiento se instaló en su mente, haciendo que virara los ojos.
— ¿A qué mirada se refieren? —consultó Yoongi, sin comprender la situación, girándose sobre su propia silla para observar a su pareja. Confirmó que, en efecto, Jimin tenía los brazos cruzados sobre su abultado abdomen, protegido por una sudadera que le pertenecía a Yoongi. Sus labios estaban rectos y su mirada lo perturbó en cuestión de segundos.
Quizás estaba en problemas, aún sin fundamentos razonables.
—Cuidamos mucho a Jimin mientras estuviste inconsciente en el hospital, y nos hicimos cercanos a él. Tenía una mirada particularmente aterradora cuando le negábamos un antojo porque era demasiado tarde y no encontrábamos ninguna tienda abierta. Con el tiempo aprendimos que si tiene esa mirada, como si estuviera a punto de cometer alguna clase de homicidio, no podríamos negarnos a lo que fuera que quisiera en ese momento —explicó Hoseok con detalle. Hyunjin asintió con un movimiento de cabeza—. En serio, tiene la mirada rara —afirmó con una expresión de horror demasiado evidente y preocupante para el alfa puro, que en ese entonces poseía una mirada capaz de helar el mismísimo fuego—. Muévete, Yoongi, y ve a calmar a ese omega antes de que, con su aura maligna, llegue hasta aquí dispuesto a succionar nuestras almas como un dementor.
—Está bien, yo...
—Yoongi oppa, ¡finalmente te vemos de regreso! —Una omega de cabellos azules interrumpió el agradable ambiente entre los cuatro jóvenes alfas.
—Oppa, a partir de ahora deberías ser más cuidadoso con tu salud —Le aconsejaron—. ¡Extrañamos verte en los partidos de baloncesto! —expresó la castaña que la acompañaba. Yoongi suavizó sus rasgos faciales y asintió—. Mmh... ¿podemos preguntarte algo? ¿Puedes confirmar si es cierto o no lo que se rumorea por los pasillos de la universidad? —preguntó con un aspecto nervioso.
¡Min Yoongi!
Oh, mierda. Ese tono de voz jodidamente irritante que poseía su omega.
Ahora ya había encontrado motivos para planear su asesinato.
«Mierda. ¿Por qué esto me sucede a mi?»
Yoongi levantó una ceja, modificando su semblante.
— ¿A qué rumor te refieres?
Ambas mujeres se lanzaron una mirada sutil y, en esta ocasión, la castaña le cedió el paso a su amiga. La omega posó sus manos sobre la mesa, siendo objeto de diversión para el resto de los alfas que acompañaban a Yoongi, cuyo semblante permanecía imperturbable. Si sólo se atrevía a sonreír por cortesía y su pareja, encinta y hormonal, giraba en medio de aquella interminable fila en la cafetería y captaba el momento exacto de ese gesto que el alfa puro consideraba insignificante, Jimin no dudaría en abandonar el lugar para reprocharle su interacción accidental con aquellas muchachas.
—Dicen que tu “omega”, oppa, está esperando un par de bebés que en realidad no llevan tu sangre.
Yoongi la miró fijamente, su paciencia agotándose.
Por lo general, no estaría de acuerdo con lo que Jimin dijera; sin embargo, en ese momento, también le fastidió ser un estudiante popular. Dándose cuenta de que aquel intercambio de palabras podría traer severas consecuencias, se esforzó por no virar los ojos y continuar comportándose de manera implacable y desinteresada.
— ¿Por qué debería darle explicaciones a un par de desconocidas sobre asuntos de mi vida personal?
Las estudiantes, sintiéndose acorraladas pero sin querer dar marcha atrás, deshicieron sus sonrisas y una de ellas respondió con cierta insolencia:
—Yoongi oppa, sería una decepción que realmente sean tus hijos, siendo tú un alfa tan joven y bonito —Un puchero se instaló sobre sus labios delgados y exageradamente cubiertos por un gloss transparente y repleto de brillantina.
Yoongi frunció el ceño, preparándose para responder, pero antes de que pudiera hacerlo, el trío de alfas se cubrieron el rostro y la simple acción captó la atención del otro; sin embargo, para él todo tuvo sentido cuando Jimin apareció a su lado, su presencia irradiando una energía poderosa y... desgraciadamente celosa.
—Oye... —dijo Jimin, su tono de voz bajo pero cargado de advertencia.
Ambas jóvenes se asustaron al ver la mirada de Jimin, una mezcla perfecta de furia contenida y determinación.
— ¿Se les perdió algo? —continuó Jimin, dando un paso hacia ellas. Hyunjin inmediatamente sacó su teléfono y comenzó a grabar la situación, con Hoseok otorgándole un golpe en la nuca por su imprudencia, aunque poco le importó—. Algo como... No lo sé, ¿algo como el sentido de supervivencia ante la presencia de un omega hormonal que podría rasguñar sus pulcros rostros? Lárguense de aquí, mocosas.
La castaña y su acompañante, pálidas y temblorosas, retrocedieron rápidamente, desapareciendo en la multitud de estudiantes. Yoongi se colocó de pie para acercarse a su pareja, pero Jimin lo pasó por alto y se sentó en una banca apartada junto a Hyunjin, observando con atención y recelo a su tonto alfa. Eunhyuk elevó ambas cejas en dirección a su mejor amigo, en señal que significaba que estaba en graves problemas, y Hoseok fue el primero en romper el tenso y penumbroso silencio:
—Omega hormonal —comentó, sacudiendo la cabeza con una sonrisa divertida.
Eunhyuk asintió de acuerdo, riendo con suavidad.
—Accionaron muy bien en huir de aquí.
Yoongi, relajándose un poco, posó sus ojos gatunos y profundos sobre Jimin con una mezcla de preocupación y diversión una vez que cogió un asiento para ubicarse y sentarse frente a su pareja y así extender su brazo, solicitando un permiso silencioso para poder interactuar con sus cachorros, el cual Jimin concedió.
— ¿Podrías no insinuar que vas a pelear? —Le solicitó lo más sumiso posible para evitar un nuevo encabronamiento en el omega, mientras inclinaba su cuerpo para depositar un beso sobre la sudadera ajena, cuyo acto fue realmente tierno para los demás—. Eso puede meterte en problemas, Wandita.
Jimin le lanzó una mirada molesta luego de esperar unos segundos a que se acomodara de forma recta.
—Silencio —espetó—. Mejor respóndeme algo: ¿Has sabido algo sobre...? Tú sabes quién, no me hagas pronunciar su nombre.
Yoongi asintió, y el grupo comenzó a comentar en voz baja la situación de Park Seojoon y la acumulación de denuncias que había recopilado con el pasar de los años sin que Jimin estuviera al tanto. Esto le hizo pensar en lo acabado y jodido que estaba su ex pareja, y peor aún, por haberse atravesado en el camino de una familia como la de Min Yoongi. Mientras hablaban, Hyunjin sonrió hacia su teléfono, claramente entretenido con algo. Eunhyuk, notando su distracción, no pudo evitar comentar.
— ¿Se trata de JeongIn? Últimamente nos has reemplazado —acusó, elaborando una actuación dramática de tristeza.
Hyunjin levantó la vista, dejando de teclear sobre su teléfono y sonriendo de manera defensiva, contestó:
—Saben que no es así, chicos.
Hoseok intervino en defensa de quien, a lo largo de su vida, había considerado como una presencia molesta por tres razones que podría enumerar con claridad:
1) Durante su trayectoria en el instituto, Hyunjin y él siempre habían sido asignados al mismo salón de clases.
2) Compartían un interés común en la carrera de derecho, y para mayor coincidencia, ambos la estudiaban en la misma universidad.
3) Se convirtieron en compañeros de piso tras la separación familiar que su compañero había experimentado varios meses atrás.
Hwang Hyunjin era la molestia constante para Jung Hoseok, aunque este último no perdería la compostura al reconocer frente a sus mejores amigos que disfrutaba de su compañía excéntrica durante el día a día, casi sin interrupciones. Las únicas excepciones a esta constante presencia eran en situaciones concretas en las que Hyunjin desaparecía para permitir a Hoseok satisfacer sus intereses sexuales durante sus periodos de celo o por mero placer, o cuando se ausentaba para pasar tiempo de calidad con JeongIn durante los fines de semana.
—Déjenlo en paz.
Eunhyuk, sin embargo, empeñado en ser ese joven insistente y molesto al que sus mejores amigos estaban acostumbrados, continuó con su burla sin ninguna clase de culpa.
—Lo siento, no puedo evitarlo —admitió entre risas contagiosas—. Desde que Hyunjin desapareció toda una semana por el celo de JeongIn no he parado de estallar en risas y burlarme por ello.
Hoseok suspiró, pero una sonrisa juguetona apareció en su rostro mientras defendía a Hyunjin, lo que hizo que la expresión divertida del alfa musculoso se desvaneciera de inmediato:
—Lo entiendo. Eso solo lo dice un soltero envidioso como tú, Eunhyuk-ssi.
Yoongi y Jimin no pudieron contener la risa, sus carcajadas resonaron en el sector de descanso. Eunhyuk, fingiendo estar ofendido, les lanzó una mirada.
—Dejen de reírse, personajes de caricatura.
Jimin, recuperándose al mismo tiempo que sobaba su abdomen abultado y ligeramente maltratado por las constantes luchas que ocurrían entre sus enérgicos cachorros, le respondió con un semblante que expresaba su decepción en dirección a su alfa:
—Ya no somos Cosmo y Wandita —Su pareja lamió sus labios, aguardando en su garganta sus propias carcajadas—. Eso se acabó luego de que tu mejor amigo tomó la decisión de regresar a su color natural de cabello... Qué aburrido.
“Qué dramático, en serio. Fuiste tú quien lo sugirió en un principio y yo sólo te complazco.” Chistó, con un semblante desagradable dirigido hacia su omega, aunque sus últimas palabras fueron pronunciadas con un sutil toque de coqueteo y una chispa peculiar que Jimin reconoció, pues estaba familiarizado con esa expresión. Le fascinó volver a encontrarse con ella.
Me gusta que me complazcas. Jimin expresó, mientras comprimía sus labios al sentir una mano presionando su muslo. Cuánto le hubiera gustado encontrarse en un lugar privado para poder... apretar otra cosa.
“Además de mentiroso, eres hormonal.”
Bueno, supongo que entiendes que es parte del proceso de portar a dos criaturas dentro de mi. A propósito, mi obstetra me comentó que anatómicamente me encontraré mucho más sensible, y pensé que quizás tú y yo podríamos desnudarnos sobre una cama y... De acuerdo, ya conoces el resto.
“Mmh, creo que eso no es así. ¿Por qué no me concedes el ardiente placer de explicarme lo demás, Park?” Y allí estaba ese tono de voz detestable, sensual, provocador y grave que tanto identificaba a Min Yoongi, erizando los vellos de sus brazos a su antojo. A su alfa parecía fascinarle e incluso divertirle ser el causante de esa reacción, y era probable que pensar en ello le hirviera la sangre, ya que realmente necesitaba ese toque después de meses de ausencia.
Aquí no, lisiado.
—Lisiado, ¿en serio, Jimin? —Le observó incrédulo y el mencionado se encogió de hombros.
Un silencio momentáneo se instaló entre ellos, que fue acaparado por las declaraciones de Hyunjin minutos más tarde.
—Estaba hablando con Yeji.
La mención de su nombre hizo que el semblante de Eunhyuk cambiara de manera demasiado drástica, una mezcla de asombro, genuino interés y algo más que un observador nato como Jimin aún intentaba descubrir.
—Uhm, así que, Yeji... ¿Cómo... cómo está ella?
Hyunjin respondió con una pizca de pesadumbre en su voz.
—Estaría mejor con los animales excéntricos de Australia que aquí contigo rondando.
—Parece que la situación se ha complicado un poco —murmuró Jimin, su tono medio en broma, medio en serio.
Jimin no podía seguir tolerando el misterio que rodeaba a los mejores amigos de su pareja y que le daba la impresión de tratarse de un asunto muy grave. Decidió, por lo tanto, codear a Yoongi e intercambiar una mirada con él. Intrigado, el omega hizo una señal a su alfa para que le revelara lo que estaba sucediendo.
¿Qué ocurrió entre estos dos para que de un momento a otro la mención de esa tal Yeji les cambie el humor?, se aventuró a preguntar. Daba gracias a sus instintos más salvajes que le permitieron sobrepasarse aquella ocasión en el hotel donde finalmente Yoongi y él se enlazaron, y consecuentemente ahora podían hablar de lo que fuera sin que nadie más lo supiera. Era un joven que disfrutaba de los chismes y la farándula de internet, aunque pocos lo comprendieran por ello.
“Yeji y Eunhyuk tienen historia”, respondió Yoongi, utilizando su lazo con Jimin para mantener la privacidad de su conversación.
Ya veo.
“Las cosas no salieron bien entre ellos, y Hyunjin nunca lo ha superado”, añadió a su relato, entrecerrando los ojos totalmente incrédulo ante la mueca divertida que sus palabras le generaron a Jimin.
El omega de cabellos rosas desgastados sonrió, disfrutando con razones de valor todo el conflicto silencioso que aún podía percibir con sus sentidos entre Hyunjin y Eunhyuk.
—Adoro y disfruto del drama que acabas de relatarme. F4, esto me ha levantado el humor, gracias por tener esta clase de amigos.
Yoongi lo pellizcó suavemente, aunque no pudo evitar sonreír también. Hyunjin, volviendo al tema y para terminar de una vez su evidente incomodidad, continuó comentando:
—Como sea. Se comunicó conmigo para decirme que asistirá a mi celebración de cumpleaños esta noche.
Todos asintieron.
—La pequeña Hwang... Ha pasado muchísimo tiempo desde la última vez que compartimos tiempo con ella. Siendo sincero, estoy ansioso por volverla a ver.
Eunhyuk, con un tono más suave, farfulló:
—Yo también. La última vez fue un año antes de que acabáramos la secundaria.
Hyunjin lo miró acusatoriamente. Sus feromonas eran intolerables para ese entonces; anunciaban de todo menos una pizca de encanto dirigida a Eunhyuk, cuyo lobo se sintió un poco intimidado por la mirada fija de su mejor amigo.
—Sí, sobre todo tú estás ansioso por volver a ver a mi hermana.
—Avísenme cuando conviertan esta zona del campus en un ring para resolver conflictos pasados. Digo... porque quiero filmarlo todo —bromeó Jimin.
Yoongi le lanzó una mirada desaprobatoria a su omega.
—Cierra la boca, Jiminnie —demandó, aunque no existía en él ningún rastro de molestia, más bien parecía intentar coquetear con el omega una vez más, y Jimin lo comprobó cuando el alfa agregó—, ¿o prefieres que yo haga que cierres esa boca tan bonita que tienes?
Jimin sonrió, aceptando el desafío.
Si aún no se abalanzaba sobre Min Yoongi era debido a las indicaciones médicas que se lo impedían, pero el ferviente y casi incontrolable deseo estaba presente en todo su cuerpo, y, claramente, no le faltaban las ganas.
—Solo estoy bromeando. A-a mí no m-me hablarás de esa manera —Su propia voz lo traicionó al tartamudear por su repentino nerviosismo.
Yoongi le guiñó un ojo, y con su tono juguetón característico y reservado sólo para su omega, le dijo:
—Solo intento revivir el pasado.
Jimin, sintiéndose repentinamente tímido, bajó la mirada, pero no pudo evitar sonreír.
—Durante esta etapa, los omegas son especialmente sensibles. ¿Por qué no se encierran en un hotel durante una semana y sacian la líbido del otro en lugar de sentarse aquí a flirtear y toquetearse? Llevan haciéndolo desde que llegaron. Maldición, contrólense y respeten a los solteros de esta mesa —protestó Eunhyuk. Sin embargo, en el fondo se sentía incómodo debido a las constantes demostraciones de afecto que observaba, no solo entre Jimin y Yoongi, sino también en todas las personas que se cruzaban en su camino por la ciudad.
—Hoseok está en lo correcto. Eres un cabrón envidioso —contestó el único omega en aquella mesa, cogiendo sus cosas para largarse de allí lo antes posible y sin despedirse.
“Ni siquiera te despediste de mi”, recordó su alfa a través de su lazo, pero no obtuvo ningún indicio de respuesta. Estaba totalmente frustrado y se vio obligado a accionar de la misma manera que Jimin, aunque antes de tomar el mismo camino le lanzó una mirada perturbadora a Eunhyuk.
—Gracias por esto... cabrón.
— ¡No era mi intención, capitán! —expresó mientras elevaba el tono de voz, puesto que Yoongi se estaba alejando de la mesa con rapidez.
— ¡Me las pagarás en el maldito entrenamiento esta tarde, Lee! —advirtió el alfa puro, recibiendo como respuesta lamentos de sus mejores amigos.
El aire estaba cargado de energía y anticipación, y el sonido de los balones botando contra el suelo resonaba en el ambiente. Yoongi se encontraba en el centro de la cancha, junto a Yang, su estricto entrenador que no lucía contento ese día y por ello evitaba causar problemas innecesarios. Ambos observaban con atención a los jugadores que calentaban y practicaban sus tiros, aunque el alfa, si bien en el fondo deseaba poder encontrarse allí acompañándolos, también disfrutaba de estar del otro lado por un tiempo.
Eunhyuk y Jungkook llegaron corriendo, visiblemente agitados por la prisa, y se unieron al grupo con una disculpa silenciosa. Yang, con su habitual expresión desaprobatoria, los miró de reojo.
—Llegan tarde —comentó Yang, su voz fría y cortante. Estaban más que jodidos, y ellos lo aceptaban sin rechistar.
—Lo lamento, señor. —Jungkook farfulló, quitándose su sudadera, dejando en evidencia algunas marcas que tenía en los nudillos debido a sus fuertes entrenamientos de boxeo y que había cubierto con las mangas de aquella prenda.
—Vayan con sus compañeros antes de que me enfurezca aún más y les añada cuatro rondas extras como sanción.
Eunhyuk, sin embargo, no se dejó intimidar y lanzó una mirada desafiante.
—Te diviertes muchísimo, ¿no es así, capitán? —dijo Eunhyuk, dirigiéndose a Yoongi, que estaba luchando por contener una sonrisa burlona.
Yoongi se mordió el labio, incapaz de disimular su diversión ante la expresión ofendida de su mejor amigo.
—Haz caso, Lee —respondió Yoongi finalmente, viéndole con insinuación—. Tienes que ponerte en forma en tiempo récord para esta noche.
Hyunjin, que había estado observando la interacción y a propósito se acercó con su balón mientras se preparaba para lanzar, no pudo evitar intervenir, su voz resonando por cada rincón de la cancha.
— ¡Vete a la mierda, Min!
La risa contenida de Yoongi estalló al fin, mientras Yang negaba con la cabeza y ordenaba a Eunhyuk:
—Lee... muchacho, continúa con tu trote.
Eunhyuk resopló, pero obedeció, sabiendo que no tenía otra opción. El entrenamiento continuó con intensidad, cada miembro del equipo dando lo mejor de sí mismo bajo la atenta mirada de Yoongi y Yang. La práctica se prolongó hasta que la oscuridad empezó a envolver la cancha, y luego de una última vuelta que su entrenador le permitió ordenar hacia sus compañeros por simple diversión, Yoongi dio la señal para terminar.
— ¡Bien hecho, equipo! —felicitó el entrenador y con la palma de la mano se cubrió la mitad del rostro y arrugó su entrecejo—. Ahora, vayan a los vestuarios y dúchense porque huelen asquerosamente mal.
Mientras tanto, Yoongi se apartó para tomar su teléfono y revisar sus notificaciones. Algunos mensajes provenían de su familia, otros contenían fotografías de su omega y sus extraños antojos que él había cumplido horas antes y que parecían haberlo dejado bastante contento. Sin embargo, al revisar el resto, se encontró con una notificación de su correo. Extrañado, la leyó y parpadeó incrédulo.
De: Productora XYZ [email protected]
Para: Min Yoongi [email protected]
Asunto: Devolución de Trabajo + propuesta.
Estimado Min Yoongi,
Espero que este mensaje te encuentre bien. Mi nombre es Kim Suhyun y soy el director de producción en la productora XYZ. Recientemente tuvimos la oportunidad de escuchar tus demos “SDL (Somebody Does Love)”y “Wine”, y debo decir que quedamos profundamente impresionados por la calidad y la sensibilidad de tu trabajo.
Tus composiciones destacan por su originalidad y la meticulosa atención a los detalles, lo cual es realmente notable para un estudiante en formación. Nos gustaría felicitarte por estos logros y comunicarte que hemos preparado una reseña detallada de tus demos, la cual será enviada a tus profesores de la Universidad Nacional de Seúl (SNU). Creemos firmemente que tu talento merece ser reconocido y apoyado por tu institución académica.
Además, nos gustaría hacerte una propuesta emocionante. La cantante IU, quien está actualmente trabajando en su nuevo álbum, ha expresado un gran interés en tus demos. Nos encantaría incluir “SDL (Somebody Does Love)” y “Wine” en este próximo proyecto. Creemos que tus composiciones no solo complementarán perfectamente el estilo de IU, sino que también contribuirán significativamente al éxito del álbum.
Para proceder, necesitaríamos tu autorización formal para utilizar estas canciones en el álbum de IU. También nos gustaría invitarte a una reunión con nuestro equipo de producción para discutir los detalles para tu participación y para posibles colaboraciones futuras. Creemos que esta oportunidad no solo te brindará una plataforma para mostrar tu talento a una audiencia más amplia, sino que también te ofrecerá valiosas experiencias y conexiones en la industria musical.
Por favor, háznos saber tu disponibilidad para una reunión en los próximos días. Estamos ansiosos por trabajar contigo y explorar todas las posibilidades que esta colaboración puede ofrecer.
Agradecemos de antemano tu consideración y esperamos con interés tu respuesta.
Atentamente,
Suhyun, Kim.
Director de Producción
Productora XYZ.
[email protected]
+82 2-9463-1780
— ¡Yoongi-ah! —escuchó el insistente llamado de Kihyun y levantó la mirada, tratando de no ser demasiado evidente sobre su estupefacción. Éste se acercó con su bolso y tomó su brazo, sonriéndole—. ¿Qué haces aún aquí, capitán? Vámonos ya, tenemos que alistarnos.
11 DE MARZO. REUNIÓN DE CUMPLEAÑOS DE HWANG HYUNJIN.
La pequeña niña yacía dormida, rodeada de peluches y cubierta por una manta que la protegía del frío aire acondicionado portátil en la habitación de Hoseok. Lucía sumamente adorable aferrada a un peluche de color violeta con contrastes rosas y celestes, que siempre comparaba con un caballo. Los compañeros de baloncesto de su padre decidieron que su principal entretenimiento durante la pacífica reunión en el departamento sería observar a la niña desde la distancia, a petición del padre de la criatura, quien los miraba con los ojos entrecerrados, algo receloso de los comentarios que esos hombres podrían hacer.
—En cada oportunidad que la tenemos enfrente, me deja sin palabras. Definitivamente, es hija de tuya —comentó Kihyun—. Solo mírala. Tiene tus labios en forma de corazón —Por dentro se derretía de ternura por aquella niña, lo cual no era muy común para los espectadores, puesto que Kihyun era la clase de joven que le desagradan los niños—. ¡Oh! También parece que estuviera dándose mimos en sus brazos ella misma, igual que su padre. Qué tierna.
— ¿Quieres darme una explicación sobre por qué pensabas que no era mi hija? Ah, y permíteme aclararte que yo no hago eso —Se escandalizó el alfa de cabellos castaños, conversando entre susurros para evitar despertar a Nayeon.
—Sí lo haces. Siempre lo hiciste —replicó JeongIn sin dejar de admirar a la pequeña criatura, ganándose la atención del cumpleañero y pareja—. ¿No recuerdas la pijamada que organizamos en la casa de Kihyun con todo el equipo? Félix tiene una carpeta con evidencia de tus hábitos mientras duermes.
—Quiero esa evidencia. Ahora, rápido, rápido —ordenó Hyunjin, bebiendo un buen trago de su vaso con jugo de naranja.
Si... jugo.
Quizás perdería la cabeza porque no era bueno bebiendo, pero estaba orgulloso de sí mismo por haber podido ingresar alcohol a su sistema sin que nadie se enterara.
Sonrió. Ese día nadie del equipo bebería ni una sola gota de alcohol para no causar dolores de cabeza en uno de sus compañeros y su temprana paternidad. Hubo mucho desacuerdo por esa decisión, pero Hoseok los terminó de convencer con una fuente de chocolate y unas bananas cortadas en trozos que dejó babeando a la mitad de sus hambrientos amigos, exceptuando a Jungkook, puesto que necesitaba mantenerse con una dieta estricta por su próxima pelea en unos días.
De todas maneras, y frente al pronóstico negativo sobre si lo conseguiría, Hyunjin se encontraba bebiendo una cantidad exorbitante de alcohol mezclado con un diez por ciento de jugo de naranja. Para el momento en el que todos descubrieran su hazaña, él no se hallaría en sus cinco sentidos, y era probable que JeongIn le diera un gran sermón sin pausas.
—Díselo a Félix. Oh, y por favor, no me hables de esa manera si no quieres que te arroje la cascada de chocolate sobre tu impecable peinado bañado en fijador de cabello —advirtió seriamente.
Hyunjin reflexionó que no estaba en condiciones de responder con altura a su pareja, a menos que quisiera evidenciar su estado y la manera en que se esforzaba para no tambalear o tropezar. Y los mareos... Demonios, debió meditar mejor las consecuencias de beber alcohol luego de haberse desacostumbrado a las sensaciones que provocaba en su cuerpo sensible y frágil.
—De acuerdo, se terminó. Salgamos de aquí, señores. —Habló Eunhyuk, que se ubicaba cerca de la pared con su teléfono mientras revisaba las fotografías que había podido tomarle a su sobrina y que más tarde iba a presumir en sus redes sociales y también a su hermano mayor, Siwon.
El ambiente estaba lleno de una energía festiva y despreocupada, con Pillowtalk de Zayn comenzando a sonar en las bocinas a un volumen moderado. Y Eunhyuk, sin embargo, no podía concentrarse del todo en las conversaciones a su alrededor. Estaba inmerso en sus pensamientos, preguntándose si la noche traería algún momento inesperado... Algo como la hermana de su mejor amigo, y también su inolvidable amor de secundaria, asistiendo a la reunión como le prometió a Hyunjin.
— ¡He vuelto! —Una nueva presencia se anunció mientras ingresaba al departamento de Hoseok.
Yeji ingresó, llevando una gorra negra con un logotipo por delante, una sudadera de cuello tortuga y rayas blancas en sus brazos, un ancho pantalón de vaquero. Su cabello caía en suaves ondas sobre sus hombros, y en sus manos llevaba unas bolsas que contenían los regalos para su hermano Hyunjin. Al verla, el tiempo pareció detenerse para Eunhyuk. Su corazón se aceleró, comenzó a sudar y su respiración se volvió irregular.
¿Colapsaría en ese mismo instante? No estaba seguro.
Yeji entró al departamento con una sonrisa cautelosa, sus ojos recorriendo el lugar en busca de caras conocidas. Cuando sus miradas se cruzaron, Eunhyuk sintió una punzada en el pecho, una mezcla de dolor y anhelo por la que siempre fue la mujer de sus sueños. No podía apartar la vista de ella, como si estuviera estúpidamente hechizado. Cada pequeño detalle de su apariencia le resultaba fascinante: la manera en que sus labios se curvaban en una sonrisa, la gracia con la que se movía, la luz en sus ojos que había extrañado tanto.
Yeji, por su parte, mantuvo la compostura, aunque en su interior sentía un torbellino de emociones que iban desde la alegría por estar de vuelta en su país a la ansiedad que tenía de reencontrarse con... él. Ver a Eunhyuk después de tanto tiempo le trajo una avalancha de recuerdos, algunos dulces, otros amargos. Trató de centrarse en su propósito de la noche: celebrar el cumpleaños de su hermano y no dejar que el pasado afectara el presente, por más difícil que le resultara.
Eunhyuk, sin embargo, no podía evitar sentirse como un tonto enamorado. Sus manos sudaban ligeramente, y notó cómo sus mejores amigos y sus compañeros de equipo lo observaban con curiosidad, conscientes de la historia entre él y Yeji. Sentía una mezcla de esperanza y miedo; esperanza de que quizá, solo quizá, pudieran intercambiar palabras durante toda la noche, y miedo de que el encuentro solo sirviera para abrir viejas heridas en él.
Cuando Yeji se acercó para saludar a Hyunjin, Eunhyuk aprovechó la oportunidad para acercarse también, intentando parecer casual. No obstante, su corazón descontrolado evidenciaba cómo se sentía por verla a ver. Al estar más cerca, pudo oler almizcle y canela, el aroma que caracterizaba a esa mujer y que siempre le recordó al océano, y por tal motivo, con la mente en blanco paseaba por las playas de Seúl los fines de semana.
— ¡Yeji, por fin estás aquí! —Celebró Yoongi, colocándose de pie luego de pausar de manera momentánea el videojuego que Jungkook y él estaban disfrutando. No dudó en extender sus brazos y recibir a la omega entre ellos, llenándose de inmenso y genuino cariño tras poderse reencontrar.
—Yeji, bienvenida de vuelta. Me... me alegra verte —dijo Eunhyuk con voz temblorosa, tratando de mantener la calma. En un punto, sintió que estaba haciendo el ridículo y lo aceptó.
Yeji lo miró con una mezcla de sorpresa y algo de reserva.
—Eunhyuk-ssi... —respondió, su tono neutral pero sus ojos revelando una chispa de emoción contenida—. También me alegra verte.
Para Eunhyuk, verla ahí, tan cerca y a la vez tan inalcanzable, fue una experiencia agridulce. Sentía una profunda necesidad de decirle todo lo que había estado guardando, pero al mismo tiempo, temía que sus palabras pudieran empeorar las cosas.
Yeji, consciente de las miradas a su alrededor, sonrió ligeramente y se volvió hacia su hermano.
—Feliz cumpleaños, Hyunjin —dijo, entregándole las bolsas con regalos.
Hyunjin, notando la tensión entre su hermana y su amigo, intentó suavizar la situación.
—Gracias, delincuente de herencias. Estos son exactamente los regalos que esperaba de alguien como tú. ¡Son Gucci! —Festejó.
La noche continuó, y aunque Eunhyuk intentó participar en las conversaciones y las actividades de la fiesta, no pudo dejar de observar a Yeji desde la distancia, su mente ocupada con pensamientos que llevaban su nombre impreso. Cada sonrisa de ella, cada risa, lo sumía más en sus sentimientos, recordándole por qué había caído tan profundamente enamorado de ella en primer lugar.
—Toma —Eunhyuk posó sus ojos sobre su mejor amigo cuando le ofreció su vaso con jugo de naranja—. Tiene un toque especial: alcohol —murmuró sobre su oído, riéndose como si fuera un niño travieso.
— ¿Perdiste la cabeza, pedazo de idiota? —masculló entre susurros.
—Puede ser. Pero sé que tú lo necesitarías más que yo, amigo. Solo... bébelo —Lo incitó, haciendo un gesto con la mano.
¿Quién era Lee Eunhyuk para rechazar un poco de alcohol que tanto estaba haciendo falta en su sistema para poder tolerar la presencia de Hwang Yeji? Nadie. Bebió de una vez, acompañando a su mejor amigo para preparar más y más... y más.
Hubiera sido una noche perfecta... Lo hubiera sido, por supuesto, si no fuera porque mismísimo cumpleañero y su mejor amigo se delataron a sí mismos sus propias travesuras, provocando que la mayoría los observara desaprobatoriamente.
JeongIn se acercó de inmediato. Yoongi y Hoseok voltearon a verse y no dudaron en ponerse de pie para actuar.
—No puedo creer que hicieras esto —El joven delta bramó, intentando sostener a su pareja.
—Oye, Jungkook —Eunhyuk caminó hacia su compañero que se hallaba concentrado en los videojuegos, ignorando la situación. Cuando el ebrio alfa se sentó a su lado, continuó hablando con palabras arrastradas—. ¿Sabías que tu noviecito pelirrojo y yo tenemos un secreto? —Sonrió.
—Estás totalmente ebrio —Le sonrió de vuelta, viéndolo de reojo—. ¿Qué clase de secretos podrían tener Taehyung y tú? Ustedes son como los perros y gatos, podrían pasarse la vida discutiendo y peleando por tonterías.
—Ahora le caigo bien, y compartimos un secreto.
— ¿Un secreto como cuál? —Jungkook pausó su lucha de Mortal Kombat con Kihyun para observar al otro alfa—. Ilumíname, por favor.
—Él... se vio con un... alfa. Bueno, algo así. Se llama... ¿cómo era? —Parpadeó, frotándose una de sus cejas para intentar recordar—. ¡Oh! —Se sobresaltó sonriente—. Park Bogum. Lo rescaté... ¿Sabes, Jungkookie? Sucedió el otro día —Volvió a hipar—, vi a Taehyung force-forcejando con él —entrecerró sus ojos. Ni siquiera estaba siendo consciente de que Jungkook tensaba su mandíbula y presionaba sus nudillos con brutalidad, clavando sus uñas sobre sus palmas con una mirada oscurecida y aterradora. Y nadie emitía sonido—. Me preocupé porque parecía... asustado. Ese tal ¿Bogum?, ese tipo no me dio buena espi-espina. Tenía un aura muy —Arrastró las palabras— extraña. Taehyung no, él no... no quería que te enteraras para evitar —hipó— problemas —Finalizó diciendo, luego levantó su brazo con el vaso descartable en su mano, sus ojos cerrándose por estar inducido bajo los efectos del alcohol. En seguida, se colocó de pie y tambaleó—. ¿Por...? ¿Por qué todos están tan callados de repente?
Nadie se esperaba lo que llegaría a continuación; nunca antes, al menos desde el tiempo que conocieron a Jungkook, hubieran esperado ser testigos de cómo se transformaba en un alfa territorial y enceguecido por la furia. Observaron su sobresalto de aquel sofá, luego la manera en que sus dedos se cerraron alrededor de la camiseta de Eunhyuk con una fuerza que denotaba su enojo, arrugando la tela y tirando ligeramente del alfa hacia él.
— ¿Qué dijiste? —Jungkook susurró, inclinándose un poco hacia el otro—. ¿Qué demonios ocurrió, Eunhyuk? ¿Bogum le hizo alguna clase de daño físico a Taehyung? Habla —masculló, dándole utilidad a su voz de mando.
—Jeon, suéltame —dijo Eunhyuk, su voz temblando ligeramente mientras intentaba mantener la calma, pero éste no estaba en sus cabales para acatar su pedido—. No... no tengo esa información. Yo solo lo vi... allí... frente a la puerta de la uni-universidad discutiendo con... ese chico Bogum. Corrí y lo... Yo intenté ayudar. Estaba asustado, nervioso y creo que sufrió un... un ataque de ansiedad en ese momento. Recuerdo que mencionó... Mmh... ¿Qué era? —Una vez más realizó una pose pensativa y observó a Yoongi—. ¡Ji-Jimin, tu Jimin, c-capitán! Recuerdo que mencionó a-algo sobre que... Jimin gol-golpeó a Bogum anteriormente —balbuceó, y aquellas fuertes manos lo dejaron ir.
—Debo irme —anunció Jungkook, tomando por sorpresa a sus compañeros al salir despavorido del departamento.
Este capítulo tiene exactamente 6344 palabras en total.
Eunhyuk y Hyunjin son un caso.
Disfruté de escribir a Eunhyuk (a.k.a el tío soltero —por ahora— y millonario que todos queremos tener) enculado con una minita, más específicamente con la hermana de su mejor amigo de toda la vida. Voy a tratar de mencionar más sobre el tema más adelante, por lo pronto, necesito avanzar con lo que se viene en el próximo capítulo que es 🔥.
Ahora nadie va a poder detener a Jeon Jungkook. Creo que en esta etapa entró en su modo: Ya no más niñita tierna 👺
Evolución actual de la pancita de Wandita con cinco meses:
¿Creen que los pequeños Poof y Foop serán igual de calmados que su papá Yoongi o alborotados como su papá Jimin, o quizás una combinación peligrosa de ambos?
Aclaro que mis vacaciones de invierno terminaron y regresé a la universidad, lo que significa que dispondré de menos tiempo para interactuar por acá otra vez. Cualquier error que haya pasado por alto, lo corregiré en un par de días o cuando tenga espacio.
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Qué tengan una bonita semana. Gracias, gracias, gracias por continuar acá, lo aprecio mucho 🩷
ALEX.
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